Salvar vidas, una vocación que la llevan marcada a fuego

En el transcurso del 2020 fueron protagonistas principales en el combate a los incendios múltiples que se dieron en el país. A brazo partido y sin muchas herramientas hicieron honor a su abnegación, pero no son reconocidos como debiera. Y eso que cuando se ponen al servicio de los demás, dejan a sus familias sin saber si al salvar vidas, conservarán las suyas…

“Tenemos que estar al borde de la cornisa para saber realmente el valor que tienen ustedes…”, le decía una señora al voluntario Paul Cáceres, quien la noche del jueves 7 de enero tenía su guardia designada en la Décimo Quinta Compañía de Bomberos en Ñemby.

Cáceres, quien fue en esta nota la voz de sus camaradas reconoció que en cada ocasión en que salen a servir, el anhelo es despedirse de los suyos con un abrazo y volver a sus casas para recibir la misma muestra de afecto. Considera que esa es una batalla ganada.

“Yo tengo dos hijos con una mujer que también es voluntaria. Ella al menos ya entiende el sacrificio que implica estar en esto, pero honestamente siempre me cuesta salir y dejar a mi familia, porque hay muchos riesgos que corremos y uno de ellos ahora es la pandemia”, nos dijo.

Pero mitigan la guardia con rondas de chistes, mimando al gato Hermafrodita que es la mascota del lugar y esperando que de ser posible, no tengan que ir de servicio. “Ciertamente, la desgracia de unos es parte de nuestro trabajo, pero en el fondo de todo no quisiéramos nunca tener que hacer eso”, comentó.

Paul Cáceres está prácticamente desde los inicios de la compañía, que surgió en 1999 como la Unidad de Salvamento y Rescate, pero como compañía desde el 2 de diciembre del 2000.

Lo hicieron con una kombi hasta llegar a tener hoy dos carros y los elementos relativamente básicos. “De todas maneras cuesta sobrellevar el trabajo, porque la mayor parte de los equipamientos los conseguimos a puro pulmón”, indica.

De hecho, para tener su local propio, “hicimos adhesiones para asado a la estaca y con eso y otras actividades costeamos la construcción de nuestra base”. Y cree que no necesitan un ingreso fijo y explica por qué.

“De llegar a trabajar por un salario, el voluntariado dejaría de tener sentido, porque no todos tienen esa vocación de servicio y el voluntariado no es algo que se recompense con dinero. En todo caso necesitaríamos que si nos van a pagar, que sea con infraestructura e insumos”, añadió.

ABRAZAR A NACHO Y “MI ANGEL”, SUS ESTÍMULOS PARA SEGUIR

Paul Cáceres tiene 36 años. Casado con Claudia Penayo, tiene hijos 13 y 10 años y al varón lo llama cariñosamente Nacho, mientras que a la nena le dice Mi Ángel.

“Cuando salgo de mi casa siempre nos abrazamos. Les inculco el valor de los afectos porque en este trabajo nunca sabemos qué nos depara el camino”, señaló emocionado.

Afirma que de los más complicados servicios que suelen cumplir, el de rescate a niños es lo que más le cuesta. “Varias veces me tocó asistirlos y no te imaginás cómo me toca cuando los veo llorar, porque en ese momento pienso en mis hijos, a quienes sólo los quiero abrazar cuando vuelvo a casa”, menciona.

Es el mismo caso del joven Marcos Meza, un ingeniero informático que hace ocho años está en el servicio bomberil. “Yo tengo un hijo de dos años recién y cuando vengo le dejo con su abuela o con su madre y se le extraña mucho”, reconoce.

De hecho, mientras menciona eso, observa en su móvil la foto de su retoño, esperando el momento de la retirada con destino a su casa y el reencuentro con su pequeño.

“MIS PADRES SE OPUSIERON PERO DESPUÉS ME APOYARON”

Yasmin Arce tiene 26 años. Es al igual que sus demás camaradas residente en Ñemby y cuenta que siguió el ejemplo de sus hermanos Paul, Adan, Larissa y Araceli.

