El efecto de las redes sociales: qué le pasa a nuestro cerebro cuando recibimos ‘likes’

Detrás del uso de redes sociales se esconde una realidad que para muchos quizás pase desapercibida pero que hoy día es objeto de análisis por parte de especialistas: la reacción de nuestro cerebro a los 'likes' y, en consecuencia, el deseo de aprobación que podría derivar en conductas adictivas.

Por Robert Bourgoing (@robertb_py)

Al momento de utilizar Facebook, Twitter o Instagram, los usuarios se encargan de compartir contenido, relatar sus experiencias o interactuar con amigos. Este comportamiento se enmarca dentro de lo usual para este nuevo escenario que se plantea desde hace poco más de una década con la incursión de las redes sociales.

Parte de la experiencia en las redes sociales incluye los “me gusta” o likes que, en esencia, se consideran como la “aprobación” de otras personas a aquel contenido -imágenes, fotografías, pensamientos, conceptos, etc- que haya sido compartido públicamente.

Un aspecto que en los últimos años ha sido objeto de estudio por parte de médicos e investigadores es la reacción que generan esos ‘likes’ en nuestro cerebro donde se producen distintas respuestas a este tipo de acciones.

Los “me gusta” tienen directa vinculación con el núcleo accumbens, al cual se le atribuye una función importante en el placer incluyendo la risa y la recompensa, así como el miedo, la adicción y el efecto placebo. A raíz de ello, se encuentra implicado en el circuito de “premio-recompensa”.

Según un estudio publicado en Frontiers in Human Neuroscience, el núcleo accumbens muestra una mayor actividad cuando los usuarios de Facebook reciben respuestas positivas (entiéndase, ‘likes’) hacia sí mismos que cuando las reciben otras personas.

De esta manera, cuando un usuario recibe cada vez mayor cantidad de “me gusta”, tiende a intentar seguir por ese mismo camino, publicando contenido que pudiera tener similar repercusión entre sus contactos o inclusive entre terceras personas que pudieran llegar a visualizarlo eventualmente.

Otro estudio similar elaborado por la Universidad de California Los Angeles (UCLA) concluye que existen determinados circuitos neuronales, especialmente en adolescentes, que se activan ante un ‘me gusta’ en Facebook o Instagram.

Thaly Mora, experta en social media y contenido digital, comentó a HOY que todos de alguna u otra manera estamos condicionados a buscar esa aprobación de los demás, tanto en el mundo real como en el virtual. Esto se debe, en parte, a algo que arrastramos de nuestros antepasados que ante todo buscaban la aprobación de la tribu con la que convivían.

Al referirse sobre la cuestión de las redes sociales y la reacción en el cerebro, explica: “Primero tenemos pocos likes y cuando vamos aumentando en cantidad vamos subiendo nuestras pretensiones queriendo más y más. Es así como de a poco apuntamos a tener mayor deseo de aprobación social”.

Un fenómeno que también se da con el uso de este tipo de plataformas es la polarización, lo cual hace que nos sigamos convenciendo más de ideas que ya tenemos en la mente, señala. Como ejemplo, mencionó que si una persona es del movimiento antivacunas lo más probable es que le aparezcan contenidos vinculados a ese tema, entonces lo que ocurrirá es que se reforzarán las ideas sobre eso, pudiendo convertirse así en alguien “fanático”.

A su criterio, se debería normalizar ese deseo de obtener “aprobación” al momento de utilizar redes sociales y no satanizar dicho comportamiento, aunque sí cree conveniente ejercer algún tipo de autorregulación y hacerlo dentro del límite de lo saludable, de manera a que no se convierta en una conducta adictiva.

Para lograr esto, Mora sugiere utilizar aplicaciones o herramientas que permitan limitar la cantidad de horas de uso de las apps de redes sociales, a fin de determinar hasta cuánto tiempo debemos revisarlas durante el día. Igualmente, se puede recurrir a la opción de silenciar las notificaciones para evitar distraerse o revisarlas constantemente.

Con bebés y sin empleo: la dura realidad de varias mujeres que son discriminadas por tener hijos

La búsqueda de empleo puede llegar a convertirse en un tedioso proceso que, dependiendo de las circunstancias, puede ser aún más difícil. Tal es el caso de las mujeres con hijos, quienes en muchos casos son rechazadas por este motivo al intentar acceder a un puesto laboral.

