Gripe o covid: ¿Podemos diferenciarlos?

A medida que las restricciones están siendo eliminadas en todos los países, se observa un aumento en el número de casos de personas con COVID-19 que pueden ser atribuidos, en parte, a la vuelta a la nueva normalidad.

Por Fabiola Román Maldonado, PhD en Biología

En el hemisferio sur, la temporada fresca se aproxima. Si bien, en nuestro país, ese cambio hacia el frío no es tan drástico ni exagerado, los casos gripales pueden aumentar y, con estos, la duda de si uno ha sido contagiado de gripe o de coronavirus, ya que ambos presentan síntomas similares.

En un mundo pre-pandemia, al tener esos síntomas, una persona lo relacionaba directamente con una gripe.  Sin embargo, entre los síntomas más comunes de la COVID-19 se encuentran el dolor de garganta, la pérdida del olfato y el dolor de cabeza; síntomas que son compartidos con un cuadro de gripe. Hoy en día, si una persona tiene estos síntomas; lo primero que piensa es que podría estar con COVID-19.

En el Reino Unido, el Servicio Nacional de Salud o NHS, ha actualizado la lista de síntomas asociados a la COVID-19. Inicialmente habían incluido solo 3 síntomas relacionados a la covid: una temperatura alta, una nueva tos continua y una pérdida o cambio en el sentido del olfato o del gusto.

La lista actual cuenta con 9 síntomas más, que son: dificultad para respirar, sentirse más cansado de lo habitual, dolores corporales, pérdida de apetito, diarrea y náuseas o vómito. También incluye dolores de cabeza, dolor de garganta y congestión nasal o secreción nasal. Como se observa, los síntomas son muy similares a los de un resfriado o una gripe.

Cabe señalar que tanto la Organización Mundial de la Salud como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. han tenido listas de síntomas más largas durante algún tiempo, pero el Reino Unido solo tuvo tres síntomas durante casi dos años de pandemia.

El cambio que realizó el NHS concuerda con los hallazgos de los expertos que trabajan en el estudio Zoe Covid. Zoe Covid es un proyecto liderado por investigadores del King’s College, quienes analizan datos obtenidos de una aplicación en el celular (Zoe Covid App) en el Reino Unido. Con esta aplicación los usuarios reportan sus síntomas a diario, incluso reportan si no tienen síntoma alguno. Los investigadores que trabajan en el proyecto Zoe Covid habían advertido durante mucho tiempo que las personas con dolor de garganta, secreción nasal y dolor de cabeza, todos síntomas del resfriado común, probablemente tengan la variante ómicron.

Según los datos analizados, los expertos creen que es más probable que las personas que han sido vacunadas presenten síntomas similares a los del resfriado. Christina Marriott, directora ejecutiva de la Royal Society for Public Health, dijo: “Es importante que las personas que han recibido todas las vacunas estén atentas a los síntomas similares a los del resfriado y se hagan la prueba si viven o trabajan cerca de personas que corren un mayor riesgo de contraer la enfermedad”.

De acuerdo a la profesora Irene Petersen, profesora de epidemiología e informática de la salud en University College London “La secreción nasal y el dolor de cabeza son síntomas de muchas infecciones, pero también pueden ser los primeros síntomas, y los únicos síntomas, de covid”.

En cuanto a los síntomas más comunes de la COVID-19 y sus características, el estudio Zoe Covid encontró lo siguiente:

Dolor de cabeza: tienden a ser de moderados a severos, pueden ser “pulsantes”, “presionantes” o “punzantes”. Ocurren en ambos lados de la cabeza, pueden durar más de tres días y tienden a ser resistentes a los analgésicos habituales.

Secreción nasal: si bien muchas personas con covid pueden informar secreción nasal, es difícil llamarlo un síntoma definitivo, ya que es un síntoma común a otras afecciones, especialmente aquellas que son más frecuentes durante el invierno.

Estornudo: no es un síntoma definitivo porque los estornudos son muy comunes.

