Alteraciones en el periodo menstrual de las mujeres luego de la vacunación

Recientemente han surgido rumores sobre supuestos trastornos causados por la vacuna anti COVID-19 en la fertilidad de las mujeres. Es probable que dichos rumores se hayan iniciado a partir de reportes de efectos secundarios relacionados a la alteración de los ciclos menstruales.

Por Fabiola Román Maldonado, PhD en Biología

Según la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) del Reino Unido, efectos secundarios comunes de las vacunas anti COVID-19 incluyen: dolor en el brazo, fiebre, fatiga y mialgia (dolor muscular). En esta lista, no se enumeran cambios en los períodos y el sangrado vaginal inesperado; sin embargo, se han reportado casos de mujeres con algunas alteraciones de sus periodos menstruales, entre estos, periodos más abundantes de lo habitual, periodos retrasados y sangrado inesperado; aparentemente después de la vacunación anti COVID-19.

En el Reino Unido se ha reportado un total de 34,633 mujeres con diversos tipos de alteraciones menstruales después de la aplicación de vacunas anti COVID-19, específicamente Pfizer, Moderna y AstraZeneca.

El número de notificaciones de trastornos menstruales y sangrado vaginal puede sonar alarmante; sin embargo, es bajo en relación al número de mujeres que han recibido la vacuna anti COVID-19 hasta la fecha, aproximadamente 47,8 millones de dosis de vacuna administradas a mujeres hasta el 8 de septiembre de 2021.

La Doctora Victoria Male, profesora de inmunología reproductiva del Imperial College de Londres, reporta, en una nota editorial de la importante revista médica The British Medical Journal (The BMJ), que las alteraciones observadas en los periodos menstruales son de corta duración. De hecho, la mayoría de las mujeres vuelven a la normalidad después de un solo ciclo.

La Doctora Male, indicó que se habían informado cambios menstruales tanto entre las mujeres que habían recibido las vacunas de ARNm (Pfizer y Moderna), como las que recibieron vacunas Covid-19 con vectores de adenovirus (AstraZeneca).

Debemos recordar que las citadas vacunas son las aplicadas en el Reino Unido, por tanto, es mucho más probable que se reporten casos con esas vacunas, debido simplemente a que el sistema de salud de dicho país realiza un seguimiento a las personas que tienen sospechas de efectos adversos.

En la nota escrita en The BMJ, se aclara que no existe evidencia de que la vacunación afecte la fertilidad en las mujeres. De hecho, en los ensayos clínicos de las vacunas anti COVID-19, los embarazos no deseados ocurrieron en tasas similares en grupos de vacunados y no vacunados. Además, en las clínicas de reproducción asistida, las medidas de fertilidad y las tasas de embarazo son similares en pacientes vacunados y no vacunados.

Sin embargo, la Doctora Male aclaró que se necesita más investigación para garantizar el éxito del programa de vacunación, y así desechar cualquier temor.

Algunas mujeres tienen dudas para acudir a la vacunación anti COVID-19, debido, en gran medida, a afirmaciones falsas de que la vacunación podría perjudicar sus chances de embarazo en el futuro. La Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) del Reino Unido, ha dicho que no encuentra un vínculo entre las vacunas anti COVID-19 y las alteraciones menstruales.

¿A qué se deben estas alteraciones?

Según lo relatado por la inmunóloga, en caso de que exista una conexión entre las vacunas anti COVID-19 y variaciones el ciclo menstrual, es probable que sea el resultado de la respuesta inmune a la vacunación en lugar de un componente específico de la vacuna.

Es sabido que algunas vacunas pueden tener ese tipo de efectos secundarios, como la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), asociada con cambios menstruales. De hecho, el ciclo menstrual puede verse afectado por la activación inmunitaria en respuesta a diversos estímulos. Si bien son incómodos o angustiantes, los problemas menstruales son extremadamente comunes y los eventos estresantes de la vida pueden interrumpir los periodos menstruales.

También se ha informado de cambios en el ciclo menstrual después de la infección por COVID-19 y en personas afectadas por COVID prolongado. De hecho, alrededor de una cuarta parte de las infectadas con SARS-CoV-2 experimentaron trastornos menstruales.

Cabe resaltar la importancia de un seguimiento y una investigación sólida sobre esta posible reacción adversa, ya que es fundamental para el éxito general del programa de vacunación. La investigación también ayudaría a comprender los mecanismos que podrían yacer detrás de un potencial vínculo.

Descubren fósiles de tortuga gigante de 57 millones de años en Colombia

Paleontólogos descubrieron fósiles de tortuga gigante de 57 millones de años de antigüedad en Colombia, informó este martes la universidad que lideró la exploración, cuyos resultados son clave para entender la geografía de Sudamérica en las épocas del Paleoceno y Eoceno.

Los fósiles de los reptiles Puentemys mushaisaensis, que se calcula medían cerca de 1,5 metros de largo, fueron hallados en el montañoso municipio de Socha (noreste), aseguró la Universidad del Rosario en un comunicado.

El descubrimiento es inédito en esta zona andina, pues los ejemplares de esta especie más cercanos están a cientos de kilómetros en El Cerrejón, una mina de carbón cercana al mar Caribe.

