A machetazos apagaron la música de “Lobito” Martínez

El alumno siempre supera al maestro, dice un refrán, pero esta historia no es de superación, es más bien de odio, violencia y muerte. El 25 de enero de 2003 Jorge "Lobito" Martínez era asesinado brutalmente a machetazos por Jorge Daniel González Torres (26) un alumno y asistente que tenía el músico.

Luego de vivir mucho tiempo en el exterior el músico y compositor Jorge Martínez decidió volver a Paraguay a radicarse y lo hizo en una casa en el barrio Republicano de Asunción, donde montó su taller musical. Fue así que conoció a Jorge Daniel, quien era un joven que tenía conocimientos de informática y fue contratado para ser su asistente, era encargado de guardar toda la información del músico en los archivos de la computadora, pero el muchacho también tenía talento musical, por lo que a parte de ayudar a Martínez, éste le daba clases de música. Así se desarrolló la historia entre ambos, el joven iba a la casa de Martínez, ayudaba en el tema informático y luego tomaba clases de piano, pero el 25 de enero de 2003 todo cambió de manera violenta. Entrada ya la noche llamaron a la policía para asistir a la escena de un crimen. El lugar era la casa de “Lobito” cuyo cadáver presentaba grandes lesiones que fueron hechas con un machete que los agentes encontraron tirado en el patio de la vivienda. La esposa del músico llegó a la casa y vio que el automóvil de “Lobito” salía a gran velocidad del lugar. Ella dijo que le pareció que el conductor era Jorge Daniel, por lo que entró a la vivienda y fue hasta la habitación donde encontró a la víctima en un charco de sangre. El homicida dejó abandonado el móvil de la víctima y tomó un taxi para llegar hasta el centro de Luque donde residía. Pero en el vehículo quedaron grandes manchas de sangre, ya que el asesino también recibió cortes cuando arremietió contra el músico y compositor. Cómo se sabía que ese sábado González estuvo en la casa del músico, la policía comenzó a buscarlo y fueron hasta Luque donde Jorge Daniel, vivía con sus padres. El joven parecía atontado, como ebrio o drogado, cuando se le preguntó si estuvo en la casa de “Lobito” dijo que no recordaba nada de lo que hizo en la noche, pero a la policía le llamó la atención que el muchacho tenía heridas cortantes en la mano y el antebrazo. El joven dijo que cuando estaba volviendo a su casa unos hombres lo quisieron secuestrar y meterlo a un automóvil, por lo que se defendió y recibió heridas de arma blanca. Sin embargo la historia era poco creíble, primero porque Jorge Daniel dijo que no recordaba nada de lo que hizo en la noche y luego ya contó una historia llena de detalles. Se pidió una orden de allanamiento y tras revisar la habitación del joven, los agentes encontraron la computadora portátil de Jorge Martínez. Días después una prueba de ADN demostraría que la sangre que se encontró en el automóvil de la víctima era de González. Condena La fiscala Teresa Martínez imputó a Jorge y pidió su prisión. De ahí en más se tejieron muchas hipótesis sobre el móvil del crimen y su violencia. Se dijo que fue un intento de robo, una venganza, incluso la defensa del procesado apeló al síndrome de “John Lennon”, que se da cuando una persona admira mucho a otra, pero no puede igualar su talento y decide matarlo. Finalmente se logró comprobar que la discusión se inició por unos arreglos que Jorge Daniel le hizo a una canción con un programa, pero eso no le gustó a “Lobito” y ahí se inició la diferencia que terminó en un mortal baño de sangre. Finalmente el 14 de julio de 2003 el caso fue elevado a juicio oral y público, el juzgamiento se inició en los primeros días de setiembre de ese año y luego de escuchar a los testigos y las pruebas exhibidas el 19 de septiembre el Tribunal de Sentencia integrado por los jueces Andrés Casati, Carlos Ortiz Barrios y Arnaldo Fleitas, condenó a 20 años de encierro a Jorge Daniel González por la muerte de Jorge Martínez. El juez Casati explicó que no se le aplicó la máxima pena, que cuando eso era de 30 años de prisión, debido a que González, era una persona sin antecedentes penales y debido a su juventud podría reinsertarse a la sociedad. Como era de esperarse la condena fue apelada, pero el 1 de diciembre de 2004 la Cámara de Apelación ratificó la decisión del Tribunal de Sentencia en todos sus términos y el 4 de enero de 2006 la Corte Suprema de Justicia dejó firme el fallo. Jorge Daniel González Torres, podrá salir en libertad el 28 de enero de 2023.

