El descuartizador de Palma Loma: Cortó a su esposa en 11 pedazos y guardó la cabeza en la heladera

Fausto Justiniano Altamirano, es un nombre que al oído no suena familiar, pero si nos remontamos a los años 80, el hombre fue noticia por haber matado y descuartizado a su esposa en un arranque de celos. Partió a la mujer en 11 pedazos, esparció las partes por el barrio, pero la cabeza la guardó en la heladera, vaya a saber con qué intención. Una mancha de sangre fue la pista que llevó a los investigadores a esclarecer el caso.

“El descuartizador de Palma Loma¨, así fue conocido a través de los medios de comunicación Fausto Altamirano (43), un ciudadano argentino, quien llegó en enero de 1980 con su esposa Lidia Beatriz Guzmán (31), procedente de Corrientes, Argentina. El matrimonio, que no tenía hijos, Fausto si tenía tres hijos de un matrimonio anterior que se quedaron en el vecino país con su madre. La pareja se instaló en el poco poblado y nuevo barrio de Palma Loma, en Luque. Altamirano, era de profesión chapista, era un hombre espigado, de grandes bigotes, una persona de hablar pausado y calmado, sus vecinos así lo describieron, pero su talón de Aquiles era su esposa, de quien celaba de forma desmedida.

Como era chapista Fausto recibía a sus clientes en su casa donde tenía montado su pequeño taller. Al parecer el chapista celaba de los hombres que llegaban a su casa y temía que su esposa se interesara sentimentalmente con alguno de ellos. Esto hacía que todos los días los reclamos de Altamirano a Lidia vayan subiendo de tono. No se descarta que haya habido ya maltrato físico, además del psicológico.

Pero el punto de quiebre se dio el 10 de abril de 1980, cuando la pareja mantuvo su última gran pelea que terminó en un baño de sangre. Se dijo que la mujer harta de los celos de su marido, le gritó qué si le iba a engañar con el primero que llegara a la casa. Altamirano desbordado por los celos atacó a su esposa la golpeó con un martillo y la mató. Tal vez después de darse cuenta de su criminal accionar, lo primero que le vino a la cabeza era qué hacer con el cadáver, cómo evitar ir preso.

Fue entonces que Altamirano tomó tal vez la peor decisión, que fue desmembrar el cuerpo de Lidia, para después deshacerse del mismo. Ayudado con una sierra manual comenzó a cortar el cadáver. Hizo 11 pedazos y 10 de ellos los fue a tirar en diferentes patios baldíos de los muchos que había en esa época en la ciudad de Luque.

Pero el detalle que no encajaba en toda esta horrenda historia fue por qué Altamirano guardó la cabeza de Lidia Guzmán en su heladera, cuál fue el motivo por el cual conservó esa parte de su esposa congelada en una bolsa de polietileno.

Como era de esperarse luego de completar su macabra obra Fausto Altamirano fue hasta la Comisaría local y radicó la denuncia de desaparición de su esposa. Les dijo a las autoridades que Lidia salió de la casa el 10 de abril y ya no regresó. Entonces la policía comenzó a movilizarse para ubicar a la mujer.

Pasaron varios días sin novedad, pero un día un perro trajo de un patio baldío un pie humano. Se convocó a Altamirano para que vea el miembro y trate de identificarlo, pero el hombre se hizo el desentendido. Le pidieron que trajera un zapato de su esposa para probar y el calzado le quedaba bien. Pero el chapista alegó que ese pie no era de su esposa ya que ella no usaba esmalte en las uñas.

El 13 de abril de 1980 una patrullera fue nuevamente hasta la casa de Fausto, para hacer una serie de preguntas, había algo que no cerraba en la historia para los investigadores. El chapista salió al patio y no dejó que la policía ingresara a su casa. En el patio conversó con los uniformados, quienes le preguntaron algunas cosas de su esposa, como si tenía parientes en Paraguay, amigos a quienes le pudieron pedir asilo por unos días o si ella regresó a la Argentina.

Altamirano con una frialdad única contestó las preguntas no se mostró nervioso, pero mientras que las preguntas iban y las respuestas regresaban, uno de los agentes vio en la parte de la puerta de la camioneta una mancha que se deslizaba como un hilo de pintura granate. Tal vez su formación policial o simplemente su instinto hizo que ese policía al salir de la casa de Fausto le comente a su superior que lo que vio le pareció sangre seca.