Por Robert Bourgoing (@robertb_py)

Lidia era una joven deseosa de conseguir trabajo luego de varios meses desempleada, impulsada por una gran motivación y seguridad. Oriunda del barrio La Lomita de Ñemby, esta mujer realizó una intensa búsqueda para conseguir finalmente su anhelada entrevista.

Luego de acudir a la empresa y conversar con el representante de Recursos Humanos, debió salir con las manos vacías al ser rechazada para el puesto. Tiempo después, fue a otra entrevista, aunque lamentablemente corrió con la misma suerte, siempre por el mismo motivo.

Ya para el tercer intento, decidió recurrir a una “mentira piadosa” intentando ser contratada, estrategia que acabó funcionándole ya que, luego de una larga espera y cuando sus ánimos estaban a punto de decaer, logró conseguir un empleo.

Contrario a lo que pudieran pensar, esta historia no tiene un final feliz, ya que las cosas para Lidia no salieron como lo planeaba: luego de un “incidente” desafortunado al manchar su uniforme con gotas de leche materna, la despidieron en su primer día de trabajo, reprochándola por haber mentido en su entrevista laboral al asegurar que no tenía hijos.

Esta historia -para la cual fue utilizado un nombre ficticio- está inspirada en un hecho real que recientemente debió atravesar una joven madre, quien fue rechazada en numerosas entrevistas de trabajo por el simple hecho de tener un hijo pequeño, que aún se encuentra en periodo de lactancia.

Su caso es el de muchas madres que, aún en tiempos en los que se promueve con mayor ahínco el respeto a los derechos y la autonomía de las mujeres, aún siguen registrándose groseros casos de discriminación que, dicho sea de paso, son absolutamente infundados.

Esta situación fue expuesta por Enrique López Arce, quien, desde hace varios años trabaja en el ámbito del empleo, luego de conversar con la denunciante, quien decidió recurrir a su persona para tratar de obtener alguna oportunidad laboral definitiva, luego de tantos portazos injustos. “Es un secreto a voces”, afirmó.

El mismo considera que muchos empleadores buscan ahorrar dinero en un test psicolaboral, mecanismo utilizado habitualmente para evaluar las capacidades de un postulante, por lo que optan por basarse en “preconceptos”, como el no contratar a personas con Informconf o, en este caso puntual, a mujeres con hijos pequeños.

Ante la necesidad de trabajar, la protagonista de esta historia decidió negar a su hijo “con el dolor en el alma”, situación que López Arce pudo constatar en otros testimonios de mujeres que debieron atravesar por el mismo dilema, con tal de conseguir un puesto.

Cuestiona a aquellas empresas que deciden negar un puesto de trabajo a mujeres que cuentan con bebés, dado que -a su criterio- se trata de una excusa poco coherente para negar una oportunidad laboral a alguien que lo necesita.

Casos como este existen por doquier con diferentes actores, pero con las mismas circunstancias y contexto. Cada uno de ellos representa a alguien sumido en la desesperación por conseguir trabajo para mantener a su familia y que debe afrontar la dura realidad de una discriminación moderna, camuflada en “criterios de selección”.

Si bien es cierto que las empresas privadas tienen toda la potestad de aceptar o rechazar a quienes así lo consideren en una entrevista de trabajo, no se puede negar la importancia de brindar oportunidad a un candidato/a conforme a sus capacidades, aptitudes y, no menos importante, ganas de salir adelante y destacarse.

Si el simple hecho de haber tenido un hijo recientemente se convertirá en un impedimento para cumplir con las exigencias propias de un puesto, probablemente millones de mujeres en todo el mundo hoy día quedarían automáticamente desvinculadas por esa misma razón. Sin embargo, la realidad es totalmente distinta, ya que las mismas no pierden aquellas cualidades y virtudes por las que se hicieron merecedoras del lugar que ocupan luego de parir.

La idea que tienen muchos jefes o personas en puestos de toma de decisión es que las mujeres con bebés tienden a ausentarse más, debido a emergencias o necesidades que pudiera tener la criatura. Esto -manifestó- está lejos de ser una realidad y, por el contrario, es una mayor motivación para cumplir a cabalidad y ser una buena empleada.

