Siembran marihuana para aliviar dolor de enfermos

Centenares de pacientes oncológicos esperan estar entre los 200 escogidos para calmar sus dolores con el aceite de cannabis que se producirá con parte de las 850 semillas plantadas el miércoles en la comuna chilena de La Florida.

SANTIAGO, Chile (AP) —SANTIAGO, Chile (AP) — Se trata de una inédita alianza entre una fundación que busca aliviar el dolor mediante terapias alternativas y un alcalde conservador que entendieron que miles de pacientes no pueden seguir esperando que el Congreso modifique una ley que permite el consumo pero castiga el cultivo y la venta.

“Estamos viviendo una época, no sólo en Chile sino en el resto del mundo, donde no es razonable cerrarse a las nuevas evidencias (de) que la marihuana le da dignidad a las personas que sufren”, dijo a The Associated Press el alcalde de La Florida, Rodolfo Carter, cuyo padre murió de cáncer hace algunos años.

En América, Europa y el norte de África se fortalece el movimiento por la legalización de la marihuana, impulsado por el ejemplo de Uruguay, que a fines de 2013 legalizó el cannabis. En Ciudad de México parlamentarios presentaron un proyecto para venderla y el presidente colombiano Juan Manuel Santos apoya una norma para legalizar su uso medicinal.

Ana María Gazmuri, presidenta de Fundación DAYA, y Carter, trabajaron juntos por meses para llegar a la siembra de las semillas holandesas que darán unas 425 plantas que producirán el aceite de cannabis. El óleo se repartirá a partir de mayo de 2015 a 100 enfermos oncológicos elegidos por Carter en su comuna, ubicada en el sureste de Santiago, y otro centenar escogido por la fundación.

Ambos sortearon una gran burocracia para conseguir los permisos de cultivo e importación de las semillas. Carter dispuso el terreno cuya seguridad incluye un doble enrejado electrificado, cámaras de seguridad y guardias.

Chile es el tercer consumidor de marihuana en Sudamérica, según las Naciones Unidas, a pesar de que la ley considera al cannabis una droga peligrosa. Quienes cultivan o venden se arriesgan a recibir penas de un año y medio a 15 años de prisión.

“No soy ni traficante, ni delincuente. No por estar enferma tengo que andar con cosas a escondidas”, dijo a AP Cecilia Heyder, quien padece lupus y desde 2011 un cáncer de mama con metástasis.

Sus enfermedades la mantuvieron postrada y acudió a la planta por sugerencia de un oncólogo. “A puerta cerrada la recomiendan, pero no la nombran, la dibujan”, reveló la mujer de 47 años.

Tras una batalla de 10 meses logró que el gobierno le permitiera importar Sativex, un remedio basado en la hierba. Pero su permiso y remedios duran sólo hasta diciembre y no puede usar opioides porque le producen depresión respiratoria.

Desde que usa Sativex “me puedo mover fácilmente, no como antes que tenía dificultades, puedo respirar”. Pero está preocupada porque no sabe qué pasará con ella en diciembre.

La sociedad chilena es todavía muy conservadora, fue uno de los últimos países del mundo en aprobar el divorcio, recién está tramitando un acuerdo de vida en pareja que favorece a los homosexuales y está lejos de aprobar el aborto terapéutico.

“El reto más grande que hay que superar es una sociedad pacata que no reconoce la realidad que tiene y la oculta bajo la alfombra”, dijo el diputado Alberto Robles, autor de uno de los proyectos que promueven el uso medicinal del cannabis.

Agregó que “hay más de 600.000 personas en Chile que usan cannabis… y el Estado niega esta realidad”.

Entre los usuarios hay más de un centenar de menores cuyos padres les dan aceite de cannabis porque padecen epilepsia refractaria que no reacciona con los anticonvulsivos tradicionales, dijo Gazmuri.

Al alero de DAYA nació “Mamá Cultiva”, que agrupa a más de un centenar de madres que eligieron usar el óleo.

El blog de “Mamá Cultiva” relata casos de menores tratados exitosamente con aceite y sostiene que una ley que criminaliza a los consumidores frena la investigación. “Aún no podemos saber cuál es la cepa correcta ni la forma de extracción más adecuada, ni menos la dosis ideal”.

