Martes de la decimoquinta semana del tiempo durante el año
299 - “Jesús se puso a recriminar a las ciudades donde había realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían arrepentido”. Mt 11, 20
Cuando Jesús realiza un milagro en mi vida no es solo para que yo me ponga feliz y
vuelva a hacer exactamente lo mismo que hacía antes. Siempre debo preguntarme qué
es lo que Dios quiere de mí. Habiendo sentido su poder en mi historia, qué puedo hacer
para ser más fiel a su Palabra. No puedo estar siempre pidiéndole que me socorra en
mis desastres sin buscar mejorar mi vida, pues un día también a mí me recriminará: «Si
otros hubiesen tenido las gracias que te di, serían mucho mejores». Paz y bien.
Lunes de la trigésima primera semana del tiempo durante el año
“Cuando des un banquete, invita a los pobres, porque ellos no tienen como retribuirte”. Lc 14, 13-14
Muchas de nuestras acciones son interesadas: saludamos, damos regalitos, visitamos, invitamos para algo a aquellas personas con las cuales estamos obligados o que sabemos que en algún momento pueden favorecernos. Todos hacemos esto por una necesidad de convivencia social. Sin embargo, Jesús nos desafía a hacer algo más: a ser algunas veces totalmente gratuitos, a invitar o ayudar a quien jamás podrá retribuirnos. Solo así, Dios mismo asumirá la deuda, Él en su momento nos retribuirá el favor. La verdadera caridad la realizamos cuando no esperamos ninguna recompensa, ni monetaria ni afectiva. Experiméntalo. Paz y bien.
Todos los fieles difuntos: 02 de noviembre
“No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones”. Jn 14, 1-2
La muerte es una de las experiencias más duras en la vida humana. Nos duele mucho la muerte de nuestros seres queridos así como nos angustia profundamente el pensar en nuestra propia muerte, especialmente cuando nuestra fe cristiana es superficial. De hecho, el cristianismo nace de la buena noticia de la victoria de Cristo sobre la muerte. Y lo mismo puede suceder con aquellos que se adhieren a él. Vivir en Cristo y morir en él es el secreto para aquellos que quieren tener una vida eterna. Paz y bien.
Todos los Santos: 01 de noviembre
“Alégrense y regocíjense porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo”. Mt 5, 12
La vida cristiana es un caminar hacia el cielo. Perderíamos la dirección, nos quedaríamos desorientados si nos olvidáramos de que la santidad es nuestra meta. La vida en esta tierra es una pasantía, una oportunidad para que podamos prepararnos para la vida plena, para la gloria. Ser santos es nuestra primera vocación y eso significa ser plenamente humanos. Cuanto más humanos somos tanto más santos. El pecado, la maldad, los vicios no son señales de nuestra humanidad, sino que nos deshumanizan. Solo el encuentro con Cristo y la búsqueda sincera de vivir en su verdad nos pueden hacer verdaderos hombres. Paz y bien.