“Ellos comenzaron en esto y yo me entusiasmé con la idea de seguir sus pasos. Hoy no me arrepiento de estar aquí”, nos contó, mientras mostraba su teléfono imágenes de una capacitación hecha en Italia.

Su sueño es seguir la carrera de Emergentología. “No pude seguir en su momento y la pandemia también vino a conspirar contra eso, pero es mi anhelo”, confesó.

Yasmin vive con sus padres Celmira y Cirilo. Tiene otras ocupaciones en el microcentro capitalino, al igual que sus compañeros, quienes realizan labores en otros espacios sociales.

Alex Núñez y Diego Arrúa son también voluntarios de la compañía. El primero tiene 23 años y su padre José es asimismo bombero. Mientras que Diego tiene 27 y es contador, pero admite que el oficio le llenan de satisfacción.

DE UNA TORTA GRANDE, SÓLO LES TOCA UNA ÚLTIMA PORCIÓN

“Nos asignaron una vez cinco mil millones de guaraníes y de eso se reparte entre las compañías de Central y a nivel país. Nos tocó algo así como veinte millones nada más y son fondos insuficientes”, dijo.

Pero aún así, nadie les quita ese espíritu de ponerse al servicio de la gente, porque asumen que lo hacen más de corazón que por otras razones. “Yo le debo a mi abuelo que está arriba que haya entrado a esto. Cuando lo hice, sabía bajo qué riesgos daba este paso”, señaló.

La Décimo Quinta Compañía fue fundada por Fabián Macke Domínguez, quien a la vez fue el primer capitán. Y los que al momento de la nota hacían guardia tienen en su mayoría hijos, padres y amigos quienes sufren en silencio por ellos, porque para salvar vidas exponen las suyas propias.

“Una señora una vez nos dijo que necesitaron estar al borde de la cornisa para entender el valor que tienen los bomberos”, refirió. De hecho, en el 2020 fue cuanto mayor protagonismo tuvieron con los múltiples incendios que azotaron gravemente al país, la mayor de las veces por inconsciencia ciudadana.

Aún así, los bomberos son los eternos postergados. Los que se exponen a que cuando pasen situaciones de mayor complejidad recién ahí se “interesen” por dotarles de las comodidades necesarias y las garantías para realizar esa tan noble labor que como bien lo explicó Paul, “nos expone al peligro de dejar a nuestras familias devastadas si nos ocurre algo”.

Empleo doméstico en Paraguay: años de lucha y victorias que hoy son letra muerta

Pese a años de luchas y reivindicaciones, con importantes logros en materia de derechos laborales, el empleo doméstico sigue siendo uno de los sectores más olvidados en nuestro país, no solo por las autoridades, sino también por los mismos empleadores que, en ocasiones, carecen de empatía con aquellos que los acompañan en su día a día.

Por Robert Bourgoing (@robertb_py)

Muchas llegan por recomendación, otras simplemente consiguen el puesto mediante algún anuncio en redes sociales. En el peor de los casos, se trata de adolescentes que son forzadas a trabajar bajo el régimen del criadazgo y en la modalidad “sin retiro”.

Nos referimos a las empleadas domésticas, mujeres que con sacrificio y esmero dedican gran parte de su jornada, olvidando a veces el cansancio o la fatiga, para trabajar en residencias particulares al servicio de alguna familia.

Según datos de la Encuesta Permanente de Hogares realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), cerca de 214.000 personas se desempeñaban como trabajadores domésticos al cierre del último trimestre del 2023. En su mayoría, se encuentran en el área urbana.

Con el transcurrir de los años, este sector ha logrado importantes reivindicaciones en materia laboral, siendo la más importante la obtenida en el año 2019 cuando fue aprobada la modificación de la Ley Nº 5407 “Del Trabajo Doméstico”.

QUÉ DICE LA LEY

A partir de la promulgación de la nueva ley, los trabajadores domésticos (entre los que se incluye también a jardineros, choferes de familia, niñeras, mucamas, cocineras, mandaderos, entre otros) tienen derecho a cobrar el 100% del salario mínimo legal vigente, que hoy día equivale a G. 2.680.373.

