Identifican molécula responsable de las alteraciones del olfato en pacientes con COVID

Algunos de los desencadenantes más comunes de este trastorno, llamado parosmia, son el café, el chocolate, la carne, la cebolla y la pasta dental.


Fuente: RT en español

Un grupo de investigadores británicos han detectado la molécula que hace que personas cuyo sentido del olfato está alterado por el covid-19 perciban los aromas agradables como si fueran olores procedentes de sustancias malolientes.

Aparte de la pérdida del olfato, que es un síntoma típico del coronavirus, algunas personas también pueden sufrir un trastorno llamado parosmia, una condición en la que los olores habituales parecen percibirse de forma desagradable o incluso repugnante.

Según una reciente encuesta internacional, alrededor del 10 % de los pacientes con pérdida de olfato relacionada con el covid-19 experimentaron parosmia inmediatamente después de la enfermedad; cifra que aumentó hasta el 47 % cuando se volvió a entrevistar a los encuestados seis o siete meses después.

Algunos de los desencadenantes más comunes de esta distorsión son el café, el chocolate, la carne, la cebolla y la pasta dental. Por esa razón, los químicos británicos decidieron investigar si había compuestos concretos en las sustancias mencionadas que fueran responsables de la parosmia, cuya base biológica antes del reciente estudio se desconocía.

Finalmente, el equipo logró identificar una molécula, llamada 2-furanmethanethiol, que se encuentra en el café y tiene un olor muy potente que parece ser el desencadenante de la sensación de asco que experimentan muchos de los afectados por la parosmia.

A partir del aroma del café, el equipo pudo estudiar por separado un centenar de sus compuestos aromáticos en cada uno de lo 29 voluntarios que experimentaban parosmia y comparar su reacción con la de los que no presentaban trastornos de olfato. De esa forma, los científicos encontraron 15 componentes comúnmente identificados por los participantes como causantes de la sensación de asco, siendo el principal el 2-furanmethanethiol, que desprendía un olor horrible, según declararon 20 voluntarios.

“Esta es una prueba concluyente de que […] la sensación de asco puede estar relacionada con los compuestos de los alimentos, [aunque] el sistema nervioso central también interviene”, afirmó Jane Parker, directora del Centro de Sabores de la Universidad de Reading (Reino Unido), citada por Eurekalert. “La experiencia parósmica es una combinación de los dos mecanismos que produce la percepción distorsionada de los alimentos cotidianos”, explicó.

“Esperamos que sea tranquilizador para las personas con parosmia saber que su experiencia es ‘real’ y que podemos identificar otros alimentos que también pueden ser desencadenantes”, dijo Parker. “Esta investigación proporciona herramientas y estrategias útiles para prevenir o reducir [su] efecto“, asegura la científica.

 

Un fármaco para regenerar dientes, el nuevo experimento de científicos

Investigadores japoneses están probando un fármaco pionero que puede hacer crecer dientes nuevos para quienes los hayan perdido, una alternativa a dentaduras falsas e implantes.

A diferencia de los reptiles o los peces, que reemplazan su dentadura regularmente, los humanos y otros mamíferos en general solo disponen de dos juegos de dientes.

Pero escondidas bajo las encías están las raíces durmientes para una tercera generación, asegura Katsu Takahasi, jefe de cirugía oral en el Instituto de Investigación Médica del Hospital Kitano de Osaka, en el centro de Japón.

Su equipo inició en octubre los ensayos médicos en el Hospital Universitario de Kioto, administrando a adultos este fármaco que, según afirman, tiene la capacidad de impulsar el crecimiento de estos dientes ocultos.

Es una tecnología “completamente nueva” en el mundo, afirma Takahashi a la AFP.

Los tratamientos prostéticos usados ante la pérdida de dientes debido a caries, enfermedades o lesiones a menudo son costosos e invasivos.

“Restaurar los dientes naturales tiene claramente sus ventajas”, dice Takahashi, que lidera el proyecto de investigación.

Los ensayos en ratones y hurones sugieren que bloquear una proteína llamada USAG-1 puede activar el tercer juego. Los investigadores han publicado fotografías de laboratorio de animales con dientes regenerados.

En un estudio publicado el año pasado, el equipo dijo que “el tratamiento con anticuerpos en ratones es efectivo para la regeneración de dientes y puede ser un gran avance en tratar anomalías dentales en humanos”.

- “Potencial” -

Por ahora, estos dentistas priorizan las necesidades de los pacientes que, por una enfermedad hereditaria, carecen de seis o más piezas en la mandíbula.

Esta enfermedad afecta a un 0,1% de la población, que sufre graves problemas al masticar. En Japón, a menudo se pasan la adolescencia usando una mascarilla facial para esconder los vacíos en su boca, afirma Takahashi.

