Feminicidio: una tragedia vinculada al círculo de violencia
El feminicidio es el extremo más atroz de la violencia de género, y en Paraguay, las cifras alarmantes revelan la profundidad de este problema. Es importante comprender las fases de la violencia y romper con este círculo.
Hasta octubre de este año, al menos 27 mujeres fueron asesinadas por razones de género, según estadísticas de la Fiscalía. Cada caso es una tragedia que evidencia un fenómeno arraigado en estructuras sociales y culturales que perpetúan la desigualdad y la violencia.
Detrás de cada feminicidio hay un historial de abusos que a menudo es invisible hasta que ocurre el desenlace fatal. Este ciclo de violencia tiene características recurrentes: control, manipulación emocional, agresiones físicas y psicológicas que se intensifican con el tiempo. Muchas víctimas se encuentran atrapadas en relaciones donde el miedo, la dependencia económica o emocional, y la falta de redes de apoyo les impiden romper el círculo.
Los datos también reflejan otro aspecto preocupante: en la mayoría de los casos, el agresor es alguien cercano a la víctima, como una pareja o expareja. Esto no solo refuerza la vulnerabilidad de las mujeres, sino que también subraya la necesidad de actuar de manera preventiva antes de que las señales de peligro se conviertan en tragedias.
Organizaciones y colectivos feministas insisten en que es fundamental fortalecer las políticas públicas de prevención, protección y asistencia. Aunque Paraguay cuenta con leyes que abordan la violencia contra las mujeres, la implementación sigue siendo insuficiente. Muchas víctimas denuncian que no reciben el apoyo necesario de las instituciones encargadas, dejando en evidencia la brecha entre la normativa y su aplicación efectiva.
La educación es un componente clave para combatir este flagelo. Sensibilizar a las comunidades, fomentar relaciones basadas en el respeto y la igualdad, y eliminar los estereotipos de género son pasos cruciales para desmantelar la cultura que permite la violencia.
Romper el círculo de violencia no es fácil, pero es posible. Esto requiere un esfuerzo conjunto de la sociedad, el Estado y las organizaciones civiles para crear entornos seguros donde las mujeres puedan denunciar sin temor, acceder a ayuda oportuna y reconstruir sus vidas.
El violentómetro
El Ministerio de la Mujer recuerda que la violencia contra las mujeres tiene tres fases. Las interacciones violentas dentro de la pareja están directamente vinculadas con el aumento de la tensión en las relaciones de poder establecidas; seguidamente se tiene la explosión, donde se da violencia física y, finalmente, el agresor pide perdón y promete que no volverá a suceder.
Fase 1: “De acumulación de tensión”: cuando se suceden episodios, algunos pequeños, como roces permanentes que se van naturalizando en la pareja. Esta fase puede durar años. En esta fase se puede ayudar a la víctima y prevenir la fase siguiente.
Fase 2: “De explosión”: esta es la etapa donde la mujer enfrenta el golpe, hay empujones contra la pared o muebles y decide denunciar, llama al 911 o al 137, llama a su hermana/o, amigas/os, pide ayuda. La violencia física es un detonante. Hay que asistir, proteger y ponerle fin a la condición de violencia, solicitando ayuda en las instituciones que asisten a las víctimas.
Fase 3: “De luna de miel”: tras la intervención policial, fiscal y judicial se produce el arrepentimiento de agresor. La mujer lo perdona, cree en él una vez más, cree que va cambiar, que ella es la culpable de lo que pasó, que la Fiscalía y la Policía “pusieron mal lo que dijo” y lo perdona, finalmente. Las víctimas muchas veces lloran cuando saben que no pueden retirar la denuncia, entonces se retractan, pueden volver a declarar o no comparecen a las citaciones del Ministerio Público ni del Poder Judicial, salen a defenderlo públicamente por las redes, diciendo que no es su caso, y que les pasa a otras mujeres, y así el ciclo vuelve a empezar.