Para López Arce, debe darse un serio replanteamiento por parte de las empresas privadas que continúan con esta clase de prácticas, propias de épocas pasadas en las que los derechos laborales aún estaban en etapa de desarrollo. A su vez, aconseja brindar oportunidades sin discriminar a ningún buscador de empleo, sin importar su condición, ya que su potencial radica en lo que es capaz de hacer y demostrar y no en su experiencia de la paternidad/maternidad.

Slavoj Žižek: El filósofo del caos contemporáneo

Slavoj Žižek es un filósofo, psicoanalista, sociólogo y crítico cultural esloveno dueño de un inconfundible estilo que conjuga elementos del marxismo, dialéctica hegeliana y el psicoanálisis lacaniano.

Por Gonzalo Cáceres - periodista

Provocador y sin filtros, hizo importantes contribuciones a la crítica contemporánea con obras como “El sublime objeto de la ideología”, “Bienvenidos al desierto de lo real”, y “Violencia”, siendo acreedor de múltiples premios y un lugar de privilegio en importantes círculos académicos.

Nacido en 1949 en Liubliana (cuando Eslovenia aún era parte de la antigua Yugoslavia), Žižek ejerció de profesor invitado en instituciones de renombre como las universidades de Columbia, Princeton, Míchigan y la New School for Social Research de Nueva York.

En 2012 una reseña de Foreign Policy lo llamó una “celebridad filosófica”, al tiempo de incluirlo en su lista de los cien mejores pensadores globales. Toda una revista académica, el International Journal of Žižek Studies, se fundó para comprender su trabajo.

Actualmente dirige el ala internacional del Instituto Birkbeck de Humanidades de la Universidad de Londres.

PENSAMIENTO

“El problema no es que la gente no entienda la realidad, sino que no soporta imaginarla de otra forma”.

Žižek ilustra sus supuestos sobre el capitalismo, la ideología y el poder con referencias de la cultura popular, como las películas. Por ejemplo, todavía es recordada la entrevista cuando explicó el funcionamiento del capitalismo a través de ‘The Dark Knight’, al mostrar cómo la figura del Guasón encarna lo ‘real’ y cómo Batman representa la ‘ideología’ que necesita del ‘caos’ para reafirmar el ‘orden’.

Este filósofo utiliza el humor y la ironía para estimular reflexiones sobre la política, su fuerte. En este sentido, la “ideología” que, según su visión, opera en la sociedad actual a pesar de que ya no estamos en una época de corrientes tradicionales (como el comunismo o el liberalismo clásico), aduciendo que el capitalismo se presenta como natural, inevitable y deseable, lo cual oculta sus aspectos opresivos y destructivos.

Žižek retoma la frase: “ellos no lo saben, pero lo hacen”, y la amplía a: “ellos lo saben, pero aun así lo hacen”, mostrando cómo incluso con conciencia de las estructuras ideológicas, seguimos atrapados en ellas (y hasta ‘preferimos’ convivir con ellas).

“El cinismo es la ideología de hoy: todos sabemos que el sistema es injusto, pero seguimos actuando como si no lo supiéramos”, dijo.

Su enfoque le hizo explorar la forma en que los deseos y las fantasías inconscientes de los individuos -y las colectividades- alimentan las estructuras de poder y el consumismo, dando a entender que existen “nuevas formas de subordinación”.

A su entender, el sujeto humano está irremediablemente dividido, siempre en conflicto entre lo simbólico, lo real y lo imaginario; porque la idea del “Yo” coherente es una ficción ideológica; lo real es la fisura, la falta.

Así también, en su libro ‘Violencia’ distingue entre la violencia visible (crimen, terrorismo) y la violencia estructural (pobreza, exclusión), que el sistema produce, pero invisibiliza, deduciendo que a las personas “nos escandaliza la violencia subjetiva, pero ignoramos la violencia sistémica”.

POLÉMICAS

Žižek también jugó su parte en la política de Europa del Este con una postura crítica frente a la izquierda, a la que acusó de ser demasiado complaciente con las contradicciones del sistema capitalista.

Se presentó como candidato a presidente de su país, en las primeras elecciones de la era democrática, a inicios de los años 90, pero no ganó.

