Creer lo que se dice, sin saber si es verdad: el riesgo de la desinformación

La desinformación puede tener graves consecuencias en la credibilidad ciudadana, pero, sobre todo, en las acciones y decisiones que pudieran ser adoptadas, ante la falta de certeza de si lo que se dice es fidedigno, una vil mentira o, en todo caso, una “verdad a medias”.

Por Robert Bourgoing (@robertb_py)

Recuerdo una tarde en que me encontraba recorriendo los pasillos del shopping y se me acercó una mujer (probablemente de entre 30 y 40 años). Esperando una eventual consulta sobre la ubicación de alguna tienda o el infaltable “¿no tenés hora?”, me quedé sorprendido por lo que segundos después iba a suceder: esta mujer, lejos de querer preguntarme algo, atinó a advertirme: “Eso que tenés en el oído te puede causar cáncer”.

En ese momento, me encontraba escuchando música a través de un auricular bluetooth de tipo monoaural (de un solo lado), uno de los predecesores de los actuales audífonos TWS (True Wireless Stereo), que se encuentran de moda. Lo que esta extraña con quien me topé en pleno shopping me daba a entender es que, desde su perspectiva, el uso prolongado de este pequeño artefacto podría terminar matándome.

Y no, luego de varios años de aquel casual encuentro, no he desarrollado cáncer en los oídos ni en ningún otro órgano de mi cuerpo. Esto, obviamente, porque aquella afirmación era una completa mentira. A la fecha, no existe evidencia científica contundente que demuestre que la tecnología Bluetooth provoque cáncer, lo cual es respaldado por numerosas investigaciones y organizaciones de salud, que no han encontrado una relación causal.

Este preámbulo sirve para entrar en el contexto de la desinformación, un mal que se ha convertido en parte de nuestra cotidianeidad, viéndose masificada a través de las redes sociales, donde los divulgadores de “fake news” han encontrado un nicho más que eficiente para difundir todo tipo de teorías.

Hace tan solo unos días, el mundo entero fue testigo de un atroz ejemplo de desinformación, teniendo como protagonista nada más y nada menos que al mismo presidente de Estados Unidos. En una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Donald Trump afirmó que el paracetamol (aquel fármaco que utilizamos cuando tenemos fiebre) tiene relación con los casos de autismo, razón por la que desaconsejó su ingesta por parte de mujeres embarazadas. “No lo tomen” y “no se lo den a su bebé”, expresó.

Estas polémicas declaraciones causaron revuelo en la comunidad médica y científica, tanto en Norteamérica como en el resto del mundo. Una de los primeras en sentar postura fue la Organización Mundial de la Salud (OMS), que aseguró en un comunicado que “no existe evidencia científica concluyente” sobre un posible vínculo entre el autismo y el uso de acetaminofén (también conocido como paracetamol) durante el embarazo”. Por su parte, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) indicó que “no se pudo establecer ninguna relación con trastornos del desarrollo neurológico”, luego de estudios realizados años atrás.

Si bien Trump admitió haber “escuchado un rumor” sobre una supuesta reducida cantidad de casos de autismo en Cuba, donde -según sus expresiones- “no tienen paracetamol”, lo que la audiencia acabará recordando es el dato en sí, no la veracidad de lo que dijo.

La desinformación se considera como un peligro justamente por este tipo de escenarios en donde las personas deben tomar decisiones o realizar acciones basadas en lo que saben, lo que escuchan o lo que les dicen, sin hacer un previo análisis respecto a la fiabilidad o certeza de la información.

Tan solo basta con retrotraerse a la época de la pandemia de COVID-19, donde pululaban las “fake news” vinculadas al origen del virus, las posibles “curas” o remedios eficaces para combatir los síntomas y hasta sobre el contenido de las vacunas (en este último punto, las consecuencias siguen resintiéndose aún hasta el día de hoy). Pensar que las redes de conectividad 5G podría relacionarse con esta o cualquier otra enfermedad suena tonto, pero es lo que muchos consideraron como “real”.

Cuando la desinformación proviene de fuentes “de confianza”, como autoridades o representantes de la sociedad que poseen un rol protagónico, la gravedad del caso es aún mayor, considerando el papel que desempeñan y, por qué no, el nivel de formación académica que poseen. No es lo mismo decir que son “confiables”, porque siempre quedará en duda el origen de las informaciones que pudieran compartir con el público.

No solo las autoridades o comunicadores tenemos la misión esencial de informar con veracidad, esta responsabilidad también recae en los padres, tíos, abuelos, vecinos del barrio, líderes o dirigentes vecinales, coordinadores de grupos, supervisores o jefes en empresas, por citar solo algunos ejemplos donde exista una relación de cercanía o dependencia.

