“El Soldado Israelí” mataba por placer en busca del crimen perfecto

Agustín Ramón Martínez Martínez (60) alias "el Soldado Israelí" dejó un rastro de sangre en más de 30 años en los mató a varias personas por el simple hecho de buscar placer y cometer el crimen perfecto, pero su carrera delictiva llegó a su final cuando hace dos semanas fue condenado a 40 años de cárcel. Si no se fuga, como ya lo hizo en una ocasión, el sangriento homicida terminará sus días tras las rejas.

 

La historia de Agustín Ramón se inició hace 60 años en la zona del departamento de Misiones donde nació y pasó gran parte de su adolescencia, ya siendo mayor de edad fue a vivir a la Argentina, trabajaba en la construcción y hacía todo tipo de labores para ganarse la vida, pero ese hombre trabajador tuvo un cambio a inicios de los años noventa. Martínez en 1993 cometió su primer crimen conocido, mató a tiros al estanciero argentino Pascual Pedo Bianco, luego incineró su cuerpo. Cuando se lo relacionó con el asesinato, fue detenido, pero logró fugarse de la cárcel y volvió a Paraguay, para esconderse.

En 1997 fue detenido y extraditado a la Argentina, donde estuvo preso hasta el año 2002 cuando fue liberado, para tratar de reiniciar su vida volvió a Paraguay donde comenzó a trabajar en una estancia en la zona de Ybycuí. Se lo relacionó con un el brutal asesinato de un camionero y su acompañante en el kilómetro 137 de Caapucú. A los dos hombres mató a tiros y los quemó a un costado de la ruta. Martínez nunca fue detenido por este caso, pese a las sospechas que se tenían no comprobaron su participación.

Martínez, tenía una sed de asesinar por el simple placer que le causaba la muerte, nunca se supo que mató por dinero, tampoco por encargo u otro motivo. Su intención era cometer el crimen, hacer desaparecer a sus víctimas, a las que quemaba y no dejar rastros para que la policía pudiera seguir y llegar hasta él. Pero es sabido que el crimen perfecto no existe.

En el 2009 en la compañía Isla Alta, “el Soldado Israelí” mató al ex concejal municipal de Carapeguá, Ricardo Cabello y a dos peones Hilario Marecos y Alberto Medina. Siguiendo su patrón de hacer desaparecer toda evidencia de sus crímenes metió a los tres hombres en un horno en el que se cocían ladrillos y los incineró. Cuando la policía intervino sólo encontró cenizas de las víctimas y solo pudieron identificar a Cabello por un anillo que no se derritió en el intenso calor.

“El Soldado Israelí”

Para ese entonces Agustín Ramón Martínez Martínez, ya era conocido como “el Soldado Israelí”, fue él mismo quien hizo correr una fantasiosa historia en la que aparecía como principal actor. A decir de Agustín, vivió en Israel, donde se sumó al ejército de ese país, también dijo que peleó en la Guerra del Golfo, después viajó hasta la Argentina donde residió hasta que mató a Bianco. Dentro de tantas historias que contó Martínez, señaló que había matado ya algunas personas en Israel, después en Argentina. Como esta persona mataba y luego quemaba a sus víctimas no se puede saber en realidad a cuántas personas llegó a asesinar y hacer desaparecer. Se habla que habría incluso matado a una pareja que tuvo en la Argentina, pero eso nunca pudo ser probado ya que el cuerpo no apareció.

Los investigadores señalaron que no existen pruebas de que Martínez se haya enrolado en el ejército israelí y mucho menos de que se trate de un veterano de guerra. “Es un mitomano, que va creando historias de una vida que nunca tuvo…” señaló un agente de policía que lo capturó en el 2009.

Tal vez para infundir temor es que Agustín Ramón Martínez, armó una fantasiosa historia que era un soldado experto en temas de guerra, manejo de armas y hasta explosivos, pero los policías que tuvieron contacto con “el Soldado Israelí” confirmaron que el hombre no tenía las habilidades de las que se jactaba. Lo que sí tenía era una mente asesina por lo que lo catalogaron como un asesino serial, ya que mataba solo por placer. Su intención era que la policía le siga los pasos y que no le puedan probar los hechos de homicidio, eso le causaba un gran placer, salir impune de sus brutales asesinatos. Su modus operandi era buscar a sus potenciales víctimas, acercarse, ganar una cierta confianza y luego matarlos, para borrar sus huellas siempre quemaba a sus víctimas.

