SIP: grave situación de la prensa pese a ley de acceso a la información pública

La libertad de prensa sufrió "profundos altibajos" en Paraguay en los últimos meses porque pese a "la positiva noticia de la promulgación de la ley de acceso a la información pública", tres periodistas han sido asesinados, el último de ellos el pasado jueves, señaló la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

Los informadores Pablo Medina, Fausto Alcaraz y Elías Fernández Fleitas, todos ellos periodistas que trabajaban en provincias, fueron asesinados “en aparente represalia por sus denuncias sobre la connivencia entre el narcotráfico y funcionarios públicos”, señala un informe elaborado por la Comisión de Libertad de Prensa.

El documento, que será discutido en la 70ª asamblea general de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que se celebra en Santiago de Chile, destaca que en setiembre, el presidente Horacio Cartes promulgó la Ley de Libre Acceso Ciudadano a la Información Pública y Transparencia Gubernamental.

Esta norma, que entrará en vigencia en el 2015, “obliga a las instituciones estatales y a los funcionarios a divulgar la

información solicitada por cualquier ciudadano sobre salarios, viajes oficiales, contratos y otros datos que no estén definidos como secretos.

La ley establece que “ninguna disposición de la ley sancionada podrá ser entendida o utilizarse para negar, menoscabar o limitar la libertad de expresión, la libertad de prensa o la libertad de ejercicio del periodismo”, recoge la SIP.

Además, en mayo se anunció que “el Gobierno creará a fin de año un portal en internet con toda la información relativa a las entidades públicas”, lo que incluye gastos, cantidad de personal y sueldos.

El documento de la SIP sobre Paraguay señala que “a través de investigaciones y denuncias de la prensa, se conocieron los cuantiosos e indebidos beneficios salariales de un selecto grupo de funcionarios públicos repartidos en varios poderes del Estado”.

“Las redes sociales canalizaron el repudio ciudadano ante las revelaciones de corrupción, nepotismo, sobresueldos e inequidad salarial”.

Pero los hechos más graves se refieren a los recientes atentados mortales contra informadores en el país sudamericano.

El primero de ellos se produjo el pasado 16 de mayo, cuando el periodista radiofónico Fausto Gabriel Alcaraz, de 28 años, fue asesinado a balazos por dos individuos que le seguían en motocicleta.

“Alcaraz había denunciado con nombres y apellidos a algunos narcotraficantes de la zona”, señala la SIP, que recuerda que “el periodista era conocido por sus polémicas acusaciones contra policías, fiscales, jueces y comerciantes de actuar en connivencia con la mafia del negocio de las drogas en la frontera con Brasil”.

Posteriormente, el 19 de junio, Elías Édgar Pantaleón Fernández Fleitas, de 43 años, murió tras recibir seis tiros de dos sicarios.

El crimen ocurrió poco después que concluir el programa radiofónico “Ciudad de la furia”, a cargo de Fernández Fleitas, quien había recibido amenazas de muerte por denunciar irregularidades en temas relacionados con el Poder Judicial y el Ministerio Público.

Y esta misma semana, Pablo Medina, corresponsal de ABC Color en Curuguaty, departamento de Canindeyú, fue asesinado cuando investigaba temas relacionados al narcotráfico.

El vehículo en que viajaba el periodista de 53 años fue interceptado por dos hombres con vestimenta de camuflaje que dispararon desde corta distancia.

A Medina le acompañaba su asistente, Antonio Almada, de 19 años, quien falleció a causa de las heridas. Medina había recibido amenaza por sus denuncias sobre narcotráfico, corrupción, tráfico de madera y deforestación en la zona, explica el informe de la SIP, que recuerda que su hermano, Salvador Medina, periodista radiofónico que también denunció el contrabando, fue asesinado en 2001.

Otra víctima de los estafadores: pidieron millonario préstamo vía banca web sin su autorización

Un cliente de una entidad bancaria fue víctima de ciberdelincuentes, quienes solicitaron un millonario préstamo vía home banking sin su autorización. Previamente, se hicieron pasar por empleados de una empresa de telefonía.