En un artículo anterior donde exponía una posición similar sobre la eficacia de las vacunas, manifestaba la misma afirmación: la ciencia nunca podrá ser contradecida por particulares, y menos aún por datos no corroborados o teorías que no hayan pasado por una previa evaluación, bajo criterios de rigurosidad e imparcialidad.

Ante el peligro latente de la desinformación en el mundo, nos queda actuar con cordura y coherencia, entregándonos de hablar siempre basados en la verdad y no en simples rumores. Cuando no tenemos certeza de algo, la verificación será nuestra arma más efectiva, dejando un margen para la duda hasta confirmar o descartar lo que hemos oído.

Tecnología con propósito: Tekko, la app que acompaña a padres de niños con autismo

‘Tekko’ es la primera aplicación de origen paraguayo destinada a brindar acompañamiento a padres de niños con autismo, convirtiéndose en un aliado digital y una gran herramienta durante el proceso de crianza.

Por Robert Bourgoing (@robertb_py)

La tecnología siempre ha sido una aliada clave a la hora de llevar a cabo diversas actividades o, en todo caso, para facilitar el trabajo en determinadas circunstancias, más aún cuando implica la utilización de herramientas y dispositivos de acceso universal, como lo es el smartphone.

Una arista pocas veces explorada (pero siempre relevante) es la del acompañamiento a los adultos, sobre todo cuando la labor que desempeñan representa mayores desafíos.

Bajo esta premisa, nació Tekko, una aplicación creada por la firma paraguaya Yvagacore con el objetivo de ayudar a familias con niños con trastorno del espectro autista (TEA).

Su fundador y desarrollador, Tobías Jara, comentó a HOY que la idea nació hace aproximadamente un año, después de conocer e interactuar con varias personas que compartían el deseo de utilizar la tecnología para generar un impacto positivo en la sociedad. “En esas charlas, nos dimos cuenta de que había un área muy desatendida: la de las familias que acompañan a niños con alguna condición”, explicó.

Así fue como decidieron dar vida a esta innovadora herramienta digital enfocada en brindar acompañamiento a padres de niños autistas, a través del celular. “Sentimos que, desde la tecnología, podíamos hacer algo para ofrecer apoyo real”.

Jara sostiene que Tekko no busca ser solo “una aplicación más”, sino una manera de fortalecer vínculos dentro de las familias. Por ello, ofrece recursos para el acompañamiento y la estimulación, incluyendo actividades y juegos adaptados para trabajar la atención, comunicación y emociones.

Así también, cuenta con rutinas visuales que ayudan a organizar el día de forma más clara y estructurada. “Todo fue pensado para que los padres y cuidadores puedan personalizar la experiencia”, mencionó.

La aplicación incluye, de igual manera, un apartado para “localizaciones” que sirven como puntos de referencia (el hogar, el trabajo de los padres o la institución educativa), a fin de orientar al niño en caso de ser necesario.

Jara destacó la buena recepción de Tekko dese su lanzamiento. En el primer mes, cerca de 40 padres ya han descargado y utilizado la app, varios de los cuales ya brindaron sus aportes y sugerencias. “Sentimos un apoyo fuerte de la comunidad”.

La próxima meta de los creadores de Tekko es poder llegar a más personas y consolidarla como una herramienta de apoyo diario. A la par, pretenden sellar alianzas estratégicas con asociaciones que trabajan con familias de niños con autismo, a fin de masificar su impacto.

Estamos enfocados en escuchar a los padres para mejorar continuamente la experiencia”, concluyó Jara.

Actualmente, la aplicación “Tekko” se encuentra disponible para dispositivos Android, a través de Google Play. En el futuro, proyectan su descarga también en móviles iOS a través de la App Store.

Adopción, el mayor gesto de amor: decenas de niños y la espera de una familia

Este domingo se celebra el Día Internacional de la Adopción, considerado como uno de los mayores gestos de amor. Este proceso cambia la vida tanto del niño o joven que es adoptado, así como el de la familia que recibe en su casa a un nuevo integrante. En nuestro país, existen 24 pequeños a la espera de ser adoptados.

Por Juan Riveros (@JuancitoRiveros)

Este día es muy importante para hablar de la importancia de la adopción y conocer los detalles del proceso y lo que se debe tener en cuenta para la concreción de cada caso.

Al respecto, David Aquino, director del Centro Nacional de Adopción, explicó que la institución a su cargo es una autoridad central administrativa, que no tiene injerencia en el ámbito judicial, que es el proceso previo a la intervención de dicha entidad.

