Células y órganos de cerdos muertos “reviven” durante unas horas

Un grupo de científicos consiguió reanudar el flujo sanguíneo y el funcionamiento durante unas horas de células en el cuerpo de cerdos que habían muerto poco antes, según un estudio publicado el miércoles.


Fuente: AFP

 

En 2019, un equipo de investigadores en Estados Unidos asombró a la comunidad científica al conseguir restaurar la función celular en el cerebro de cerdos unas horas después de su decapitación.

En su última investigación, publicada el miércoles en la revista Nature, los mismos científicos trataron de extender esta técnica a todo el cuerpo del animal.

Provocaron un ataque al corazón en cerdos anestesiados, lo que detuvo el flujo de sangre y privó a sus células de oxígeno (sin oxígeno, las células de los mamíferos mueren).

Al cabo de una hora, inyectaron a los cadáveres un líquido que contenía la sangre de los cerdos (tomada mientras estaban vivos) y una forma sintética de hemoglobina, la proteína que transporta el oxígeno en los glóbulos rojos.

También inyectaron medicamentos que protegen las células y evitan la formación de coágulos de sangre.

La sangre comenzó a fluir de nuevo y muchas células empezaron a funcionar de nuevo, incluso en órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, durante las siguientes seis horas.

 

– ¿La muerte, un “proceso reversible”? –

“Estas células estaban funcionando horas después cuando no deberían haber funcionado. Esto demuestra que se puede detener la desaparición de células”, dijo Nenad Sestan, autor principal del estudio e investigador de la Universidad de Yale, en una rueda de prensa.

Bajo el microscopio, era difícil diferenciar un órgano normal y sano de un órgano tratado ‘post mortem’, añadió David Andrijevic, coautor del estudio, también de Yale.

El equipo espera que la técnica, denominada OrganEx, pueda utilizarse para “salvar órganos” prolongando su función, dijo.

Esto podría salvar la vida de las personas que esperan un trasplante.

Según Anders Sandberg, de la Universidad de Oxford, OrganEx también podría permitir nuevas formas de cirugía al dar “más margen de maniobra a los médicos”.

Pero la técnica plantea una serie de cuestiones médicas, éticas e incluso filosóficas.

Podría por ejemplo “aumentar el riesgo de que las personas reanimadas no puedan salir del soporte vital”, advirtió Brendan Parent, bioético de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, en un comentario publicado en paralelo por Nature.

 

– Cuestiones éticas –

 

Según Sam Parnia, del Departamento de Medicina de la misma universidad, este estudio “verdaderamente notable” demuestra también que “la muerte es un proceso biológico tratable y reversible horas después”.

Tanto es así que puede ser necesario actualizar la definición médica de la muerte, juzga Benjamin Curtis, filósofo especializado en ética de la Universidad británica de Nottingham Trent.

“Teniendo en cuenta este estudio, muchos procesos que creíamos irreversibles no lo serían”, dijo a la AFP.

“Y, según la definición médica actual de la muerte, una persona puede no estar realmente muerta durante horas”, ya que algunos procesos continúan durante un tiempo más allá del cese de las funciones corporales.

El descubrimiento también podría suscitar un debate sobre la ética de estos procedimientos, sobre todo porque casi todos los cerdos realizaron potentes movimientos con la cabeza y el cuello durante el experimento, según Stephen Latham, uno de los autores del estudio.

“Fue bastante sorprendente para la gente de la sala”, dijo a los periodistas.

El origen de estos movimientos sigue siendo desconocido, pero aseguró que en ningún momento se registró actividad eléctrica en el cerebro de los animales, lo que descarta el retorno a la conciencia.

Estos movimientos de la cabeza son, sin embargo, “una gran preocupación”, dijo Benjamin Curtis, ya que recientes investigaciones neurocientíficas han sugerido que “la experiencia consciente puede continuar incluso cuando no se puede medir la actividad eléctrica en el cerebro”.

“Por lo tanto, es posible que esta técnica haya causado sufrimiento a los cerdos y podría causar sufrimiento a los seres humanos si se utiliza en ellos”, añadió, pidiendo más investigación.