Magalí Bazán comentó al canal GEN que, en noviembre del año pasado, desconocidos se habían comunicado con su esposo haciéndose pasar por empleados de la empresa Tigo. “Primero le llamaron de un número y luego le escribieron al WhatsApp de otro número”.

En aquel momento, le habían dicho que supuestamente fue adjudicado con un premio, por lo que le solicitaron algunos datos para cotejar su identidad. Gracias a ello, lograron acceder a su banca web del banco Itaú, entidad de la que la víctima es cliente.

A partir de ese momento, los delincuentes tuvieron posibilidad de hacer la solicitud de un préstamo por la suma de G. 28.300.000, sin que el titular de la cuenta haya dado su consentimiento, indicó la denunciante.

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Posteriormente, los estafadores bloquearon el número de la víctima para evitar que haga un nuevo contacto, a lo que Bazán decidió utilizar su número particular para volver a escribirles y reclamarles lo ocurrido.

Según relató, la persona que estaba del otro lado amenazó con “hacer lo mismo con su cuenta”, haciendo alusión a que supuestamente también intentarían acceder a sus datos para robarle dinero.

La mujer cuestiona el hecho de que los ciberdelincuentes pudieran solicitar el préstamo sin que el banco se haya contactado con el titular de la cuenta o hecho las verificaciones de rigor para este tipo de casos. “A él no le llamaron, ni siquiera le mandaron un correo, al entrar en su aplicación recién se dio cuenta”.

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En este caso, el monto total fue transferido en dos partes, a nombre de Natividad Nancy y Ever Hugo Rodríguez, respectivamente. “Cómo al banco no le llamó la atención que se hizo esa transacción y que automáticamente se transfirió el dinero a otras cuentas”, repudió.

Tras varios meses de este episodio, los afectados siguen sin tener ningún retorno por parte del banco Itaú, por lo que reclaman la falta de interés, así como el hecho de tener que encargarse de pagar mensualmente el préstamo, pese a no haber hecho la solicitud del mismo y no disponer de ese dinero.

Vehículo con chapa paraguaya ocasiona fatal accidente en Brasil

El accidente se registró ayer en horas de la tarde en la ciudad de Foz de Iguazú, Brasil. No se dio a conocer la identidad de la persona que manejaba el vehículo con chapa paraguaya.

Un automóvil de la marca KIA, con chapa paraguaya CDV 798, colisionó frontalmente contra una motocicleta que resultó en la muerte del conductor.

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Los datos refieren que el automovilista perdió el control de su vehículo, invadió la pista contraria y se llevó por delante el biciclo que circulaba en sentido contrario. Había dos personas el auto, no obstante, los agentes del vecino país no brindaron más detalles sobre la identidad de las dos personas, pero se cree que serían paraguayos.

El accidente con derivación fatal se registró ayer de las 17:00 horas (16:00 de Paraguay), en las inmediaciones del acceso a la avenida República Argentina, zona céntrica de la mencionada ciudad brasileña. El fallecido fue identificado como Renivaldo Alves Pereira, quien era el conductor de la motocicleta.

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Condenan a feminicida a 28 años de prisión

Elvio Ramón Quiñónez Bogado recibió una condena de 28 años de prisión por el feminicidio de su expareja.

El agente fiscal Leonardo Cáceres, de la Unidad Regional de Capitán Bado, representó al Ministerio Público en el juicio oral en el que Elvio Ramón Quiñónez Bogado fue hallado culpable y condenado a 28 años de pena privativa de libertad por la comisión del hecho punible de feminicidio. El hombre tenía prohibición de acercarse a la víctima por una denuncia de violencia familiar.

Según los antecedentes de la causa, Quiñónez mató a su expareja en diciembre de 2020 en el distrito de Capitán Bado. El hombre había llegado a la vivienda de la mujer efectuando varios disparos que impactaron en la víctima que resultó con heridas. Ella ingresó a la casa para refugiarse, luego perdió fuerzas y cayó al suelo, donde falleció.

El Tribunal de Sentencia estuvo integrado por las juezas Librada Beatriz Peralta Céspedes, Marcelina Quintana de Acosta y Mirna Carolina Soto González.