Así también, adquirieron el derecho a acceder al seguro social del Instituto de Previsión Social (IPS), que automáticamente les brinda el beneficio de contar con cobertura médica y sumar sus aportes para la jubilación.

La vigente Ley de Trabajo Doméstico establece que la jornada laboral de trabajo no debe exceder las 8 horas diarias o 48 horas semanales cuando se trata de jornada diurna, mientras que, el límite en el horario nocturno es de 7 horas de trabajo y 42 horas semanales.

Asimismo, también se contempla el pago de horas extra en caso de superar las 8 horas diarias de trabajo o desempeñar las actividades en el horario nocturno. Para este último escenario, se estipula la bonificación adicional del 30%.

Las personas que desempeñan su actividad laboral bajo la modalidad sin retiro tendrán derecho a un descanso intermedio mínimo de 2 horas, mientras que aquellos que realicen su actividad bajo la modalidad con retiro tendrán derecho a un descanso intermedio de 1 hora. En ambos casos, no se computan como horas trabajadas.

El Artículo 7 de la Ley 5407/15 estipula que es obligatoria la firma de un contrato escrito entre el empleador y el trabajador doméstico, independientemente de la labor que desempeñe en el hogar donde cumple funciones. El modelo se encuentra disponible para su descarga gratuita en la página del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS).

DEL DICHO AL HECHO…

Ante los datos expuestos, vale hacernos la pregunta obligada de ¿cuál es la realidad actual de las empleadas domésticas en Paraguay?, ¿se cumple la ley o, como en tantos otros casos, es solo “letra muerta”?

Para Myriam Agüero, presidenta del Sindicato de Trabajadoras Domésticas del Paraguay (Sintradop), la situación aún sigue siendo difícil, pese a los logros y victorias que han obtenido con el paso de los años.

Sobre este punto, confirma lo que ya suponíamos: pese a la promulgación de la ley y los últimos cambios introducidos, el porcentaje de trabajadoras domésticas formalizadas y con seguro de IPS sigue siendo escaso.

Por si fuera poco, aún son miles las que siguen sin percibir el salario mínimo estipulado por ley, excediendo, en muchos casos, las 8 horas de trabajo diarias. “Lastimosamente la gente está acostumbrada a eso. No hay una fiscalización, entonces nadie hace caso”.

LOS “PATRONES” Y LA FALTA DE EMPATÍA

Agüero lamenta que hasta hoy día tengan que seguir hablando de estas injusticias laborales y exigiendo el cumplimiento de lo que les corresponde por ley, siendo conscientes de que no es mucho lo que pueden llegar a conseguir al ser víctimas de un sistema que las obliga a trabajar sin descanso para llevar el pan de cada día a la mesa.

Muy poco se cumple (la ley), hay algunos que sí, pero son pocos”, refirió la titular del primer sindicato de empleadas domésticas de Paraguay, que a la fecha aglutina a cerca de 300 mujeres de diferentes puntos del país. Según estimaciones del gremio, apenas llegaría al 10% el porcentaje de colegas que son aportantes y figuran en IPS.

Esta situación tiene su origen en la falta de conciencia y empatía por parte de quienes ellas acostumbran a referirse usualmente como “patrones”. A esto se le suma el menosprecio, la discriminación o el rechazo que sufren en ocasiones, cometidos por los mismos que han decidido contratarlas para cumplir diversas labores en la casa.

A más de 5 años de la última reforma en la ley que rige el empleo doméstico, quienes forman parte de este segmento siguen elevando su voz para exigir que se respeten sus derechos y se pueda dar cumplimiento a lo que está escrito, pero principalmente, por lo que tanto han luchado.

Parkinson: el conocimiento del doctor Mime, la historia de Pinsón y las posibles salidas

El pasado 11 de abril se conmemoró el “Día Mundial del Parkinson”, en relación a la enfermedad neurodegenerativa y más frecuente después del Alzheimer. En nuestro país, una de las voces calificadas para hablar del tema era el doctor Mime, quien dejó innumerables conocimientos sobre el padecimiento. Actualmente, uno de los casos más sonados es el del periodista deportivo argentino, Emiliano Pinsón, cuya historia la repasaremos a continuación.

