El destornillador… (segunda parte)

Errores en la investigación policial llevaron a varias personas a ser encarceladas y luego liberadas. La fortuna para los investigadores les llevó a dar con los verdaderos asesinos y descubrir por qué mataron a Óscar Arturo Barboza en el 2003.

Por Óscar Lovera Vera, periodista

Esto tiene que ser un secuestro, dijo –muy seguro de su intuición– el subcomisario Richard Vera, un agente del departamento de Homicidios. Su experiencia le hizo dibujar un esquema mental rápido y –bajo sospecha– se encontraba la tesis de que Óscar fue víctima de una banda de plagiarios.

El objetivo principal era el dinero, ya que el padre del chico –un policía ya retirado– habría conservado una buena cantidad de dinero, producto de muchos años de trabajo, aunque los rumores de aquel momento apuntaron a un dinero no tan limpio y que rindió sus frutos en las finanzas de la familia.

No encontraban otra explicación para comprender un crimen de esta magnitud. Les pareció que la forma en que lo mataron era un mensaje de sicarios, de asesinos que fueron contratados para ejecutar una venganza.

Toda investigación necesita primero ser corroborada en el entorno cercano de la víctima, ya que la planificación de un secuestro necesitaba de un delator. Alguien tan cercano al objetivo que pudiera aportar detalles de Óscar Barboza, su rutina, las rutas que tomaba, los lugares donde acudía y a quiénes frecuentaba. Esas primeras pesquisas desencadenaron en varias detenciones.

El subjefe de Homicidios seguía tan seguro de su corazonada y trazó el siguiente plan con base en la descripción que dieron testigos. Una de ellas se destacó entre varios, la mujer se identificó ante los agentes como Regina y convenció a la Policía sobre la participación de dos jóvenes hermanos: Mariela, de 16 años en aquel entonces, y Juan Villalba. Regina aseguró que ellos eran parte de la banda responsable del secuestro y asesinato de Óscar. La mujer mencionó que estas personas eran distribuidoras de drogas y adictas. Parte de eso lo vendían a Óscar –que según su testimonio– también consumía drogas y estando bajo los efectos de los narcóticos, lo mataron.

Esto, aunque débil, fue suficiente para una imputación, y un juez ordenó la prisión de los dos en forma preventiva. Juan a la cárcel de varones en el barrio Tacumbú y la joven en la Casa del Buen Pastor. Otra mujer que fue detenida, bajo sospecha de saber algo más, fue la novia de Óscar. Una mujer de 23 años de nombre Teresa Vázquez Irala.

En los allanamientos en las viviendas –de los que aseguraban eran los sospechosos– encontraron prendas de vestir con manchas de color rojo. Parece sangre, dijo un agente de bajo rango al subcomisario Richard Vera.

El procedimiento, en este caso, les obligaba a tomar la prenda con los guantes de látex y almacenarlas en bolsas de evidencia. Era lo más comprometedor que tenían para vincular a los Villalba con el asesinato.

Días después los análisis de los forenses en Criminología les dijo lo contrario, la mancha no era sangre. Era algo común, lejos de ser fluido humano. Todo se vino abajo.

Con el tiempo la investigación tuvo otro golpe bajo, el testimonio de Regina se fue desvaneciendo. Los agentes no encontraban más elementos que conecten con el crimen más que la cercanía.

No era suficiente para comprender el motivo de una muerte con mucha violencia. Muy característica de organizaciones criminales que apelan a estos mecanismos de tortura. El uso de un destornillador.

Pero lo definitivo, y que llevó a concluir que todo lo que habían hecho hasta ese momento fue un error, es el descubrimiento que hicieron. Regina era un nombre falso, la mujer se llamaba Sergia Báez y, según las fuertes sospechas que despertó el dato inexistente, su testimonio fue puesto en duda.

Al juez no le quedó de otra que ponerlos en libertad, también a la pareja sentimental. La Policía se equivocó, enfrentaban el peor momento de la investigación y ya habían pasado meses del hallazgo del cuerpo de Óscar Arturo. Perdieron el hilo de la investigación.