Mató, cercenó y quemó

El crimen del ex concejal y los dos peones gracias a muchas chicanas y un Habeas Corpus en el 2015 logró salir en libertad, con otras maniobras judiciales el sistema dejó que un depredador criminal esté nuevamente en las calles.

No pasó mucho para que una vez más “el Soldado Israelí” vuelva a matar y lo hizo en el 22 de mayo de 2018, su víctima en esta ocasión fue el abogado Lucio Cardozo Salinas, a quien asesinó a tiros, cercenó sus partes, lo quemó y luego enterró el cuerpo en una fosa que cavó en la propiedad de su ex suegro Arnaldo Llorensa en la localidad de Potrerito, jurisdicción de Yaguarón.

El 23 de mayo de 2018 se detuvo a Agustín Ramón Martínez en su casa del barrio San Pablo. FOTO Gentileza.

¿Cómo llegó la policía a detener a Martínez? Lo habíamos señalado el crimen perfecto no existe, Cardozo ese 22 de mayo salió muy temprano a la mañana en su camioneta rumbo a la ciudad de Encarnación por un tema laboral, pero nunca llegó a su destino. La esposa del abogado en horas de la tarde no había recibido noticias de su esposo, no la llamó, tampoco le dijo si llegó o no. Cuando ella lo llamó su esposo no atendió el celular, lo que le pareció extraño.

“El Soldado Israelí” no contaba con que el vehículo del abogado tenía un sistema de GPS que la esposa revisó y encontró que el rodado estaba parado en una vivienda ubicada en el barrio San Pablo, de Asunción.

Se dio aviso a la policía y una patrullera fue a la casa donde residía Martínez, quien no estaba. Al día siguiente los uniformados volvieron a la morada y preguntaron por qué estaba la camioneta de una persona desaparecida en su casa. Agustín Martínez dio varias versiones, cayó en varias  contradicciones y fue demorado, ya en sede policial confesó que mató a Cardozo por encargo y que un narcotraficante le pagó US$ 10.000 para hacerlo. Dio detalles de donde estaba el cadáver o lo que quedaba de él. Luego “el Soldado Israelí” se desdijo de su participación en el hecho, negó todo y se declaró inocente.

El cuerpo del abogado Luis Cardozo fue enterrado en Yaguarón. FOTO Gentileza.

Para entonces todas las pruebas apuntaban a que fue Martínez el autor del terrorífico final que tuvo Lucio Cardozo Salinas. La policía y una comitiva fiscal fueron hasta el sitio donde enterraron a la víctima y efectivamente rescataron unos cuantos huesos que tras una prueba de ADN demostró que eran del abogado. Martínez había sido descubierto e iba a enfrentar una causa por homicidio doloso con agravantes.

Este caso luego de cuatro años de proceso judicial el 6 de julio pasado finalizó el juicio oral en el que el Tribunal de Sentencia llegó a la conclusión que Agustín Ramón Martínez, fue el culpable del crimen del abogado y lo condenó a 30 años de cárcel con 10 años como medidas de seguridad, lo que hace que “el Soldado Israelí” con 60 años, recién podrá salir a los 100 años de edad.

Con esta fuerte condena todo hace suponer que la carrera criminal de Agustín Ramón Martínez Martínez terminará en una celda de la cárcel de Tacumbú.

La educación cívica como herramienta para corregir la vida política

La educación cívica busca preparar a los ciudadanos para impulsar el desarrollo de la sociedad y reclamar los espacios de decisión que, a entender de Isócrates, debían quedar en poder de los mejores preparados, y no siempre a merced de los más votados y/o populares.