Se trata de una inédita alianza entre una fundación que busca aliviar el dolor mediante terapias alternativas y un alcalde conservador que entendieron que miles de pacientes no pueden seguir esperando que el Congreso modifique una ley que permite el consumo pero castiga el cultivo y la venta.

“Estamos viviendo una época, no sólo en Chile sino en el resto del mundo, donde no es razonable cerrarse a las nuevas evidencias (de) que la marihuana le da dignidad a las personas que sufren”, dijo a The Associated Press el alcalde de La Florida, Rodolfo Carter, cuyo padre murió de cáncer hace algunos años.

En América, Europa y el norte de África se fortalece el movimiento por la legalización de la marihuana, impulsado por el ejemplo de Uruguay, que a fines de 2013 legalizó el cannabis. En Ciudad de México parlamentarios presentaron un proyecto para venderla y el presidente colombiano Juan Manuel Santos apoya una norma para legalizar su uso medicinal.

Ana María Gazmuri, presidenta de Fundación DAYA, y Carter, trabajaron juntos por meses para llegar a la siembra de las semillas holandesas que darán unas 425 plantas que producirán el aceite de cannabis. El óleo se repartirá a partir de mayo de 2015 a 100 enfermos oncológicos elegidos por Carter en su comuna, ubicada en el sureste de Santiago, y otro centenar escogido por la fundación.

Ambos sortearon una gran burocracia para conseguir los permisos de cultivo e importación de las semillas. Carter dispuso el terreno cuya seguridad incluye un doble enrejado electrificado, cámaras de seguridad y guardias.

Chile es el tercer consumidor de marihuana en Sudamérica, según las Naciones Unidas, a pesar de que la ley considera al cannabis una droga peligrosa. Quienes cultivan o venden se arriesgan a recibir penas de un año y medio a 15 años de prisión.

“No soy ni traficante, ni delincuente. No por estar enferma tengo que andar con cosas a escondidas”, dijo a AP Cecilia Heyder, quien padece lupus y desde 2011 un cáncer de mama con metástasis.

Sus enfermedades la mantuvieron postrada y acudió a la planta por sugerencia de un oncólogo. “A puerta cerrada la recomiendan, pero no la nombran, la dibujan”, reveló la mujer de 47 años.

Tras una batalla de 10 meses logró que el gobierno le permitiera importar Sativex, un remedio basado en la hierba. Pero su permiso y remedios duran sólo hasta diciembre y no puede usar opioides porque le producen depresión respiratoria.

Desde que usa Sativex “me puedo mover fácilmente, no como antes que tenía dificultades, puedo respirar”. Pero está preocupada porque no sabe qué pasará con ella en diciembre.

La sociedad chilena es todavía muy conservadora, fue uno de los últimos países del mundo en aprobar el divorcio, recién está tramitando un acuerdo de vida en pareja que favorece a los homosexuales y está lejos de aprobar el aborto terapéutico.

“El reto más grande que hay que superar es una sociedad pacata que no reconoce la realidad que tiene y la oculta bajo la alfombra”, dijo el diputado Alberto Robles, autor de uno de los proyectos que promueven el uso medicinal del cannabis.

Agregó que “hay más de 600.000 personas en Chile que usan cannabis… y el Estado niega esta realidad”.

Entre los usuarios hay más de un centenar de menores cuyos padres les dan aceite de cannabis porque padecen epilepsia refractaria que no reacciona con los anticonvulsivos tradicionales, dijo Gazmuri.

Al alero de DAYA nació “Mamá Cultiva”, que agrupa a más de un centenar de madres que eligieron usar el óleo.

El blog de “Mamá Cultiva” relata casos de menores tratados exitosamente con aceite y sostiene que una ley que criminaliza a los consumidores frena la investigación. “Aún no podemos saber cuál es la cepa correcta ni la forma de extracción más adecuada, ni menos la dosis ideal”.

Demasiada comida chatarra podría causar daños duraderos al cerebro

Investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y otras funciones.

