Cuáles son las 5 diferencias entre la viruela del mono y el COVID-19

El virus de la viruela símica, que se ha detectado en Europa y en las Américas, no es nuevo. Mientras surgen nuevas olas de contagio por el coronavirus, esta enfermedad genera preguntas que inquietan.

1- El virus de la viruela del mono o viruela símica no es nuevo

La viruela de los monos fue descripta por primera vez en monos de laboratorio en 1958. Se cree que el virus se transmite más bien de animales salvajes como los roedores a las personas, o de personas infectadas. En un año normal, se producen unos pocos miles de casos en África, normalmente en las partes occidental y central del continente. Pero los casos fuera de África se habían limitado a muy pocas personas que habían estado en África o a la importación de animales infectados.

Pero solo durante la última semana, el número de casos detectados fuera de África ha superado el número detectado fuera del continente desde 1970, cuando se identificó por primera vez que el virus causaba la enfermedad en los seres humanos. Esta rápida propagación es lo que tiene a los científicos en alerta máxima. “Es revelador ver este tipo de propagación”, dijo a la revista Nature Anne Rimoin, epidemióloga de la Universidad de California en Los Ángeles, que ha estudiado la viruela del mono en la República Democrática del Congo durante más de una década.

2- No se transmite tan fácilmente de persona a persona como el covid

Según Jay Hooper, virólogo del Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejército de Estados Unidos en Fort Detrick, Maryland, Estados Unidos, el virus de la viruela del mono no es igual al coronavirus que causa la enfermedad COVID-19. No se transmite tan fácilmente de persona a persona, y como está relacionado con el virus de la viruela, ya existen tratamientos y vacunas para frenar su propagación. Así que, aunque los científicos están preocupados, consideran que no hay que dejarse llevar por el pánico.

A diferencia del coronavirus que se propaga a través de gotitas en el aire llamadas aerosoles, se cree que la viruela del mono se transmite por contacto cercano con fluidos corporales, como la saliva al toser. Esto significa que es probable que una persona con viruela del mono infecte a muchos menos contactos cercanos que alguien con el coronavirus, según el doctor Hooper.

3- Tienen algunos síntomas diferentes

Tanto la infección por el coronavirus como la de la viruela del mono pueden causar síntomas parecidos a los de la gripe. Pero la viruela del mono también provoca el aumento de tamaño de los ganglios linfáticos y, a la larga, lesiones distintivas llenas de líquido en la cara, las manos y los pies. La mayoría de las personas se recuperan de la viruela del mono en unas pocas semanas sin tratamiento.

El 19 de mayo pasado, investigadores portugueses publicaron el primer borrador del genoma del virus de la viruela del mono que se detectó en ese país. Pero Gustavo Palacios, virólogo de la Escuela de Medicina Icahn del Monte Sinaí de Nueva York, en los Estados Unidos, advirtió que aún es un borrador muy incipiente y que hay que seguir trabajando antes de sacar conclusiones definitivas.

Lo que los investigadores pueden decir a partir de estos datos genéticos preliminares es que el virus de la viruela del mono está relacionado con una cepa viral que se encuentra predominantemente en África occidental. Esa cepa causa una enfermedad más leve y tiene una tasa de mortalidad más baja -alrededor del 1% en poblaciones pobres y rurales- en comparación con la que circula en África central. Pero aún se desconoce en qué medida la cepa que causa los brotes actuales difiere de la de África occidental, y si los virus que aparecen en varios países están relacionados entre sí.

Las respuestas a esas preguntas podrían ayudar a determinar si el repentino aumento de los casos se debe a una mutación que permite que este virus de la viruela del mono se transmita más fácilmente que los del pasado, y si cada uno de los brotes tiene un único origen, dice Raina MacIntyre, epidemióloga de enfermedades infecciosas de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sydney (Australia).

4- La evolución de cada virus es distinta

El coronavirus SARS-CoV-2 es un virus de ARN que evoluciona rápidamente. Las variantes del coronavirus que se han clasificado como “de preocupación” han escapado regularmente de la inmunidad de las vacunas y la infección previa. En cambio, el de la viruela del mono es un virus de ADN relativamente grande. Los virus de ADN detectan y reparan mejor las mutaciones que los de ARN, lo que significa que es poco probable que el virus de la viruela del mono haya mutado repentinamente para convertirse en un experto en la transmisión humana, afirmó MacIntyre.

No obstante, el hecho de que la viruela del mono se haya detectado en personas sin conexión aparente entre sí sugiere que el virus podría haberse propagado de forma silenciosa, un hecho que Andrea McCollum, epidemióloga que dirige el equipo de “poxvirus” de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU., calificó como “profundamente preocupante”.

