Feto en feto: médicos extraen “gemelo parásito” del cerebro de una niña de 1 año

El feto, alimentado del suministro de sangre por parte de su hermana, incluso logró desarrollar protuberancias en forma de dedos. Se trata de un caso extremadamente raro ocurrido en China.


Fuente: ER (Neurology / Live Science)

Una investigación conducida por científicos de la Universidad de Fudan en Shangái, China, informó de una intervención quirúrgica en una niña de un año de edad a través de la cual se extrajo el feto de su hermano gemelo, una anomalía que se conoce como “fetus in feto” (feto en feto) o “gemelo parásito”.

El reporte, publicado en la revista Neurology el 12 de diciembre de 2022, refiere a la masa extirpada de la cabeza de la niña como un “gemelo diagnóstico monocriónico malformado”.

Esto, indica que en el útero ambos fetos habían compartido la misma placenta, sin embargo, tenían sacos amnióticos separados, que son los encargados de “proteger” a los fetos mientras están en desarrollo, según se indica en un artículo publicado en Live Science.

Un caso excepcional

A partir de estos hechos, todo indica que el resto se alojó en el cerebro de la niña durante un proceso de desarrollo denominado plegamiento de la placa negral, imprescindible para la formación de la estructura del cerebro y la médula espinal.

De hecho, a nivel científico solo se han documentado unos 200 casos de feto en feto, de los cuales únicamente 28 ocurrieron dentro del cráneo.

En el grueso de los casos, el “gemelo parásito” se aloja en el abdomen del otro feto como una masa en los tejidos que recubren la pared abdominal, un fenómeno que ocurre aproximadamente 1 en cada 500.000 nacimientos.

En este caso puntual ocurrido en China, el desarrollo habría comenzado muy temprano cuando apenas el óvulo fertilizado forma un grupo de células llamado blastocisto; es decir, un embrión de escasos 5 o 6 días que presenta una estructura celular compleja de unas 200 células.

El descubrimiento tuvo lugar luego de que la pequeña niña diera señales de retraso en el desarrollo de sus habilidades motoras, un agrandamiento anómalo de la circunferencia craneal y acumulación de líquido en el cerebro.

Al realizarse la intervención quirúrgica, se pudo observar que el feto del “gemelo parásito” mostraba indicios claros de desarrollo: columna vertebral, dos huesos de la pierna (fémur y tibia), además de dedos en las extremidades superiores. Además, se identificó que sufría de espalda bífida (cuando parte de la médula espinal queda expuesta).

Pruebas de ADN confirmaron que se trataba del gemelo de la niña, el cual había continuado creciendo a partir del suministro de sangre por parte de su hermana.

VIDEO: primera transmisión desde Marte en tiempo real

La Agencia Espacial Europea ha transmitido por primera vez imágenes en vivo directamente desde el planeta rojo.

La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), con motivo del vigésimo aniversario de la misión del orbitador Mars Express de la ESA, este 2 de junio ha dado la oportunidad de “acercarse lo más posible a Marte” transmitiendo por primera vez imágenes en vivo directamente desde el planeta rojo.

Las nuevas imágenes desde la Cámara de Monitoreo Visual (VMC, por sus siglas en inglés), instalada a bordo del orbitador marciano de larga vida —y aún muy productivo— de la ESA, se han transmitido directamente aproximadamente cada 50 segundos, indica la Agencia en su sitio web.

Habitualmente, las imágenes transmitidas en directo desde las naves espaciales son poco frecuentes, ya que la mayoría de las observaciones y los datos recopilados se toman durante períodos en los que no están en contacto directo, a través de una antena, con la Tierra.

Por ello, se almacenan a bordo y se transmiten unas horas o incluso días después, una vez que la nave espacial vuelve a estar en contacto con nuestro planeta. Por ejemplo, los datos recopilados por la cámara de monitoreo visual del orbitador Mars Express se descargan cada dos días.

ADN de 4.000 años de antigüedad revela nuevos datos sobre la peste

Es la evidencia más antigua de la enfermedad hasta la fecha en Gran Bretaña.

Investigadores del Instituto Francis Crick, en el Reino Unido, han identificado el ADN de la bacteria Yersinia pestis, causante de la peste, en tres cadáveres enterrados hace unos 4.000 años en Gran Bretaña. Este hallazgo constituye la evidencia más antigua recabada hasta la fecha de esta mortal enfermedad, en esta región europea.

Los científicos identificaron dos casos en restos humanos encontrados en un entierro masivo en Somerset (suroeste de Inglaterra) y uno en un enterramiento contiguo a un monumento de piedra en Cumbria (noroeste de Inglaterra). En ambos sitios tomaron muestras dentales de un total de 34 individuos para detectar la presencia de ADN de Yersinia pestis. Dos casos se correspondían con niños, que se estima tenían entre 10 y 12 años cuando murieron, y el tercero se trataba de una mujer de entre 35 y 45 años. La datación por radiocarbono demostró que vivieron alrededor de la misma época.

Aunque se han encontrado evidencias de esta plaga en Eurasia con una antigüedad de 5.000 años, nunca antes se habían documentado casos en Gran Bretaña de tanta antigüedad. La amplia distribución geográfica sugiere que esta cepa de la peste puede haberse transmitido fácilmente. Los investigadores consideran que dicha cepa probablemente fue traída a Europa central y occidental hace unos 4.800 años por nómadas que se expandieron a Eurasia. Esta investigación sugiere que se extendió a Gran Bretaña.

