Algas marinas pueden proveer antivirales para el COVID-19, según estudio

Las algas marinas pueden proveer antivirales para combatir el COVID-19, de acuerdo a una investigación conjunta que llevan a cabo la Universidad de Puerto Rico (UPR) y el Instituto Wistar de Filadelfia (EE.UU.).

Eduardo Caro, catedrático auxiliar del Departamento de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y director en la isla del proyecto, señaló este martes a Efe que las algas pueden ser una respuesta contra el coronavirus.

“La algas pueden ser una respuesta ante esta pandemia, ya que han contribuido a solucionar otros problemas como el cáncer”, sostuvo Caro.

Las algas azules-verdes producen sustancias naturales que inhiben mecanismos específicos de enfermedades infecciosas e informes recientes han descrito la susceptibilidad del coronavirus a ser inhibido por compuestos químicos derivados de algas marinas, aseguró Caro.

“Las algas proveen muchas soluciones y esta investigación supone una oportunidad”, destacó.

Dijo que el proyecto dirige esfuerzos para el descubrimiento de productos naturales derivados de algas marinas y otros organismos del mar de Puerto Rico que sirvan para descubrir y desarrollar agentes antivirales para el tratamiento del COVID-19.

COLABORACIÓN CON EL INSTITUTO WISTAR DE FILADELFIA

Para ello, el equipo que dirige colabora con el Instituto Wistar de Filadelfia, institución ubicada en la ciudad universitaria de esa ciudad estadounidense especializada en ciencia biomédica, oncología, inmunología e investigación de vacunas.

Caro explicó que durante el confinamiento tuvo la oportunidad de leer amplio material científico, entre el que se interesó por una investigación que apuntaba que elementos presentes en las algas marinas podrían funcionar como inhibidores del coronavirus.

Esa información le sirvió para contactar con un científico del Instituto Wistar de cara a la puesta en marcha de una investigación que ya avanza y que tiene un plazo de un año para presentarse.

El experto señaló que el estudio toma como base que las algas marinas y en concreto las de Puerto Rico pueden contar con inhibidores contra el coronavirus, lo que significa que, a largo plazo, se podría desarrollar fármacos contra la enfermedad.

El estudio en marcha repartió tareas, de forma que en Puerto Rico el equipo encabezado por Caro se encargó de recolectar las algas y del análisis químico de estas.

El Instituto Wistar, por su parte, trata más la parte biomolecular y de determinar qué componentes de las algas pueden contar con inhibidores contra el COVID-19.

OTRA FASE PARA EL DISEÑO DEL FÁRMACO

“El estudio llegaría a una fase preclínica”, subrayó Caro sobre la investigación, después de matizar que una vez determinado que hay inhibidores en las algas marinas el proceso no ha terminado, sino que se abre otro en el que se entra en la parte de diseño del fármaco, que puede demorarse por un periodo de años.

“El objetivo es encontrar un compuesto que tenga eficacia en células infectadas en los pulmones”, indicó, tras asegurar que hay muchos medicamentos derivados de componentes marinos que han mostrado su eficacia.

Recordó que para este estudio se recolectaron hasta 50 tipos de algas y otras especias marinas que se cree que pueden contener compuestos que puedan actuar como inhibidores contra el coronavirus.

El que lidera Caro en Puerto Rico forma parte de los diez proyectos de investigación de la UPR que fueron seleccionados para recibir una subvención de 1,7 millones de dólares otorgados por el Gobierno de Puerto Rico para aportar a la mitigación y erradicación de la pandemia.

Caro detalló que hay un plazo de un año para exponer el resultado de las investigaciones y que tras ese periodo será evaluado si se destinan más partidas económicas para continuar con la investigación contra el COVID-19.

El estudio liderado por el científico puertorriqueño cuenta con una partida de 175.000 dólares.

El estudio puede ser de ayuda para la isla, donde la enfermedad sigue en expansión y el Departamento de Salud reportó este martes nueve muertes, mientras que se registraron 233 casos positivos confirmados y 225 casos probables adicionales.

Desde que comenzó la pandemia los casos confirmados suman 18.206 y las muertes 551.

Erupciones solares provocan apagones de radio en varias zonas del mundo

Tres erupciones de clase M afectaron parte de Filipinas, India y Hawái, en EE.UU.

Alrededor de 25 erupciones solares se registraron entre el miércoles y jueves de esta semana. Tres de ellas fueron de clase M y otras 22 de clase C, lo que significa que la actividad del Sol continúa siendo moderada, a pesar de la aproximación del pico del ciclo solar actual, informó EarthSky.

De acuerdo con el portal, la erupción solar M.2.2, originada en la región de manchas solares AR3638, ocasionó este jueves un apagón menor en las comunicaciones radiales de onda corta en el este de Filipinas. A su vez, indicó que las erupciones solares M.1.6 y M.1.1, de la región AR3645, también causaron apagones de radio menores este miércoles en el sur de Hawái (EE.UU.) y en la costa suroeste de la India, respectivamente.

Se esperan más erupciones

Por otro lado, EarthSky pronosticó que existe una alta probabilidad de que este viernes se produzcan erupciones solares de clase C y M. En ese sentido, mencionó que las posibilidades de una erupción de clase X, considerada de gran magnitud, se incrementaron en un 20 %.

También mencionó que el miércoles se detectó una eyección de masa coronal (CME) en un filamento magnético que se formó cerca del ecuador solar, aunque recalcó que no estaba en dirección hacia la Tierra.

No obstante, explicó que los chorros y erupciones de los filamentos identificados en el suroeste del Sol estaban siendo examinados para determinar si se dirigen a nuestro planeta. A pesar de que el jueves se esperaba una tormenta geomagnética de escala G1 (menor), el sitio Spacewather aseveró que es poco probable que ocurra, ya que no hay señales de que alguna CME alcance la Tierra.

