Jueves de la décima semana del tiempo durante el año
256 – “Ve primero a reconciliarte con tu hermano y después vuelve a dejar tu ofrenda”. Mt 5, 24
Nuestra relación con Dios pasa siempre por el filtro de los hermanos. El Señor quiere que yo busque siempre estar bien con las personas que me rodean. No quiere que les haga daño o que sea insensible. A Dios no le interesa que con Él yo sea todo amoroso si a otras personas las ofendo o lastimo. El Dios de Jesucristo, al mismo tiempo que me atrae hacia Sí, me exige cuidar de las relaciones con los hermanos. Es falsa e ilusoria mi religión si no me hace capaz de reconciliarme con los demás. Paz y bien.
Viernes de la decimoquinta semana del tiempo durante el año
302 - “Sus discípulos, hambrientos, se pusieron a arrancar espigas y comérselas en día sábado”. Mt 12, 1
Las reglas existen para ayudar a las personas a vivir mejor y todos debemos estar dispuestos a respetarlas; sin embargo, a veces la vida nos pone delante de situaciones tan particulares en las cuales se justifica el quiebre de una regla para que la vida sea defendida. Por eso, no debemos absolutizar las reglas como si ellas estuvieran por encima de todas las cosas o como si todas tuvieran el mismo valor. En la jerarquía de los valores descubrimos que hay momentos en que lo justo es saltar alguna exigencia de la norma para salvaguardar un bien mayor. Paz y bien.
Jueves de la decimoquinta semana del tiempo durante el año
301 - “Mi yugo es suave y mi carga, ligera”. Mt 11, 30
Muchos piensan que seguir a Jesús es algo muy difícil, exigente y, a veces, hasta castrante, pues todo es prohibiciones, vetos y represión. Sin embargo, esto no corresponde a su propuesta. Lo primero que él quiere es que experimentemos su amor misericordioso, siempre listo para socorrernos en nuestras necesidades. Después, si queremos seguirlo, entonces él, sin imposiciones arbitrarias, nos hará descubrir desde nuestra condición concreta su propuesta de felicidad, que nunca nos exige más de lo que él mismo nos da. Con Cristo no perdemos, pues lo que nos pide no son sus caprichos, sino lo que nos puede hacer verdaderamente felices. Pruébalo. Paz y bien.
Miércoles de la decimoquinta semana del tiempo durante el año
300 - “Nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo decida revelárselo”. Mt 11, 27
Qué privilegio el nuestro, el haber sido elegidos por el Hijo amado de Dios para conocer el corazón del Padre eterno. Por más que en la meditación muchos líderes religiosos de todo el mundo llegaron a intuir ciertos aspectos de Dios, también hicieron afirmaciones equivocadas sobre Él, pues sus doctrinas –aun siendo bonitas– siguen siendo construcciones humanas. Solo en Cristo Jesús, verbo encarnado, tenemos la propia revelación de Dios y llegamos al conocimiento profundo de su misterio. El Hijo quiere revelarlo a nosotros también; estudiemos los evangelios y descubriremos el misterio del amor de Dios. Paz y bien.