Dolor de garganta: casi la mitad de las personas enfermas de covid afirma tener dolor de garganta, aunque esto es más común en adultos de entre 18 y 65 años que en personas mayores o menores de 18 años.

Tos persistente: es uno de los tres síntomas principales de covid; pero, según el estudio Zoe Covid, solo alrededor de 4 de cada 10 personas que están enfermas con el virus experimentarán una tos persistente. Una tos de covid suele ser una tos seca, en comparación con una tos de pecho que produce flema o moco y que puede indicar una infección bacteriana. Una tos persistente tiende a aparecer unos días después del inicio de la enfermedad y generalmente dura alrededor de cuatro o cinco días.

Como se observa, debido a que los síntomas citados pueden indicar infección por covid o una gripe, es importante estar atentos especialmente si convivimos o estamos cerca de personas vulnerables.

 

 

 

Verse a uno mismo durante videollamadas causa cansancio mental, según estudio

La sensación de agotamiento afecta tanto a hombres como a mujeres de manera similar, lo que contradice los resultados de investigaciones previas.

Verse a uno mismo en la pantalla durante videollamadas en plataformas como Zoom o Teams causa cansancio mental, según en un estudio publicado recientemente en la revista científica Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking.

Los investigadores de la Universidad de Galway (Irlanda) evaluaron la actividad cerebral de 32 personas (16 hombres y 16 mujeres) mediante electroencefalogramas mientras estaban en una videollamada en Zoom, y en distintos momentos de la comunicación se mostraban o se ocultaban en su propia pantalla.

Los resultados revelaron que los niveles de cansancio fueron mayores cuando los participantes podían verse a sí mismos, y esto afectaba tanto a hombres como a mujeres de manera similar. Esta conclusión contradice las deducciones de investigaciones previas que afirman que las mujeres experimentan más cansancio que los hombres dado que tendrían “la mayor conciencia de sí mismas generada al verse en una pantalla”, señala el estudio.

“Nuestro estudio demuestra que la sensación de cansancio que surge durante las videollamadas es real y el hecho de ver nuestro propio reflejo lo hace aún más agotador”, indicó Eoin Whelan, quien dirigió la investigación. “Desactivar la imagen en espejo puede ayudar a compensar la sensación de cansancio en las reuniones virtuales”, agregó.

Demasiada comida chatarra podría causar daños duraderos al cerebro

Investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y otras funciones.

Neurocientíficos de la Universidad del Sur de California (USC) en EE.UU. descubrieron que la ingesta abundante de una dieta occidental, alta en grasas y azúcar, desde la temprana edad, puede provocar problemas duraderos de memoria en animales de laboratorio.

“Lo que vemos […] es que, si estas ratas crecieron con esta dieta de comida chatarra, entonces tienen problemas de memoria que no desaparecen”, explica Scott Kanoski, profesor de la USC. “Si simplemente los sometes a una dieta saludable, estos efectos lamentablemente duran hasta la edad adulta”, agregó.

La concepción de la investigación

Al desarrollar el estudio, Kanoski y su estudiante de postdoctorado, Anna Hayes, tuvieron en cuenta el antecedente de que las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer tienden a tener niveles más bajos de acetilcolina en el cerebro. Los investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran la acetilcolina, un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y funciones como el aprendizaje, la atención, la excitación y el movimiento muscular involuntario.

Los científicos se cuestionaron sobre el impacto que podrían tener estas dietas occidentales para las personas más jóvenes que pueden seguir una dieta similar, particularmente durante la adolescencia, cuando su cerebro está experimentando un desarrollo significativo.

Los experimentos

Los investigadores rastrearon los niveles de acetilcolina de un grupo de ratas con una dieta grasosa y azucarada y en un grupo de control de ratas analizando sus respuestas cerebrales a ciertas tareas diseñadas para probar su memoria.

