Adviento de 23 de diciembre
035 – «Todos decían: “¿Qué llegará a ser este niño?”, pues la mano del Señor estaba en
él». Lc 1, 66
Desde su nacimiento, Juan el Bautista tuvo una vida marcada por la gracia de Dios,
quien lo había predestinado a una gran misión: preparar los caminos del Señor. La
mudez de su papá, Zacarías, el embarazo de su madre ya tan anciana, el nombre que
deciden ponerle, la lengua de Zacarías que vuelve a hablar el día de la circuncisión de
Jesús… fueron todos interpretados como señales de la presencia de Dios. También en
nuestra vida el Señor obra señales prodigiosas para ayudarnos en la misión que Él nos
confió a cada uno. Basta saber interpretar las señales. Paz y bien.
Lunes de la vigesimosexta semana del tiempo durante el año
“El más pequeño de ustedes es el más importante”. Lc 9, 48
Nuestra tendencia natural es querer estar por encima de los demás. Todos deseamos ser importantes y grandes. A veces, este deseo es tan fuerte que nos hace ciegos y sacrificamos hasta parientes y amigos para poder subir más y más. Sin embargo, Jesús nos desafía a hacer lo contrario: buscar ser menor, estar por abajo, ser servidor. Y esto cuesta. Hay que nacer de nuevo, hay que ser una nueva persona, pues solo quien es un hombre nuevo en Cristo Jesús puede ser humilde sin sentirse humillado, sino feliz y realizado. Haz la prueba: nadie es tan feliz como aquel que sirve. Paz y bien.
Vigesimosexto domingo del tiempo durante el año
“Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros”. Mc 9, 38
Cuántas veces también en nuestras comunidades o grupos de iglesia, nos dejamos llevar por celos o disputas de poder y nos lastimamos y perdemos muchas energías. Jesús hoy nos enseña que, cuando alguien haga algo bueno, debe ser apoyado, aunque no esté en nuestro grupo o aunque la idea no haya sido mía. No podemos ser tan mezquinos como las personas mundanas que quieren no más lucirse. Para nosotros, lo importante es que el reino crezca. Nuestros enemigos son los que promueven la cultura de la muerte, no los que hacen el bien. Paz y bien.
Sábado de la vigesimoquinta semana del tiempo durante el año
“Todos se admiraban de lo que Jesús hacía”. Lc 9, 43
Jesús tuvo muchos admiradores: algunos admiraban sus palabras; otros, sus milagros; otros, su libertad frente a la ley y a las autoridades; otros, su compasión para con los que sufren y otros, su determinación en abrazar la cruz. Sin dudas, el admirarlo ya es una gran cosa y creo que todos debemos sentir esta admiración por él, pero no basta solo esto. Es necesario dejarse convencer por él y decidirse a seguirlo. Lo que da sentido a nuestra vida no es el ser admiradores de Jesús –pues puedo admirarlo con los brazos cruzados– sino buscar hacer lo mismo que él hizo, esto es, vivir su propuesta. Decídete hoy a seguirlo de verdad. Paz y bien.