¿Cómo actuar y ayudar ante una crisis epiléptica?

La enfermedad predispone a quien la sufre a padecer convulsiones recurrentes. Cuáles son las maniobras sencillas pero esenciales para evitar que la persona afectada sufra un daño mayor.


Fuente: Infobae

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) advierten que la epilepsia, en ocasiones conocida como trastorno de convulsiones, es un trastorno cerebral que se diagnostica a una persona cuando esta ha tenido dos o más convulsiones.

“Una convulsión es un cambio breve en la actividad normal del cerebro y es el principal signo de la epilepsia. Algunas convulsiones pueden parecer episodios catatónicos. Otras convulsiones pueden hacer que la persona se caiga, tiemble y no se dé cuenta de lo que sucede a su alrededor”, señala la agencia nacional de salud pública de los EEUU.

“En la Argentina, se estima que alrededor de 230.000 individuos tendrán en 2022 un diagnóstico de epilepsia”, puntualizó a Infobae la médica neuróloga María del Carmen García, presidenta de LACE y jefa de sección Epilepsia del Hospital Italiano de Buenos Aires, y señaló que, a pesar de la alta prevalencia, existen todavía falsas creencias con respecto a este trastorno, definido por los cuadros clínicos relacionados a una actividad anormal de las neuronas.

Además, la especialista indicó que en las situaciones de difícil control -llamadas epilepsias refractarias- hay nuevas alternativas terapéuticas que brindan resultados favorables. Y que, también, hay que tener en cuenta que existen diferentes tipos de crisis y que estas pueden presentar grados y frecuencias variables.

El cerebro es una estructura altamente compleja, compuesta por millones de células nerviosas llamadas neuronas. Generalmente, su actividad está organizada y posee mecanismos de autorregulación. Las neuronas son responsables de una amplia gama de funciones, incluyendo la conciencia, la generación y el reconocimiento de palabras, los movimientos y las posturas corporales.

Las crisis ocurren cuando el sistema eléctrico del cerebro deja de funcionar correctamente por un breve período de tiempo. En lugar de descargar la actividad eléctrica en forma auto controlada, las neuronas continúan descargando en forma anormal. Esta alteración puede ser causada por desórdenes propios del cerebro (causa intrínseca) o más raramente, por un factor externo como la falta temporaria de oxígeno o glucosa.

García explicó: “Una crisis de epilepsia es un cuadro clínico que se produce por una descarga eléctrica anormal de las neuronas que puede manifestarse de diferentes formas dependiendo del lugar del cerebro donde se originan. La más conocida es la convulsión tonico-clónica generalizada, pero puede haber otros tipos como las crisis de ausencias, por ejemplo”.

Existen dos tipos fundamentales de crisis epilépticas: las generalizadas, donde las descargas afectan a ambos hemisferios, y las crisis focales, donde la descarga comienza en una zona particular del cerebro y que, en ocasiones, se propaga por el resto de la corteza.

En la mayor parte, las crisis aparecen de forma súbita e inesperada. Son breves, duran unos segundos o como mucho unos minutos.

Las más llamativas son las convulsiones (crisis tónico clónicas generalizadas) donde la persona pierde la conciencia, se pone rígida y comienza a sacudirse. Hay otro tipo de crisis que se reducen a una desconexión momentánea con el entorno que persiste por unos segundos, llamadas ausencias.

En las crisis focales la persona actúa como si estuviera despierta a medias o confusa, pueden tener movimientos automáticos, otro pueden tener solo movimientos bruscos como sacudidas localizados en un brazo o en una pierna, o bien pueden sentir por segundos un gusto diferente, o percibir un sonido inexistente, o ver las cosas con colores o formas diferentes, o déjà vu, etc.

Una crisis en una persona con epilepsia no es una emergencia médica, aunque así lo parezca. Termina espontáneamente después de unos minutos y las personas pueden continuar con sus actividades después de un período de descanso y recuperación. Entre las crisis la vida continúa de forma normal, activa y saludable.

Es importante saber que la mayoría de las personas con epilepsia, cuando sufren una crisis, por lo regular, se recuperan de manera espontánea, por lo que no es necesario llamar a un médico a menos que:

– La crisis dure más de 5 minutos.

– No existe certeza de que la persona ya era epiléptica.

– Si hay una recuperación lenta y se presenta una segunda crisis o se dificulta la respiración después de la convulsión.

– Si las mujeres están embarazadas y cuentan con identificación de alguna otra alteración o enfermedad importante.

– Si hay signos de daño en cualquier parte del cuerpo o en la cabeza.

– Si la persona tiene diabetes.

– Si la persona tiene fiebre alta.