Disfunción eréctil y su vínculo con medicamentos: lo que todo hombre debe saber

La disfunción eréctil es un problema común que puede afectar a hombres de todas las edades. Varios medicamentos, desde antidepresivos hasta analgésicos, pueden contribuir a este trastorno. Es crucial que los hombres comprendan los riesgos asociados con estos fármacos y busquen información y apoyo para gestionar su salud.

La disfunción eréctil, incapacidad para mantener una erección lo suficientemente firme como para tener relaciones sexuales, podría ser causada, entre otras razones, por algunos medicamentos, incluidos fármacos relativamente comunes. Si bien son efectivos en el tratamiento de enfermedades, los medicamentos en cuestión pueden influir en las hormonas masculinas, así como afectar a los nervios o la circulación sanguínea, provocando impotencia o, al menos, incrementando posibles riesgos de su desarrollo.

La incidencia de casos de disfunción eréctil aumenta con la edad. Así, entre los hombres de más de 70 años, la prevalencia se estima entre el 50 y el 100 %, mientras que para el año 2025, se prevé que alrededor de 322 millones de hombres sufran esta condición.

Betabloqueantes

Estos medicamentos suelen utilizarse para tratar la presión arterial alta cuando otros fármacos no han surtido el efecto deseado. Los betabloqueantes hacen que el corazón lata más lento y con menos intensidad, lo que conduce a la reducción de la presión arterial. Al mismo tiempo, al igual que el resto de medicamentos utilizados para la hipertensión, los betabloqueantes pueden causar la disfunción eréctil.

No obstante, comentan los expertos, la vinculación entre el tratamiento con betabloqueantes y el desarrollo de la impotencia es menos común de lo que se puede pensar. Según los recientes estudios, este efecto secundario se registra solamente en menos del 1 % de los pacientes.

Antidepresivos

Los efectos secundarios de los antidepresivos también incluyen cambios en los deseos sexuales, problemas de erección y la disminución de la libido. Así, los antidepresivos serotonérgicos, que tratan la depresión aumentando los niveles de serotonina en el cerebro, se asocian frecuentemente con la aparición de disfunción sexual en varones sexualmente activos, alcanzando el 80 % de los casos analizados.

A su vez, la disfunción eréctil, igual que la lubricación vaginal, se encuentra entre los efectos de tratamiento con antidepresivos a medio plazo (de 2 a 8 semanas) en el 30 % de los datos clínicos evaluados.

Esto pasa porque la mayoría de los antidepresivos pueden influir en los niveles de testosterona y estrógeno.

Analgésicos opiáceos

Este tipo de medicamentos afectan los receptores dentro del cerebro. En este sentido, algunas investigaciones indican que la disfunción eréctil se encuentra entre los efectos negativos más comunes entre aquellos que recurren a su uso. Sin embargo, hay que precisar que solamente los analgésicos opiáceos están vinculados a tales riesgos, mientras que los estudios no lograron asociar el desarrollo de la disfunción eréctil con el tratamiento con analgésicos no opiáceos que son capaces de solamente aliviar el dolor leve y reducir la fiebre.

Medicamentos antihistamínicos

Ciertos antihistamínicos usados para tratar alergias y rinitis pueden mermar el deseo sexual y afectar a la función reproductiva masculina a través de su impacto en la histamina, que también desempeña un papel positivo en el proceso de mantener la erección.

OMS aprueba el primer test para diagnosticar viruela del mono

La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció este viernes haber aprobado el primer test para el diagnóstico rápido de la mpox, lo que servirá para mejorar la prevención en los países más golpeados, en particular en África.

Más de 800 personas han muerto en el continente desde inicios de año a causa de esta enfermedad vírica causante de fiebre, dolor muscular y lesiones cutáneas, detectada oficialmente en 16 países según la Unión Africana.

“La aprobación del uso de emergencia” de estos tests “será clave a la hora de aumentar la capacidad de diagnóstico en los países confrontados a brotes de mpox”, destacó en un comunicado la agencia sanitaria de la ONU.