SIN UN NORTE

El subcomisario se mostraba nervioso. Richard le dio vueltas al caso varias veces, no entendía cómo los asesinos dejaron sin pistas para continuar con el proceso. Confundido y muy nervioso insistía con un bolígrafo que pegaba firme y con fuerza contra su mesa de madera. Imaginaba que ese ruido monótono y perturbador le daría una idea de lo que pasó. Pero no había forma, las ideas se mostraban vacías. Miró fijamente la carpeta de la pesquisa y esperaba que algunas de esas hojas, atestadas de escritos, datos, fotos e informes forenses le pudieran dar luz. Algo que quizás pasó por alto y no se percató, un dato entre líneas.

En su lectura el policía llegó al informe médico. Repasaba cada línea escrita por el patólogo: “Cuarenta y ocho puñaladas y penetraciones. La mayor parte de las puñaladas, la víctima las recibió en las piernas, especialmente en el muslo derecho, propinadas con un arma punzante. El arma utilizada para generar las heridas fue un destornillador.

Las heridas que provocaron el mayor sangrado las recibió en la región cervical, la cara anterior del tórax, en el tórax, el abdomen, en los hipocondrios (región superior del abdomen) izquierdo y derecho. Recibió seis perforaciones en la región lumbar derecha. Durante la inspección forense se encontró también una fractura en la tercera condrocostal (zona del tórax). El parte médico era extenso. Hundimiento en el pecho: pudo ser provocado por una violenta pisada, un golpe fuerte y seco, ya tendido en el suelo. Sufrió hemotórax, es decir una acumulación de sangre en el espacio existente entre la pared torácica y el pulmón a causa de las estocadas recibidas.

Lesión a nivel del glóbulo ocular derecho, lo que le produjo un hematoma de 6 y 10 centímetros de diámetro en la región frontal derecha y un edema agudo cerebral.

La causa de muerte fue diagnosticada como shock hipovolémico por múltiples heridas de arma blanca, la más importante afectó el pulmón izquierdo, que sufrió una lesión cortante y penetrante del lóbulo superior izquierdo”.

Pero su desconcierto era tal que por más que lo revisaba una y otra vez no lograba encontrar un cabo suelto. No tenía pistas de los criminales ni siquiera en el cuerpo de Óscar Arturo.

UNA LLAMADA INESPERADA

Un año y siete meses después, la Policía continuaba investigando la muerte de Óscar sin mucho éxito. Volvieron sobre sus pasos y de paso tomaron la aparición de una camioneta quemada intencionalmente como un hecho aleatorio, pero con presunciones de tener alguna conexión.

Los que incendiaron ese vehículo utilizaron un acelerante para que la combustión sea más rápida y logre borrar con todo tipo de rastros. Esto provocó curiosidad en el policía Richard Vera. Sabía, por su experiencia, que esas acciones no eran comunes y decidió finalmente apuntar a un asesinato por desquite. La prosecución de esa pista llevó a confirmar que el vehículo le pertenecía a Óscar. Eso le hizo presumir que todo el desplazamiento fue en esa camioneta y la dejaron cerca del cuerpo para no ser vistos en ella. Eso llevó a una segunda deducción, si no querían ser detectados es porque los autores eran residentes de la zona y cualquiera podía identificarlos. Al fin una pista con lógica, dijo el subcomisario. Pero no era suficiente para determinar de quiénes se trataba y por qué lo habían hecho.

Pero algo revirtió la mala racha en la investigación. El teléfono del subcomisario repicaba con insistencia hasta que respondió: “¿Hola? Jefe, una llamada de la Argentina al 911. Me dicen que una mujer aseguró tener datos sobre el asesinato de Óscar Arturo”, explicó un subalterno a Vera.

Esa extraña mujer fue la ex pareja sentimental de uno de los hermanos Sandoval Calderolli. Los días en que Rodrigo bebía amenazaba a la mujer con matarla así como lo hizo con Óscar. En medio de su borrachera contó detalles sobre el rapto, la tortura con el destornillador y el asesinato brutal. Ella decidió ir a la Argentina por seguridad, pero la policía la convenció de volver a cambio de protección y su declaración ante un juez.

DATO CLAVE

Pero no se quedaron con eso. El subcomisario Vera ordenó al equipo el rastreo de los hermanos. Los allanamientos en la ciudad de Luque dieron con un dato clave: varias boletas de casas de empeño a donde en la misma fecha del crimen llevaron pertenencias de mucho valor que le robaron a la víctima.

