Vacunas anticovid para bebés, bajo la lupa de expertos en EEUU

Después de meses de espera, un panel de expertos se reunirá el miércoles para sopesar la recomendación de vacunas contra el covid-19 para los bebés y los niños de corta edad; una etapa crucial para su autorización. 


Fuente: AFP

Una vez realizados los ensayos clínicos, Pfizer y Moderna han entregado los resultados de las vacunas en niños de seis meses a cuatro años para Pfizer y de seis meses a cinco años para Moderna.

Como ocurre en muchos países, es el último grupo de edad que aún no tiene acceso a esta protección.

La dosis se ha adaptado: una cuarta parte de la de adultos para Moderna (25 microgramos en vez de 100) y una décima para Pfizer (3 microgramos, contra 30).

El proceso de autorización se realizará en varias etapas. Unos expertos independientes se encargan de revisar todos los datos disponibles el miércoles, durante debates retransmitidos en directo por internet. Al final del día votarán si recomiendan o no autorizar estas vacunas para esta franja de edad.

En caso de dictamen favorable, la agencia estadounidense de medicamentos (FDA), cuyas decisiones sientan cátedra en el mundo, podría dar su autorización.

Después se enviarían inmediatamente unas 10 millones de dosis a las distintas regiones del país, a las que seguirían millones más en las próximas semanas, informó el gobierno estadounidense.

La vacunación podría comenzar la semana del 20 de junio, una vez que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) dieran su visto bueno. Los expertos de los CDC se reunirán el viernes y el sábado.

 

– Pfizer en tres dosis –

 

La principal diferencia entre los dos productos es el número de inyecciones necesarias para una protección óptima: la vacuna de Moderna seguirá administrándose en dos dosis, como para otros grupos de edad. La de Pfizer en tres, debido a la baja dosis elegida para reducir los efectos secundarios en los bebés, como la fiebre.

Las dos primeras dosis de Pfizer se administrarán con tres semanas de intervalo y la tercera ocho semanas después de la segunda.

Ambas vacunas son seguras y eficaces, según la FDA, que publicó su propio análisis de los ensayos clínicos la semana pasada para proporcionar una base de debate a los expertos.

Según una estimación preliminar, se descubrió que la vacuna de Pfizer-BioNTech tiene una eficacia del 80% contra las formas sintomáticas de la enfermedad. Pero esta cifra se basa en un reducido número de casos positivos, matizó la FDA.

Se ha demostrado que la de Moderna tiene una eficacia del 51% en bebés de seis meses a menos de 2 años y del 37% en niños de dos a cinco años.

Estas cifras son coherentes con la eficacia observada en adultos frente a la variante ómicron, según la agencia estadounidense. Sin embargo, la vacuna continúa protegiéndolos bien contra los casos graves de covid-19.

 

– Impaciencia o escepticismo –

 

Algunos padres esperan con ansia la posibilidad de vacunar a sus hijos pequeños, pero otros todavía son escépticos.

Según una encuesta de la fundación Kaiser Family, de principios de mayo, solo uno de cada cinco padres de un niño menor de cinco años (18%) dice que lo vacunará cuanto antes. Un 38% esperará para hacerlo y el resto se opone, a no ser que sea obligatorio.

Las tasas de vacunación son mucho más bajas entre los menores que entre los adultos. Para los que tienen entre cinco y 17 años solo está disponible la vacuna de Pfizer, pero los expertos de la FDA recomendaron este martes que también se autorice la vacuna de Moderna a partir de los seis años.

Los niños son menos vulnerables al covid-19, pero pueden contraerlo y transmitirlo. Al igual que los adultos, pueden sufrir síntomas a largo plazo (covid largo). En casos raros, también pueden desarrollar casos graves de síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico.

Descubren fósiles de tortuga gigante de 57 millones de años en Colombia

Paleontólogos descubrieron fósiles de tortuga gigante de 57 millones de años de antigüedad en Colombia, informó este martes la universidad que lideró la exploración, cuyos resultados son clave para entender la geografía de Sudamérica en las épocas del Paleoceno y Eoceno.

Los fósiles de los reptiles Puentemys mushaisaensis, que se calcula medían cerca de 1,5 metros de largo, fueron hallados en el montañoso municipio de Socha (noreste), aseguró la Universidad del Rosario en un comunicado.

El descubrimiento es inédito en esta zona andina, pues los ejemplares de esta especie más cercanos están a cientos de kilómetros en El Cerrejón, una mina de carbón cercana al mar Caribe.

“Encontrarlas 500 kilómetros al sur (...) nos permite reconstruir y entender cómo eran los paisajes” del norte de Sudamérica, pues en lugar de las actuales montañas andinas de hasta más de 5.000 msnm allí había “lagos conectados y cordilleras de muy baja altitud”, explicó Edwin Cadena, el paleontólogo a cargo de la investigación.

El estudio “permite conocer mejor la conectividad de los ambientes acuáticos del norte de Sudamérica durante una parte del tiempo geológico conocido como el Paleoceno y Eoceno”, añade el comunicado.