Allanamiento, detención y condena

Todas las alarmas se encendieron en los investigadores quienes fueron hasta el juzgado y solicitaron una orden de allanamiento de la casa de Altamirano. Ese mismo día se procedió a revisar la vivienda del chapista que a primera vista estaba sin rastros de violencia, no había cosas rotas, todo estaba en su lugar. Tampoco había malos olores, hasta que uno de los intervinientes fue hasta la cocina y abrió la heladera, todo era normal, pero no fue hasta abrir el congelador que los policías se dieron cuenta que la cabeza de una mujer estaba en una bolsa.

En ese momento se detuvo a Fausto Justiniano, quien fue llevado preso. Ya en sede policial el chapista confesó todo lo ocurrido y cómo se dieron los hechos y el atroz final que le dio a su esposa cegado por los celos. Lo que no explicó fue el por qué se quedó con la cabeza de su esposa.

En un juicio que acaparó a los medios de comunicación local Altamirano fue condenado a 20 años de cárcel y remitido a la cárcel de Tacumbú. Decían los diarios de la época que el chapista estuvo un tiempo aislado de la población penal o más bien los presos no se querían acercar a él. En esa época era muy extraño tener un homicida de las características de Fausto, por lo que su presencia entre rejas causó un gran revuelo y hasta temor en muchos de los internos.

Después el mismo reo comenzó a hacer amigos dentro del presidio y fue así que cumplió toda su condena sin incidentes. Debido a su buena conducta a finales de los 90 Fausto Justiniano Altamirano “el descuartizador de Palma Loma”, fue puesto en libertad. Ya con 60 años, Fausto no volvió a Luque, el hombre decidió regresar a la Argentina, pero tampoco quería radicarse en Corrientes, donde su historia fue replicada y conocida. Tal vez por temor a su pasado se radicó en la ciudad de Formosa donde poco o nada se supo de él, solo que era una persona solitaria. Un reporte que fue más bien de boca en boca y no que haya salido en los diarios decían que falleció a los pocos años de salir en libertad y de esa manera se cerró el terrorífico paso de Altamirano por este mundo.

Alerta sobre explosiva mezcla: un cóctel muy riesgoso para la salud

La mezcla de bebidas alcohólicas con energizantes, muy popular entre los jóvenes, puede ser muy peligrosa, ya que aumenta el riesgo de intoxicación, comportamientos arriesgados y efectos negativos en la salud.

La combinación de alcohol con energizantes se convirtió en una tendencia entre los jóvenes, debido en parte a la percepción de que los energizantes pueden contrarrestar los efectos sedantes del alcohol, lo que lleva a una sensación de estar más alerta y en control. Esto, reforzado por la publicidad y el marketing.

En la búsqueda de experiencias intensas y emocionantes, los jóvenes creen que este cóctel permite disfrutar de la fiesta por más tiempo sin experimentar la fatiga asociada al consumo de alcohol. Sin embargo, muchos desconocen los peligros que hay detrás de esta riesgosa práctica.

Los estimulantes de la cafeína en los energizantes pueden enmascarar los efectos sedantes del alcohol, lo que lleva a una falsa sensación de sobriedad. Esto puede resultar en un consumo excesivo de alcohol y un mayor riesgo de intoxicación. Además, la combinación de alcohol y cafeína puede aumentar el riesgo de comportamientos arriesgados o impulsivos.

La doctora Nilda Villalba, directora del Centro Nacional de Toxicología, reconoció que la combinación de bebidas alcohólicas con energizantes es una mezcla explosiva. Esto, a raíz de que las personas pierden la noción de los síntomas depresivos que el alcohol normalmente ocasiona en el organismo. Se trata de un “cóctel riesgoso para la salud”.

La experta resaltó que el alcohol es un depresor del sistema nervioso central y las bebidas energizantes, por el contrario, son estimulantes. Por ello es que, las bebidas energizantes enmascaran los síntomas depresores del alcohol y hacen que las personas consuman de una manera engañosa.

Dentro de los componentes que poseen los energizantes sobresalen la cafeína, vitaminas, guaraná y son varias sustancias que se van mezclando para brindar esa característica particular de dar energía al organismo, según detalló a la radio 650 AM.

“Debemos estar preparados para afrontar las complicaciones que pueden darse por esa mezcla. Se desaconseja el consumo de estos productos en personas que están con problemas cardíacos, que sufren de hipertensión, las embarazadas, los diabéticos y los menores de 16 años. Los adolescentes están en una etapa de reconocimiento de los límites que tienen, entonces esos límites fácilmente se van de un extremo a otro, es por eso que desaconsejamos el consumo de esta mezcla”, subrayó.