Esto se lo mostraron a los familiares de Óscar Arturo y el reconocimiento fue al instante. Finalmente dieron con los asesinos.

Con el paso de los días, los de Homicidios dieron con todos los integrantes de la banda. Óscar Armando y los hermanos Rodrigo y José. Con los tres bajo custodia develaron que durante varias semanas los tres estudiaron a la víctima observándolo día tras día en un puesto donde vendían comida rápida, en la rotonda de la ciudad de Luque.

El trasfondo fue la codicia que provocó Óscar Arturo en los tres, el dinero que llevaba, la camioneta, los calzados y ropas de lujo. Los teléfonos de última moda y sus tarjetas de crédito. Pensaron que sacarle dinero sería rápido y fácil.

En marzo del 2006 un tribunal resolvió darles una pena sin precedentes para un crimen de este tipo. Todos fueron condenados a 30 años de cárcel, incluyendo las medidas de seguridad.

Alerta sobre explosiva mezcla: un cóctel muy riesgoso para la salud

La mezcla de bebidas alcohólicas con energizantes, muy popular entre los jóvenes, puede ser muy peligrosa, ya que aumenta el riesgo de intoxicación, comportamientos arriesgados y efectos negativos en la salud.

La combinación de alcohol con energizantes se convirtió en una tendencia entre los jóvenes, debido en parte a la percepción de que los energizantes pueden contrarrestar los efectos sedantes del alcohol, lo que lleva a una sensación de estar más alerta y en control. Esto, reforzado por la publicidad y el marketing.

En la búsqueda de experiencias intensas y emocionantes, los jóvenes creen que este cóctel permite disfrutar de la fiesta por más tiempo sin experimentar la fatiga asociada al consumo de alcohol. Sin embargo, muchos desconocen los peligros que hay detrás de esta riesgosa práctica.

Los estimulantes de la cafeína en los energizantes pueden enmascarar los efectos sedantes del alcohol, lo que lleva a una falsa sensación de sobriedad. Esto puede resultar en un consumo excesivo de alcohol y un mayor riesgo de intoxicación. Además, la combinación de alcohol y cafeína puede aumentar el riesgo de comportamientos arriesgados o impulsivos.

La doctora Nilda Villalba, directora del Centro Nacional de Toxicología, reconoció que la combinación de bebidas alcohólicas con energizantes es una mezcla explosiva. Esto, a raíz de que las personas pierden la noción de los síntomas depresivos que el alcohol normalmente ocasiona en el organismo. Se trata de un “cóctel riesgoso para la salud”.

La experta resaltó que el alcohol es un depresor del sistema nervioso central y las bebidas energizantes, por el contrario, son estimulantes. Por ello es que, las bebidas energizantes enmascaran los síntomas depresores del alcohol y hacen que las personas consuman de una manera engañosa.

Dentro de los componentes que poseen los energizantes sobresalen la cafeína, vitaminas, guaraná y son varias sustancias que se van mezclando para brindar esa característica particular de dar energía al organismo, según detalló a la radio 650 AM.

“Debemos estar preparados para afrontar las complicaciones que pueden darse por esa mezcla. Se desaconseja el consumo de estos productos en personas que están con problemas cardíacos, que sufren de hipertensión, las embarazadas, los diabéticos y los menores de 16 años. Los adolescentes están en una etapa de reconocimiento de los límites que tienen, entonces esos límites fácilmente se van de un extremo a otro, es por eso que desaconsejamos el consumo de esta mezcla”, subrayó.

Por su parte, el médico pediatra Robert Núñez había mencionado que los energizantes son la segunda sustancia más consumida por la franja etaria de entre 13 y 17 años, después del alcohol. Mayormente, los adolescentes consumen por curiosidad, y tres de cada cuatro menores de edad hacen la peligrosa mezcla de ambas sustancias.

Si bien es importante resaltar que esta mezcla no está prohibida (consumo del alcohol solo en mayores de edad), se deben conocer cuáles son los efectos nocivos de la misma en el organismo, de modo a evitar alguna complicación y desgracia que lamentar.