Estas fases no necesariamente son lineales y estables, y el periodo de tiempo en que se manifiestan varía, pudiendo darse en lapsos muy cortos.
¿Dónde denunciar?
Los hechos de violencia contra la mujer pueden y deben denunciarse en: la Comisaría más cercana (Policía Nacional); el Ministerio Público (Fiscalía), el Poder Judicial (Juzgado de Paz), que forman parte de las instituciones que tienen el deber de proteger. El Ministerio de la Defensa Pública, a través de las Defensorías Especializadas en la Ley N° 5777/16, ofrece patrocinio legal a las mujeres en situación de violencia, línea 133.
EL PERFIL DEL VIOLENTO
En una entrevista concedida a la 970 AM, la Dra. Raquel Iglesias, especialista en temas de violencia de género, había expuesto las características comunes del perfil de un hombre violento y las dinámicas psicológicas que perpetúan el ciclo de violencia en las relaciones de pareja.
Según la experta, el agresor suele justificar sus actos y cree firmemente que su comportamiento es merecido. “Es un perfil que tiene el agresor, va a justificar y el mismo cree que lo que está haciendo es merecido”, afirmó.
Iglesias señaló que este perfil corresponde al de un “clásico machista, narcisista, violento”, con rasgos que pueden llegar a ser psicopáticos. “Disfruta haciéndole sentir dolor”, agregó, subrayando que este tipo de hombres rara vez asumen la culpa por sus acciones. “El culpable nunca asumirá, este hombre tiene todos los elementos de un violento”, acotó.
La experta destacó el papel de la manipulación como una herramienta clave del agresor. A través de esto, la víctima comienza a sentirse menos, desvalorizada y atrapada en una relación donde la agresión se convierte en una constante.
La importancia del ‘content manager’ para un negocio, en tiempos de TikTok y otras redes
El “content manager” se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en una figura clave para el posicionamiento de las empresas y marcas en el ámbito digital, en un mundo que está volcado de lleno al consumo masivo de contenido a través de internet.
Por Robert Bourgoing (@robertb_py)
Un emprendedor asume el desafío de crear su propia microempresa, con todos los riesgos y oportunidades que ello representa. Todos los días genera contenido para dar a conocer su marca, tratando de que sus productos puedan llegar a un público masivo, sin embargo, se topa con una decepcionante realidad: su impacto no es el esperado.
Este relato ficticio probablemente sea parte de la experiencia que le tocó atravesar a más de una persona, en el afán de convertirse en cuentapropista y toparse con las dificultades de un mercado en el que posicionarse frente a la competencia puede marcar la diferencia.
Es allí donde entra a jugar su partido el “content manager”, una figura que fue cobrando protagonismo, tanto en el mundo empresarial, como así también en el rubro de las agencias publicitarias y emprendimientos.
En esencia, el content manager consiste en la correcta y eficiente gestión de contenidos para una marca o empresa en el entorno digital, encargándose de potenciar su posicionamiento y permitirle alcanzar determinados objetivos de negocio.
El primero y más importante de ellos: conseguir más clientes, lo cual se traduce en mayores ingresos y, por consiguiente, una mayor estabilidad financiera. Esto permitirá a cualquier tipo de negocio (sea pequeño, como una tienda o local gastronómico, o grande, como una distribuidora o multinacional) adquiera mayor relevancia entre los consumidores/clientes y obtenga el reconocimiento esperado.
Para lograrlo, existen personas que juegan un papel clave, y a quienes también designan el rol de “content manager”, que viene a encargarse de la gestión de contenidos para plataformas digitales.
Entre sus atribuciones se destacan la planificación, producción, gestión, distribución y optimización estratégica del contenido digital, por lo que una de sus herramientas más importantes será el continuo uso de las redes sociales.
