Macabro tour: El profesor Ramírez mató a su alumna, la descuartizó y arrojó sus partes por varios barrios 

Hugo Tomás Ramírez Sosa, de profesión economista y catedrático universitario, tenía un lado oscuro que aflora en la noche del sábado 26 de abril de 2002, cuando tomó un cuchillo y mató a su alumna, quien también era su amante, pero no quedó ahí, luego la descuartizó y arrojó sus partes por varios barrios de Asunción y Lambaré. El hombre fue condenado, pagó su pena, hoy vive aislado y poco se sabe de él.

En la mañana del domingo 27 de abril de 2002 alguien llamó a la Comisaría de Lambaré para decir que había una bolsa tirada al costado de un motel de la cual salía sangre. Una patrullera fue a verificar el hecho y se encontró con la bolsa de basura negra, al abrirla encontraron el torso de una mujer, se encendieron todas las alarmas. Pasaron las horas y cerca del mediodía en las calles Parapití y República de Colombia, de Asunción apareció otra bolsa que tenía la cabeza de una mujer. En Manduvirá y Montevideo encontraron en similar bolsa dos brazos. Finalmente en 24 Proyectada y Félix Bogado arrojaron dos piernas.

Ya en la Morgue Judicial los forenses realizaron un macabro rompecabezas y se dieron cuenta que todos los miembros encontrados le pertenecían a la misma mujer. El suceso para la época era algo nunca visto y la policía comenzó a movilizarse para saber, primero quién era la víctima y luego ir por el victimario.

Hugo Ramírez, era el profesor universitario de Marta Orué Hirakawa, de 24 años, pero también eran amantes furtivos y lo fueron por varios meses sin que nadie se enterara. El docente sin embargo tenía una novia a quien no iba a dejar por la joven estudiante y eso fue desgastando la relación. Por eso Marta tomó la decisión de “cortar” con Hugo Ramírez.

El plan macabro

Cuando la estudiante le dijo a Ramírez que la relación llegó a su fin, el hombre no estuvo de acuerdo. Así estuvieron varios días discutiendo sobre el fin del amorío. Hasta que el 26 de abril de 2002 Marta Orué, quien vivía en el centro de Asunción recibió la sorpresiva visita de Hugo, quien le invitó a ir a cenar a su casa, ya en plan de amigos, le dijo que respetaba su decisión de poner fin a la relación y que a modo de despedida quería invitarla a una última cena. La joven cayó en el engaño y acompañó al profesor a su casa ubicada en Lambaré, sin saber que el plan para matarla estaba en marcha.

Ya en la casa de Ramírez todo fue más relajado, el hombre se mostró amigable, le ofreció una cena, tomaron algo y en un momento dado le dijo a la joven que iba a corregir algunos exámenes y que quería que lo acompañe, tal esperaba que la mujer se duerma para matarla. Marta aceptó estuvo un buen rato sentada mirando a su profesor revisar las pruebas y luego decidió tomar un baño, para relajarse se metió en la tina.

Ramírez, ya tenía planeado matar a la joven, solo estaba esperando tener una oportunidad y la encontró justamente cuando Marta estaba en la tina. Hugo tomó un cuchillo de cortar carne de la cocina y entró al baño, vio a su víctima de espaldas casi dormitando y sin dudar la atacó. Con feroz instinto asesino le hundió la filosa hoja del cuchillo tres veces en la espalda, luego le dio cinco estocadas más en el pecho.

La ferocidad del ataque hizo que Marta no tuviera tiempo de gritar y menos aún de defenderse. La tina estaba llena de sangre con el cadáver de su amante, entonces Ramírez se dio cuenta que tenía que sacar el cuerpo de su casa sin llamar la atención.

Con el mismo cuchillo que usó para matar a la estudiante comenzó a cortarle las extremidades, luego la decapitó. Con el cuerpo totalmente desmembrado fue a la cocina tomó varias bolsas negras de basura y cargó en ellas las partes.

