El pánico a las agujas, un obstáculo para la vacunación infantil

Más de 3,3 millones de niños españoles de entre cinco y 11 años han comenzado a vacunarse contra el Covid-19 esta semana, pero muchos de ellos deben enfrentarse a la tripanofobia: el pánico a las agujas, algo contra lo que los profesionales pediátricos deben lidiar mediante técnicas de distracción y de confianza.

La experiencia de los primeros pinchazos queda grabada en la memoria emocional de los niños y puede provocar que en un futuro no quieran acudir a las consultas médicas, según ha explicado a Efe la psicóloga Ana Asensio (Murcia, 1978), fundadora del centro Vidas en Positivo, que tiene su sede en Majadahonda (Madrid).

Este miedo irracional responde a un instinto de protección al ver un objeto punzante acercarse al cuerpo y, pese a ser considerado un problema menos grave, “afecta a más del 80% de los niños, aun sin haber tenido trato con agujas”, asegura la psicóloga.

En algunas ocasiones, explica la especialista, “las personas solucionan el miedo por sí solas de forma natural”, por ejemplo por la obligación de vacunarse con regularidad ante una alergia, pero en otros casos el recelo a los pinchazos perdura y puede conllevar consecuencias incluso en edades más avanzadas.

De hecho, la tripanofobia afecta aproximadamente a un 25% de adultos, es decir, a un cuarta parte de la población, y en un 10% de los casos, “este miedo es tan intenso que puede llegar a desarrollar una fobia”, según la psicóloga, que divulga conocimiento psicológico a través de Instagram, donde tiene más de 80.000 seguidores.
Para combatir la tripanofobia, y así prevenir que tenga repercusiones en edades más avanzadas, Asensio recomienda distintas técnicas, que varían en función de la edad del menor, para hacer de la vacunación una experiencia mucho más llevadera.

TÉCNICAS DE DISTRACCIÓN

En los lactantes, el protocolo requiere la participación de los progenitores, especialmente el de la madre, puesto que el amamantamiento antes y durante la inyección, así como el contacto materno y las técnicas de distracción, funcionan como remedio para evadir al bebé del pinchazo.

Para los niños pequeños, la psicóloga recomienda llevar a cabo una preparación psicológica previa y administrar la dosis en posición erguida, dos pasos que pueden ir acompañados de mecanismos de distracción para facilitar el procedimiento.

En los casos de mayor complicación, los sanitarios podrán hacer uso de anestésicos tópicos (a través de cremas, ungüentos o pomadas), que servirán para que, como mínimo, el pequeño no sienta la aguja.

Si la situación no mejora y, unos años más tarde, perdura el miedo a los pinchazos, la preparación para niños mayores y adolescentes es prácticamente idéntica a la de los niños pequeños, pero la especialista recomienda hacerlo sentado, para evitar el peligro de mareo.

El tratamiento de la tripanofobia, afirma Asensio, “es esencial para evitar un recelo ante la medicina, algo que puede ser muy perjudicial para el cuidado de nuestra salud” y algo a lo que ahora se tendrán que enfrentar las enfermeras que participan en la campaña masiva de vacunación contra el Covid.

Durante su recorrido como especialista en salud mental, ha visto casos en los que sus pacientes presentaban dificultades ante todo tipo de elementos que les recordaran su paso por hospitales, “incluso a las batas blancas”, apunta.

En general, la psicóloga considera que el conocimiento sobre las técnicas para prevenir el miedo a las agujas “es muy escaso”, y reivindica la necesidad de que se introduzcan en los centros médicos para facilitar los procesos de vacunación en personas de todas las edades.

El objetivo final de este tipo de métodos es que los pacientes “desarrollen sus propias estrategias de distracción”, como por ejemplo cerrar los ojos, pedir a la persona que le va a pinchar que no avise antes del pinchazo o usar el móvil en el momento de la administración.

Erupciones solares provocan apagones de radio en varias zonas del mundo

Tres erupciones de clase M afectaron parte de Filipinas, India y Hawái, en EE.UU.

Alrededor de 25 erupciones solares se registraron entre el miércoles y jueves de esta semana. Tres de ellas fueron de clase M y otras 22 de clase C, lo que significa que la actividad del Sol continúa siendo moderada, a pesar de la aproximación del pico del ciclo solar actual, informó EarthSky.

De acuerdo con el portal, la erupción solar M.2.2, originada en la región de manchas solares AR3638, ocasionó este jueves un apagón menor en las comunicaciones radiales de onda corta en el este de Filipinas. A su vez, indicó que las erupciones solares M.1.6 y M.1.1, de la región AR3645, también causaron apagones de radio menores este miércoles en el sur de Hawái (EE.UU.) y en la costa suroeste de la India, respectivamente.

Se esperan más erupciones

Por otro lado, EarthSky pronosticó que existe una alta probabilidad de que este viernes se produzcan erupciones solares de clase C y M. En ese sentido, mencionó que las posibilidades de una erupción de clase X, considerada de gran magnitud, se incrementaron en un 20 %.

También mencionó que el miércoles se detectó una eyección de masa coronal (CME) en un filamento magnético que se formó cerca del ecuador solar, aunque recalcó que no estaba en dirección hacia la Tierra.

No obstante, explicó que los chorros y erupciones de los filamentos identificados en el suroeste del Sol estaban siendo examinados para determinar si se dirigen a nuestro planeta. A pesar de que el jueves se esperaba una tormenta geomagnética de escala G1 (menor), el sitio Spacewather aseveró que es poco probable que ocurra, ya que no hay señales de que alguna CME alcance la Tierra.