“Este fármaco podría ser una revolución para ellos”, agrega.

Su intención es destinar en primer lugar el fármaco a niños, para que esté disponible en 2030.

Angray Kang, un profesor de odontología en la Universidad Queen Mary de Londres, solo conoce otro equipo con un proyecto similar de usar anticuerpos para regenerar o reparar dientes.

“Diría que el grupo de Takahashi está abriendo el camino”, afirma a la AFP el experto en inmunotecnología, que no está vinculado al estudio japonés.

Su trabajo es “ilusionante y vale la pena continuarlo”, asegura Kang, quien señala que un tratamiento contra la osteoporosis se basa en unos anticuerpos que atacan una proteína casi idéntica a la USAG-1.

“La carrera para regenerar los dientes humanos no es un esprint corto, sino un conjunto de ultramaratones seguidas”, dice. “Esto es solo el comienzo”.

Chengfei Zhang, profesor de endodoncia en la Universidad de Hong Kong, considera que este método es “innovador y alberga potencial”.

Pero “la afirmación de que los humanos disponen de unas raíces latentes capaces de producir un tercer juego de dientes es a la vez revolucionario y controvertido”, detalla.

“Los resultados observados en animales no siempre se trasladan a los humanos”, explica el experto, que también se pregunta “si los dientes regenerados pueden reemplazar funcional y estéticamente a un diente perdido”.

- Primero, la seguridad -

Takahashi argumenta que la ubicación del nuevo diente en la boca puede ser controlado, incluso de forma preciso, según el lugar donde se inyecte el fármaco.

Y si crece en un lugar equivocado, puede moverse a través de ortodoncia o trasplante, agrega.

Por ahora la primera fase de los ensayos clínicos no cuenta con pacientes jóvenes que sufran esta enfermedad congénita porque el objetivo principal de la prueba es la seguridad del fármaco, no tanto su efectividad.

Así que por ahora los participantes son adultos sanos que han perdido al menos un diente.

Aunque no sea por ahora la prioridad, los científicos afirman que hay posibilidades de que algunos pacientes ya empiecen a regenerar dientes, lo que demostraría la efectividad del tratamiento y supondría un triunfo médico.

“Estaría contentísimo si eso ocurriera”, dijo Takahashi.

La noticia sería especialmente bienvenida en Japón, que presenta la segunda población más envejecida del mundo.

Los datos del Ministerio de Salud muestran que más del 90% de ciudadanos japoneses de 75 años o más carecen de al menos un diente.

“Tenemos mucha confianza en que nuestra tecnología pueda extender su esperanza de vida saludable”, afirma Takahashi.

Fuente: AFP

OMS aprueba la segunda vacuna contra la viruela símica

La Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó el martes una vacuna contra la mpox de la farmacéutica japonesa KM Bilogics, la segunda en obtener la luz verde de la agencia de la ONU.

La OMS explicó que permitirá el uso de emergencia del inmunizante LC16m8 para “facilitar un mayor y rápido acceso a las vacunas en las comunidades donde se expanden los brotes de mpox”.

Esta licencia allana el camino para que las autoridades estatales aprueben e importen rápidamente el fármaco para su distribución.

Esto “marca un paso significativo en nuestra respuesta a la emergencia actual, aportando una nueva opción para proteger a todas las poblaciones, incluidos los niños”, dijo Yukiko Nakatani, subdirectora general de la OMS de acceso a medicamentos y productos de salud.

La agencia de la ONU declaró en agosto una emergencia de salud pública de importancia internacional por la mpox tras el aumento de casos del Clado 1b en República Democrática del Congo (RDC), que se extendió a otros países.

Esta y otras cepas de este virus se han detectado en 80 países en lo que va de año, según la OMS.

República Democrática del Congo es de largo el más afectado y donde se han registrado la mayoría de 39.000 casos sospechosos y casi mil muertos.

La OMS subrayó que el anuncio del martes es particularmente importante porque el gobierno japonés se comprometió a donar 3,05 millones de dosis de esta vacuna a RDC.

“Es el mayor paquete de donación anunciado hasta la fecha para la actual emergencia de mpox”, afirmó.

Sin embargo, la agencia advirtió que la vacuna no debe usarse durante el embarazo o en personas inmunocomprometidas.

El mpox, antes conocido como viruela del mono, fue detectado por primera vez en humanos en 1970 en la actual RDC (ex Zaire).

Es una enfermedad viral que se transmite del animal al humano, así como por por contacto físico estrecho con una persona infectada por el virus. Provoca fiebre, dolores musculares y lesiones cutáneas y en algunos casos puede ser mortal.

