Piden aclarar violencia en centro educativo de Itauguá

La Coordinadora por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia (CDIA) pidió hoy que el Estado proteja a los adolescentes infractores de la ley y aclare los hechos de violencia en centros de menores, a un año de la muerte de dos menores en el centro de Itauguá.

El CDIA, junto con la Coordinadora por los Derechos Humanos de Paraguay (Codehupy) pidió al Estado que “adopte políticas efectivas para la atención integral a adolescentes en conflicto con la ley y medidas para la no repetición” de hechos como la muerte de dos menores ocurrida hace exactamente un año.

El 21 de abril de 2014, los adolescentes ahora fallecidos, de 16 y 17 años, participaban en protestas contra los maltratos físicos y verbales por parte de funcionarios, la mala calidad de los alimentos y la falta de insumos en el centro en el que se encontraban recluidos, según un comunicado de CDIA.

Durante estos incidentes, varios internos quemaron los colchones de sus habitaciones y se produjo un altercado entre uno de los menores y el director interino de la institución.

El choque provocó que el jefe de seguridad del centro autorizase el ingreso de los guardias perimetrales, que portaban armas de fuego y realizaron al menos cuatro disparos de escopeta por entre las rejas al interior del pabellón.

Los disparos alcanzaron a los internos Francisco Rojas y Néstor Duarte, de 16 y 17 años, que quedaron heridos de muerte y tardaron más de 30 minutos en ser atendidos.

El pasado mes de septiembre, CDIA y Codehupy presentaron una querella criminal contra los guardias que efectuaron los disparos, que fueron acusados de “homicidio doloso” por su “probable responsabilidad en la muerte de los adolescentes”.

La querella se resolverá en una audiencia preliminar el próximo 22 de junio, cuando se decidirá si el caso se eleva a juicio oral y público.

Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con sede en Washington, instó al Gobierno de Paraguay a investigar el caso y sancionar a los responsables.

De ‘amores secretos’, drogas, pedido de G. 1.000 millones y calumnias: fin de triple querella

En un inesperado giro de situación, el intendente de Asunción Oscar Nenecho Rodríguez, su esposa senadore Lizarella Valiente y la también senadora Celeste Amarilla, llegaron a acuerdos para retirar las querellas que mantenían.


Con esto quedan sin efectos las demandas por difamación y calumnia, que tenían dichos actores políticos, que se sumergieron en una seguidilla de acusaciones verbales en las que resaltaban, en gran parte, alusiones a cuestiones íntimas.

La “guerra” la había desatado la parlamentaria liberal, que en redes sociales afirmó una supuesta relación extramatrimonial qué afectaba al jefe comunal asunceno, ademàs de que supuestamente Nenecho consumía drogas. La réplica de este se tradujo en un comentario que aludía a la presunta relación íntima que mantuvo con Amarilla. En idas y venidas de epítetos, ingresó luego la senadora Valiente, demandando a su colega por difamaciòn.

Cuando todo indicaba que las querellas llegarían a instancia de definición en el ámbito judicial, amistades comunes de los implicados intermediaron para llegar a conciliación.

Cabe indicar que entre las exigencias de resarcimientos, había requerimientos de fuertes sumas de dinero como reparación ante daño moral. Uno de estos montos era de indemnización de hasta 1000 millones de guaraníes.

Por otro lado cabe indicar que la senadora Amarilla se vio de nuevo envuelta en un fuerte cruce de acusaciones en el seno del parlamento. Está vez con su colega Javier Zacarías Irún, de quien dijo, habría utilizado fondos públicos para pagar estudios de su hijo en el exterior. El aludido reaccionó desmintiendo la acusación y retrucando que la legisladora se enriqueció ilícitamente gracias a almuerzo y merienda escolar.

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Prosigue búsqueda de supuesta “monja” acusada de explotar a menores

Las autoridades prosiguen la búsqueda de la supuesta religiosa acusada de explotar a menores de edad en la zona de Alto Paraná. La misma se encuentra prófuga y está imputada por trata de personas.