Neurocientíficos de la Universidad del Sur de California (USC) en EE.UU. descubrieron que la ingesta abundante de una dieta occidental, alta en grasas y azúcar, desde la temprana edad, puede provocar problemas duraderos de memoria en animales de laboratorio.

“Lo que vemos […] es que, si estas ratas crecieron con esta dieta de comida chatarra, entonces tienen problemas de memoria que no desaparecen”, explica Scott Kanoski, profesor de la USC. “Si simplemente los sometes a una dieta saludable, estos efectos lamentablemente duran hasta la edad adulta”, agregó.

La concepción de la investigación

Al desarrollar el estudio, Kanoski y su estudiante de postdoctorado, Anna Hayes, tuvieron en cuenta el antecedente de que las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer tienden a tener niveles más bajos de acetilcolina en el cerebro. Los investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran la acetilcolina, un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y funciones como el aprendizaje, la atención, la excitación y el movimiento muscular involuntario.

Los científicos se cuestionaron sobre el impacto que podrían tener estas dietas occidentales para las personas más jóvenes que pueden seguir una dieta similar, particularmente durante la adolescencia, cuando su cerebro está experimentando un desarrollo significativo.

Los experimentos

Los investigadores rastrearon los niveles de acetilcolina de un grupo de ratas con una dieta grasosa y azucarada y en un grupo de control de ratas analizando sus respuestas cerebrales a ciertas tareas diseñadas para probar su memoria.

La prueba implicó dejar que las ratas exploraran nuevos objetos en diferentes lugares. Días después, los investigadores reintrodujeron a las ratas en la escena, que era casi idéntica, excepto por la adición de un objeto nuevo. Las ratas que siguieron la dieta de comida chatarra mostraron signos de que no podían recordar qué objeto habían visto anteriormente ni dónde, mientras que las del grupo de control mostraron familiaridad.

Conclusiones

Según los científicos, su estudio refuerza el importante vínculo entre el intestino y el cerebro. “La señalización de acetilcolina es un mecanismo para ayudarles a codificar y recordar esos eventos, análogo a la ‘memoria episódica’ en los humanos, que nos permite recordar eventos de nuestro pasado”, subrayó Hayes. “Esa señal parece no ocurrir en los animales que crecieron con una dieta grasosa y azucarada”, añadió. La investigación se publicó recientemente en la revista científica revisada por pares Brain, Behavior, and Immunity.

Kanoski enfatizó que la adolescencia es un período muy sensible para el cerebro cuando se están produciendo cambios importantes en el desarrollo. “No sé cómo decir esto sin sonar como Casandra y pesimismo”, apuntó, “pero desafortunadamente, algunas cosas que pueden ser más fácilmente reversibles durante la edad adulta son menos reversibles cuando ocurren durante la niñez”, agregó.

Finalmente, los investigadores lograron revertir la capacidad de memoria en las ratas experimentales con medicamentos que inducen la liberación de acetilcolina, inyectada directamente en el hipocampo cerebral. Sin embargo, Kanoski señala que se necesita una investigación más amplia para saber cómo se pueden revertir los problemas de memoria, causados por una dieta de comida chatarra durante la adolescencia, sin necesidad de una intervención médica tan especial.

Erupciones solares provocan apagones de radio en varias zonas del mundo

Tres erupciones de clase M afectaron parte de Filipinas, India y Hawái, en EE.UU.

Alrededor de 25 erupciones solares se registraron entre el miércoles y jueves de esta semana. Tres de ellas fueron de clase M y otras 22 de clase C, lo que significa que la actividad del Sol continúa siendo moderada, a pesar de la aproximación del pico del ciclo solar actual, informó EarthSky.

De acuerdo con el portal, la erupción solar M.2.2, originada en la región de manchas solares AR3638, ocasionó este jueves un apagón menor en las comunicaciones radiales de onda corta en el este de Filipinas. A su vez, indicó que las erupciones solares M.1.6 y M.1.1, de la región AR3645, también causaron apagones de radio menores este miércoles en el sur de Hawái (EE.UU.) y en la costa suroeste de la India, respectivamente.

