COVID-19: ¿cuándo llegaremos al estado endémico?
EL SARS-CoV-2 es un virus que vino para quedarse. Por tanto, el mundo deberá aprender a vivir con él; y probablemente lo está haciendo.
Por Fabiola Román Maldonado, PhD en Biología
Hace varios meses escuchamos que la COVID-19 está camino a ser una enfermedad endémica. Es algo que parece dar esperanzas a las personas. Sin embargo, ¿sabemos realmente qué significa que una enfermedad sea endémica?
Actualmente, la COVID-19 está en la categoría de pandémica. Según la definición del CDC, esto significa que “está extendida por varios países y/o continentes y que afecta a un gran número de personas”. Recordemos que la COVID-19 fue declarada pandémica en marzo del 2020 por la OMS.
El CDC define una enfermedad endémica como “una enfermedad que tiene una presencia constante en un área determinada”. Si bien la definición de endémico no hace referencia a que la enfermedad sea leve, el discurso público sobre el estado endémico al que se aproxima la COVID-19 parece sugerir que endémico es igual a inofensivo. Esto no necesariamente es así. Los especialistas en epidemiología, utilizan el término endémico para referirse a algo que se debe vigilar muy de cerca, ya que cuando una enfermedad es endémica, puede producirse un aumento repentino en el número de casos, por encima de lo que normalmente se espera en una población.
¿Cuáles son algunas enfermedades que son consideradas endémicas? Por ejemplo, tenemos a los resfriados, y demás infecciones del tracto respiratorio superior. Todas ellas afectan a varios miles de personas en todo el mundo y matan a algunos miles. Otra enfermedad endémica, mucho más letal que los resfriados, es la malaria. La malaria afecta a miles de personas y ha matado en el 2019 un total de 600.000 personas en todo el mundo.
En relación a la COVID-19, una vez que se sitúe en la categoría de endémica, ¿podemos estimar que su letalidad será como la de la malaria o como la de un resfriado? Probablemente es muy temprano para responder a esa pregunta; sin embargo, los epidemiólogos predicen que la COVID-19 endémica puede ser similar a la endemia de otros virus respiratorios.
Los expertos esperan ese escenario debido a que se ha alcanzado mucha inmunidad, por medio de infecciones y vacunas, en todo el mundo. Es posible entonces que la COVID-19 alcance el nivel de enfermedad leve, como los coronavirus que causan resfriado. Sin embargo, no debemos olvidar que la inmunidad que se ha adquirido, ya sea con las vacunas o con las infecciones, puede disminuir con el tiempo y, además, las variantes futuras pueden evadir la protección ganada.
¿Cómo sabremos que la COVID-19 ha alcanzado la fase endémica? Llegaremos a saberlo solo con el tiempo. Los científicos suelen determinar si una enfermedad ha alcanzado la fase endémica solo después de observarla durante varios años.
Según las suposiciones de los expertos, la covid endémica se verá muy diferente de la pandemia de los últimos dos años; es decir, se supone que será mucho más leve. Sin embargo, también se puede tener el otro escenario, en el que la covid endémica podría parecerse a lo que hemos estado viviendo.
Según Trevor Bedford, virólogo del Centro Fred Hutchinson para la Investigación del Cáncer, en Seattle, podemos imaginar una situación en la que ocurren eventos parecidos a Ómicron todos los años.
Lo que nos muestra es que un estado endémico de una enfermedad, no necesariamente es leve. “Ese puede ser el estado endémico. Y no significa que sea leve, y no significa que sea fácil de tratar”, dijo el Dr. Bedford, refiriéndose al estado que vivimos actualmente con Ómicron.
En síntesis, debemos tener presente que la fase endémica no necesariamente significa enfermedad leve y, en el caso de la COVID-19, solamente con el tiempo sabremos cuando hemos entrado a dicha fase. Es más, solo lo sabremos cuando hayamos estado en ella un buen tiempo.
OMS aprueba la segunda vacuna contra la viruela símica
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó el martes una vacuna contra la mpox de la farmacéutica japonesa KM Bilogics, la segunda en obtener la luz verde de la agencia de la ONU.
La OMS explicó que permitirá el uso de emergencia del inmunizante LC16m8 para “facilitar un mayor y rápido acceso a las vacunas en las comunidades donde se expanden los brotes de mpox”.
Esta licencia allana el camino para que las autoridades estatales aprueben e importen rápidamente el fármaco para su distribución.
Esto “marca un paso significativo en nuestra respuesta a la emergencia actual, aportando una nueva opción para proteger a todas las poblaciones, incluidos los niños”, dijo Yukiko Nakatani, subdirectora general de la OMS de acceso a medicamentos y productos de salud.
La agencia de la ONU declaró en agosto una emergencia de salud pública de importancia internacional por la mpox tras el aumento de casos del Clado 1b en República Democrática del Congo (RDC), que se extendió a otros países.