“El diagnóstico temprano de la mpox posibilita un tratamiento y atención a tiempo, y un mejor control del virus”, añadió la OMS.

El dispositivo, llamado Alinity m MPXV assay, de los laboratorios Abbott Molecular, consiste en un test PCR en tiempo real que permite la detección de la enfermedad a partir de muestras extraídas de los pacientes.

La agencia, con sede en Ginebra, destacó que en África “persiste” el problema de la limitación a la hora de diagnosticar esta enfermedad, lo que “contribuye a la expansión continua del virus”.

“En 2024 se reportaron más de 30.000 casos sospechosos en la región, dándose los mayores números en la República Democrática del Congo, Burundi y Nigeria”, incidió la OMS.

En la República Democrática del Congo, epicentro de la epidemia, “sólo el 37% de los casos sospechosos fueron sometidos a test este año”, destacó la agencia.

La mpox, conocida durante mucho tiempo como viruela del mono, es una enfermedad vírica que se transmite de los animales a los seres humanos, pero también entre las personas a través del contacto físico prolongado.

El resurgimiento de la mpox en África y la aparición de una nueva variante llevaron a la OMS a activar el máximo nivel de alerta mundial a mediados de agosto.

La primera campaña de vacunación contra la mpox en África arrancó a mitad de septiembre en Ruanda. En la RDC debía comenzar este miércoles, pero fue retrasada por problemas en el envío de las dosis.

A finales de septiembre, el presidente estadounidense Joe Biden anunció que su país donaría un millón de dosis de la vacuna contra la mpox a los países africanos afectados.

A finales de agosto, España anunció a su vez que enviará 500.000 dosis de la vacuna a África.

Fuente: AFP

Estudio revela que el COVID-19 grave acelera el envejecimiento cerebral

Un estudio revela que pacientes hospitalizados por COVID-19 pueden sufrir un deterioro cognitivo equivalente a 20 años de envejecimiento cerebral, planteando preocupaciones sobre las secuelas a largo plazo de la enfermedad.

Un equipo de investigadores británicos ha encontrado evidencia que sugiere que algunos pacientes experimentan un deterioro en sus funciones cognitivas tras más de un año de hospitalización. Este hallazgo fue compartido por la Universidad de Liverpool.

Las funciones cognitivas abarcan procesos mentales esenciales, como la memoria, el pensamiento y el comportamiento, que permiten a las personas interactuar y relacionarse. Estos trastornos suelen asociarse a personas mayores, pero un estudio publicado en la revista Nature Medicine analizó a 351 pacientes con COVID-19 que requerían hospitalización.

Los resultados mostraron que estos pacientes presentaron un nivel cognitivo inferior al esperado para su edad, sexo y nivel educativo, incluso en aquellos sin complicaciones neurológicas.

Efectos Equivalentes a 20 Años de Envejecimiento Cerebral

Los investigadores evaluaron las capacidades cognitivas, las exploraciones cerebrales y los análisis de sangre de los pacientes después de un ingreso de entre 12 y 18 meses. Los déficits cognitivos observados fueron equivalentes a un envejecimiento cerebral de 20 años. Además, se detectó una reducción en áreas clave del cerebro y un aumento anormal de proteínas en sangre asociadas a lesiones cerebrales.

El estudio también destacó que el deterioro cognitivo se acentuó en quienes padecieron infecciones más severas por COVID-19, experimentaron síntomas psiquiátricos posagudos o tenían antecedentes de encefalopatía, que se produce cuando el hígado no elimina adecuadamente las toxinas de la sangre.

El investigador Benedict Michael expresó: “Nuestro equipo está trabajando para determinar si los mecanismos identificados en el COVID-19 pueden ser responsables de hallazgos similares en otras infecciones graves, como la gripe”.

Este estudio resalta la importancia de seguir investigando las secuelas del COVID-19 y sus implicaciones a largo plazo en la salud cognitiva.

Con información de Universidad de Liverpool.