Por Juan Riveros (@JuancitoRiveros)

El “Día Mundial del Parkinson” se viene conmemorando desde el año 1997, cuando la Organización Mundial de Salud decidió declarar esa fecha en honor al médico clínico y neurólogo inglés James Parkinson, por describir por primera vez este trastorno.

El Parkinson tiene como característica al temblor de las extremidades en reposo, rigidez, lentitud en los movimientos, cambios en la expresión facial en la postura y en voz, así como problemas para deglutir.

Uno de los más conocedores de la materia en nuestro país siempre fue el Dr. Miguel Ángel Velázquez (+), conocido como el Dr. Mime, quien ya no está con nosotros, pero dejó interesantes aportes desde su experiencia y sabiduría sobre la neurociencia.

En relación al Parkinson, Mime indicaba que la falta de dopamina en el cerebro es la causa principal de la enfermedad y que los síntomas ya mencionados anteriormente, pueden ir empeorando con el tiempo. De acuerdo a lo explicado por el neurólogo, no existe una cura, pero sí tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas.

Afirmaba también que el Parkinson no solo afecta el movimiento, sino que también puede tener un impacto en la función cognitiva, el estado de ánimo y la calidad de vida en general. “Los estudios sugieren que el ejercicio regular puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad, así como mejorar la salud general de los pacientes”.

En una de sus últimas columnas para el Diario La Nación, en referencia al Parkinson, Mime hablaba de “la luz al final del túnel”, en relación a los avances en la investigación y el tratamiento para mejorar la calidad de vida de los pacientes, abriendo nuevas vías para comprender la enfermedad.

Entre uno de los avances destacados por el neurólogo, se encuentra la identificación de biomarcadores, que son medidas objetivas que se pueden utilizar para diagnosticar la enfermedad y monitorizar su progresión. Según Velázquez, esta herramienta podría ayu­dar a los médicos a identificar el trastorno en sus etapas tempranas, cuando los trata­mientos pueden ser más efectivos, y también podrían ayudar a los investigadores a entender mejor los procesos subyacentes que lo causan.

Asimismo, mencionaba que los investigadores están explorando nuevas opciones de tratamiento para el Parkinson, incluyendo el uso de tec­nología wearable y dispositivos de estimula­ción neuromuscular.

LA CONMOVEDORA HISTORIA DE EMILIANO PINSÓN

Los amantes del deporte crecimos con el programa “Fútbol para todos”, transmitido cada siesta por el canal Fox Sports. Uno de sus conductores era el periodista argentino Emiliano Pinsón, cuya historia actualmente conmueve a toda la Argentina y América Latina, por su lucha contra la enfermedad del Parkinson.

Emiliano padece Parkinson desde el 2021, haciendo que tenga que cambiar su ritmo de vida para encarar el tratamiento. Desde ese entonces, se volvió un ejemplo para todos aquellos que tienen el mismo padecimiento, con muestras de fortaleza, dedicación y a través de su rol de comunicador, como portavoz de conciencia sobre dicho mal.

Con el correr de los años, la enfermedad de Pinsón se fue agravando y días atrás sorprendió a todos con un conmovedor anuncio de que dejaba su labor en radio para enfocarse de lleno a sus tratamientos.

“Tengo un Parkinson atípico, condicionotomía. Eso quiere decir que no es el Parkinson rígido como estaba diagnosticado. Es un Parkinson que tiene un inconveniente que no está muy bien estudiado porque justamente varía en su desarrollo. El temblor común ya está estudiado. Tiene una conducta muy parecida durante tantos años y después o estás más rígido o menos y tembloroso igual, y es operable porque se encuentra en el hipotálamo, en el cerebro”, explicó Pinsón.

Agregó que, del síntoma de la rigidez, ya pasó a un cuadro de atrofia, perdiendo fuerzas. “Si vos leés los libros, que no hay que leerlos, no, hoy no hay que googlear, es... me queda poco tiempo. No es broma. Vamos a tratar de que no. Siempre las estadísticas están hechas para romperse, así que yo pienso ser uno que rompe estadísticas”, refirió el periodista, quien cuenta con el apoyo de toda una afición deportiva local e internacional.