Llamó a su sobrino quien vivía cerca de su casa y le pidió prestado su automóvil. El joven sin saber lo que ocurrió le prestó el vehículo al tío, quien cargó las bolsas con el cuerpo de Marta en la valijera y empezó el tour de horror, fue lanzando las bolsas con las partes del cuerpo de su alumna en diferentes puntos. Luego volvió a su casa, limpió como pudo la escena del crimen, lavó la tina, el cuchillo y luego pensó en una buena coartada por si la policía llegaba a él.

Entonces Hugo Ramírez con la frialdad de todo asesino llamó a Norma Osorio, su novia a quien invitó a que venga a pasar la noche. La mujer llegó a la casa, comieron algo y luego se acostaron a dormir.

El domingo en horas de la tarde ya habían identificado a Marta Orué como la víctima del brutal crimen, comenzaron a indagar entre familiares y amistades de la joven, para tratar de tener un hilo conductor y saber qué pasó. El entorno de la estudiante puso en escena a Hugo Ramírez, algunas personas conocían el amor furtivo que Marta mantenía con el profesor e informaron de eso a los investigadores.

Ya en horas de la noche la policía llegó hasta la casa de Hugo Tomás, le hicieron varias preguntas sobre Marta Orué y siguiendo su plan dijo que hacía días no sabía nada de la joven y que la noche del crimen durmió con su novia Norma, quien podría corroborar su versión.

Condena y libertad

Sin embargo el olfato de la policía percibía la mentira en los dichos de Ramírez, por lo que se marcharon, pero volvieron poco después con una orden judicial para revisar la vivienda. Ramírez convencido que borró toda evidencia de su brutal accionar criminal, dejó a los expertos de Criminalística a que entren. La primera evidencia que encontraron fueron las bolsas negras muy similares a las que contenían los restos de la estudiante, pero eso no era contundente.

En el baño con luminol (un compuesto químico que resalta la sangre bajo una luz violeta) los expertos encontraron gran cantidad de pequeñas partículas de sangre que fueron tomadas y analizadas. Luego se revisó el automóvil que estaba estacionado en la propiedad del profesor y en la cajuela encontraron manchas que parecían sangre, también habían cabellos y un anillo, que más tarde la familia Orué reconocería como propiedad de Marta. Con todos estos elementos ya se detuvo a Hugo Ramírez como principal sospechoso del crimen de Marta Orué.

Luego los resultados de los estudios de ADN confirmaron que toda la sangre encontrada en el baño y el vehículo era de la joven estudiante. Hugo Ramírez fue imputado por el horrendo homicidio. El proceso judicial fue breve, ya que todas las pruebas demostraban que el docente era el único autor del hecho y el 10 de diciembre de 2002 fue condenado a 21 años de cárcel.

De ahí en más se generaron muchos cuestionamientos sobre la pena, que era poca, que se debía aplicar una sentencia más elevada, pero tal vez el golpe más fuerte para la familia de Marta y la sociedad se dio el 27 de abril de 2016, cuando Hugo Tomás Ramírez Sosa, quedaba en libertad. Estuvo 14 años preso, de los 21 que se le impuso, cumplió las tres terceras partes de su condena y fue liberado por buen comportamiento.

Catorce años después de matar a su alumna Hugo Ramírez recuperó su libertad. FOTO Gentileza

El profesor Ramírez, abandonó la cárcel con el rostro serio sin querer hablar con los medios de prensa que lo esperaban en la calle. Finalmente accedió a responder un par de preguntas. “Ya pedí disculpas por mi error, fueron 14 años de encierro y en mi foja de servicio está todo lo que hice. Nunca tuvo incidentes dentro del penal…”, dijo Ramírez, quien luego señaló que se iba a reunir con su familia, descansar y luego reinsertarse a la sociedad.

Después de eso poco o nada se supo más de la vida de este docente que en una noche de descontrol mató y descuartizó a su amante con total frialdad.

 

La educación cívica como herramienta para corregir la vida política

La educación cívica busca preparar a los ciudadanos para impulsar el desarrollo de la sociedad y reclamar los espacios de decisión que, a entender de Isócrates, debían quedar en poder de los mejores preparados, y no siempre a merced de los más votados y/o populares.