Pero hay muchas cosas que sí se pueden hacer para ayudar a la persona que sufre una crisis epiléptica.

Primeros Auxilios en crisis generalizada (crisis tónico – clónico)
En caso de que una persona sufra una crisis epiléptica se recomienda lo siguiente:

– Mantenga la calma.

– Si la persona con epilepsia siente que la crisis es inminente, es posible que pueda ayudarlo a que no caiga al suelo.

– No trate de contener a la persona o sus movimientos.

– De ser posible tome el tiempo de la convulsión.

– Desaloje el área de objetos duros o peligrosos para evitar que la persona se golpee o dañe.

– Si la persona que sufre la crisis usa anteojos, quíteselos.

– Aflójele la ropa que lleve alrededor del cuello y la cabeza.

– Ponga a la persona de costado para facilitar la respiración y mantener las vías aéreas libres y que la saliva caiga de su boca.

– Ponga algo plano y suave bajo su cabeza.

– No trate de forzarle para abrir la boca, ni ponga ningún objeto duro, ya que podría ahogarse o hacerse daño.

– No intente dar respiración artificial, excepto que la persona dejara de respirar al término del crisis.

– Permanezca con la persona hasta que la crisis haya terminado naturalmente, asegurándose de que vuelva la conciencia. Muéstrese amigable.

– Cuando la persona recupere la conciencia y la crisis haya terminado, ayúdele a encontrar un lugar para descansar y recuperar su orientación.

– Ofrézcale llamar a un taxi, un amigo o algún pariente para que pueda volver a casa, si no es capaz de hacerlo por sí mismo.

Primeros auxilios en crisis no convulsivas
Con las crisis de ausencia no se necesita ayuda, ya que solamente consiste en una pérdida momentánea del sentido y las probabilidades de lastimarse son remotas. En las personas que padecen una crisis que produce estados de aturdimiento y comportamiento automático, lo mejor que se puede hacer es:

– Observar a la persona cuidadosamente y explicar a los demás lo que está sucediendo.

– Hablarle tranquilamente y en forma cordial a la persona.

– Alejar a la persona de cualquier peligro, sin presionarla.

– Permanecer con la persona hasta que recupere totalmente la conciencia y ofrecerle ayuda para regresar a casa.

Verse a uno mismo durante videollamadas causa cansancio mental, según estudio

La sensación de agotamiento afecta tanto a hombres como a mujeres de manera similar, lo que contradice los resultados de investigaciones previas.

Verse a uno mismo en la pantalla durante videollamadas en plataformas como Zoom o Teams causa cansancio mental, según en un estudio publicado recientemente en la revista científica Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking.

Los investigadores de la Universidad de Galway (Irlanda) evaluaron la actividad cerebral de 32 personas (16 hombres y 16 mujeres) mediante electroencefalogramas mientras estaban en una videollamada en Zoom, y en distintos momentos de la comunicación se mostraban o se ocultaban en su propia pantalla.

Los resultados revelaron que los niveles de cansancio fueron mayores cuando los participantes podían verse a sí mismos, y esto afectaba tanto a hombres como a mujeres de manera similar. Esta conclusión contradice las deducciones de investigaciones previas que afirman que las mujeres experimentan más cansancio que los hombres dado que tendrían “la mayor conciencia de sí mismas generada al verse en una pantalla”, señala el estudio.

“Nuestro estudio demuestra que la sensación de cansancio que surge durante las videollamadas es real y el hecho de ver nuestro propio reflejo lo hace aún más agotador”, indicó Eoin Whelan, quien dirigió la investigación. “Desactivar la imagen en espejo puede ayudar a compensar la sensación de cansancio en las reuniones virtuales”, agregó.

Demasiada comida chatarra podría causar daños duraderos al cerebro

Investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y otras funciones.

Neurocientíficos de la Universidad del Sur de California (USC) en EE.UU. descubrieron que la ingesta abundante de una dieta occidental, alta en grasas y azúcar, desde la temprana edad, puede provocar problemas duraderos de memoria en animales de laboratorio.

“Lo que vemos […] es que, si estas ratas crecieron con esta dieta de comida chatarra, entonces tienen problemas de memoria que no desaparecen”, explica Scott Kanoski, profesor de la USC. “Si simplemente los sometes a una dieta saludable, estos efectos lamentablemente duran hasta la edad adulta”, agregó.

La concepción de la investigación

Al desarrollar el estudio, Kanoski y su estudiante de postdoctorado, Anna Hayes, tuvieron en cuenta el antecedente de que las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer tienden a tener niveles más bajos de acetilcolina en el cerebro. Los investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran la acetilcolina, un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y funciones como el aprendizaje, la atención, la excitación y el movimiento muscular involuntario.