5- La viruela del mono generalmente da síntomas

A diferencia del coronavirus SARS-CoV-2, que puede propagarse de forma asintomática en 1 de cada 4 personas, la viruela del mono no suele pasar desapercibida. Esto se debe en parte a las lesiones cutáneas que provoca. Si la viruela del mono pudiera propagarse de forma asintomática, sería especialmente preocupante porque dificultaría el seguimiento del virus, señaló McCollum.

Otro enigma es por qué casi todos los grupos de casos incluyen a hombres de entre 20 y 50 años, muchos de los cuales son homosexuales, bisexuales y hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (GBMSM). Aunque no se sabe que la viruela del mono se transmita por vía sexual, la actividad sexual constituye sin duda un contacto estrecho, sostuvo la doctora Rimoin.

La explicación más probable de este inesperado patrón de transmisión, según MacIntyre, es que el virus se introdujo casualmente en una comunidad de homosexuales, bisexuales y de hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, y el virus ha seguido circulando allí. Los científicos tendrán una mejor idea del origen de los brotes y de los factores de riesgo de infección una vez que se complete la investigación epidemiológica, que puede llevar semanas y que implica un riguroso rastreo de contactos.

Los científicos llevan vigilando la viruela del mono desde que en la década de 1970 finalizó la campaña de erradicación de la viruela, su virus primo. Una vez que la viruela dejó de ser una amenaza gracias a la vacunación mundial, los funcionarios de salud pública dejaron de recomendar la inoculación contra la viruela, lo que también mantuvo a raya la viruela del mono. Cada año que ha pasado desde la erradicación de la viruela, la población con inmunidad debilitada o nula a estos virus ha aumentado, según MacIntyre.

Desde entonces se han producido algunos brotes. La República Democrática del Congo, por ejemplo, ha estado luchando contra la viruela del mono durante décadas, y Nigeria ha estado experimentando un gran brote, con unos 500 casos sospechosos y más de 200 confirmados, desde 2017, cuando el país informó de su primer caso en más de 39 años. Estados Unidos también informó sobre un brote en 2003, cuando un cargamento de roedores procedentes de Ghana propagó el virus a los perros de la pradera que tenían como mascota en Illinois e infectó a más de 70 personas.

Sin embargo, las autoridades de salud pública están capacitadas para la respuesta ante la infección por la viruela del mono. Como precaución contra el bioterrorismo, países como Estados Unidos mantienen un suministro de vacunas contra la viruela, así como un tratamiento antiviral que se considera muy eficaz contra el virus. Sin embargo, según McCollum, esas terapias no se utilizarían a gran escala. En su lugar, el personal sanitario probablemente utilizaría un método llamado “vacunación en anillo” para contener la propagación de la viruela del mono: se vacunaría a los contactos cercanos de las personas que han sido infectadas con viruela del mono para cortar cualquier vía de transmisión.

Al basarse en los datos actuales, McCollum cree que los brotes actuales probablemente no necesitarán estrategias de contención más allá de la vacunación en anillo. “Incluso en las zonas donde la viruela del mono se produce todos los días sigue siendo una infección relativamente rara”, afirmó.

Descubren fósiles de tortuga gigante de 57 millones de años en Colombia

Paleontólogos descubrieron fósiles de tortuga gigante de 57 millones de años de antigüedad en Colombia, informó este martes la universidad que lideró la exploración, cuyos resultados son clave para entender la geografía de Sudamérica en las épocas del Paleoceno y Eoceno.

Los fósiles de los reptiles Puentemys mushaisaensis, que se calcula medían cerca de 1,5 metros de largo, fueron hallados en el montañoso municipio de Socha (noreste), aseguró la Universidad del Rosario en un comunicado.

El descubrimiento es inédito en esta zona andina, pues los ejemplares de esta especie más cercanos están a cientos de kilómetros en El Cerrejón, una mina de carbón cercana al mar Caribe.

“Encontrarlas 500 kilómetros al sur (...) nos permite reconstruir y entender cómo eran los paisajes” del norte de Sudamérica, pues en lugar de las actuales montañas andinas de hasta más de 5.000 msnm allí había “lagos conectados y cordilleras de muy baja altitud”, explicó Edwin Cadena, el paleontólogo a cargo de la investigación.

El estudio “permite conocer mejor la conectividad de los ambientes acuáticos del norte de Sudamérica durante una parte del tiempo geológico conocido como el Paleoceno y Eoceno”, añade el comunicado.

Ambas épocas hacen parte del Paleógeno (66 a 23 millones de años atrás), el primer período geológico después de la extinción de los dinosaurios.

