Lo que deja el desarrollo de vacunas anticovid para prevenir la próxima pandemia

La ONG Sabin Vaccine Institute analizó la creación en tiempo récord de las vacunas y consideró que puede marcar el camino para afrontar futuros brotes epidémicos.

El organización internacional Sabin Vaccine Institute, radicada en Washington, lanzó un nuevo documento que publica la revista Scientific American, en el que analizó los pasos dados en el desarrollo de las vacunas para combatir el nuevo coronavirus y que, según afirmó, develaron prácticas que ayudarán a combatir futuras pandemias.

La entidad es una organización sin fines de lucro comprometida con la expansión del acceso y la aceptación de vacunas a nivel mundial, el avance de la investigación, el desarrollo de vacunas, la ampliación del conocimiento y la innovación en esa área.

En su análisis destacó las siguientes enseñanzas que permitirán, dijo, prevenir eventuales epidemias futuras:

Las investigaciones anteriores

Aunque normalmente lleva de cinco a diez años imponer una nueva vacuna, más de media docena de ellas dedicadas a COVID-19 han ingresado a la clínica en poco más de un año.

Si bien el SARS-CoV-2 es técnicamente un patógeno nuevo, era algo familiar: un coronavirus que pasó de huéspedes animales a humanos, batallas que ya se enfrentaron en el pasado con otros coronavirus como el SARS en 2003 y el MERS en 2012. Ambos proveyeron a los científicos una comprensión fundamental de estos patógenos, como el papel clave en la infección que desempeña la, ahora familiar, proteína de pico con la que se incrusta el coronavirus. “Si hubiera sido una clase de virus completamente diferente, probablemente hubiéramos estado mucho más atrasados en el modo de combatirlo”, asegura Kathleen Neuzil, investigadora de vacunas en la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland.

Un conocimiento similar se tiene de la influenza, padecimiento para el que los científicos han reunido una gran cantidad de información. Por ejemplo, “entienden ampliamente cómo debe responder el sistema inmunológico para prevenir enfermedades graves, así como las estrategias de diseño de vacunas que podrían estimular una respuesta inmunitaria que proteja contra diversas cepas”, aporta Gregory Poland, especialista en vacunas de la Clínica Mayo. Pero a los investigadores aún les queda mucho que aprender de este virus. “Todavía nos queda entender cómo modular el sistema inmunológico para que combata a la gripe de manera más efectiva antes de que podamos hablar sobre una vacuna universal”, sugiere Luciana Borio ex comisionada asistente de la FDA.

Reunir recursos

Cuando las inversiones se apostaron con objetivos de corto plazo y focalizadas a fines precisos, se obtuvieron propuestas novedosas. El COVID-19 puso en el candelero a las vacunas de ARNm, una opción que ha estado en desarrollo clínico durante más de una década. La vacuna de ARNm de Moderna surgió de un esfuerzo anterior de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU (NIH) para defenderse del MERS, en tanto que la de AstraZeneca se basa en una extensa investigación de la Universidad de Oxford sobre vacunas basadas en adenovirus de chimpancé. “Han estado trabajando en esto durante 30 años, y no fue hasta hace dos que finalmente obtuvieron un producto para el ébola”, explica Gerald Keusch, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Boston.

Tales historias muestran que la preparación tiene mucho más impacto en una crisis. Esto implica la construcción de la infraestructura para convertir las innovaciones en tratamientos listos para ser utilizados. “Necesitamos pensar en una mejor planificación de producción de vacunas y otros medicamentos -indica Keusch-. La mayoría de los científicos con doctorado que capacito terminan sin ingresar a la academia, porque ven lo difícil que es obtener fondos para hacer este tipo de ciencia”.

Otra variable que COVID puso en el tapete es la necesidad de aunar la tarea de la investigación académica y la gubernamental. Cuando las fronteras se difuminaron y los sectores se sumergieron en una tarea colaborativa para acelerar el desarrollo de vacunas, el resultado se aceleró de manera sorprendente. Además de las asociaciones AstraZeneca-Oxford y Moderna-NIH, Merck acordó fabricar la vacuna recientemente aprobada de Johnson & Johnson, su competidor directo.

La coordinación vertical puede catalizar la colaboración. El esfuerzo de Aceleración de Vacunas e Intervenciones Terapéuticas COVID-19 (ACTIV) de los NIH ayudó a figuras destacadas de una serie de agencias gubernamentales, compañías farmacéuticas y de biotecnología y otros sectores de I + D a forjar asociaciones, unir recursos y desarrollar estrategias sensatas y basadas en evidencia para el diseño de vacunas. pruebas y fabricación. De manera similar, la Coalición para las Innovaciones en la Preparación ante Epidemias (CEPI) ha reunido a partes interesadas del sector público y privado de todo el mundo para permitir una respuesta rápida a las pandemias.

