Inmunidad permanente al Covid: sintomáticos estarían más protegidos que asintomáticos

Un estudio sugiere que los individuos sintomáticos están mejor protegidos contra la reinfección que los asintomáticos.

Investigadores de todo el mundo están volcados en saber cuánto puede durar la inmunidad frente al coronavirus. Las últimas noticias han llegado esta semana desde Reino Unido. Allí, científicos del Consorcio de Inmunología de Coronavirus del Reino Unido (UK-CIC), Public Health England y NHS Foundation Trust de la Universidad de Manchester han señalado que es es probable que la inmunidad celular (de células T) contra el SARS-CoV-2 esté presente en la mayoría de los adultos seis meses después de la infección, tal y como sugiere una nueva preimpresión de bioRxiv.

Su investigación ha demostrado respuestas sólidas de las células T a los péptidos del virus del SARS-CoV-2 en todos los participantes después de una infección de Covid-19 asintomática o leve / moderada. Según indican los investigadoraes, la pregunta clave es si una infección previa con SARS-CoV-2 resulta en inmunidad a la reinfección y, de ser así, por cuánto tiempo.

“El sistema inmunológico es extremadamente complejo y existen muchas rutas potenciales diferentes por las que puede generar inmunidad a una enfermedad después de la infección. Este estudio examina el papel de las células T en la contribución a la inmunidad contra el SARS-CoV-2 seis meses después de la infección”, indican los investigadores, publica el portal Redacción Médica.

Como parte de UK-CIC, los investigadores de los diferentes centros recolectaron muestras de suero y sangre de una cohorte de más de 2.000 trabajadores, incluidos 100 individuos que resultaron ser seropositivos para el SARS-CoV-2 en marzo o abril de 2020. La edad media era de 41 años; 77 eran mujeres y 23 hombres.

Estas 100 personas experimentaron síntomas leves o moderados o estaban asintomáticas (56 frente a 44 personas) y ninguna fue hospitalizada por Covid-19. Se recolectaron muestras de suero mensualmente para medir los niveles de anticuerpos y se tomaron muestras de sangre después de seis meses para evaluar la respuesta celular (células T).

Uno de los estudios más grandes del mundo

Se llevaron a cabo una serie de análisis para evaluar diferentes aspectos de la respuesta de las células T, incluida la magnitud de la respuesta y la respuesta a diferentes proteínas del SARS-CoV-2. Indican que llevar a cabo estos análisis celulares es mucho más complejo que los estudios de anticuerpos, pero este estudio de 100 personas es uno de los más grandes del mundo hasta la fecha en este campo.

Las respuestas de las células T estuvieron presentes en todos los individuos seis meses después de la infección por SARS-CoV-2. La respuesta inmune celular se dirigió contra una variedad de proteínas del virus, incluida la proteína Spike que se utiliza en la mayoría de los estudios de vacunas. Sin embargo, indican que estaba presente una inmunidad comparable contra proteínas adicionales, como la nucleoproteína, lo que sugiere que estas pueden ser valiosas para su incorporación en futuros protocolos de vacuna.

Esto indica que persiste una memoria celular robusta contra el virus durante al menos seis meses.

Además, señalan que el tamaño de la respuesta de las células T difirió entre los individuos, siendo considerablemente mayo (el 50 por ciento) en las personas que habían experimentado una enfermedad sintomática en el momento de la infección seis meses antes.

Indican una respuesta inmune celular sólida

“Se necesitarán más investigaciones para determinar la importancia de este hallazgo. Es posible que la inmunidad celular aumentada proporcione una mayor protección contra la reinfección en personas con una infección sintomática inicial, o que los individuos asintomáticos simplemente puedan combatir el virus sin la necesidad de generar una gran respuesta inmunitaria”, añaden.

Los anticuerpos también son un componente crucial de la defensa inmune y la inmunidad celular se correlacionó fuertemente con el nivel máximo de la respuesta de anticuerpos. Además, las respuestas celulares más grandes parecían proteger contra la “disminución” de los anticuerpos con el tiempo, lo que nuevamente sugiere la necesidad de garantizar que las respuestas inmunitarias celulares se provoquen en los regímenes de vacuna.

En general, estos hallazgos indican una respuesta inmune celular sólida (de las célula T) contra el SARS-CoV-2 a los seis meses de la infección. “Estos hallazgos no solo alimentarán nuestra comprensión de cómo funciona la inmunidad al SARS-CoV-2, sino que también ayudarán a informar las futuras estrategias de vacunas. Ahora se necesitan más investigaciones para evaluar si esta respuesta inmune se mantiene a más largo plazo y para comprender mejor cómo la fuerza de la respuesta inmune celular corresponde a la probabilidad de reinfección”, aseguran los investigadores.