Fuente: AFP

Verse a uno mismo durante videollamadas causa cansancio mental, según estudio

La sensación de agotamiento afecta tanto a hombres como a mujeres de manera similar, lo que contradice los resultados de investigaciones previas.

Verse a uno mismo en la pantalla durante videollamadas en plataformas como Zoom o Teams causa cansancio mental, según en un estudio publicado recientemente en la revista científica Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking.

Los investigadores de la Universidad de Galway (Irlanda) evaluaron la actividad cerebral de 32 personas (16 hombres y 16 mujeres) mediante electroencefalogramas mientras estaban en una videollamada en Zoom, y en distintos momentos de la comunicación se mostraban o se ocultaban en su propia pantalla.

Los resultados revelaron que los niveles de cansancio fueron mayores cuando los participantes podían verse a sí mismos, y esto afectaba tanto a hombres como a mujeres de manera similar. Esta conclusión contradice las deducciones de investigaciones previas que afirman que las mujeres experimentan más cansancio que los hombres dado que tendrían “la mayor conciencia de sí mismas generada al verse en una pantalla”, señala el estudio.

“Nuestro estudio demuestra que la sensación de cansancio que surge durante las videollamadas es real y el hecho de ver nuestro propio reflejo lo hace aún más agotador”, indicó Eoin Whelan, quien dirigió la investigación. “Desactivar la imagen en espejo puede ayudar a compensar la sensación de cansancio en las reuniones virtuales”, agregó.

Demasiada comida chatarra podría causar daños duraderos al cerebro

Investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y otras funciones.

Neurocientíficos de la Universidad del Sur de California (USC) en EE.UU. descubrieron que la ingesta abundante de una dieta occidental, alta en grasas y azúcar, desde la temprana edad, puede provocar problemas duraderos de memoria en animales de laboratorio.

“Lo que vemos […] es que, si estas ratas crecieron con esta dieta de comida chatarra, entonces tienen problemas de memoria que no desaparecen”, explica Scott Kanoski, profesor de la USC. “Si simplemente los sometes a una dieta saludable, estos efectos lamentablemente duran hasta la edad adulta”, agregó.

La concepción de la investigación

Al desarrollar el estudio, Kanoski y su estudiante de postdoctorado, Anna Hayes, tuvieron en cuenta el antecedente de que las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer tienden a tener niveles más bajos de acetilcolina en el cerebro. Los investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran la acetilcolina, un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y funciones como el aprendizaje, la atención, la excitación y el movimiento muscular involuntario.

Los científicos se cuestionaron sobre el impacto que podrían tener estas dietas occidentales para las personas más jóvenes que pueden seguir una dieta similar, particularmente durante la adolescencia, cuando su cerebro está experimentando un desarrollo significativo.

Los experimentos

Los investigadores rastrearon los niveles de acetilcolina de un grupo de ratas con una dieta grasosa y azucarada y en un grupo de control de ratas analizando sus respuestas cerebrales a ciertas tareas diseñadas para probar su memoria.

La prueba implicó dejar que las ratas exploraran nuevos objetos en diferentes lugares. Días después, los investigadores reintrodujeron a las ratas en la escena, que era casi idéntica, excepto por la adición de un objeto nuevo. Las ratas que siguieron la dieta de comida chatarra mostraron signos de que no podían recordar qué objeto habían visto anteriormente ni dónde, mientras que las del grupo de control mostraron familiaridad.

Conclusiones

Según los científicos, su estudio refuerza el importante vínculo entre el intestino y el cerebro. “La señalización de acetilcolina es un mecanismo para ayudarles a codificar y recordar esos eventos, análogo a la ‘memoria episódica’ en los humanos, que nos permite recordar eventos de nuestro pasado”, subrayó Hayes. “Esa señal parece no ocurrir en los animales que crecieron con una dieta grasosa y azucarada”, añadió. La investigación se publicó recientemente en la revista científica revisada por pares Brain, Behavior, and Immunity.

Kanoski enfatizó que la adolescencia es un período muy sensible para el cerebro cuando se están produciendo cambios importantes en el desarrollo. “No sé cómo decir esto sin sonar como Casandra y pesimismo”, apuntó, “pero desafortunadamente, algunas cosas que pueden ser más fácilmente reversibles durante la edad adulta son menos reversibles cuando ocurren durante la niñez”, agregó.

Finalmente, los investigadores lograron revertir la capacidad de memoria en las ratas experimentales con medicamentos que inducen la liberación de acetilcolina, inyectada directamente en el hipocampo cerebral. Sin embargo, Kanoski señala que se necesita una investigación más amplia para saber cómo se pueden revertir los problemas de memoria, causados por una dieta de comida chatarra durante la adolescencia, sin necesidad de una intervención médica tan especial.