En la jornada de ayer, una comitiva fiscal y policial encabezó una serie de allanamientos en la ciudad de Minga Guazú, departamento de Alto Paraná.

Dichas diligencias se llevaron a cabo en el marco de la investigación abierta tras la denuncia de explotación a menores de edad por parte de supuestas monjas pertenecientes a la que denominan como Congregación “Hijas de la Virgen de Caacupé”.

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Las autoridades están tras los pasos de una falsa religiosa imputada por trata de personas, identificada como Rufina Salinas Acuña (54), quien permanece en calidad de prófuga.

Los allanamientos, a cargo de los fiscales Vivian Coronel, Luis Trinidad y Diana Gómez, resultaron infructuosos, puesto que no lograron hallar a la mujer en ninguna de las viviendas visitadas.

Pese a ello, encontraron algunas evidencias que hacen suponer que Salinas estuvo en uno de estos lugares el día anterior, de acuerdo al informe del diario La Clave.

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En uno de los domicilios intervenidos, constataron la presencia de un adolescente en estado de abandono y con una enfermedad, quien es hijo de la propietaria. La misma será investigada igualmente por la Fiscalía en otra causa penal.

Rufina Salinas Acuña fue imputada junto con Olga Bogado Cubas (quienes se presentaban como religiosas) luego de haber sido denunciadas por una adolescente de 14 años, quien las acusó de someterla a trabajos forzosos, además de maltratos físicos y psicológicos.

Otra víctima de los estafadores: pidieron millonario préstamo vía banca web sin su autorización

Un cliente de una entidad bancaria fue víctima de ciberdelincuentes, quienes solicitaron un millonario préstamo vía home banking sin su autorización. Previamente, se hicieron pasar por empleados de una empresa de telefonía.

Magalí Bazán comentó al canal GEN que, en noviembre del año pasado, desconocidos se habían comunicado con su esposo haciéndose pasar por empleados de la empresa Tigo. “Primero le llamaron de un número y luego le escribieron al WhatsApp de otro número”.

En aquel momento, le habían dicho que supuestamente fue adjudicado con un premio, por lo que le solicitaron algunos datos para cotejar su identidad. Gracias a ello, lograron acceder a su banca web del banco Itaú, entidad de la que la víctima es cliente.

A partir de ese momento, los delincuentes tuvieron posibilidad de hacer la solicitud de un préstamo por la suma de G. 28.300.000, sin que el titular de la cuenta haya dado su consentimiento, indicó la denunciante.

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Posteriormente, los estafadores bloquearon el número de la víctima para evitar que haga un nuevo contacto, a lo que Bazán decidió utilizar su número particular para volver a escribirles y reclamarles lo ocurrido.

Según relató, la persona que estaba del otro lado amenazó con “hacer lo mismo con su cuenta”, haciendo alusión a que supuestamente también intentarían acceder a sus datos para robarle dinero.

La mujer cuestiona el hecho de que los ciberdelincuentes pudieran solicitar el préstamo sin que el banco se haya contactado con el titular de la cuenta o hecho las verificaciones de rigor para este tipo de casos. “A él no le llamaron, ni siquiera le mandaron un correo, al entrar en su aplicación recién se dio cuenta”.

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En este caso, el monto total fue transferido en dos partes, a nombre de Natividad Nancy y Ever Hugo Rodríguez, respectivamente. “Cómo al banco no le llamó la atención que se hizo esa transacción y que automáticamente se transfirió el dinero a otras cuentas”, repudió.

Tras varios meses de este episodio, los afectados siguen sin tener ningún retorno por parte del banco Itaú, por lo que reclaman la falta de interés, así como el hecho de tener que encargarse de pagar mensualmente el préstamo, pese a no haber hecho la solicitud del mismo y no disponer de ese dinero.