Los $ 13,8 mil millones invertidos por Estados Unidos en programas de vacunas es una suma enorme, pero menor que el daño económico global causado por COVID-19, que un estudio de la Universidad de Sidney estimó en $ 3,8 billones. En el pasado, las vacunas se desarrollaban en un proceso lineal, paso a paso. “Se toma una decisión de financiamiento en cada paso y no se invierte en un producto que no lo va a lograr”, explicó Keusch. Pero para COVID-19, las empresas trabajaron en varios pasos simultáneamente, incluido el diseño de vacunas, la coordinación de procesos de fabricación y la planificación de ensayos clínicos, mientras que los gobiernos respaldaban el riesgo. “Esos recursos marcaron una gran diferencia”, destacó Neuzil.

Conciencia global

El desarrollo de una vacuna universal contra la influenza también requerirá inversiones considerables por parte de los gobiernos, “incluida la financiación para el desarrollo de una vacuna en etapa temprana que hace que las oportunidades de inversión posteriores sean más atractivas para los inversores del sector privado -aporta Marissa Malchione, asociada senior de innovación de vacunas contra la influenza en el Instituto de Vacunas Sabin y una de las autoras del informe publicado-. Estas fuentes de financiamiento del sector privado también serán críticas. COVID-19 ha llevado a los recién llegados del sector privado a invertir en el desarrollo de vacunas”.

Los científicos de todo el mundo compartieron datos y conocimientos para desarrollar vacunas. Por ejemplo, la publicación inicial del genoma viral por parte de científicos chinos guió el diseño posterior de la vacuna, y la vigilancia viral vigorosa en el Reino Unido identificó la primera variante clínicamente relevante del SARS-CoV-2, una señal de alerta importante para los esfuerzos de desarrollo de vacunas. Para promover este trabajo los especialistas del Sabin Vaccine Institute indicaron que ”se debe restablecer la financiación de esfuerzos globales para detectar virus pandémicos emergentes que se detuvieron en los últimos años, incluido el proyecto PREDICT de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID)”.

“COVID-19 también puso de manifiesto el nacionalismo y la inequidad de las vacunas”, señala John Nkengasong, director de los Centros de África para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC de África). Por ejemplo, solo alrededor del 1% de la población de ese continente está vacunada hasta la fecha, y los países de ingresos bajos y medianos de todo el mundo aún carecen de un amplio acceso a las vacunas. Para ayudar a los africanos a protegerse de la influenza pandémica u otros brotes futuros, los CDC de África se centran en desarrollar la capacidad científica y de fabricación de vacunas en el continente.

Una nueva asociación estratégica con la Coalición para las Innovaciones en la Preparación ante Epidemias representa un paso importante en esta dirección. “Realmente necesitamos ver cuánto se puede hacer a nivel mundial y cuánto en dimensiones regionales, para que todos tengan voz que garantice su propia seguridad sanitaria”, concluye Nkengasong.

Verse a uno mismo durante videollamadas causa cansancio mental, según estudio

La sensación de agotamiento afecta tanto a hombres como a mujeres de manera similar, lo que contradice los resultados de investigaciones previas.

Verse a uno mismo en la pantalla durante videollamadas en plataformas como Zoom o Teams causa cansancio mental, según en un estudio publicado recientemente en la revista científica Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking.

Los investigadores de la Universidad de Galway (Irlanda) evaluaron la actividad cerebral de 32 personas (16 hombres y 16 mujeres) mediante electroencefalogramas mientras estaban en una videollamada en Zoom, y en distintos momentos de la comunicación se mostraban o se ocultaban en su propia pantalla.

Los resultados revelaron que los niveles de cansancio fueron mayores cuando los participantes podían verse a sí mismos, y esto afectaba tanto a hombres como a mujeres de manera similar. Esta conclusión contradice las deducciones de investigaciones previas que afirman que las mujeres experimentan más cansancio que los hombres dado que tendrían “la mayor conciencia de sí mismas generada al verse en una pantalla”, señala el estudio.

“Nuestro estudio demuestra que la sensación de cansancio que surge durante las videollamadas es real y el hecho de ver nuestro propio reflejo lo hace aún más agotador”, indicó Eoin Whelan, quien dirigió la investigación. “Desactivar la imagen en espejo puede ayudar a compensar la sensación de cansancio en las reuniones virtuales”, agregó.

Demasiada comida chatarra podría causar daños duraderos al cerebro

Investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y otras funciones.

Neurocientíficos de la Universidad del Sur de California (USC) en EE.UU. descubrieron que la ingesta abundante de una dieta occidental, alta en grasas y azúcar, desde la temprana edad, puede provocar problemas duraderos de memoria en animales de laboratorio.

“Lo que vemos […] es que, si estas ratas crecieron con esta dieta de comida chatarra, entonces tienen problemas de memoria que no desaparecen”, explica Scott Kanoski, profesor de la USC. “Si simplemente los sometes a una dieta saludable, estos efectos lamentablemente duran hasta la edad adulta”, agregó.