En el mundo de las marcas, Instagram y TikTok se han convertido en dos nichos fuertemente ligados a la promoción de productos o servicios, así como a la difusión de contenido alusivo a marcas, desbancando —hasta cierto punto— al ya conocido Youtube, que adopta otra estrategia al basarse en el formato de video extendido (dejando a un lado los nuevos ‘Shorts’).
BENEFICIOS
La figura de un content manager puede traer consigo varios beneficios para cualquier negocio, entre los que se destacan:
1- Mejora la presencia online: asegura una presencia constante y coherente de la marca en internet, lo que mejora su visibilidad en buscadores, redes sociales y otros canales digitales.
2- Genera confianza y autoridad: al publicar contenido útil y bien elaborado, la marca se posiciona como experta en su sector, ganando credibilidad y autoridad ante los ojos del público.
3- Impulsa las ventas y conversiones: el contenido bien dirigido puede ayudar a educar al cliente, resolver dudas y conducirlo hacia la compra o contratación del servicio.
4- Refuerza la identidad de marca: define un tono, estilo y narrativa que ayudan a construir una marca sólida, coherente y reconocible, encargándose que todo el contenido (textos, imágenes, videos, etc.) refleje sus valores y esencia.
5- Conexión con la audiencia: diseña contenido relevante y atractivo que responde a las necesidades e intereses del público objetivo, generando confianza y lealtad. Al ofrecer contenido útil, las marcas pueden establecer una conexión más profunda con su audiencia.
6- Permite medir resultados y mejorar la estrategia: analiza el rendimiento del contenido (alcance, clics, conversiones) y toma decisiones basadas en datos para ajustar y mejorar la estrategia constantemente.
LA EXPERIENCIA EN EL CAMPO
Una persona que conoce de primera mano las ventajas de adoptar el content manager es Thaly Mora, especialista en marketing digital y directora ejecutiva de la Agencia Luminaria. En entrevista con HOY, afirma que el posicionamiento de las marcas hoy día se ve influenciado en gran medida por esta figura.
Desde su experiencia trabajando con varias marcas, afirma que los resultados para “implantar la idea” en los consumidores es bastante eficaz, permitiendo a negocios que en principio tenían un nicho muy reducido posicionarse en la preferencia de más personas, dándole un impulso a las ventas.
Si bien se trata de una inversión extra dentro de la estructura de gastos, convirtiéndose en “otro empleado más”, los beneficios que posteriormente acarrea a nivel económico terminan recompensando el gasto que demanda esta figura, señala.
Mora avizora que cada vez un mayor número de empresas, sin importar su envergadura o trayectoria, entrarán en razón sobre la importancia de manejar un content manager y adentrarse en el ámbito del contenido digital, sobre todo con el impacto que poseen las redes sociales entre el público joven.
Para este trabajo, el conocimiento y la experiencia son vitales a la hora de manejar de manera eficiente la presencia de una empresa, sostiene Mora. “Tiene más herramientas, sabe implementar mejor una estrategia, puede hacer mejor una pauta o diseccionarla para que se venda más”.
El content manager es, además, una buena salida laboral para las nuevas generaciones, desde su perspectiva, ya que al tratarse de “nativos digitales”, poseen mayores habilidades para todo lo concerniente a las redes sociales y plataformas digitales. Ello explica la presencia mayoritaria de personas jóvenes en este tipo de puestos.
“Cualquier persona puede llevar las redes de una marca, pero hacerlo de forma certera y con un conocimiento previo, es mejor hacerlo con un profesional”, añadió.
Los niveles de violencia en la sociedad: la importancia de poner un freno desde la infancia
En los últimos tiempos en el país se ha visto un aumento sostenido de violencia en diferentes estamentos de la sociedad y de diversa índole. Desde peleas en el tráfico, hasta el conmocionante crimen de una adolescente en manos de otro joven. Los especialistas coinciden en la necesidad de trabajar en la educación de los infantes acerca de este tipo de comportamientos y el aprendizaje de valores.