La importancia del ‘content manager’ para un negocio, en tiempos de TikTok y otras redes

El “content manager” se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en una figura clave para el posicionamiento de las empresas y marcas en el ámbito digital, en un mundo que está volcado de lleno al consumo masivo de contenido a través de internet.

Por Robert Bourgoing (@robertb_py)

Un emprendedor asume el desafío de crear su propia microempresa, con todos los riesgos y oportunidades que ello representa. Todos los días genera contenido para dar a conocer su marca, tratando de que sus productos puedan llegar a un público masivo, sin embargo, se topa con una decepcionante realidad: su impacto no es el esperado.

Este relato ficticio probablemente sea parte de la experiencia que le tocó atravesar a más de una persona, en el afán de convertirse en cuentapropista y toparse con las dificultades de un mercado en el que posicionarse frente a la competencia puede marcar la diferencia.

Es allí donde entra a jugar su partido el “content manager”, una figura que fue cobrando protagonismo, tanto en el mundo empresarial, como así también en el rubro de las agencias publicitarias y emprendimientos.

En esencia, el content manager consiste en la correcta y eficiente gestión de contenidos para una marca o empresa en el entorno digital, encargándose de potenciar su posicionamiento y permitirle alcanzar determinados objetivos de negocio.

El primero y más importante de ellos: conseguir más clientes, lo cual se traduce en mayores ingresos y, por consiguiente, una mayor estabilidad financiera. Esto permitirá a cualquier tipo de negocio (sea pequeño, como una tienda o local gastronómico, o grande, como una distribuidora o multinacional) adquiera mayor relevancia entre los consumidores/clientes y obtenga el reconocimiento esperado.

Para lograrlo, existen personas que juegan un papel clave, y a quienes también designan el rol de “content manager”, que viene a encargarse de la gestión de contenidos para plataformas digitales.

Entre sus atribuciones se destacan la planificación, producción, gestión, distribución y optimización estratégica del contenido digital, por lo que una de sus herramientas más importantes será el continuo uso de las redes sociales.

En el mundo de las marcas, Instagram y TikTok se han convertido en dos nichos fuertemente ligados a la promoción de productos o servicios, así como a la difusión de contenido alusivo a marcas, desbancando —hasta cierto punto— al ya conocido Youtube, que adopta otra estrategia al basarse en el formato de video extendido (dejando a un lado los nuevos ‘Shorts’).

BENEFICIOS

La figura de un content manager puede traer consigo varios beneficios para cualquier negocio, entre los que se destacan:

1- Mejora la presencia online: asegura una presencia constante y coherente de la marca en internet, lo que mejora su visibilidad en buscadores, redes sociales y otros canales digitales.

2- Genera confianza y autoridad: al publicar contenido útil y bien elaborado, la marca se posiciona como experta en su sector, ganando credibilidad y autoridad ante los ojos del público.

3- Impulsa las ventas y conversiones: el contenido bien dirigido puede ayudar a educar al cliente, resolver dudas y conducirlo hacia la compra o contratación del servicio.

4- Refuerza la identidad de marca: define un tono, estilo y narrativa que ayudan a construir una marca sólida, coherente y reconocible, encargándose que todo el contenido (textos, imágenes, videos, etc.) refleje sus valores y esencia.

5- Conexión con la audiencia: diseña contenido relevante y atractivo que responde a las necesidades e intereses del público objetivo, generando confianza y lealtad. Al ofrecer contenido útil, las marcas pueden establecer una conexión más profunda con su audiencia.

6- Permite medir resultados y mejorar la estrategia: analiza el rendimiento del contenido (alcance, clics, conversiones) y toma decisiones basadas en datos para ajustar y mejorar la estrategia constantemente.

LA EXPERIENCIA EN EL CAMPO

Una persona que conoce de primera mano las ventajas de adoptar el content manager es Thaly Mora, especialista en marketing digital y directora ejecutiva de la Agencia Luminaria. En entrevista con HOY, afirma que el posicionamiento de las marcas hoy día se ve influenciado en gran medida por esta figura.

Desde su experiencia trabajando con varias marcas, afirma que los resultados para “implantar la idea” en los consumidores es bastante eficaz, permitiendo a negocios que en principio tenían un nicho muy reducido posicionarse en la preferencia de más personas, dándole un impulso a las ventas.

Si bien se trata de una inversión extra dentro de la estructura de gastos, convirtiéndose en “otro empleado más”, los beneficios que posteriormente acarrea a nivel económico terminan recompensando el gasto que demanda esta figura, señala.

Mora avizora que cada vez un mayor número de empresas, sin importar su envergadura o trayectoria, entrarán en razón sobre la importancia de manejar un content manager y adentrarse en el ámbito del contenido digital, sobre todo con el impacto que poseen las redes sociales entre el público joven.