El ADN de la bacteria encontrado en los individuos carecía de los genes yapC y ymt, que se observan en cepas posteriores. Dado que el gen ymt desempeña un papel importante en la transmisión de la peste a través de las pulgas, los expertos sugirieron que esta cepa no se transmitía a través de estos vectores. Las cepas posteriores, con presencia de este gen, causaron oleadas pandémicas como la peste negra.

Los especialistas no descartaron que otras personas en estos lugares de entierro hayan sido infectadas con la misma cepa, pero atribuyen el fallo en su detección a la posibilidad de que el ADN de la bacteria se haya degradado. Los resultados de este estudio se publicaron este martes en la revista Nature Communications.

Los alcances del estudio

“La capacidad de detectar patógenos antiguos a partir de muestras degradadas, de hace miles de años, es increíble. Estos genomas pueden informarnos sobre la propagación y los cambios evolutivos de los patógenos en el pasado y, con suerte, ayudarnos a comprender que los genes pueden ser importantes en la propagación de enfermedades infecciosas. Vemos que este linaje de Yersinia pestis, incluidos los genomas de este estudio, pierde genes con el tiempo, un patrón que ha surgido con epidemias posteriores causadas por el mismo patógeno”, comentó Pooja Swali, primera autora del trabajo.

“Esta investigación es una nueva pieza del rompecabezas en nuestra comprensión del registro genómico antiguo de patógenos y humanos, y cómo coevolucionamos“, señaló Pontus Skoglund, coautor del trabajo.

“Entendemos el enorme impacto de muchos brotes históricos de plagas, como la peste negra, en las sociedades humanas y la salud, pero el ADN antiguo puede documentar enfermedades infecciosas mucho más atrás en el pasado. Las investigaciones futuras harán más para comprender cómo respondieron nuestros genomas a tales enfermedades en el pasado, y la carrera armamentista evolutiva con los propios patógenos, lo que puede ayudarnos a comprender el impacto de las enfermedades en el presente o en el futuro”, subrayó Skoglund.

Las estrellas serían invisibles en 20 años a causa de la contaminación lumínica

La gran cantidad e intensidad de las luces utilizadas durante la noche para alumbrar las grandes urbes podrían tener efectos negativos sobre la salud humana.

Si bien las grandes urbes no son lugares idóneos para ver las estrellas, la contaminación lumínica generada por el alumbrado artificial durante la noche, además de tener consecuencias negativas para la salud humana y de la fauna, nos impide apreciar los astros y constelaciones.

En este contexto, científicos consultados por The Guardian coinciden en que el aumento del uso de diodos emisores de luz (LED) ha provocado que la Vía Láctea y otros cuerpos celestes sean cada vez menos visibles. La situación ha alcanzado tales niveles que, estiman, las estrellas podrían ser invisibles en unos 20 años.

En un estudio publicado en 2016, un grupo de astrónomos estimó que, debido a la contaminación lumínica, la Vía Láctea ya no era perceptible a simple vista para una de cada tres personas a nivel mundial, una situación que ha ido empeorando año a año.

Cada año se aprecian menos estrellas

De acuerdo a investigadores del Centro Alemán de Geociencias, desde 2011 hasta 2022 el cielo nocturno se ha vuelto un 9,6 % más brillante cada año. Este aumento amenaza con eclipsar la mayoría de las estrellas, salvo las más brillantes, en una generación. De tal suerte, un niño nacido en un lugar donde se ven 250 estrellas por la noche, únicamente podrá observar alrededor de 100 cuando cumpla 18 años.

“Hace un par de generaciones, la gente se habría enfrentado regularmente a una brillante visión del cosmos, pero lo que antes era universal, ahora es extremadamente raro. Solo las personas más ricas del mundo, y algunas de las más pobres, lo experimentan. Para todos los demás, más o menos ha desaparecido”, comentó Christopher Kyba, del Centro Alemán de Geociencias.

No obstante, el científico aseguró que una serie de ligeros cambios en las luminarias podría reducir sustancialmente la contaminación lumínica, como garantizar que las luces exteriores tengan las pantallas bien colocadas y apunten hacia abajo, limitar su intensidad y asegurarse de que tengan un espectro de luz rojo-naranja.

 Afectaciones a la salud humana

Por su parte, Robert Fosbury, profesor del Instituto de Oftalmología de la University College de Londres, señaló que las luces azuladas LED carecen del espectro de luz roja o infrarroja que, al incidir en nuestro cuerpo, estimula el desdoblamiento del azúcar en la sangre y la producción de melatonina. Esta situación, advierte, podría tener consecuencias negativas para la salud humana.

“Desde la introducción de la iluminación fluorescente y posteriormente de los LED, esa parte del espectro se ha eliminado de la luz artificial y creo que está influyendo en las oleadas de obesidad y en el aumento de los casos de diabetes que vemos hoy en día”, explicó Fosbury.

Del mismo modo, los especialistas han alertado sobre las consecuencias negativas que la iluminación artificial tiene sobre la fauna. Entre las especies afectadas se encuentran las tortugas marinas, las aves migratorias y otros organismos que se guían por la luz de la luna.

Además, destacan, una gran cantidad de insectos, fuente principal de alimento de diversos animales, se ven atraídos por las luces artificiales y mueren inmediatamente al entrar en contacto con la fuente, lo que podría suponer una amenaza al equilibrio ecosistémico.