Y, en una suerte de Foreman vs. Ali de la filosofía contemporánea, Žižek mantiene un ida y vuelta con el célebre intelectual Noam Chomsky, quien -en clara alusión a su persona- habló de “filósofos posmodernos oscurantistas” que “juegan con palabras sin aportar nada útil”. Žižek respondió acusando a Chomsky de ser un “ingenuo” respecto al funcionamiento de la ideología, y de reducir la política a “hechos verificables sin entender los mecanismos simbólicos y psíquicos que sostienen el poder”.

El trabajo de Žižek ha sido blanco de los movimientos progresistas por sus críticas al multiculturalismo liberal, al que considera “una forma de mantener la desigualdad estructural” bajo la apariencia de “respeto a la diferencia”.

Leer a Žižek es como entrar en una sala donde suenan al mismo tiempo una clase de filosofía, una película de ciencia ficción y una sesión de psicoanálisis. Es seguir a un pensador que mezcla alta teoría con cultura pop sin pedir permiso. A veces parece que se desvía, que se va por las ramas, pero de repente lanza una frase que atraviesa todo y revela el núcleo oculto de la idea. Su estilo es vertiginoso, lleno de humor y paradojas, pero detrás del desorden hay un método: empujar al lector a ver más allá de lo evidente.

Verdades sobre la sexualidad del hombre: precocidad, pornografía y lo importante del “service”

Las declaraciones de un psicólogo acerca del rendimiento sexual de los hombres paraguayos, desataron todo tipo de polémica, pero a la vez, debates en torno al cuidado de la salud de los varones. Al respecto, el urólogo Gustavo Codas brindó tips de cómo mejorar en ese aspecto y de esa manera lograr una mejor performance desde el ámbito clínico.

El psicólogo Osvaldo González levantó la polvareda al realizar una serie de publicaciones en sus redes sociales, referentes al desempeño sexual de los hombres paraguayos, apuntando a una serie de actitudes como “egoísmo, ignorancia emocional y machismo”.

Más allá de dichas actitudes más bien psicológicas, el doctor urólogo, Gustavo Codas, señaló que también existe un desconocimiento propio del hombre hacia su cuerpo y en especial hacia su salud, tanto en lo clínico como en lo sexual.

Señaló que, una de las consultas más frecuentes en torno a la sexualidad, es la eyaculación precoz. Sobre el punto, mencionó que es importante saber definir esa condición, ya que no en todos los casos puede encasillarse como una anomalía.

“Lo anormal es eyacular o tener el orgasmo dentro o alrededor del primer minuto, que no pueda controlar y traiga efectos negativos sobre el estado de ánimo de la pareja. La gente dice que si no tarda 20 o 30 minutos es poco. La media de la duración es de 4 a 7 minutos. La realidad de la mayoría no es 20 minutos”, explicó el especialista, en charla con la 1020 AM.

Sobre la eyaculación precoz, dijo que un factor incidente también apunta al excesivo consumo de pornografía, que puede convertirse en un arma de doble filo en cuanto al rendimiento sexual del hombre.

Añadió que la pornografía, a veces es una aliada y a veces un problema, pero en mayor parte, esta segunda opción.

“El varón cree que lo que ve ahí es real, pero lo que se ve ahí no es real. Es algo montado y se piensa que esa es la realidad. Cuando llega a la vida real y no es así, ahí empieza la frustración”, indicó Codas.

Asimismo, dijo que una situación que preocupa es el consumo de viagra sin necesidad en los jóvenes. “La mayoría de los jóvenes hoy en día toman por si acaso, sin necesidad alguna. Lo aprendieron en el grupo de amigos, sin ninguna consulta. En el caso de los jóvenes, el riesgo es la dependencia psicológica”, refirió.

Para evitar caer en este tipo de prácticas, sostuvo que es importante que el hombre realice un “service” adecuado a su cuerpo y de esa manera mejorar el rendimiento sexual, al que definió como un termómetro del estado de salud.

“La función sexual es un termómetro del estado de salud de la persona. El “service” es tener un peso adecuado, actividad física de 40 a 60 minutos por lo menos día de por medio, dormir 7 u 8 horas por día, comer frutas y verduras durante el día”, concluyó.