Para este trabajo, el conocimiento y la experiencia son vitales a la hora de manejar de manera eficiente la presencia de una empresa, sostiene Mora. “Tiene más herramientas, sabe implementar mejor una estrategia, puede hacer mejor una pauta o diseccionarla para que se venda más”.

El content manager es, además, una buena salida laboral para las nuevas generaciones, desde su perspectiva, ya que al tratarse de “nativos digitales”, poseen mayores habilidades para todo lo concerniente a las redes sociales y plataformas digitales. Ello explica la presencia mayoritaria de personas jóvenes en este tipo de puestos.

“Cualquier persona puede llevar las redes de una marca, pero hacerlo de forma certera y con un conocimiento previo, es mejor hacerlo con un profesional”, añadió.

Los niveles de violencia en la sociedad: la importancia de poner un freno desde la infancia

En los últimos tiempos en el país se ha visto un aumento sostenido de violencia en diferentes estamentos de la sociedad y de diversa índole. Desde peleas en el tráfico, hasta el conmocionante crimen de una adolescente en manos de otro joven. Los especialistas coinciden en la necesidad de trabajar en la educación de los infantes acerca de este tipo de comportamientos y el aprendizaje de valores.

Por Juan Riveros (@JuancitoRiveros)

El caso del feminicidio de la joven María Fernanda, de 17 años, en manos de un adolescente de la misma edad, trajo al debate la situación de violencia en la que se encuentra encrucijada la sociedad paraguaya.

Para buscar el origen de estos signos de violencia es necesario ir hasta la educación de la primera infancia, esa parte fundamental de la vida en donde los niños y niñas adquieren los diferentes valores y patrones de comportamientos, influenciados por el entorno en el que se desarrollan.

Una especialista en Psicología, la licenciada Lourdes Ostertag, manifestó la importancia del criadazgo en igualdad, promoviendo que el niño aprenda desde sus primeros años de vida que, tantos hombres como mujeres tienen los mismos derechos y obligaciones. “La educación es fundamental, empieza todo desde esa primera infancia. Lo que están clamando los niños hoy en día es recibir un poco de atención, ser criados con afecto y sobre todo con igualdad”, indicó en entrevista con el canal GEN.

Al respecto, indicó que todavía hay una cultura muy arraigada que promueve la desigualdad, incluso hasta en los detalles de los regalos tanto a varones como niñas, donde puede observarse ciertos privilegios. Los varones reciben autitos, mientras que las niñas reciben cocinas u otros elementos que la encasillan en ese rol.

EDUCACIÓN FORMAL

Cabe mencionar que Paraguay tiene una ley (la 5609) que prohíbe el maltrato físico en niños, niñas y adolescentes, por lo que todavía queda mucho por avanzar en el núcleo familiar. Sin embargo, no se puede desconocer lo relevante de la formación en las instituciones educativas.

En ese sentido, habiendo prácticas culturales y sociales que todavía se deben deconstruir desde el propio Estado, es fundamental que las escuelas y colegios desarrollen programas enfocados en los patrones de comportamientos.

Tampoco se puede obviar que también en las escuelas se van gestando hechos de violencia, por lo que es primordial hablar con los niños y tener la apertura de diálogo. Ya sea de padres a hijos, o de docentes a alumnos.

“Si no hay esa apertura, es fundamental el papel de las instituciones educativas. No todos los padres están capacitados para encarar estos temas con sus hijos, entonces, ahí entra el rol de la escuela o colegio”, agregó la licenciada en Psicología.

EL ROL DEL ESTADO

En Paraguay se tienen distintos dispositivos establecidos en las normativas de protección de la niñez y adolescencia, sin embargo, nada será efectivo sin los debidos recursos y acompañamientos de las autoridades.

Sobre el punto, es importante considerar una mayor participación de los sectores involucrados para la elaboración de programas efectivos y que abarquen a todos los sectores, especialmente a los más desprotegidos.

REDES SOCIALES

Una de las barreras y factores que contribuyen a la creciente violencia social, son las complicaciones en el entorno digital, donde también es fundamental el seguimiento de los padres en el caso de los menores de edad.

Para la especialista, es relevante saber ayudar y canalizar lo mejor posible todo el contenido al que acceden los chicos, ya que un control al 100% es casi imposible.

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Nietzsche, Camus y la cuestión del sentido de la vida

La búsqueda del sentido de la vida toma fuerza en tiempos de crisis existencial, angustia y desesperanza, por lo que estudiar a Friedrich Nietzsche y a Albert Camus parece una suerte de provocación vital. Estos grandes pensadores nos obligan a mirar al abismo, sí, pero también nos invitan a encender una luz.