Por Gonzalo Cáceres-periodista

En diferentes momentos y en diferentes lugares, la educación cívica adoptó diversas formas y enfoques, reflejando las necesidades y valores específicos de cada sociedad. Sin embargo, su propósito fundamental ha sido siempre el mismo: promover una ciudadanía activa, informada y comprometida con el bienestar de la comunidad y el respeto por los derechos y la justicia.

La educación cívica tiene sus raíces en la antigua Grecia, donde se valoraba la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos, especialmente con Isócrates, su principal referente.

¿QUIÉN FUE ISÓCRATES?

Isócrates fue un destacado orador y educador griego cuya influencia perdura a lo largo de los siglos. Su larga vida (436 a.C.-338 a.C.) atestigua una época bastante convulsa de su natal Atenas como de los conflictos entre las ciudades-Estado de Grecia y el enfrentamiento con el Imperio Persa, cuando apenas se veían superadas las guerras Médicas (492 a.C.-449 a.C.).

Este gran pensador se enmarcó en un ideal democrático diferente a las concepciones más directas de las que se practicaban en su tiempo. Aunque apoyaba el concepto general de la democracia (como forma de gobierno), tenía reservas sobre la forma en que se llevaba a cabo en la práctica, por lo que abogaba por una ‘versión’ modificada y más equilibrada del sistema democrático.

CIVISMO

Isócrates creía en la palabra como “transformadora” del régimen político y puso por delante la razón en lugar de la fuerza, porque el “punto crucial para mejorar a una sociedad” es la educación y, en especial, “la educación cívica como vía para recuperar y fortalecer a la democracia”.

Es por ello que se dedicó fervientemente a la enseñanza de la retórica y la formación de líderes, esmerándose en su instrucción para que estos puedan expresar sus ideas y opiniones con claridad, en pro de influir en la toma de decisiones y, así, promover el bienestar común de la sociedad, a través de la participación.

Y marcó distancia de los sofistas, que a menudo enseñaban retórica con fines lucrativos, al sostenerse adrede en ciertos argumentos sin necesariamente basarse en la verdad o la moralidad. Al contrario, Isócrates dotó a su método pedagógico de un componente moral y ético, con el fin de inculcar virtudes cívicas como la justicia, la tolerancia y la moderación.

Su oratoria más suave, en contraposición a los estilos más agresivos y confrontacionales de otros oradores contemporáneos como Demóstenes, se centró en el arte de la persuasión, la práctica de la escritura y análisis de otros modelos de discurso.

IDEAL DEMOCRÁTICO

Isócrates evitó involucrarse en la vida política y, de una manera práctica, mantuvo una postura mesurada para, consecuentemente, tener voz ante la celosa élite de la Atenas clásica.

Se alineó con un ‘tipo’ de democracia en la que los ciudadanos estuvieran educados -y comprometidos- con el bien común. No creía en una “democracia directa” en la que las decisiones se tomasen exclusivamente mediante votaciones populares, ya que podría haber tendencias a la demagogia y la manipulación de masas por parte de líderes carismáticos (no necesariamente sabios o éticos).

No rechazaba por completo las votaciones o la participación ciudadana, pero creía que una “democracia efectiva” requería un equilibrio entre la participación popular y el liderazgo experto.

“Los estadistas que hicieron grande a esta ciudad no eran gente de la calaña de los actuales demagogos y agitadores. Fueron hombres de elevada cultura y espíritu superior los que expulsaron a los tiranos e instauraron la democracia y los que luego vencieron a los bárbaros y unificaron a los griegos liberados bajo la dirección de Atenas”, escribió.

Isócrates fue contra las tiranías “donde una sola persona habla y las demás callan” y apeló al corte de las democracias porque “todos los hombres hablan y todos escuchan”. Dio cuenta de que “la democracia es ante todo una forma de discurso que no puede ser monopolizado por alguna persona en específico”, que ese discurso “sólo puede ser aprendido en medio de muchas voces”.

Pero también apuntó contra los “ciudadanos indiferentes” y “poco instruidos en los asuntos públicos”, que en momentos de agitación y ante la carencia de una educación cívica adecuada “viran al extremo opuesto” (fanatismo). “Son presa de los demagogos o de movimientos radicales que proclaman, precisamente, la dictadura revolucionaria”, escribió.