Por Gonzalo Cáceres-periodista

En diferentes momentos y en diferentes lugares, la educación cívica adoptó diversas formas y enfoques, reflejando las necesidades y valores específicos de cada sociedad. Sin embargo, su propósito fundamental ha sido siempre el mismo: promover una ciudadanía activa, informada y comprometida con el bienestar de la comunidad y el respeto por los derechos y la justicia.

La educación cívica tiene sus raíces en la antigua Grecia, donde se valoraba la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos, especialmente con Isócrates, su principal referente.

¿QUIÉN FUE ISÓCRATES?

Isócrates fue un destacado orador y educador griego cuya influencia perdura a lo largo de los siglos. Su larga vida (436 a.C.-338 a.C.) atestigua una época bastante convulsa de su natal Atenas como de los conflictos entre las ciudades-Estado de Grecia y el enfrentamiento con el Imperio Persa, cuando apenas se veían superadas las guerras Médicas (492 a.C.-449 a.C.).

Este gran pensador se enmarcó en un ideal democrático diferente a las concepciones más directas de las que se practicaban en su tiempo. Aunque apoyaba el concepto general de la democracia (como forma de gobierno), tenía reservas sobre la forma en que se llevaba a cabo en la práctica, por lo que abogaba por una ‘versión’ modificada y más equilibrada del sistema democrático.

CIVISMO

Isócrates creía en la palabra como “transformadora” del régimen político y puso por delante la razón en lugar de la fuerza, porque el “punto crucial para mejorar a una sociedad” es la educación y, en especial, “la educación cívica como vía para recuperar y fortalecer a la democracia”.

Es por ello que se dedicó fervientemente a la enseñanza de la retórica y la formación de líderes, esmerándose en su instrucción para que estos puedan expresar sus ideas y opiniones con claridad, en pro de influir en la toma de decisiones y, así, promover el bienestar común de la sociedad, a través de la participación.

Y marcó distancia de los sofistas, que a menudo enseñaban retórica con fines lucrativos, al sostenerse adrede en ciertos argumentos sin necesariamente basarse en la verdad o la moralidad. Al contrario, Isócrates dotó a su método pedagógico de un componente moral y ético, con el fin de inculcar virtudes cívicas como la justicia, la tolerancia y la moderación.

Su oratoria más suave, en contraposición a los estilos más agresivos y confrontacionales de otros oradores contemporáneos como Demóstenes, se centró en el arte de la persuasión, la práctica de la escritura y análisis de otros modelos de discurso.

IDEAL DEMOCRÁTICO

Isócrates evitó involucrarse en la vida política y, de una manera práctica, mantuvo una postura mesurada para, consecuentemente, tener voz ante la celosa élite de la Atenas clásica.

Se alineó con un ‘tipo’ de democracia en la que los ciudadanos estuvieran educados -y comprometidos- con el bien común. No creía en una “democracia directa” en la que las decisiones se tomasen exclusivamente mediante votaciones populares, ya que podría haber tendencias a la demagogia y la manipulación de masas por parte de líderes carismáticos (no necesariamente sabios o éticos).

No rechazaba por completo las votaciones o la participación ciudadana, pero creía que una “democracia efectiva” requería un equilibrio entre la participación popular y el liderazgo experto.

“Los estadistas que hicieron grande a esta ciudad no eran gente de la calaña de los actuales demagogos y agitadores. Fueron hombres de elevada cultura y espíritu superior los que expulsaron a los tiranos e instauraron la democracia y los que luego vencieron a los bárbaros y unificaron a los griegos liberados bajo la dirección de Atenas”, escribió.

Isócrates fue contra las tiranías “donde una sola persona habla y las demás callan” y apeló al corte de las democracias porque “todos los hombres hablan y todos escuchan”. Dio cuenta de que “la democracia es ante todo una forma de discurso que no puede ser monopolizado por alguna persona en específico”, que ese discurso “sólo puede ser aprendido en medio de muchas voces”.

Pero también apuntó contra los “ciudadanos indiferentes” y “poco instruidos en los asuntos públicos”, que en momentos de agitación y ante la carencia de una educación cívica adecuada “viran al extremo opuesto” (fanatismo). “Son presa de los demagogos o de movimientos radicales que proclaman, precisamente, la dictadura revolucionaria”, escribió.