Estrella Roja: el socialismo marciano de Bogdánov

Podemos decir que Aleksándr Bogdánov fue un adelantado a su tiempo. En 1908 publicó Estrella Roja, una entretenida novela de ciencia ficción de inspirada naturaleza marxista, con la que se adelantó casi una década a las traumáticas revoluciones de febrero y octubre de 1917; que desembocaron en la llegada del Partido Bolchevique al poder en Rusia, el fin de 300 años de gobierno de los Románov y el posterior nacimiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Por Gonzalo Cáceres-periodista

Alexander Alexandrovich Bogdánov (1873-1928) fue un revolucionario comunista bielorruso de múltiples talentos: escritor, médico, economista, científico y filósofo, también se formó en psiquiatría. Fundador del Partido Bolchevique, y de influencia significativa en el desarrollo de la teoría marxista en Rusia, ostentó una reconocida militancia política y el estrecho contacto que tuvo con Vladimir Lenin, al tiempo de evidenciar su relación con los más radicales movimientos obreros.

Pese a sus grandes aportes filosóficos, científicos y a las letras, Bogdánov no tuvo la misma repercusión en Occidente que la que sí vieron los monstruos de la literatura rusa como León Tolstói y/o Fiódor Dostoyevski, a razón -principalmente- de las escasas traducciones de sus novelas y otros escritos.

Pero hablemos de Estrella Roja, su principal y más conocido trabajo.

MARCIANOS COMUNISTAS

Estrella Roja aborda una serie de cuestiones políticas que reflejan los debates de la convulsa época en que fue escrita. El libro abraza al socialismo como ideal utópico, la lucha de clases y la revolución como temas de fondo, y una crítica al capitalismo y al papel del individuo en la sociedad socialista.

Precursora de la ciencia-ficción soviética, Estrella Roja se erige como una suerte de ventana por dónde observar el idealismo de la entonces incipiente era de las revoluciones industriales en la lúgubre Rusia de los zares que, tras la eclosión de las revueltas incitadas por los soviets, dio lugar a la redefinición de las clases sociales, lo que concibió una nueva relación con los medios de producción, la ciencia, la tecnología y la literatura.

El libro conjuga dos rasgos fundamentales y necesarios para la literatura de su época y de nuestros días: la imaginación y la utopía, porque además de fungir de testimonio político de su autor, también es considerada por los críticos como una de las primeras novelas sobre exploración espacial.

Bogdánov plasmó su visión de un futuro basado en la concepción de la igualdad social.

La trama se desarrolla en un futuro distante donde la humanidad pegó el salto tecnológico y emprendió la colonización de Marte. La historia sigue el viaje del ingeniero Leonid, quien llega al ‘planeta rojo’ y se sumerge en la sociedad marciana, que difiere significativamente de la que continúa en la Tierra.

La civilización humana en Marte alcanzó un estadio sin división de clases, donde todos sus miembros contribuyen según su capacidad, y reciben según necesiten; un sistema de características propias como ser, la economía planificada, el unipartidismo y la férrea dirección de las relaciones interplanetarias, lo que en la actualidad podemos interpretar como socialismo en la más exorbitante fase.

De forma intrínseca, Bogdánov reflexiona sobre la naturaleza de los humanos y el progreso social, y expone la forma -idealista- en que el socialismo puede transformar las relaciones y crear un mundo sin abusos de las clases dominantes, a priori más justo y equitativo, sin la odiosa brecha económica.

A través de Leonid, el lector atestigua una civilización humana harta de innovaciones con repercusión en el transporte, la generación y suministro de energía (ya trata, por ejemplo, la idea de sustituir los combustibles fósiles por fuentes renovables) y las comunicaciones, y con una medicina tan avanzada que las enfermedades graves son de extrema rareza y la longevidad moneda corriente, con novedosos procedimientos quirúrgicos y de diagnóstico.

Estrella Roja gozó de popularidad luego de plasmarse la Revolución Rusa y con la llegada de las generaciones soviéticas que vivieron los insistentes intentos de la URSS por desarrollarse como potencia mundial (la afamada carrera armamentista y espacial).

A Bogdánov se le reconoce explotar ideas hasta exageradas para su contexto, de ahí su importancia para la literatura universal. Estrella Roja permeó en menor o mayor medida en grandes novelas posteriores como Marte Rojo (1992) de Kim Stanley Robinson, Los Desposeídos (1974) de Ursula K. Le Guin, el Hombre de Marte (1946) de Stanislaw Lem y hasta hay quien asegura que el mismísimo Isaac Asimov se vio influenciado para la serie de la Fundación (1961-1993).