Señaló que el Centro de Adopción lo que hace es esperar la sentencia judicial del Juzgado de la Niñez y Adolescencia que ordena la búsqueda de una familia. Es decir, una vez que se cuente con la declaración del estado de adoptabilidad.

En el caso de que el niño potencialmente adoptable esté en guarda o en una familia acogedora, es la familia la que debe presentar sus documentos para ser evaluada. “Necesitamos que la familia sea evaluada para poder postularse. El otro proceso es cuando una familia no tiene a un niño en guarda, pero puede acreditarse para formar parte de una lista de espera”, resaltó Aquino.

Asimismo, dijo que muchas familias tienen una expectativa en cuanto a la adopción y al pasar la etapa de evaluación documental, pasa a la etapa de evaluación psicosocial. Sobre el punto, comentó que hay casos en los que las familias no se abren a adoptar a niños o jóvenes con enfermedades o discapacidades, por lo que la situación lleva a que hoy 24 niños estén en la lista de espera.

Por otra parte, también se da el caso de adolescentes y niños que no quieren ser adoptados. “Si el niño no quiere ser adoptado, no entra en la lista. Hay veces que fracasa el proceso de relacionamiento en la adopción, pero de igual manera buscamos la manera de darles respuestas”, sostuvo Aquino.

La evaluación de adopción hoy es de 3 a 4 meses. “Anteriormente era de 3 a 5 años. Ahora bajamos el plazo considerablemente y damos mucho más rápido el certificado de adopción”, resaltó Aquino, al tiempo de comentar que existe un avance en al menos 417 expedientes que fueron recibidos en este tiempo.

El proceso de adopción está a cargo del Ministerio de la Niñez y Adolescencia (MINNA) a través del Centro de Adopciones. Para más información, las personas deben acercarse a Ayolas y Oliva Nro. 489 - Asunción.

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El recién nacido: el libro que se debe leer antes de llevar al bebé a casa

El pediatra Hernán Boló transforma años de experiencia en una guía simple, real y llena de empatía para quienes están por vivir (o acaban de vivir) el inicio más intenso de la vida, que es la llegada de un hijo.

Ser mamá o papá primerizo no viene con manual, pero el doctor Hernán Boló se propuso escribir uno que acompañe sin juzgar. El recién nacido es una guía práctica de pediatría integral que busca algo más que enseñar a cuidar, ayudar a disfrutar los primeros días del bebé sin miedo, sin culpa y con información confiable.

“Lo creé como una herramienta para acompañar a los padres en ese proceso tan difícil que significa tener un bebé nuevo en casa. Hay dudas, estrés, angustia y todo eso es normal”, explica el pediatra en el programa Residentas (canal GEN). “El libro responde preguntas sencillas, pero que pueden generar mucha ansiedad cuando uno no tiene a quién consultar”.

Boló aborda los temas que más preocupan, tales como la lactancia, el llanto, el sueño, la higiene, los cuidados del cordón umbilical, la piel y la alimentación. “El objetivo no es llenar de información, sino despejar la desinformación. Hoy hay tanto contenido en redes que los padres se confunden más que aprenden”, sostiene.

El médico enseña, por ejemplo, cómo distinguir si un bebé llora por hambre o por otra razón, cómo crear rutinas que den seguridad y cuándo acudir al pediatra. También dedica un espacio a la salud emocional de los padres. “No solo llega el bebé al consultorio, también llegan mamá y papá. Un padre bien contenido puede ser una ayuda enorme o, si no lo está, un gran problema”, señala.

El libro aborda incluso situaciones que muchos manuales no contemplan. Cómo preparar a las mascotas para la llegada del bebé, cómo acompañar al hermano mayor para que no se sienta desplazado y, sobre todo, cómo cuidar la seguridad del recién nacido en el auto.

“El car seat no se negocia. He visto bebés que se salvaron por usarlo, y otros que sufrieron lesiones graves por no tenerlo. Nunca hay que llevar al bebé en brazos, ni siquiera del hospital a casa”, advierte Boló.

Con más de 15 años de experiencia clínica, el doctor Hernán Boló se formó en la Universidad del Pacífico y se especializó en pediatría en el Hospital Nacional, por la Universidad Católica. Hoy integra el Departamento de Neonatología del Hospital Materno Infantil San Pablo.

“Cada consulta es un espacio de aprendizaje mutuo. Enseño, pero también aprendo de cada niño y de cada familia”, cuenta. “Para mí, la pediatría no es solo aplicar conocimientos médicos: es acompañar emociones y transformar la manera de entender la infancia”.

Su libro El recién nacido está disponible en Servilibro, en drhernanbolo.com, en sus consultorios y en versión eBook por Amazon. También se puede seguir en redes sociales: @DrHernanBolo (Facebook e Instagram).