Se esperan más erupciones

Por otro lado, EarthSky pronosticó que existe una alta probabilidad de que este viernes se produzcan erupciones solares de clase C y M. En ese sentido, mencionó que las posibilidades de una erupción de clase X, considerada de gran magnitud, se incrementaron en un 20 %.

También mencionó que el miércoles se detectó una eyección de masa coronal (CME) en un filamento magnético que se formó cerca del ecuador solar, aunque recalcó que no estaba en dirección hacia la Tierra.

No obstante, explicó que los chorros y erupciones de los filamentos identificados en el suroeste del Sol estaban siendo examinados para determinar si se dirigen a nuestro planeta. A pesar de que el jueves se esperaba una tormenta geomagnética de escala G1 (menor), el sitio Spacewather aseveró que es poco probable que ocurra, ya que no hay señales de que alguna CME alcance la Tierra.

El pico de actividad solar está próximo a ocurrir

El ‘ciclo solar’, que dura aproximadamente 11 años, es impulsado por el campo magnético del astro y se caracteriza por la frecuencia e intensidad de manchas en la superficie solar.

El actual ciclo, el número 25, comenzó en diciembre de 2019. Se prevé que el Sol alcance su pico de actividad, conocido como ‘máximo solar’, entre enero y octubre de este año, lo que podría conducir a un aumento de fenómenos como CME y erupciones solares, así como tormentas de tipo solar y geomagnéticas.

Fiebre de Oropouche: enfermedad parecida al dengue que se propaga por América Latina

La mayoría de los casos se han detectado en zonas urbanas y rurales de la Amazonía.

Cuatro países de América del Sur registran alzas en los casos de la fiebre causada por el virus de Oropouche, una enfermedad zoonótica transmitida por la picadura de los mosquitos ‘culicoides paraensis’ y ‘culex quinquefasciatus’, que causa una sintomatología similar al dengue.

En una reciente actualización, la Organización Panamericana de Salud (OPS) refiere que durante este año, la presencia de la patología, descubierta en Trinidad y Tobago en 1955, se ha incrementado en Bolivia, Brasil, Colombia y Perú, y destaca que en el caso brasileño, el número de infecciones confirmadas se cuadruplicó en relación con el mismo lapso del 2023, al computar 3.475 pacientes. Mientras, se han confirmado 225 casos en Perú, 160 en Bolivia, y 2 en Colombia.

En febrero pasado, la OPS emitió un boletín de alerta epidemiológica sobre la prevalencia de la infección vírica en entornos fundamentalmente amazónicos, pero no solo. Según informes de prensa, la tendencia alcista se ha mantenido.

Los motivos del alza son variados, pero el cambio climático y la desforestación en la región amazónica han jugado un papel fundamental en el incremento de las poblaciones de mosquitos, cuyo hábitat ha empezado a entrecruzarse con el de los seres humanos.

¿Cómo se manifiesta la enfermedad?

La afección tiene un período de incubación promedio de entre 4 y 8 días, aunque en algunos casos los primeros síntomas pueden aparecer a los 3 días o hasta 12 días después de la picadura.

El cuadro se caracteriza por ser de aparición súbita y generalmente los afectados presentan fiebre, dolor de cabeza, dolor articular, dolor corporal generalizado y escalofríos, si bien en ocasiones pueden presentarse vómitos y diarreas persistentes por un lapso de entre 5 y 7 días.

La mayoría de las personas enfermas se recuperará en cerca de 7 días, sin embargo, la convalecencia de algunos pacientes se puede demorar varias semanas, a lo que se suma que no existen medicamentos ni vacunas específicas para prevenir o tratar la afección, por lo que la medicación que se prescribe va dirigida exclusivamente a mejorar los síntomas.

La OPS recomienda la intensificación de la vigilancia epidemiológica para la detección oportuna de los casos, así como actualizar la información sobre detección y control que maneja el personal de salud para que pueda ser transmitida apropiadamente a las poblaciones de alto riesgo.

En la última década, la mayor parte de los casos de fiebre de Oropouche se ha registrado en comunidades urbanas y rurales de la Amazonía, en países como Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, así como en Guayana Francesa, pero también hubo diagnósticos en Panamá y Trinidad y Tobago.