“Encontrarlas 500 kilómetros al sur (...) nos permite reconstruir y entender cómo eran los paisajes” del norte de Sudamérica, pues en lugar de las actuales montañas andinas de hasta más de 5.000 msnm allí había “lagos conectados y cordilleras de muy baja altitud”, explicó Edwin Cadena, el paleontólogo a cargo de la investigación.

El estudio “permite conocer mejor la conectividad de los ambientes acuáticos del norte de Sudamérica durante una parte del tiempo geológico conocido como el Paleoceno y Eoceno”, añade el comunicado.

Ambas épocas hacen parte del Paleógeno (66 a 23 millones de años atrás), el primer período geológico después de la extinción de los dinosaurios.

Fuente: AFP

Verse a uno mismo durante videollamadas causa cansancio mental, según estudio

La sensación de agotamiento afecta tanto a hombres como a mujeres de manera similar, lo que contradice los resultados de investigaciones previas.

Verse a uno mismo en la pantalla durante videollamadas en plataformas como Zoom o Teams causa cansancio mental, según en un estudio publicado recientemente en la revista científica Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking.

Los investigadores de la Universidad de Galway (Irlanda) evaluaron la actividad cerebral de 32 personas (16 hombres y 16 mujeres) mediante electroencefalogramas mientras estaban en una videollamada en Zoom, y en distintos momentos de la comunicación se mostraban o se ocultaban en su propia pantalla.

Los resultados revelaron que los niveles de cansancio fueron mayores cuando los participantes podían verse a sí mismos, y esto afectaba tanto a hombres como a mujeres de manera similar. Esta conclusión contradice las deducciones de investigaciones previas que afirman que las mujeres experimentan más cansancio que los hombres dado que tendrían “la mayor conciencia de sí mismas generada al verse en una pantalla”, señala el estudio.

“Nuestro estudio demuestra que la sensación de cansancio que surge durante las videollamadas es real y el hecho de ver nuestro propio reflejo lo hace aún más agotador”, indicó Eoin Whelan, quien dirigió la investigación. “Desactivar la imagen en espejo puede ayudar a compensar la sensación de cansancio en las reuniones virtuales”, agregó.

Demasiada comida chatarra podría causar daños duraderos al cerebro

Investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y otras funciones.

Neurocientíficos de la Universidad del Sur de California (USC) en EE.UU. descubrieron que la ingesta abundante de una dieta occidental, alta en grasas y azúcar, desde la temprana edad, puede provocar problemas duraderos de memoria en animales de laboratorio.

“Lo que vemos […] es que, si estas ratas crecieron con esta dieta de comida chatarra, entonces tienen problemas de memoria que no desaparecen”, explica Scott Kanoski, profesor de la USC. “Si simplemente los sometes a una dieta saludable, estos efectos lamentablemente duran hasta la edad adulta”, agregó.

La concepción de la investigación

Al desarrollar el estudio, Kanoski y su estudiante de postdoctorado, Anna Hayes, tuvieron en cuenta el antecedente de que las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer tienden a tener niveles más bajos de acetilcolina en el cerebro. Los investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran la acetilcolina, un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y funciones como el aprendizaje, la atención, la excitación y el movimiento muscular involuntario.

Los científicos se cuestionaron sobre el impacto que podrían tener estas dietas occidentales para las personas más jóvenes que pueden seguir una dieta similar, particularmente durante la adolescencia, cuando su cerebro está experimentando un desarrollo significativo.

Los experimentos

Los investigadores rastrearon los niveles de acetilcolina de un grupo de ratas con una dieta grasosa y azucarada y en un grupo de control de ratas analizando sus respuestas cerebrales a ciertas tareas diseñadas para probar su memoria.

La prueba implicó dejar que las ratas exploraran nuevos objetos en diferentes lugares. Días después, los investigadores reintrodujeron a las ratas en la escena, que era casi idéntica, excepto por la adición de un objeto nuevo. Las ratas que siguieron la dieta de comida chatarra mostraron signos de que no podían recordar qué objeto habían visto anteriormente ni dónde, mientras que las del grupo de control mostraron familiaridad.

Conclusiones

Según los científicos, su estudio refuerza el importante vínculo entre el intestino y el cerebro. “La señalización de acetilcolina es un mecanismo para ayudarles a codificar y recordar esos eventos, análogo a la ‘memoria episódica’ en los humanos, que nos permite recordar eventos de nuestro pasado”, subrayó Hayes. “Esa señal parece no ocurrir en los animales que crecieron con una dieta grasosa y azucarada”, añadió. La investigación se publicó recientemente en la revista científica revisada por pares Brain, Behavior, and Immunity.

Kanoski enfatizó que la adolescencia es un período muy sensible para el cerebro cuando se están produciendo cambios importantes en el desarrollo. “No sé cómo decir esto sin sonar como Casandra y pesimismo”, apuntó, “pero desafortunadamente, algunas cosas que pueden ser más fácilmente reversibles durante la edad adulta son menos reversibles cuando ocurren durante la niñez”, agregó.

Finalmente, los investigadores lograron revertir la capacidad de memoria en las ratas experimentales con medicamentos que inducen la liberación de acetilcolina, inyectada directamente en el hipocampo cerebral. Sin embargo, Kanoski señala que se necesita una investigación más amplia para saber cómo se pueden revertir los problemas de memoria, causados por una dieta de comida chatarra durante la adolescencia, sin necesidad de una intervención médica tan especial.