Un punto fundamental entre sus argumentos fue la promoción del buen gobierno democrático como subordinación a la ley, la honestidad, la formación de una conciencia social, el respeto por los bienes ajenos, la rendición de cuentas, la sobriedad en las costumbres, entre otros. Estos generarían las condiciones ideales para la prosperidad, porque de lo contrario, solo habría inestabilidad, indiferencia y pobreza.

“La pobreza envilece al pueblo. Lo transforma en una masa vulnerable. Esa masa empobrecida y sumida en la ignorancia es proclive a ser manipulada por los charlatanes. Hacen leva de ella diciéndole lo que quiere oír, no lo que debe escuchar. Son los ‘lobos con piel de oveja’ que al final terminan sojuzgando al mismo pueblo que los elevó al poder”, escribió.

Discípulo de los sofistas Gorgias y Proágoras, Isócrates estableció su propia escuela, a la que atrajo a numerosos estudiantes, muchos de los cuales pertenecían a las familias más adineradas y quienes llegaron a desempeñar roles importantes en la política de la época. Instó a los mismos a “practicar sus derechos” y a no temer a “las libertades para que sean reales” y “no se queden en simples pronunciamientos”; ser “parte de la koiné (la vida pública) y no quedarse arrinconados en la idia (la vida privada)”; actuar “con base en la razón y no ser arrastrado por las pasiones”.

Entre sus alumnos sobresale Timoteo, prominente general, Nicocles, rey de Salamina y Chipre, y dos grandes historiadores: Ephorus, quien escribió una historia universal, y Theopompus, quien escribió la historia de Filipo II de Macedonia (padre de Alejandro Magno).

El legado de Isócrates repercute en la tradición intelectual occidental. Sus obras llenan todos los requisitos para ser enlistadas dentro de los grandes libros de filosofía política y de educación. Algunos de sus discursos más famosos incluyen “Panegírico”, “Areópago” y “Para Nicocles”.

Isócrates nos lo dejó bien claro: la educación cívica y la democracia van de la mano; uno no puede ser sin el otro. Un gobierno que se crea ‘del pueblo’ jamás será ejercido con eficiencia por quienes carecen de la formación necesaria como para anteponer el bien común a sus propios intereses.

Domingo de Ramos y pindo karai: una tradición que combina la fe y la convivencia familiar

Trenzados en ramos de forma artesanal y adornados con romero, ruda y el color lila de la siempreviva (Ghomprena globosa), el “Pindo Karai” (palma en el idioma guaraní) copan este Domingo de Ramos, uno de los festejos más tradicionales que da inicio a la Semana Santa paraguaya.

El Domingo de Ramos es una celebración religiosa profundamente arraigada en la tradición y la cultura del país, marcando el inicio de la Semana Santa con solemnidad y devoción. Durante esta festividad, se conmemora la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, donde fue recibido con ramas de palma y aclamaciones de “Hosanna”, en los días previos a su crucifixión y muerte.

Una de las principales costumbres durante el Domingo de Ramos (y días previos) es la elaboración de los pindo, los cuales son bendecidos en las iglesias y luego llevados en procesión o colocados en los hogares como símbolo de protección y bendición.

Las iglesias suelen estar adornadas con palmas, flores y otros elementos simbólicos para recibir a los fieles que acuden a las misas especiales dedicadas al Domingo de Ramos. Durante la liturgia, se recuerda la Pasión de Cristo y se reflexiona sobre el sacrificio redentor que culminará en la celebración de la Pascua.

Además de las ceremonias religiosas, el Domingo de Ramos en Paraguay también se vive en un ambiente festivo y familiar.

EN PANDEMIA

Vale recordar que, esta tradición se interrumpió en parte hace cuatro años, en el contexto de la pandemia que obligó en su momento a millones de personas en todo el mundo a permanecer en sus hogares, sin posibilidad de participar de ninguna celebración litúrgica.

En el 2020, el Domingo de Ramos se vivió de una manera distinta en Paraguay, con los templos católicos cerrados al público y la participación de los fieles en la misa a través de las transmisiones en radio, televisión o redes sociales (principalmente Facebook).