Por su parte, el médico pediatra Robert Núñez había mencionado que los energizantes son la segunda sustancia más consumida por la franja etaria de entre 13 y 17 años, después del alcohol. Mayormente, los adolescentes consumen por curiosidad, y tres de cada cuatro menores de edad hacen la peligrosa mezcla de ambas sustancias.

Si bien es importante resaltar que esta mezcla no está prohibida (consumo del alcohol solo en mayores de edad), se deben conocer cuáles son los efectos nocivos de la misma en el organismo, de modo a evitar alguna complicación y desgracia que lamentar.

Estrella Roja: el socialismo marciano de Bogdánov

Podemos decir que Aleksándr Bogdánov fue un adelantado a su tiempo. En 1908 publicó Estrella Roja, una entretenida novela de ciencia ficción de inspirada naturaleza marxista, con la que se adelantó casi una década a las traumáticas revoluciones de febrero y octubre de 1917; que desembocaron en la llegada del Partido Bolchevique al poder en Rusia, el fin de 300 años de gobierno de los Románov y el posterior nacimiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Por Gonzalo Cáceres-periodista

Alexander Alexandrovich Bogdánov (1873-1928) fue un revolucionario comunista bielorruso de múltiples talentos: escritor, médico, economista, científico y filósofo, también se formó en psiquiatría. Fundador del Partido Bolchevique, y de influencia significativa en el desarrollo de la teoría marxista en Rusia, ostentó una reconocida militancia política y el estrecho contacto que tuvo con Vladimir Lenin, al tiempo de evidenciar su relación con los más radicales movimientos obreros.

Pese a sus grandes aportes filosóficos, científicos y a las letras, Bogdánov no tuvo la misma repercusión en Occidente que la que sí vieron los monstruos de la literatura rusa como León Tolstói y/o Fiódor Dostoyevski, a razón -principalmente- de las escasas traducciones de sus novelas y otros escritos.

Pero hablemos de Estrella Roja, su principal y más conocido trabajo.

MARCIANOS COMUNISTAS

Estrella Roja aborda una serie de cuestiones políticas que reflejan los debates de la convulsa época en que fue escrita. El libro abraza al socialismo como ideal utópico, la lucha de clases y la revolución como temas de fondo, y una crítica al capitalismo y al papel del individuo en la sociedad socialista.

Precursora de la ciencia-ficción soviética, Estrella Roja se erige como una suerte de ventana por dónde observar el idealismo de la entonces incipiente era de las revoluciones industriales en la lúgubre Rusia de los zares que, tras la eclosión de las revueltas incitadas por los soviets, dio lugar a la redefinición de las clases sociales, lo que concibió una nueva relación con los medios de producción, la ciencia, la tecnología y la literatura.

El libro conjuga dos rasgos fundamentales y necesarios para la literatura de su época y de nuestros días: la imaginación y la utopía, porque además de fungir de testimonio político de su autor, también es considerada por los críticos como una de las primeras novelas sobre exploración espacial.

Bogdánov plasmó su visión de un futuro basado en la concepción de la igualdad social.

La trama se desarrolla en un futuro distante donde la humanidad pegó el salto tecnológico y emprendió la colonización de Marte. La historia sigue el viaje del ingeniero Leonid, quien llega al ‘planeta rojo’ y se sumerge en la sociedad marciana, que difiere significativamente de la que continúa en la Tierra.

La civilización humana en Marte alcanzó un estadio sin división de clases, donde todos sus miembros contribuyen según su capacidad, y reciben según necesiten; un sistema de características propias como ser, la economía planificada, el unipartidismo y la férrea dirección de las relaciones interplanetarias, lo que en la actualidad podemos interpretar como socialismo en la más exorbitante fase.

De forma intrínseca, Bogdánov reflexiona sobre la naturaleza de los humanos y el progreso social, y expone la forma -idealista- en que el socialismo puede transformar las relaciones y crear un mundo sin abusos de las clases dominantes, a priori más justo y equitativo, sin la odiosa brecha económica.

A través de Leonid, el lector atestigua una civilización humana harta de innovaciones con repercusión en el transporte, la generación y suministro de energía (ya trata, por ejemplo, la idea de sustituir los combustibles fósiles por fuentes renovables) y las comunicaciones, y con una medicina tan avanzada que las enfermedades graves son de extrema rareza y la longevidad moneda corriente, con novedosos procedimientos quirúrgicos y de diagnóstico.

Estrella Roja gozó de popularidad luego de plasmarse la Revolución Rusa y con la llegada de las generaciones soviéticas que vivieron los insistentes intentos de la URSS por desarrollarse como potencia mundial (la afamada carrera armamentista y espacial).