El pico de actividad solar está próximo a ocurrir

El ‘ciclo solar’, que dura aproximadamente 11 años, es impulsado por el campo magnético del astro y se caracteriza por la frecuencia e intensidad de manchas en la superficie solar.

El actual ciclo, el número 25, comenzó en diciembre de 2019. Se prevé que el Sol alcance su pico de actividad, conocido como ‘máximo solar’, entre enero y octubre de este año, lo que podría conducir a un aumento de fenómenos como CME y erupciones solares, así como tormentas de tipo solar y geomagnéticas.

Fiebre de Oropouche: enfermedad parecida al dengue que se propaga por América Latina

La mayoría de los casos se han detectado en zonas urbanas y rurales de la Amazonía.

Cuatro países de América del Sur registran alzas en los casos de la fiebre causada por el virus de Oropouche, una enfermedad zoonótica transmitida por la picadura de los mosquitos ‘culicoides paraensis’ y ‘culex quinquefasciatus’, que causa una sintomatología similar al dengue.

En una reciente actualización, la Organización Panamericana de Salud (OPS) refiere que durante este año, la presencia de la patología, descubierta en Trinidad y Tobago en 1955, se ha incrementado en Bolivia, Brasil, Colombia y Perú, y destaca que en el caso brasileño, el número de infecciones confirmadas se cuadruplicó en relación con el mismo lapso del 2023, al computar 3.475 pacientes. Mientras, se han confirmado 225 casos en Perú, 160 en Bolivia, y 2 en Colombia.

En febrero pasado, la OPS emitió un boletín de alerta epidemiológica sobre la prevalencia de la infección vírica en entornos fundamentalmente amazónicos, pero no solo. Según informes de prensa, la tendencia alcista se ha mantenido.

Los motivos del alza son variados, pero el cambio climático y la desforestación en la región amazónica han jugado un papel fundamental en el incremento de las poblaciones de mosquitos, cuyo hábitat ha empezado a entrecruzarse con el de los seres humanos.

¿Cómo se manifiesta la enfermedad?

La afección tiene un período de incubación promedio de entre 4 y 8 días, aunque en algunos casos los primeros síntomas pueden aparecer a los 3 días o hasta 12 días después de la picadura.

El cuadro se caracteriza por ser de aparición súbita y generalmente los afectados presentan fiebre, dolor de cabeza, dolor articular, dolor corporal generalizado y escalofríos, si bien en ocasiones pueden presentarse vómitos y diarreas persistentes por un lapso de entre 5 y 7 días.

La mayoría de las personas enfermas se recuperará en cerca de 7 días, sin embargo, la convalecencia de algunos pacientes se puede demorar varias semanas, a lo que se suma que no existen medicamentos ni vacunas específicas para prevenir o tratar la afección, por lo que la medicación que se prescribe va dirigida exclusivamente a mejorar los síntomas.

La OPS recomienda la intensificación de la vigilancia epidemiológica para la detección oportuna de los casos, así como actualizar la información sobre detección y control que maneja el personal de salud para que pueda ser transmitida apropiadamente a las poblaciones de alto riesgo.

En la última década, la mayor parte de los casos de fiebre de Oropouche se ha registrado en comunidades urbanas y rurales de la Amazonía, en países como Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, así como en Guayana Francesa, pero también hubo diagnósticos en Panamá y Trinidad y Tobago.

Descubren nueva cepa mutante “potencialmente pandémica” de viruela del mono

Los científicos sospechan que un modo clave de infección está relacionado con el contacto sexual.

Un equipo internacional de epidemiólogos encontró una cepa mutante del virus de la viruela del mono (MPXV) en Kamituga, una ciudad minera densamente poblada y pobre de la República Democrática del Congo (RDC). El virus, descendiente de la cepa de MPXV de clado 1, que mata hasta a 10 % de los infectados, tiene “potencial pandémico”, según declararon los autores en un artículo en preimpresión depositado este domingo en Medrxiv.

“Sin intervención, este brote localizado en Kamituga tiene el potencial de extenderse a nivel nacional e internacional”, señalaron los autores. Al parecer, la nueva variante del virus de la viruela del mono, denominada ‘clado 1b’, es tan letal como su predecesora, pero ha evolucionado para volverse aún más infecciosa y evade mejor las pruebas de detección.

Situación de la viruela símica en el Congo

Los investigadores explicaron que el MPXV del clado I, que prevalece en África Central, se caracteriza por una enfermedad grave y una elevada mortalidad, mientras que el clado II se limita al África Occidental y se asocia con una enfermedad más leve.

El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades comunicó recientemente que, durante el último año, la RDC ha estado luchando por contener el ‘clado 1′ del virus. El organismo puntualizó que desde 2023 hasta el 29 de marzo de 2024, el país africano notificó un total de 18.922 casos sospechosos de MPXV, incluyendo 1.007 muertes. En lo que va de 2024 se han notificado 4.488 casos en el país y se han reportado un total de 279 muertes.

El brote de Kamituga

Se cree que la nueva variante surgió recientemente, en algún momento entre julio y septiembre de 2023, primero en animales y luego saltó a los humanos. A medida que se propagó en Kamituga, adquirió nuevas mutaciones que la ayudaron a extenderse. Hasta el momento se han confirmado 108 casos, y casi 30 % de ellos se dieron entre trabajadores sexuales, lo que sugiere que el virus se propaga de manera similar a la variante mutante que causó un importante brote en 2022.

Alrededor de 85 % de las personas infectadas tenían lesiones genitales, mientras que 10 % fueron hospitalizadas y dos murieron. El análisis genético del virus reveló un linaje de las cepas Clade I secuenciadas previamente en la RDC.