Por Gonzalo Cáceres - periodista

Desde Platón hasta el advenimiento del cristianismo, el pensamiento occidental afirmó que la vida, toda la existencia, encuentra la razón de ser en algo superior: un mundo ideal/divino, un Dios eterno y omnipresente, una verdad universal. Sin embargo, en el siglo XIX, Nietzsche irrumpe como un rayo que destruye estos supuestos y anuncia algo radical: “Dios ha muerto”.

Pero esta “muerte” no es un “triunfo” del ateísmo ni una visión vacía, sino la herida misma en el corazón del hombre moderno. No es que Nietzsche acabe con Dios; es la cultura moderna la que, al abrazar la ciencia y la razón, desvirtuó viejas creencias. Pero Nietzsche advierte sobre el vacío, un peligroso vacío (el nihilismo). Si no hay más verdad absoluta, ¿para qué vivir?

Nietzsche llama a Platón el gran “calumniador de la vida”, y acusa al cristianismo de ser una “moral de esclavos” que glorifica la debilidad, el sacrificio y la sumisión. Para él, estas ideas nacen de la incapacidad de aceptar la vida en esplendor (con su dolor, su injusticia y su caos).

Nietzsche transforma esta catástrofe en una posibilidad creadora. La vida, en su crudeza, en su devenir constante, es para él lo único real, el centro de todo. Pero esta vida no posee un sentido explícito: hay que crear un sentido. Aquí surge la idea del Übermensch, el superhombre, no como un ser superior por naturaleza, sino como aquel que tiene el coraje de afirmar la vida.

El superhombre no espera salvación ni justificación: baila sobre el abismo. Nietzsche desprecia las explicaciones consoladoras. La religión, la moral tradicional, incluso la filosofía que busca (o impone) verdades, son para él síntomas de debilidad, intentos de huir del sufrimiento inherente a la existencia. En cambio, propone una ética del coraje y la afirmación, condensada en el “eterno retorno” (vivir como si uno tuviera que repetir su vida una y otra vez, idéntica en cada detalle).

Un siglo más tarde, Albert Camus recoge ese desafío, pero lo transforma y lo dota de un fondo novedoso al abordar la pregunta más radical: si la vida no tiene un objetivo, si el universo es indiferente a lo que somos, ¿vale la pena seguir viviendo?

El referente existencialista se nutre de un enfoque más comprensivo y parte del reconocimiento del ‘absurdo’ (el choque entre el deseo humano de sentido y el silencio irracional del mundo) y asume directamente que el universo no ofrece respuestas a la experiencia humana. Tal cual suena, tal cual es.

Pero en lugar de ceder ante la desesperación (le dedicó ríos de tinta a la compresión del suicidio), el franco-argelino propone una rebelión: no afirmar la vida a ciegas, como Nietzsche, sino sostenerla en plena conciencia del sinsentido.

En el célebre ‘Mito de Sísifo’, el hombre empuja una roca cuesta arriba sabiendo que caerá, y sin embargo, no se rinde, lo acepta. Este acto de conciencia es su victoria y su grandeza.

Hay un matiz esencial entre ambos pensadores. Nietzsche, motivado por la fuerza creadora del individuo, sueña con una transformación radical de la humanidad. Su tono es trágico y heroico. Camus, en cambio, es más contenido (y ético). Es decir, no se trata de convertirse en superhombre, sino de vivir y realizarse con dignidad dentro de los límites humanos.

Donde Nietzsche afirma, Camus resiste. Donde Nietzsche busca transfigurar el mundo, Camus se aferra a su belleza (a lo efímero). Ambos, sin embargo, coinciden en que el sentido de la vida no está dado, debe cimentarse desde el coraje y la lucidez.

Porque tal vez, como diría Nietzsche, quien tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo. Y si ese porqué no viene del cielo ni de los textos sagrados, habrá que buscarlo (o crearlo) en la tierra misma: en la amistad, en el arte, en el riesgo, en el amor, en las distintas situaciones, a pesar de todo.

La vida no tiene sentido, salvo el que nosotros le damos. No hay un significado inscrito o por revelarse en la inmensidad. Y dar sentido no es descubrir, sino crear, como el artista que pinta sobre un lienzo en blanco. El sentido es una tarea. Como afirma Camus, uno puede crear significado (en la vida) a través del propósito, y esta ecuación nos llevará a estar satisfechos con nuestra existencia, a experimentar lo que se conoce como felicidad.