Una pieza esencial en el rompecabezas

“Comprender qué constituye una inmunidad efectiva al SARS-CoV-2 es extremadamente importante, tanto para permitirnos comprender cuán susceptibles son las personas a la reinfección como para ayudarnos a desarrollar vacunas Covid-19 más efectivas”, señaló el profesor Paul Moss, líder del Consorcio de Inmunología de Coronavirus del Reino Unido de la Universidad de Birmingham.

“Hasta donde sabemos, nuestro estudio es el primero en el mundo que muestra que la inmunidad celular sólida permanece seis meses después de la infección en personas que experimentaron Covid-19 leve / moderado o asintomático. Curiosamente, encontramos que la inmunidad celular es más fuerte en este momento en aquellas personas que tenían una infección sintomática en comparación con los casos asintomáticos. Ahora necesitamos más investigación para averiguar si los individuos sintomáticos están mejor protegidos contra la reinfección en el futuro”, ha añadido.

“Nuestro conocimiento de la infección por SARS-CoV-2 está aumentando todo el tiempo -prosigue-. Si bien nuestros hallazgos nos hacen ser cautelosamente optimistas sobre la fuerza y la duración de la inmunidad generada después de la infección por SARS-CoV-2, esta es solo una pieza del rompecabezas. Todavía nos queda mucho por aprender antes de tener una comprensión completa de cómo funciona la inmunidad al Covid-19″.

“La inmunidad celular es una pieza compleja pero potencialmente muy significativa del rompecabezas Covid-19, y es importante que se realicen más investigaciones en esta área. Sin embargo, los primeros resultados muestran que las respuestas de las células T pueden durar más que la respuesta inicial de los anticuerpos, lo que podría tener un impacto significativo en el desarrollo de la vacuna frente al Covid y la investigación de la inmunidad”, ha indicado por su parte Shamez Ladhani, epidemiólogo consultor de Public Health England y autor del estudio.

Verse a uno mismo durante videollamadas causa cansancio mental, según estudio

La sensación de agotamiento afecta tanto a hombres como a mujeres de manera similar, lo que contradice los resultados de investigaciones previas.

Verse a uno mismo en la pantalla durante videollamadas en plataformas como Zoom o Teams causa cansancio mental, según en un estudio publicado recientemente en la revista científica Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking.

Los investigadores de la Universidad de Galway (Irlanda) evaluaron la actividad cerebral de 32 personas (16 hombres y 16 mujeres) mediante electroencefalogramas mientras estaban en una videollamada en Zoom, y en distintos momentos de la comunicación se mostraban o se ocultaban en su propia pantalla.

Los resultados revelaron que los niveles de cansancio fueron mayores cuando los participantes podían verse a sí mismos, y esto afectaba tanto a hombres como a mujeres de manera similar. Esta conclusión contradice las deducciones de investigaciones previas que afirman que las mujeres experimentan más cansancio que los hombres dado que tendrían “la mayor conciencia de sí mismas generada al verse en una pantalla”, señala el estudio.

“Nuestro estudio demuestra que la sensación de cansancio que surge durante las videollamadas es real y el hecho de ver nuestro propio reflejo lo hace aún más agotador”, indicó Eoin Whelan, quien dirigió la investigación. “Desactivar la imagen en espejo puede ayudar a compensar la sensación de cansancio en las reuniones virtuales”, agregó.

Demasiada comida chatarra podría causar daños duraderos al cerebro

Investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y otras funciones.

Neurocientíficos de la Universidad del Sur de California (USC) en EE.UU. descubrieron que la ingesta abundante de una dieta occidental, alta en grasas y azúcar, desde la temprana edad, puede provocar problemas duraderos de memoria en animales de laboratorio.

“Lo que vemos […] es que, si estas ratas crecieron con esta dieta de comida chatarra, entonces tienen problemas de memoria que no desaparecen”, explica Scott Kanoski, profesor de la USC. “Si simplemente los sometes a una dieta saludable, estos efectos lamentablemente duran hasta la edad adulta”, agregó.

La concepción de la investigación

Al desarrollar el estudio, Kanoski y su estudiante de postdoctorado, Anna Hayes, tuvieron en cuenta el antecedente de que las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer tienden a tener niveles más bajos de acetilcolina en el cerebro. Los investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran la acetilcolina, un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y funciones como el aprendizaje, la atención, la excitación y el movimiento muscular involuntario.