A Bogdánov se le reconoce explotar ideas hasta exageradas para su contexto, de ahí su importancia para la literatura universal. Estrella Roja permeó en menor o mayor medida en grandes novelas posteriores como Marte Rojo (1992) de Kim Stanley Robinson, Los Desposeídos (1974) de Ursula K. Le Guin, el Hombre de Marte (1946) de Stanislaw Lem y hasta hay quien asegura que el mismísimo Isaac Asimov se vio influenciado para la serie de la Fundación (1961-1993).

TRÁGICO FINAL

Después de la revolución, Bogdánov se centró en el trabajo en biología y medicina. En 1926 encabezó el primer instituto en el mundo de transfusión de sangre, lo que terminó en su trágico y evitable final.

Bogdánov falleció el 7 de abril de 1928 a raíz de una infección que contrajo tras un fallido experimento médico con transfusiones de sangre (dicen que recibió volúmenes de diferentes jóvenes en un intento de dar pie a su teoría del ‘colectivismo fisiológico’), lo que generó interés y debate a lo largo del tiempo (terminó como ejemplo en las grandes universidades).

Aunque su obra literaria y científica sigue siendo relevante, aquel experimento final y su resultado fatal marcaron su legado.

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Bolardos en San Lorenzo: protección para ciclistas, dolor de cabeza para automovilistas

San Lorenzo fue escenario de llamativos percances automovilísticos semanas atrás, específicamente en la avenida Victorio Curiel, donde los protagonistas no fueron precisamente los conductores, sino unos bloques de cemento conocidos como “bolardos”, colocados para dividir la bicisenda, pero ¿para qué realmente sirven?

Imprudencia, falta de atención y alta velocidad, los factores que, sobre esta avenida situada en Capilla del Monte causaron los reiterados accidentes donde los bolardos provocaron graves daños materiales.

Los bolardos se encuadran dentro del mobiliario urbano, y son los elementos que sirven para realizar delimitaciones de espacios, ya sean fijos o temporales. Muy útiles para limitar el acceso de vehículos y que los conductores sepan cuando se están aproximando a algo con lo cual, si colisionan, podrían generar accidentes.

Accidente con bolardos en Vittorio Curiel.Accidente con bolardos en Vittorio Curiel.

La Arq. Evelyn Madelaire de la Municipalidad de San Lorenzo explicó que estos delineadores tubulares, bolardos, fueron instalados en esa avenida para lograr una mayor seguridad vial, a fin de que los conductores puedan captar los obstáculos que tienen para circular, en este caso, una bicisenda.

“Los bolardos por definición son elementos que cumplen dos objetivos, en primer lugar, segregar, es decir, dividir lo que es el tránsito vehicular de la bicisenda. Y en segunda instancia, proteger, dar seguridad a los usuarios en mayor situación de vulnerabilidad, en este caso, el ciclista”, expresó durante una entrevista en el canal GEN/Nación Media.

Bolardos de cemento. Foto: Nación MediaBolardos de cemento. Foto: Nación Media

Vittorio Curiel es una avenida urbana que pasa por una zona residencial y una mixta, no es una autopista. La arquitecta indicó que, en ese trayecto, los vehículos circulaban a 80 km/h e incluso más, cuando deberían ir a 40km/h. Ante esto, se colocaron los bolardos.

Sin embargo, la alta velocidad todavía juega una mala pasada a los conductores que circulan por esa zona.

Apenas días después de que se colocaran estas barreras de cemento, dos automóviles atropellaron y destruyeron, no solo sus vehículos, sino también los bolardos hechos de hormigón. Uno circulaba a alta velocidad, el otro intentó adelantarse.

Cabe recordar que, la avenida Vittorio Curiel no es precisamente un trayecto en el que se pueda circular en doble fila, por lo que, insisten en respetar los límites de velocidad permitidos.

Sobre Vittorio Curiel no se puede circular en doble fila. Foto: Nación MediaSobre Vittorio Curiel no se puede circular en doble fila. Foto: Nación Media

¿Cumple o no cumple su función?, estamos viendo que sí cumple su función. Lamentablemente, para ciertos automovilistas, con perjuicio material. Cumple la función de proteger, nosotros no inventamos, no son precisamente necesarios para hacer funcionar una bicisenda, pero se usa”, finalizó Madelaire.

La Municipalidad de San Lorenzo está trabajando en un plan de educación y seguridad vial para que la ciudadanía pueda entender la funcionalidad de los bolardos. Así se buscará evitar que más conductores tengan que lamentar el perjuicio inmenso a sus rodados.