La concepción de la investigación

Al desarrollar el estudio, Kanoski y su estudiante de postdoctorado, Anna Hayes, tuvieron en cuenta el antecedente de que las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer tienden a tener niveles más bajos de acetilcolina en el cerebro. Los investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran la acetilcolina, un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y funciones como el aprendizaje, la atención, la excitación y el movimiento muscular involuntario.

Los científicos se cuestionaron sobre el impacto que podrían tener estas dietas occidentales para las personas más jóvenes que pueden seguir una dieta similar, particularmente durante la adolescencia, cuando su cerebro está experimentando un desarrollo significativo.

Los experimentos

Los investigadores rastrearon los niveles de acetilcolina de un grupo de ratas con una dieta grasosa y azucarada y en un grupo de control de ratas analizando sus respuestas cerebrales a ciertas tareas diseñadas para probar su memoria.

La prueba implicó dejar que las ratas exploraran nuevos objetos en diferentes lugares. Días después, los investigadores reintrodujeron a las ratas en la escena, que era casi idéntica, excepto por la adición de un objeto nuevo. Las ratas que siguieron la dieta de comida chatarra mostraron signos de que no podían recordar qué objeto habían visto anteriormente ni dónde, mientras que las del grupo de control mostraron familiaridad.

Conclusiones

Según los científicos, su estudio refuerza el importante vínculo entre el intestino y el cerebro. “La señalización de acetilcolina es un mecanismo para ayudarles a codificar y recordar esos eventos, análogo a la ‘memoria episódica’ en los humanos, que nos permite recordar eventos de nuestro pasado”, subrayó Hayes. “Esa señal parece no ocurrir en los animales que crecieron con una dieta grasosa y azucarada”, añadió. La investigación se publicó recientemente en la revista científica revisada por pares Brain, Behavior, and Immunity.

Kanoski enfatizó que la adolescencia es un período muy sensible para el cerebro cuando se están produciendo cambios importantes en el desarrollo. “No sé cómo decir esto sin sonar como Casandra y pesimismo”, apuntó, “pero desafortunadamente, algunas cosas que pueden ser más fácilmente reversibles durante la edad adulta son menos reversibles cuando ocurren durante la niñez”, agregó.

Finalmente, los investigadores lograron revertir la capacidad de memoria en las ratas experimentales con medicamentos que inducen la liberación de acetilcolina, inyectada directamente en el hipocampo cerebral. Sin embargo, Kanoski señala que se necesita una investigación más amplia para saber cómo se pueden revertir los problemas de memoria, causados por una dieta de comida chatarra durante la adolescencia, sin necesidad de una intervención médica tan especial.

Erupciones solares provocan apagones de radio en varias zonas del mundo

Tres erupciones de clase M afectaron parte de Filipinas, India y Hawái, en EE.UU.

Alrededor de 25 erupciones solares se registraron entre el miércoles y jueves de esta semana. Tres de ellas fueron de clase M y otras 22 de clase C, lo que significa que la actividad del Sol continúa siendo moderada, a pesar de la aproximación del pico del ciclo solar actual, informó EarthSky.

De acuerdo con el portal, la erupción solar M.2.2, originada en la región de manchas solares AR3638, ocasionó este jueves un apagón menor en las comunicaciones radiales de onda corta en el este de Filipinas. A su vez, indicó que las erupciones solares M.1.6 y M.1.1, de la región AR3645, también causaron apagones de radio menores este miércoles en el sur de Hawái (EE.UU.) y en la costa suroeste de la India, respectivamente.

Se esperan más erupciones

Por otro lado, EarthSky pronosticó que existe una alta probabilidad de que este viernes se produzcan erupciones solares de clase C y M. En ese sentido, mencionó que las posibilidades de una erupción de clase X, considerada de gran magnitud, se incrementaron en un 20 %.

También mencionó que el miércoles se detectó una eyección de masa coronal (CME) en un filamento magnético que se formó cerca del ecuador solar, aunque recalcó que no estaba en dirección hacia la Tierra.

No obstante, explicó que los chorros y erupciones de los filamentos identificados en el suroeste del Sol estaban siendo examinados para determinar si se dirigen a nuestro planeta. A pesar de que el jueves se esperaba una tormenta geomagnética de escala G1 (menor), el sitio Spacewather aseveró que es poco probable que ocurra, ya que no hay señales de que alguna CME alcance la Tierra.

El pico de actividad solar está próximo a ocurrir

El ‘ciclo solar’, que dura aproximadamente 11 años, es impulsado por el campo magnético del astro y se caracteriza por la frecuencia e intensidad de manchas en la superficie solar.

El actual ciclo, el número 25, comenzó en diciembre de 2019. Se prevé que el Sol alcance su pico de actividad, conocido como ‘máximo solar’, entre enero y octubre de este año, lo que podría conducir a un aumento de fenómenos como CME y erupciones solares, así como tormentas de tipo solar y geomagnéticas.