Un punto fundamental entre sus argumentos fue la promoción del buen gobierno democrático como subordinación a la ley, la honestidad, la formación de una conciencia social, el respeto por los bienes ajenos, la rendición de cuentas, la sobriedad en las costumbres, entre otros. Estos generarían las condiciones ideales para la prosperidad, porque de lo contrario, solo habría inestabilidad, indiferencia y pobreza.

“La pobreza envilece al pueblo. Lo transforma en una masa vulnerable. Esa masa empobrecida y sumida en la ignorancia es proclive a ser manipulada por los charlatanes. Hacen leva de ella diciéndole lo que quiere oír, no lo que debe escuchar. Son los ‘lobos con piel de oveja’ que al final terminan sojuzgando al mismo pueblo que los elevó al poder”, escribió.

Discípulo de los sofistas Gorgias y Proágoras, Isócrates estableció su propia escuela, a la que atrajo a numerosos estudiantes, muchos de los cuales pertenecían a las familias más adineradas y quienes llegaron a desempeñar roles importantes en la política de la época. Instó a los mismos a “practicar sus derechos” y a no temer a “las libertades para que sean reales” y “no se queden en simples pronunciamientos”; ser “parte de la koiné (la vida pública) y no quedarse arrinconados en la idia (la vida privada)”; actuar “con base en la razón y no ser arrastrado por las pasiones”.

Entre sus alumnos sobresale Timoteo, prominente general, Nicocles, rey de Salamina y Chipre, y dos grandes historiadores: Ephorus, quien escribió una historia universal, y Theopompus, quien escribió la historia de Filipo II de Macedonia (padre de Alejandro Magno).

El legado de Isócrates repercute en la tradición intelectual occidental. Sus obras llenan todos los requisitos para ser enlistadas dentro de los grandes libros de filosofía política y de educación. Algunos de sus discursos más famosos incluyen “Panegírico”, “Areópago” y “Para Nicocles”.

Isócrates nos lo dejó bien claro: la educación cívica y la democracia van de la mano; uno no puede ser sin el otro. Un gobierno que se crea ‘del pueblo’ jamás será ejercido con eficiencia por quienes carecen de la formación necesaria como para anteponer el bien común a sus propios intereses.

Domingo de Ramos y pindo karai: una tradición que combina la fe y la convivencia familiar

Trenzados en ramos de forma artesanal y adornados con romero, ruda y el color lila de la siempreviva (Ghomprena globosa), el “Pindo Karai” (palma en el idioma guaraní) copan este Domingo de Ramos, uno de los festejos más tradicionales que da inicio a la Semana Santa paraguaya.

El Domingo de Ramos es una celebración religiosa profundamente arraigada en la tradición y la cultura del país, marcando el inicio de la Semana Santa con solemnidad y devoción. Durante esta festividad, se conmemora la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, donde fue recibido con ramas de palma y aclamaciones de “Hosanna”, en los días previos a su crucifixión y muerte.

Una de las principales costumbres durante el Domingo de Ramos (y días previos) es la elaboración de los pindo, los cuales son bendecidos en las iglesias y luego llevados en procesión o colocados en los hogares como símbolo de protección y bendición.

Las iglesias suelen estar adornadas con palmas, flores y otros elementos simbólicos para recibir a los fieles que acuden a las misas especiales dedicadas al Domingo de Ramos. Durante la liturgia, se recuerda la Pasión de Cristo y se reflexiona sobre el sacrificio redentor que culminará en la celebración de la Pascua.

Además de las ceremonias religiosas, el Domingo de Ramos en Paraguay también se vive en un ambiente festivo y familiar.

EN PANDEMIA

Vale recordar que, esta tradición se interrumpió en parte hace cuatro años, en el contexto de la pandemia que obligó en su momento a millones de personas en todo el mundo a permanecer en sus hogares, sin posibilidad de participar de ninguna celebración litúrgica.

En el 2020, el Domingo de Ramos se vivió de una manera distinta en Paraguay, con los templos católicos cerrados al público y la participación de los fieles en la misa a través de las transmisiones en radio, televisión o redes sociales (principalmente Facebook).