Ambas épocas hacen parte del Paleógeno (66 a 23 millones de años atrás), el primer período geológico después de la extinción de los dinosaurios.

Fuente: AFP

Verse a uno mismo durante videollamadas causa cansancio mental, según estudio

La sensación de agotamiento afecta tanto a hombres como a mujeres de manera similar, lo que contradice los resultados de investigaciones previas.

Verse a uno mismo en la pantalla durante videollamadas en plataformas como Zoom o Teams causa cansancio mental, según en un estudio publicado recientemente en la revista científica Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking.

Los investigadores de la Universidad de Galway (Irlanda) evaluaron la actividad cerebral de 32 personas (16 hombres y 16 mujeres) mediante electroencefalogramas mientras estaban en una videollamada en Zoom, y en distintos momentos de la comunicación se mostraban o se ocultaban en su propia pantalla.

Los resultados revelaron que los niveles de cansancio fueron mayores cuando los participantes podían verse a sí mismos, y esto afectaba tanto a hombres como a mujeres de manera similar. Esta conclusión contradice las deducciones de investigaciones previas que afirman que las mujeres experimentan más cansancio que los hombres dado que tendrían “la mayor conciencia de sí mismas generada al verse en una pantalla”, señala el estudio.

“Nuestro estudio demuestra que la sensación de cansancio que surge durante las videollamadas es real y el hecho de ver nuestro propio reflejo lo hace aún más agotador”, indicó Eoin Whelan, quien dirigió la investigación. “Desactivar la imagen en espejo puede ayudar a compensar la sensación de cansancio en las reuniones virtuales”, agregó.

Demasiada comida chatarra podría causar daños duraderos al cerebro

Investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y otras funciones.

Neurocientíficos de la Universidad del Sur de California (USC) en EE.UU. descubrieron que la ingesta abundante de una dieta occidental, alta en grasas y azúcar, desde la temprana edad, puede provocar problemas duraderos de memoria en animales de laboratorio.

“Lo que vemos […] es que, si estas ratas crecieron con esta dieta de comida chatarra, entonces tienen problemas de memoria que no desaparecen”, explica Scott Kanoski, profesor de la USC. “Si simplemente los sometes a una dieta saludable, estos efectos lamentablemente duran hasta la edad adulta”, agregó.

La concepción de la investigación

Al desarrollar el estudio, Kanoski y su estudiante de postdoctorado, Anna Hayes, tuvieron en cuenta el antecedente de que las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer tienden a tener niveles más bajos de acetilcolina en el cerebro. Los investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran la acetilcolina, un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y funciones como el aprendizaje, la atención, la excitación y el movimiento muscular involuntario.

Los científicos se cuestionaron sobre el impacto que podrían tener estas dietas occidentales para las personas más jóvenes que pueden seguir una dieta similar, particularmente durante la adolescencia, cuando su cerebro está experimentando un desarrollo significativo.

Los experimentos

Los investigadores rastrearon los niveles de acetilcolina de un grupo de ratas con una dieta grasosa y azucarada y en un grupo de control de ratas analizando sus respuestas cerebrales a ciertas tareas diseñadas para probar su memoria.

La prueba implicó dejar que las ratas exploraran nuevos objetos en diferentes lugares. Días después, los investigadores reintrodujeron a las ratas en la escena, que era casi idéntica, excepto por la adición de un objeto nuevo. Las ratas que siguieron la dieta de comida chatarra mostraron signos de que no podían recordar qué objeto habían visto anteriormente ni dónde, mientras que las del grupo de control mostraron familiaridad.

Conclusiones

Según los científicos, su estudio refuerza el importante vínculo entre el intestino y el cerebro. “La señalización de acetilcolina es un mecanismo para ayudarles a codificar y recordar esos eventos, análogo a la ‘memoria episódica’ en los humanos, que nos permite recordar eventos de nuestro pasado”, subrayó Hayes. “Esa señal parece no ocurrir en los animales que crecieron con una dieta grasosa y azucarada”, añadió. La investigación se publicó recientemente en la revista científica revisada por pares Brain, Behavior, and Immunity.

Kanoski enfatizó que la adolescencia es un período muy sensible para el cerebro cuando se están produciendo cambios importantes en el desarrollo. “No sé cómo decir esto sin sonar como Casandra y pesimismo”, apuntó, “pero desafortunadamente, algunas cosas que pueden ser más fácilmente reversibles durante la edad adulta son menos reversibles cuando ocurren durante la niñez”, agregó.

Finalmente, los investigadores lograron revertir la capacidad de memoria en las ratas experimentales con medicamentos que inducen la liberación de acetilcolina, inyectada directamente en el hipocampo cerebral. Sin embargo, Kanoski señala que se necesita una investigación más amplia para saber cómo se pueden revertir los problemas de memoria, causados por una dieta de comida chatarra durante la adolescencia, sin necesidad de una intervención médica tan especial.