Así también, varios sacerdotes y obispos se ingeniaron para llegar hasta los fieles. En algunas parroquias, los curas optaron por salir a las calles y realizar la tradicional bendición del “pindo karai” casa por casa, a fin de evitar la aglomeración de personas y dando cumplimiento a la cuarentena. Uno de ellos fue el padre Miguel Ángel Castro, de la parroquia Santa Catalina de Fernando de la Mora. Otro fue el arzobispo de Asunción, Monseñor Edmundo Valenzuela.

De esa situación, cuando reinaba la incertidumbre, la preocupación, pero la fe seguía intacta, quedaron anécdotas como ese peculiar Domingo de Ramos. Hoy, miles de familias paraguayas se vuelcan en alegría a las iglesias para participar de la celebración religiosa que combina la fe, la tradición y la convivencia en torno a una festividad que marca en esta jornada el inicio de una Semana Santa llena de reflexión, recogimiento y esperanza para los creyentes.

El Niño va cediendo en la región y La Niña podría empezar a manifestarse en agosto

Pese a que los pronósticos indicaban que el fenómeno de El Niño podría tener una evolución intensa en el país, desde la Dirección de Meteorología e Hidrología afirman que su intensidad fue moderada. Alcanzó su máximo nivel en octubre y noviembre del año pasado, pero comenzó a ceder desde diciembre. Actualmente, está camino a una etapa de transición donde, en un 80% de probabilidad, La Niña ingresaría a robar protagonismo en la región.

En noviembre de 2023, Meteorología proyectaba que El Niño iba a presentarse con una calificación que pasaría de moderada a fuerte en enero de este año, pues, las lluvias intensas, tornados, inundaciones y crecida de los ríos en varias zonas de la región, daban todas las señales.

El Lic. Carlos Salinas, gerente de Climatología, explicó que, el niño rozó los valores de fuerte entre octubre y noviembre del año pasado, meses donde alcanzó la intensidad máxima, pero siempre presentó una calificación moderada.

“Ese fue el momento en donde se llegó a la intensidad máxima rozando los valores de fuerte. Podemos considerar al Niño como moderado. En este momento los índices ya están descendiendo y nos muestrna que ya está cediendo y está camino a pasar a una etapa denominada neutral”, comentó el Lic. Salinas en conversación con HOY/Nación Media.

De acuerdo a sus declaraciones, la fase neutral es un periodo de transición en el que, los valores de los índices indican que podría pasarse de un fenómeno a otro, es decir, El Niño comienza a apagarse y comienza a dar paso a La Niña.

Agregó que, El Niño se manifestó con mayor intensidad por la zona del centro, sur y este de la Región Oriental, siendo Misiones, Itapúa y Alto Paraná algunos de los departamentos más golpeados.

El gerente de climatología, al ser consultado sobre si el comportamiento actual del clima, la falta de precipitaciones y el intenso calor de los últimos días, guardan relación con la fase neutral, explicó que, todas las manifestaciones todavía corresponden a El Niño.

“No está comprobado que el fenómeno El Niño esté asociado a la sequía en la región. En lo que respecta a Paraguay, las consecuencias del El Niño están más bien asociadas a precipitaciones por encima de lo normal”, agregó.

FASE NEUTRAL Y LA NIÑA

La fase neutral, es decir, el periodo de transición y finalización de El Niño se daría entre los meses de abril, mayo y junio. Salinas sostuvo que cualquier evento climático que se presente en ese tiempo, no se podría atribuir ni a El Niño ni a La Niña.

“A partir de julio, agosto y septiembre recién estamos esperando que sea un fenómeno de La Niña. Hay altas probabilidades. Hay 80% de probabilidad”, agregó el gerente.

Por un lado, El Niño es un fenómeno natural que tiene su origen en el océano Pacífico tropical y trae temperaturas de la superficie del mar más cálidas que lo normal. En tanto, La Niña se origina en el mismo lugar, pero presenta condiciones más frías.

Para el gerente de Climatología, es improbable que La Niña se origine, según indican en los pronósticos, pero si se manifiesta, tendría una duración de 12 meses.