Los científicos se cuestionaron sobre el impacto que podrían tener estas dietas occidentales para las personas más jóvenes que pueden seguir una dieta similar, particularmente durante la adolescencia, cuando su cerebro está experimentando un desarrollo significativo.

Los experimentos

Los investigadores rastrearon los niveles de acetilcolina de un grupo de ratas con una dieta grasosa y azucarada y en un grupo de control de ratas analizando sus respuestas cerebrales a ciertas tareas diseñadas para probar su memoria.

La prueba implicó dejar que las ratas exploraran nuevos objetos en diferentes lugares. Días después, los investigadores reintrodujeron a las ratas en la escena, que era casi idéntica, excepto por la adición de un objeto nuevo. Las ratas que siguieron la dieta de comida chatarra mostraron signos de que no podían recordar qué objeto habían visto anteriormente ni dónde, mientras que las del grupo de control mostraron familiaridad.

Conclusiones

Según los científicos, su estudio refuerza el importante vínculo entre el intestino y el cerebro. “La señalización de acetilcolina es un mecanismo para ayudarles a codificar y recordar esos eventos, análogo a la ‘memoria episódica’ en los humanos, que nos permite recordar eventos de nuestro pasado”, subrayó Hayes. “Esa señal parece no ocurrir en los animales que crecieron con una dieta grasosa y azucarada”, añadió. La investigación se publicó recientemente en la revista científica revisada por pares Brain, Behavior, and Immunity.

Kanoski enfatizó que la adolescencia es un período muy sensible para el cerebro cuando se están produciendo cambios importantes en el desarrollo. “No sé cómo decir esto sin sonar como Casandra y pesimismo”, apuntó, “pero desafortunadamente, algunas cosas que pueden ser más fácilmente reversibles durante la edad adulta son menos reversibles cuando ocurren durante la niñez”, agregó.

Finalmente, los investigadores lograron revertir la capacidad de memoria en las ratas experimentales con medicamentos que inducen la liberación de acetilcolina, inyectada directamente en el hipocampo cerebral. Sin embargo, Kanoski señala que se necesita una investigación más amplia para saber cómo se pueden revertir los problemas de memoria, causados por una dieta de comida chatarra durante la adolescencia, sin necesidad de una intervención médica tan especial.

Erupciones solares provocan apagones de radio en varias zonas del mundo

Tres erupciones de clase M afectaron parte de Filipinas, India y Hawái, en EE.UU.

Alrededor de 25 erupciones solares se registraron entre el miércoles y jueves de esta semana. Tres de ellas fueron de clase M y otras 22 de clase C, lo que significa que la actividad del Sol continúa siendo moderada, a pesar de la aproximación del pico del ciclo solar actual, informó EarthSky.

De acuerdo con el portal, la erupción solar M.2.2, originada en la región de manchas solares AR3638, ocasionó este jueves un apagón menor en las comunicaciones radiales de onda corta en el este de Filipinas. A su vez, indicó que las erupciones solares M.1.6 y M.1.1, de la región AR3645, también causaron apagones de radio menores este miércoles en el sur de Hawái (EE.UU.) y en la costa suroeste de la India, respectivamente.

Se esperan más erupciones

Por otro lado, EarthSky pronosticó que existe una alta probabilidad de que este viernes se produzcan erupciones solares de clase C y M. En ese sentido, mencionó que las posibilidades de una erupción de clase X, considerada de gran magnitud, se incrementaron en un 20 %.

También mencionó que el miércoles se detectó una eyección de masa coronal (CME) en un filamento magnético que se formó cerca del ecuador solar, aunque recalcó que no estaba en dirección hacia la Tierra.

No obstante, explicó que los chorros y erupciones de los filamentos identificados en el suroeste del Sol estaban siendo examinados para determinar si se dirigen a nuestro planeta. A pesar de que el jueves se esperaba una tormenta geomagnética de escala G1 (menor), el sitio Spacewather aseveró que es poco probable que ocurra, ya que no hay señales de que alguna CME alcance la Tierra.

El pico de actividad solar está próximo a ocurrir

El ‘ciclo solar’, que dura aproximadamente 11 años, es impulsado por el campo magnético del astro y se caracteriza por la frecuencia e intensidad de manchas en la superficie solar.

El actual ciclo, el número 25, comenzó en diciembre de 2019. Se prevé que el Sol alcance su pico de actividad, conocido como ‘máximo solar’, entre enero y octubre de este año, lo que podría conducir a un aumento de fenómenos como CME y erupciones solares, así como tormentas de tipo solar y geomagnéticas.