Fuente: AFP

Los microplásticos, preocupantes para la salud humana, según estudio

Desde los pulmones hasta los riñones, incluso en la sangre, los microplásticos se encuentran en casi todas las partes del cuerpo humano.

Aunque los científicos no saben de forma certera, de momento, cuál es el impacto real que tienen en la salud, numerosos especialistas han dado la voz de alarma.

Se han detectado micropartículas de plástico (de menos de 5 milímetros) en el aire, el agua, en los alimentos, los envoltorios, los textiles sintéticos, las llantas y los cosméticos.

Cada día, los humanos los ingieren por inhalación o por contacto con la piel.

“El hombre de 2024 contiene plásticos en prácticamente todos los órganos de su cuerpo (...) y probablemente será aún peor para los niños nacidos en 2040″, afirmó Fabienne Lagarde, investigadora del Instituto de Moléculas y Materiales de Le Mans, en Francia, durante una audiencia reciente con legisladores franceses.

En los últimos años, los científicos los han encontrado en pulmones, corazón, hígado, riñones y también en la placenta y en la sangre.

Además, diversos estudios señalan la correlación entre los microplásticos -incluso los nanoplásticos, 1.000 veces menores- y problemas de salud.

Entre los más recientes, uno publicado en marzo en el New England Journal of Medicine, que demuestra una asociación entre la acumulación de esas partículas en los vasos sanguíneos y un mayor riesgo de infarto y  de muerte entre determinadas personas con arteriosclerosis.

- Desconocidos y peligrosos -

“Las investigaciones sobre los microplásticos se multiplican e identifican efectos muy preocupantes para la salud. Un reciente metaanálisis de 2.000 estudios animales demostró que los microplásticos parecen afectar a la fertilidad, estar ligados a un mayor riesgo de cáncer o afectar a la salud respiratoria”, explicó a AFP la profesora Tracey Woodruff, de la Universidad de California.

Para Woodruff, directora de un programa sobre salud reproductiva y medio ambiente, esos datos, sumados al “descubrimiento de microplásticos en numerosas partes del cuerpo, incluido el cerebro, los testículos e incluso el feto a través de la placenta”, constituyen una “señal de alarma”.

Hasta la fecha no se ha podido establecer una relación de causa y efecto entre la exposición humana a esos cócteles complejos de polímeros y aditivos químicos, a los cuales se pueden sumar otros contaminantes mediante un efecto de “caballo de Troya”.

La mayoría de los estudios se han realizado en laboratorio, a veces en células humanas o con modelos animales.

Algunos observadores ven en eso una limitación. Pero los estudios con animales examinan “sistemas biológicos muy similares a los humanos” y “los datos sobre animales se utilizan desde hace décadas para identificar las sustancias cancerígenas o reprotóxicas”, señaló Woodruff.

En cuanto al impacto de los microplásticos, persisten varias incógnitas sobre el papel de la forma, el tamaño, el tipo de plástico o el aditivo.

- “Principio de precaución” -

De las más de 16.000 sustancias químicas utilizadas o encontradas en los plásticos comercializados, más de un cuarto presentan riesgos conocidos, según una “coalición de científicos por un tratamiento eficaz de los plásticos”.

Entre ellos figuran “la infertilidad, la obesidad y las patologías no transmisibles como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y numerosos cánceres”, detalla una nota que publicaron este año.

Pero el nivel de exposición a los microplásticos sigue siendo incierto.

Un impactante informe de la oenegé Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) calculó en 2019 que una persona ingiere e inhala hasta 5 gramos de plásticos por semana, el equivalente a una tarjeta de crédito.

Sin embargo, hubo quien rebatió los resultados y la metodología de ese estudio, y varios trabajos científicos citan cifras menores o muy distintas, según las regiones del mundo.

Las investigaciones sobre microplásticos y salud, que comenzaron a inicios de los años 2000, deben continuar, aunque ya está dando lugar a medidas de acción, según expertos.

“Pese a ser un tema reciente y a las limitaciones identificadas, los peligros ligados a la exposición oral y a la inhalación existen”, destacó Muriel Mercier-Bonin, directora de investigación del Instituto Nacional de Investigación en Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de Francia, durante la audiencia ante el Parlamento francés.

Gobiernos, reguladores y fabricantes son clave, porque “lo más importante es reforzar las medidas para limitar la producción y la contaminación plásticas”, según Woodruff.

Individualmente, reducir su exposición es un “principio de precaución”, indican varios especialistas, que recomiendan evitar las botellas de plástico, no calentar los alimentos en recipientes de plástico, privilegiar la ropa de fibras naturales o ventilar la casa.

Fuente: AFP