TRÁGICO FINAL

Después de la revolución, Bogdánov se centró en el trabajo en biología y medicina. En 1926 encabezó el primer instituto en el mundo de transfusión de sangre, lo que terminó en su trágico y evitable final.

Bogdánov falleció el 7 de abril de 1928 a raíz de una infección que contrajo tras un fallido experimento médico con transfusiones de sangre (dicen que recibió volúmenes de diferentes jóvenes en un intento de dar pie a su teoría del ‘colectivismo fisiológico’), lo que generó interés y debate a lo largo del tiempo (terminó como ejemplo en las grandes universidades).

Aunque su obra literaria y científica sigue siendo relevante, aquel experimento final y su resultado fatal marcaron su legado.

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Bolardos en San Lorenzo: protección para ciclistas, dolor de cabeza para automovilistas

San Lorenzo fue escenario de llamativos percances automovilísticos semanas atrás, específicamente en la avenida Victorio Curiel, donde los protagonistas no fueron precisamente los conductores, sino unos bloques de cemento conocidos como “bolardos”, colocados para dividir la bicisenda, pero ¿para qué realmente sirven?

Imprudencia, falta de atención y alta velocidad, los factores que, sobre esta avenida situada en Capilla del Monte causaron los reiterados accidentes donde los bolardos provocaron graves daños materiales.

Los bolardos se encuadran dentro del mobiliario urbano, y son los elementos que sirven para realizar delimitaciones de espacios, ya sean fijos o temporales. Muy útiles para limitar el acceso de vehículos y que los conductores sepan cuando se están aproximando a algo con lo cual, si colisionan, podrían generar accidentes.

Accidente con bolardos en Vittorio Curiel.Accidente con bolardos en Vittorio Curiel.

La Arq. Evelyn Madelaire de la Municipalidad de San Lorenzo explicó que estos delineadores tubulares, bolardos, fueron instalados en esa avenida para lograr una mayor seguridad vial, a fin de que los conductores puedan captar los obstáculos que tienen para circular, en este caso, una bicisenda.

“Los bolardos por definición son elementos que cumplen dos objetivos, en primer lugar, segregar, es decir, dividir lo que es el tránsito vehicular de la bicisenda. Y en segunda instancia, proteger, dar seguridad a los usuarios en mayor situación de vulnerabilidad, en este caso, el ciclista”, expresó durante una entrevista en el canal GEN/Nación Media.

Bolardos de cemento. Foto: Nación MediaBolardos de cemento. Foto: Nación Media

Vittorio Curiel es una avenida urbana que pasa por una zona residencial y una mixta, no es una autopista. La arquitecta indicó que, en ese trayecto, los vehículos circulaban a 80 km/h e incluso más, cuando deberían ir a 40km/h. Ante esto, se colocaron los bolardos.

Sin embargo, la alta velocidad todavía juega una mala pasada a los conductores que circulan por esa zona.

Apenas días después de que se colocaran estas barreras de cemento, dos automóviles atropellaron y destruyeron, no solo sus vehículos, sino también los bolardos hechos de hormigón. Uno circulaba a alta velocidad, el otro intentó adelantarse.

Cabe recordar que, la avenida Vittorio Curiel no es precisamente un trayecto en el que se pueda circular en doble fila, por lo que, insisten en respetar los límites de velocidad permitidos.

Sobre Vittorio Curiel no se puede circular en doble fila. Foto: Nación MediaSobre Vittorio Curiel no se puede circular en doble fila. Foto: Nación Media

¿Cumple o no cumple su función?, estamos viendo que sí cumple su función. Lamentablemente, para ciertos automovilistas, con perjuicio material. Cumple la función de proteger, nosotros no inventamos, no son precisamente necesarios para hacer funcionar una bicisenda, pero se usa”, finalizó Madelaire.

La Municipalidad de San Lorenzo está trabajando en un plan de educación y seguridad vial para que la ciudadanía pueda entender la funcionalidad de los bolardos. Así se buscará evitar que más conductores tengan que lamentar el perjuicio inmenso a sus rodados.