Por Juan Riveros (@JuancitoRiveros)
El caso del feminicidio de la joven María Fernanda, de 17 años, en manos de un adolescente de la misma edad, trajo al debate la situación de violencia en la que se encuentra encrucijada la sociedad paraguaya.
Para buscar el origen de estos signos de violencia es necesario ir hasta la educación de la primera infancia, esa parte fundamental de la vida en donde los niños y niñas adquieren los diferentes valores y patrones de comportamientos, influenciados por el entorno en el que se desarrollan.
Una especialista en Psicología, la licenciada Lourdes Ostertag, manifestó la importancia del criadazgo en igualdad, promoviendo que el niño aprenda desde sus primeros años de vida que, tantos hombres como mujeres tienen los mismos derechos y obligaciones. “La educación es fundamental, empieza todo desde esa primera infancia. Lo que están clamando los niños hoy en día es recibir un poco de atención, ser criados con afecto y sobre todo con igualdad”, indicó en entrevista con el canal GEN.
Al respecto, indicó que todavía hay una cultura muy arraigada que promueve la desigualdad, incluso hasta en los detalles de los regalos tanto a varones como niñas, donde puede observarse ciertos privilegios. Los varones reciben autitos, mientras que las niñas reciben cocinas u otros elementos que la encasillan en ese rol.
EDUCACIÓN FORMAL
Cabe mencionar que Paraguay tiene una ley (la 5609) que prohíbe el maltrato físico en niños, niñas y adolescentes, por lo que todavía queda mucho por avanzar en el núcleo familiar. Sin embargo, no se puede desconocer lo relevante de la formación en las instituciones educativas.
En ese sentido, habiendo prácticas culturales y sociales que todavía se deben deconstruir desde el propio Estado, es fundamental que las escuelas y colegios desarrollen programas enfocados en los patrones de comportamientos.
Tampoco se puede obviar que también en las escuelas se van gestando hechos de violencia, por lo que es primordial hablar con los niños y tener la apertura de diálogo. Ya sea de padres a hijos, o de docentes a alumnos.
“Si no hay esa apertura, es fundamental el papel de las instituciones educativas. No todos los padres están capacitados para encarar estos temas con sus hijos, entonces, ahí entra el rol de la escuela o colegio”, agregó la licenciada en Psicología.
EL ROL DEL ESTADO
En Paraguay se tienen distintos dispositivos establecidos en las normativas de protección de la niñez y adolescencia, sin embargo, nada será efectivo sin los debidos recursos y acompañamientos de las autoridades.
Sobre el punto, es importante considerar una mayor participación de los sectores involucrados para la elaboración de programas efectivos y que abarquen a todos los sectores, especialmente a los más desprotegidos.
REDES SOCIALES
Una de las barreras y factores que contribuyen a la creciente violencia social, son las complicaciones en el entorno digital, donde también es fundamental el seguimiento de los padres en el caso de los menores de edad.
Para la especialista, es relevante saber ayudar y canalizar lo mejor posible todo el contenido al que acceden los chicos, ya que un control al 100% es casi imposible.
Nietzsche, Camus y la cuestión del sentido de la vida
La búsqueda del sentido de la vida toma fuerza en tiempos de crisis existencial, angustia y desesperanza, por lo que estudiar a Friedrich Nietzsche y a Albert Camus parece una suerte de provocación vital. Estos grandes pensadores nos obligan a mirar al abismo, sí, pero también nos invitan a encender una luz.
Por Gonzalo Cáceres - periodista
Desde Platón hasta el advenimiento del cristianismo, el pensamiento occidental afirmó que la vida, toda la existencia, encuentra la razón de ser en algo superior: un mundo ideal/divino, un Dios eterno y omnipresente, una verdad universal. Sin embargo, en el siglo XIX, Nietzsche irrumpe como un rayo que destruye estos supuestos y anuncia algo radical: “Dios ha muerto”.