Esta y otras cepas de este virus se han detectado en 80 países en lo que va de año, según la OMS.
República Democrática del Congo es de largo el más afectado y donde se han registrado la mayoría de 39.000 casos sospechosos y casi mil muertos.
La OMS subrayó que el anuncio del martes es particularmente importante porque el gobierno japonés se comprometió a donar 3,05 millones de dosis de esta vacuna a RDC.
“Es el mayor paquete de donación anunciado hasta la fecha para la actual emergencia de mpox”, afirmó.
Sin embargo, la agencia advirtió que la vacuna no debe usarse durante el embarazo o en personas inmunocomprometidas.
El mpox, antes conocido como viruela del mono, fue detectado por primera vez en humanos en 1970 en la actual RDC (ex Zaire).
Es una enfermedad viral que se transmite del animal al humano, así como por por contacto físico estrecho con una persona infectada por el virus. Provoca fiebre, dolores musculares y lesiones cutáneas y en algunos casos puede ser mortal.
Fuente: AFP
Los microplásticos, preocupantes para la salud humana, según estudio
Desde los pulmones hasta los riñones, incluso en la sangre, los microplásticos se encuentran en casi todas las partes del cuerpo humano.
Aunque los científicos no saben de forma certera, de momento, cuál es el impacto real que tienen en la salud, numerosos especialistas han dado la voz de alarma.
Se han detectado micropartículas de plástico (de menos de 5 milímetros) en el aire, el agua, en los alimentos, los envoltorios, los textiles sintéticos, las llantas y los cosméticos.
Cada día, los humanos los ingieren por inhalación o por contacto con la piel.
“El hombre de 2024 contiene plásticos en prácticamente todos los órganos de su cuerpo (...) y probablemente será aún peor para los niños nacidos en 2040″, afirmó Fabienne Lagarde, investigadora del Instituto de Moléculas y Materiales de Le Mans, en Francia, durante una audiencia reciente con legisladores franceses.
En los últimos años, los científicos los han encontrado en pulmones, corazón, hígado, riñones y también en la placenta y en la sangre.
Además, diversos estudios señalan la correlación entre los microplásticos -incluso los nanoplásticos, 1.000 veces menores- y problemas de salud.
Entre los más recientes, uno publicado en marzo en el New England Journal of Medicine, que demuestra una asociación entre la acumulación de esas partículas en los vasos sanguíneos y un mayor riesgo de infarto y de muerte entre determinadas personas con arteriosclerosis.
- Desconocidos y peligrosos -
“Las investigaciones sobre los microplásticos se multiplican e identifican efectos muy preocupantes para la salud. Un reciente metaanálisis de 2.000 estudios animales demostró que los microplásticos parecen afectar a la fertilidad, estar ligados a un mayor riesgo de cáncer o afectar a la salud respiratoria”, explicó a AFP la profesora Tracey Woodruff, de la Universidad de California.
Para Woodruff, directora de un programa sobre salud reproductiva y medio ambiente, esos datos, sumados al “descubrimiento de microplásticos en numerosas partes del cuerpo, incluido el cerebro, los testículos e incluso el feto a través de la placenta”, constituyen una “señal de alarma”.
Hasta la fecha no se ha podido establecer una relación de causa y efecto entre la exposición humana a esos cócteles complejos de polímeros y aditivos químicos, a los cuales se pueden sumar otros contaminantes mediante un efecto de “caballo de Troya”.
La mayoría de los estudios se han realizado en laboratorio, a veces en células humanas o con modelos animales.
Algunos observadores ven en eso una limitación. Pero los estudios con animales examinan “sistemas biológicos muy similares a los humanos” y “los datos sobre animales se utilizan desde hace décadas para identificar las sustancias cancerígenas o reprotóxicas”, señaló Woodruff.
En cuanto al impacto de los microplásticos, persisten varias incógnitas sobre el papel de la forma, el tamaño, el tipo de plástico o el aditivo.
- “Principio de precaución” -
De las más de 16.000 sustancias químicas utilizadas o encontradas en los plásticos comercializados, más de un cuarto presentan riesgos conocidos, según una “coalición de científicos por un tratamiento eficaz de los plásticos”.
Entre ellos figuran “la infertilidad, la obesidad y las patologías no transmisibles como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y numerosos cánceres”, detalla una nota que publicaron este año.
Pero el nivel de exposición a los microplásticos sigue siendo incierto.
Un impactante informe de la oenegé Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) calculó en 2019 que una persona ingiere e inhala hasta 5 gramos de plásticos por semana, el equivalente a una tarjeta de crédito.
Sin embargo, hubo quien rebatió los resultados y la metodología de ese estudio, y varios trabajos científicos citan cifras menores o muy distintas, según las regiones del mundo.