Así también, varios sacerdotes y obispos se ingeniaron para llegar hasta los fieles. En algunas parroquias, los curas optaron por salir a las calles y realizar la tradicional bendición del “pindo karai” casa por casa, a fin de evitar la aglomeración de personas y dando cumplimiento a la cuarentena. Uno de ellos fue el padre Miguel Ángel Castro, de la parroquia Santa Catalina de Fernando de la Mora. Otro fue el arzobispo de Asunción, Monseñor Edmundo Valenzuela.

De esa situación, cuando reinaba la incertidumbre, la preocupación, pero la fe seguía intacta, quedaron anécdotas como ese peculiar Domingo de Ramos. Hoy, miles de familias paraguayas se vuelcan en alegría a las iglesias para participar de la celebración religiosa que combina la fe, la tradición y la convivencia en torno a una festividad que marca en esta jornada el inicio de una Semana Santa llena de reflexión, recogimiento y esperanza para los creyentes.

El Niño va cediendo en la región y La Niña podría empezar a manifestarse en agosto

Pese a que los pronósticos indicaban que el fenómeno de El Niño podría tener una evolución intensa en el país, desde la Dirección de Meteorología e Hidrología afirman que su intensidad fue moderada. Alcanzó su máximo nivel en octubre y noviembre del año pasado, pero comenzó a ceder desde diciembre. Actualmente, está camino a una etapa de transición donde, en un 80% de probabilidad, La Niña ingresaría a robar protagonismo en la región.

En noviembre de 2023, Meteorología proyectaba que El Niño iba a presentarse con una calificación que pasaría de moderada a fuerte en enero de este año, pues, las lluvias intensas, tornados, inundaciones y crecida de los ríos en varias zonas de la región, daban todas las señales.

El Lic. Carlos Salinas, gerente de Climatología, explicó que, el niño rozó los valores de fuerte entre octubre y noviembre del año pasado, meses donde alcanzó la intensidad máxima, pero siempre presentó una calificación moderada.

“Ese fue el momento en donde se llegó a la intensidad máxima rozando los valores de fuerte. Podemos considerar al Niño como moderado. En este momento los índices ya están descendiendo y nos muestrna que ya está cediendo y está camino a pasar a una etapa denominada neutral”, comentó el Lic. Salinas en conversación con HOY/Nación Media.

De acuerdo a sus declaraciones, la fase neutral es un periodo de transición en el que, los valores de los índices indican que podría pasarse de un fenómeno a otro, es decir, El Niño comienza a apagarse y comienza a dar paso a La Niña.

Agregó que, El Niño se manifestó con mayor intensidad por la zona del centro, sur y este de la Región Oriental, siendo Misiones, Itapúa y Alto Paraná algunos de los departamentos más golpeados.

El gerente de climatología, al ser consultado sobre si el comportamiento actual del clima, la falta de precipitaciones y el intenso calor de los últimos días, guardan relación con la fase neutral, explicó que, todas las manifestaciones todavía corresponden a El Niño.

“No está comprobado que el fenómeno El Niño esté asociado a la sequía en la región. En lo que respecta a Paraguay, las consecuencias del El Niño están más bien asociadas a precipitaciones por encima de lo normal”, agregó.

FASE NEUTRAL Y LA NIÑA

La fase neutral, es decir, el periodo de transición y finalización de El Niño se daría entre los meses de abril, mayo y junio. Salinas sostuvo que cualquier evento climático que se presente en ese tiempo, no se podría atribuir ni a El Niño ni a La Niña.

“A partir de julio, agosto y septiembre recién estamos esperando que sea un fenómeno de La Niña. Hay altas probabilidades. Hay 80% de probabilidad”, agregó el gerente.

Por un lado, El Niño es un fenómeno natural que tiene su origen en el océano Pacífico tropical y trae temperaturas de la superficie del mar más cálidas que lo normal. En tanto, La Niña se origina en el mismo lugar, pero presenta condiciones más frías.

Para el gerente de Climatología, es improbable que La Niña se origine, según indican en los pronósticos, pero si se manifiesta, tendría una duración de 12 meses.