La prueba implicó dejar que las ratas exploraran nuevos objetos en diferentes lugares. Días después, los investigadores reintrodujeron a las ratas en la escena, que era casi idéntica, excepto por la adición de un objeto nuevo. Las ratas que siguieron la dieta de comida chatarra mostraron signos de que no podían recordar qué objeto habían visto anteriormente ni dónde, mientras que las del grupo de control mostraron familiaridad.

Conclusiones

Según los científicos, su estudio refuerza el importante vínculo entre el intestino y el cerebro. “La señalización de acetilcolina es un mecanismo para ayudarles a codificar y recordar esos eventos, análogo a la ‘memoria episódica’ en los humanos, que nos permite recordar eventos de nuestro pasado”, subrayó Hayes. “Esa señal parece no ocurrir en los animales que crecieron con una dieta grasosa y azucarada”, añadió. La investigación se publicó recientemente en la revista científica revisada por pares Brain, Behavior, and Immunity.

Kanoski enfatizó que la adolescencia es un período muy sensible para el cerebro cuando se están produciendo cambios importantes en el desarrollo. “No sé cómo decir esto sin sonar como Casandra y pesimismo”, apuntó, “pero desafortunadamente, algunas cosas que pueden ser más fácilmente reversibles durante la edad adulta son menos reversibles cuando ocurren durante la niñez”, agregó.

Finalmente, los investigadores lograron revertir la capacidad de memoria en las ratas experimentales con medicamentos que inducen la liberación de acetilcolina, inyectada directamente en el hipocampo cerebral. Sin embargo, Kanoski señala que se necesita una investigación más amplia para saber cómo se pueden revertir los problemas de memoria, causados por una dieta de comida chatarra durante la adolescencia, sin necesidad de una intervención médica tan especial.

Erupciones solares provocan apagones de radio en varias zonas del mundo

Tres erupciones de clase M afectaron parte de Filipinas, India y Hawái, en EE.UU.

Alrededor de 25 erupciones solares se registraron entre el miércoles y jueves de esta semana. Tres de ellas fueron de clase M y otras 22 de clase C, lo que significa que la actividad del Sol continúa siendo moderada, a pesar de la aproximación del pico del ciclo solar actual, informó EarthSky.

De acuerdo con el portal, la erupción solar M.2.2, originada en la región de manchas solares AR3638, ocasionó este jueves un apagón menor en las comunicaciones radiales de onda corta en el este de Filipinas. A su vez, indicó que las erupciones solares M.1.6 y M.1.1, de la región AR3645, también causaron apagones de radio menores este miércoles en el sur de Hawái (EE.UU.) y en la costa suroeste de la India, respectivamente.

Se esperan más erupciones

Por otro lado, EarthSky pronosticó que existe una alta probabilidad de que este viernes se produzcan erupciones solares de clase C y M. En ese sentido, mencionó que las posibilidades de una erupción de clase X, considerada de gran magnitud, se incrementaron en un 20 %.

También mencionó que el miércoles se detectó una eyección de masa coronal (CME) en un filamento magnético que se formó cerca del ecuador solar, aunque recalcó que no estaba en dirección hacia la Tierra.

No obstante, explicó que los chorros y erupciones de los filamentos identificados en el suroeste del Sol estaban siendo examinados para determinar si se dirigen a nuestro planeta. A pesar de que el jueves se esperaba una tormenta geomagnética de escala G1 (menor), el sitio Spacewather aseveró que es poco probable que ocurra, ya que no hay señales de que alguna CME alcance la Tierra.

El pico de actividad solar está próximo a ocurrir

El ‘ciclo solar’, que dura aproximadamente 11 años, es impulsado por el campo magnético del astro y se caracteriza por la frecuencia e intensidad de manchas en la superficie solar.

El actual ciclo, el número 25, comenzó en diciembre de 2019. Se prevé que el Sol alcance su pico de actividad, conocido como ‘máximo solar’, entre enero y octubre de este año, lo que podría conducir a un aumento de fenómenos como CME y erupciones solares, así como tormentas de tipo solar y geomagnéticas.