Las investigaciones sobre microplásticos y salud, que comenzaron a inicios de los años 2000, deben continuar, aunque ya está dando lugar a medidas de acción, según expertos.
“Pese a ser un tema reciente y a las limitaciones identificadas, los peligros ligados a la exposición oral y a la inhalación existen”, destacó Muriel Mercier-Bonin, directora de investigación del Instituto Nacional de Investigación en Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de Francia, durante la audiencia ante el Parlamento francés.
Gobiernos, reguladores y fabricantes son clave, porque “lo más importante es reforzar las medidas para limitar la producción y la contaminación plásticas”, según Woodruff.
Individualmente, reducir su exposición es un “principio de precaución”, indican varios especialistas, que recomiendan evitar las botellas de plástico, no calentar los alimentos en recipientes de plástico, privilegiar la ropa de fibras naturales o ventilar la casa.
Fuente: AFP
La NASA investiga la posible existencia de vida en una luna de Júpiter
La sonda de la NASA Europa Clipper despegó este lunes desde Estados Unidos rumbo a una luna del planeta Júpiter para investigar si su composición permite albergar vida, un descubrimiento que tendría implicaciones vertiginosas.
Fuente: AFP
La sonda despegó acoplada a un cohete Falcon Heavy de SpaceX desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida. La misión llegará a Europa, uno de los satélites de Júpiter, en abril de 2030.
Se trata de un mundo que la agencia espacial estadounidense no ha observado aún de una forma tan detallada. Bajo su superficie de hielo hay un océano de agua líquida, estiman los científicos.
“Europa es uno de los lugares más prometedores para la búsqueda de vida más allá de la Tierra”, aseguró en rueda de prensa previa al lanzamiento Gina DiBraccio, funcionaria de la NASA.
La misión no buscará directamente señales de vida pero tratará de dar respuesta a la cuestión de su habitabilidad: ¿Europa tiene las condiciones que permiten que exista la vida?
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De ser así, entonces otra misión deberá ir para tratar de detectarla.
“Es una oportunidad para nosotros de explorar no un mundo que pudo haber sido habitable miles de millones de años atrás”, como Marte, “sino uno que podría ser habitable justo ahora”, dijo Curt Niebur, a cargo de la parte científica de la misión.
La sonda es la más grande diseñada por la NASA para la exploración interplanetaria, llega a 30 metros de largo con sus paneles solares extendidos, diseñados para captar la débil luz en el camino a Júpiter.
- ¿Vida primitiva? -
Las primeras imágenes cercanas de Europa, cuya existencia se conoce desde 1610, fueron hechas por la sonda Voyager en 1979, que revelaron las misteriosas líneas rojizas sobre su superficie.
En la década de 1990, la sonda Galileo confirmó la muy probable presencia de un océano.
Esta vez, Europa Clipper lleva varios instrumentos ultrasofisticados entre ellos cámaras, espectrógrafo, radares o un magnetómetro.
La misión debe permitir determinar la estructura y composición de su superficie congelada, la profundidad e incluso la salinidad del eventual océano.
Todo con el fin de comprender si los tres ingredientes necesarios para la vida se encuentran allí: el agua, la energía y algunos compuestos químicos.
Si existen, la vida podría estar en el océano bajo la forma de bacterias primitivas, explicó Bonnie Buratti, responsable científico adjunto de la misión. Aunque demasiado en lo profundo como para que Europa Clipper pueda verla.
¿Y si Europa finalmente no fuera habitable? “Eso también abriría la vía a una serie de cuestiones: ¿Por qué pensamos eso y por qué no está ahí?”, indicó Nikki Fox, administradora asociada de la NASA.
- 49 sobrevuelos -
En cinco años y medio de viaje para llegar a Júpiter la sonda recorrerá 2.900 millones de kilómetros y a partir de su llegada la misión principal durará cuatro años.
La sonda hará 49 sobrevuelos a Europa, a unos 25 kilómetros de la superficie.
Unas 4.000 personas trabajaron desde hace aproximadamente una década en esta misión cuyo costo es 5.200 millones de dólares.
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Una inversión justificada por la importancia de los datos que se van a recopilar, según la Nasa.
Si nuestro sistema solar revela que hay dos mundos habitables (Europa y la Tierra), “piensen en lo que esto significa al extender este resultado a los miles de millones de otros sistemas solares en esta galaxia”, dijo Curt Niebur.
“Incluso dejando de lado la cuestión de saber si hay vida en Europa, la sola cuestión de la habitabilidad abre un nuevo paradigma para la búsqueda de vida en la galaxia”, agregó.
Europa Clipper operará al mismo tiempo que la sonda Juice de la agencia espacial europea (ESA), que estudiará otras dos lunas de Júpiter, Ganímedes y Calisto, además de Europa.