Pero esta “muerte” no es un “triunfo” del ateísmo ni una visión vacía, sino la herida misma en el corazón del hombre moderno. No es que Nietzsche acabe con Dios; es la cultura moderna la que, al abrazar la ciencia y la razón, desvirtuó viejas creencias. Pero Nietzsche advierte sobre el vacío, un peligroso vacío (el nihilismo). Si no hay más verdad absoluta, ¿para qué vivir?
Nietzsche llama a Platón el gran “calumniador de la vida”, y acusa al cristianismo de ser una “moral de esclavos” que glorifica la debilidad, el sacrificio y la sumisión. Para él, estas ideas nacen de la incapacidad de aceptar la vida en esplendor (con su dolor, su injusticia y su caos).
Nietzsche transforma esta catástrofe en una posibilidad creadora. La vida, en su crudeza, en su devenir constante, es para él lo único real, el centro de todo. Pero esta vida no posee un sentido explícito: hay que crear un sentido. Aquí surge la idea del Übermensch, el superhombre, no como un ser superior por naturaleza, sino como aquel que tiene el coraje de afirmar la vida.
El superhombre no espera salvación ni justificación: baila sobre el abismo. Nietzsche desprecia las explicaciones consoladoras. La religión, la moral tradicional, incluso la filosofía que busca (o impone) verdades, son para él síntomas de debilidad, intentos de huir del sufrimiento inherente a la existencia. En cambio, propone una ética del coraje y la afirmación, condensada en el “eterno retorno” (vivir como si uno tuviera que repetir su vida una y otra vez, idéntica en cada detalle).
Un siglo más tarde, Albert Camus recoge ese desafío, pero lo transforma y lo dota de un fondo novedoso al abordar la pregunta más radical: si la vida no tiene un objetivo, si el universo es indiferente a lo que somos, ¿vale la pena seguir viviendo?
El referente existencialista se nutre de un enfoque más comprensivo y parte del reconocimiento del ‘absurdo’ (el choque entre el deseo humano de sentido y el silencio irracional del mundo) y asume directamente que el universo no ofrece respuestas a la experiencia humana. Tal cual suena, tal cual es.
Pero en lugar de ceder ante la desesperación (le dedicó ríos de tinta a la compresión del suicidio), el franco-argelino propone una rebelión: no afirmar la vida a ciegas, como Nietzsche, sino sostenerla en plena conciencia del sinsentido.
En el célebre ‘Mito de Sísifo’, el hombre empuja una roca cuesta arriba sabiendo que caerá, y sin embargo, no se rinde, lo acepta. Este acto de conciencia es su victoria y su grandeza.
Hay un matiz esencial entre ambos pensadores. Nietzsche, motivado por la fuerza creadora del individuo, sueña con una transformación radical de la humanidad. Su tono es trágico y heroico. Camus, en cambio, es más contenido (y ético). Es decir, no se trata de convertirse en superhombre, sino de vivir y realizarse con dignidad dentro de los límites humanos.
Donde Nietzsche afirma, Camus resiste. Donde Nietzsche busca transfigurar el mundo, Camus se aferra a su belleza (a lo efímero). Ambos, sin embargo, coinciden en que el sentido de la vida no está dado, debe cimentarse desde el coraje y la lucidez.
Porque tal vez, como diría Nietzsche, quien tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo. Y si ese porqué no viene del cielo ni de los textos sagrados, habrá que buscarlo (o crearlo) en la tierra misma: en la amistad, en el arte, en el riesgo, en el amor, en las distintas situaciones, a pesar de todo.
La vida no tiene sentido, salvo el que nosotros le damos. No hay un significado inscrito o por revelarse en la inmensidad. Y dar sentido no es descubrir, sino crear, como el artista que pinta sobre un lienzo en blanco. El sentido es una tarea. Como afirma Camus, uno puede crear significado (en la vida) a través del propósito, y esta ecuación nos llevará a estar satisfechos con nuestra existencia, a experimentar lo que se conoce como felicidad.