El pico de actividad solar está próximo a ocurrir

El ‘ciclo solar’, que dura aproximadamente 11 años, es impulsado por el campo magnético del astro y se caracteriza por la frecuencia e intensidad de manchas en la superficie solar.

El actual ciclo, el número 25, comenzó en diciembre de 2019. Se prevé que el Sol alcance su pico de actividad, conocido como ‘máximo solar’, entre enero y octubre de este año, lo que podría conducir a un aumento de fenómenos como CME y erupciones solares, así como tormentas de tipo solar y geomagnéticas.

Fiebre de Oropouche: enfermedad parecida al dengue que se propaga por América Latina

La mayoría de los casos se han detectado en zonas urbanas y rurales de la Amazonía.

Cuatro países de América del Sur registran alzas en los casos de la fiebre causada por el virus de Oropouche, una enfermedad zoonótica transmitida por la picadura de los mosquitos ‘culicoides paraensis’ y ‘culex quinquefasciatus’, que causa una sintomatología similar al dengue.

En una reciente actualización, la Organización Panamericana de Salud (OPS) refiere que durante este año, la presencia de la patología, descubierta en Trinidad y Tobago en 1955, se ha incrementado en Bolivia, Brasil, Colombia y Perú, y destaca que en el caso brasileño, el número de infecciones confirmadas se cuadruplicó en relación con el mismo lapso del 2023, al computar 3.475 pacientes. Mientras, se han confirmado 225 casos en Perú, 160 en Bolivia, y 2 en Colombia.

En febrero pasado, la OPS emitió un boletín de alerta epidemiológica sobre la prevalencia de la infección vírica en entornos fundamentalmente amazónicos, pero no solo. Según informes de prensa, la tendencia alcista se ha mantenido.

Los motivos del alza son variados, pero el cambio climático y la desforestación en la región amazónica han jugado un papel fundamental en el incremento de las poblaciones de mosquitos, cuyo hábitat ha empezado a entrecruzarse con el de los seres humanos.

¿Cómo se manifiesta la enfermedad?

La afección tiene un período de incubación promedio de entre 4 y 8 días, aunque en algunos casos los primeros síntomas pueden aparecer a los 3 días o hasta 12 días después de la picadura.

El cuadro se caracteriza por ser de aparición súbita y generalmente los afectados presentan fiebre, dolor de cabeza, dolor articular, dolor corporal generalizado y escalofríos, si bien en ocasiones pueden presentarse vómitos y diarreas persistentes por un lapso de entre 5 y 7 días.

La mayoría de las personas enfermas se recuperará en cerca de 7 días, sin embargo, la convalecencia de algunos pacientes se puede demorar varias semanas, a lo que se suma que no existen medicamentos ni vacunas específicas para prevenir o tratar la afección, por lo que la medicación que se prescribe va dirigida exclusivamente a mejorar los síntomas.

La OPS recomienda la intensificación de la vigilancia epidemiológica para la detección oportuna de los casos, así como actualizar la información sobre detección y control que maneja el personal de salud para que pueda ser transmitida apropiadamente a las poblaciones de alto riesgo.

En la última década, la mayor parte de los casos de fiebre de Oropouche se ha registrado en comunidades urbanas y rurales de la Amazonía, en países como Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, así como en Guayana Francesa, pero también hubo diagnósticos en Panamá y Trinidad y Tobago.

Descubren nueva cepa mutante “potencialmente pandémica” de viruela del mono

Los científicos sospechan que un modo clave de infección está relacionado con el contacto sexual.

Un equipo internacional de epidemiólogos encontró una cepa mutante del virus de la viruela del mono (MPXV) en Kamituga, una ciudad minera densamente poblada y pobre de la República Democrática del Congo (RDC). El virus, descendiente de la cepa de MPXV de clado 1, que mata hasta a 10 % de los infectados, tiene “potencial pandémico”, según declararon los autores en un artículo en preimpresión depositado este domingo en Medrxiv.

“Sin intervención, este brote localizado en Kamituga tiene el potencial de extenderse a nivel nacional e internacional”, señalaron los autores. Al parecer, la nueva variante del virus de la viruela del mono, denominada ‘clado 1b’, es tan letal como su predecesora, pero ha evolucionado para volverse aún más infecciosa y evade mejor las pruebas de detección.

Situación de la viruela símica en el Congo

Los investigadores explicaron que el MPXV del clado I, que prevalece en África Central, se caracteriza por una enfermedad grave y una elevada mortalidad, mientras que el clado II se limita al África Occidental y se asocia con una enfermedad más leve.

El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades comunicó recientemente que, durante el último año, la RDC ha estado luchando por contener el ‘clado 1′ del virus. El organismo puntualizó que desde 2023 hasta el 29 de marzo de 2024, el país africano notificó un total de 18.922 casos sospechosos de MPXV, incluyendo 1.007 muertes. En lo que va de 2024 se han notificado 4.488 casos en el país y se han reportado un total de 279 muertes.

El brote de Kamituga

Se cree que la nueva variante surgió recientemente, en algún momento entre julio y septiembre de 2023, primero en animales y luego saltó a los humanos. A medida que se propagó en Kamituga, adquirió nuevas mutaciones que la ayudaron a extenderse. Hasta el momento se han confirmado 108 casos, y casi 30 % de ellos se dieron entre trabajadores sexuales, lo que sugiere que el virus se propaga de manera similar a la variante mutante que causó un importante brote en 2022.

Alrededor de 85 % de las personas infectadas tenían lesiones genitales, mientras que 10 % fueron hospitalizadas y dos murieron. El análisis genético del virus reveló un linaje de las cepas Clade I secuenciadas previamente en la RDC.