Los científicos se cuestionaron sobre el impacto que podrían tener estas dietas occidentales para las personas más jóvenes que pueden seguir una dieta similar, particularmente durante la adolescencia, cuando su cerebro está experimentando un desarrollo significativo.

Los experimentos

Los investigadores rastrearon los niveles de acetilcolina de un grupo de ratas con una dieta grasosa y azucarada y en un grupo de control de ratas analizando sus respuestas cerebrales a ciertas tareas diseñadas para probar su memoria.

La prueba implicó dejar que las ratas exploraran nuevos objetos en diferentes lugares. Días después, los investigadores reintrodujeron a las ratas en la escena, que era casi idéntica, excepto por la adición de un objeto nuevo. Las ratas que siguieron la dieta de comida chatarra mostraron signos de que no podían recordar qué objeto habían visto anteriormente ni dónde, mientras que las del grupo de control mostraron familiaridad.

Conclusiones

Según los científicos, su estudio refuerza el importante vínculo entre el intestino y el cerebro. “La señalización de acetilcolina es un mecanismo para ayudarles a codificar y recordar esos eventos, análogo a la ‘memoria episódica’ en los humanos, que nos permite recordar eventos de nuestro pasado”, subrayó Hayes. “Esa señal parece no ocurrir en los animales que crecieron con una dieta grasosa y azucarada”, añadió. La investigación se publicó recientemente en la revista científica revisada por pares Brain, Behavior, and Immunity.

Kanoski enfatizó que la adolescencia es un período muy sensible para el cerebro cuando se están produciendo cambios importantes en el desarrollo. “No sé cómo decir esto sin sonar como Casandra y pesimismo”, apuntó, “pero desafortunadamente, algunas cosas que pueden ser más fácilmente reversibles durante la edad adulta son menos reversibles cuando ocurren durante la niñez”, agregó.

Finalmente, los investigadores lograron revertir la capacidad de memoria en las ratas experimentales con medicamentos que inducen la liberación de acetilcolina, inyectada directamente en el hipocampo cerebral. Sin embargo, Kanoski señala que se necesita una investigación más amplia para saber cómo se pueden revertir los problemas de memoria, causados por una dieta de comida chatarra durante la adolescencia, sin necesidad de una intervención médica tan especial.

Erupciones solares provocan apagones de radio en varias zonas del mundo

Tres erupciones de clase M afectaron parte de Filipinas, India y Hawái, en EE.UU.

Alrededor de 25 erupciones solares se registraron entre el miércoles y jueves de esta semana. Tres de ellas fueron de clase M y otras 22 de clase C, lo que significa que la actividad del Sol continúa siendo moderada, a pesar de la aproximación del pico del ciclo solar actual, informó EarthSky.

De acuerdo con el portal, la erupción solar M.2.2, originada en la región de manchas solares AR3638, ocasionó este jueves un apagón menor en las comunicaciones radiales de onda corta en el este de Filipinas. A su vez, indicó que las erupciones solares M.1.6 y M.1.1, de la región AR3645, también causaron apagones de radio menores este miércoles en el sur de Hawái (EE.UU.) y en la costa suroeste de la India, respectivamente.

Se esperan más erupciones

Por otro lado, EarthSky pronosticó que existe una alta probabilidad de que este viernes se produzcan erupciones solares de clase C y M. En ese sentido, mencionó que las posibilidades de una erupción de clase X, considerada de gran magnitud, se incrementaron en un 20 %.

También mencionó que el miércoles se detectó una eyección de masa coronal (CME) en un filamento magnético que se formó cerca del ecuador solar, aunque recalcó que no estaba en dirección hacia la Tierra.

No obstante, explicó que los chorros y erupciones de los filamentos identificados en el suroeste del Sol estaban siendo examinados para determinar si se dirigen a nuestro planeta. A pesar de que el jueves se esperaba una tormenta geomagnética de escala G1 (menor), el sitio Spacewather aseveró que es poco probable que ocurra, ya que no hay señales de que alguna CME alcance la Tierra.

El pico de actividad solar está próximo a ocurrir

El ‘ciclo solar’, que dura aproximadamente 11 años, es impulsado por el campo magnético del astro y se caracteriza por la frecuencia e intensidad de manchas en la superficie solar.

El actual ciclo, el número 25, comenzó en diciembre de 2019. Se prevé que el Sol alcance su pico de actividad, conocido como ‘máximo solar’, entre enero y octubre de este año, lo que podría conducir a un aumento de fenómenos como CME y erupciones solares, así como tormentas de tipo solar y geomagnéticas.