Neuronas espejo: por qué los niños aprenden más rápido de lo que ven, que de lo que escuchan

El descubrimiento de las neuronas espejo fue uno de los más interesantes de la neurociencia a finales del siglo XX. Esto permitió comprender que los niños aprenden más de las acciones que de las palabras. En ese sentido, todos los adultos tienen la gran responsabilidad de educar con el ejemplo.

Hay una frase conocida a nivel popular que menciona que los “niños son como esponjas”, absorben todo lo que ocurre a su alrededor e imitan el comportamiento de los que los rodean, especialmente el de sus padres. Por eso es muy importante que todo padre, madre o encargado del cuidado de un niño o niña sea consciente del tipo de comportamientos y actitudes que asume en determinados sucesos o eventos de la vida cotidiana.

Pero ¿a qué se debe este comportamiento tan particular de los pequeños?

La respuesta la dio la ciencia, específicamente la neurociencia en el año 1996. Y se debe a las “neuronas espejo” que justamente son uno de los descubrimientos más importantes del siglo XX vinculados al aprendizaje.

Observar el día a día de la convivencia familiar parece suficiente para entender el gran peso que tiene el comportamiento de los padres en la educación de sus hijos. Sin embargo, en la actualidad, vamos un poco más allá y sabemos que hay, además, una justificación científica.

La neuropsicología y la neurociencia nos aportan una explicación objetiva del porqué de esta influencia. De por qué los niños aprenden de las personas que están a su cargo con tanta facilidad. Y de cómo sus aprendizajes no se refieren solo a contenidos. También repercuten en las emociones, las intenciones y las conductas.

En ese contexto, el pediatra Robert Núñez explicó que las “neuronas espejo” son un grupo de células nerviosas o neuronas que se activan durante una actividad concreta y también al observar a otra persona que realiza la actividad.

“Estas células constituyen el sustrato cerebral de la imitación y la empatía. Son decisivas para el aprendizaje, tanto de acciones como de emociones e intenciones. El estudio y conocimiento del cerebro avalan una idea básica sobre el aprendizaje y es que este se produce más por lo que se ve que por lo que se dice. Por lo tanto, tenemos una gran responsabilidad a la hora de guiar a los niños, porque somos modelos para ellos”, argumentó el doctor.

El secreto de la imitación

El hallazgo de las neuronas espejo fue fortuito.

En 1996, un grupo de investigadores liderados por Giacomo Rizzolatti realizaba pesquisas con unos macacos, cuyos cerebros tenían monitorizados. Sin buscarlo, se dieron cuenta de que unas células neuronales situadas en la zona motora del lóbulo frontal y en una parte del lóbulo parietal se activaban, no solo cuando los animales realizaban un movimiento, sino también cuando veían que lo hacían los investigadores.

Ante este descubrimiento tan destacado, siguieron adelante con sus estudios. Finalmente, llegaron a la conclusión de que en el cerebro humano existen también este tipo de neuronas. Y no solo eso. Demostraron, además, que están conectadas con el sistema que regula las emociones, la memoria y la atención.

En palabras simples, estas neuronas se asemejan en su comportamiento al de un espejo. Reflejan la acción que observamos en otro individuo en nuestro cerebro y este realiza las mismas conexiones neuronales que si dicha acción la estuviéramos realizando nosotros.

Esto ocurre, por ejemplo, cuando vemos a alguien hablar. Nuestras regiones cerebrales encargadas de la fonación y el habla se activan como si fuéramos nosotros los que hablamos, se produce esa conectividad neuronal.

Además, estas neuronas no solo producen el reflejo en el plano motor, sino que también funciona en el ámbito emocional, ya que están vinculadas al sistema límbico, responsable de la regulación de las emociones. Por ejemplo, cuando vemos a otra persona sonreír, nuestras neuronas espejo crean una simulación interna de su sonrisa en nuestro cerebro. A su vez, se conectan con el sistema límbico y hacen que acabemos compartiendo ese sentimiento alegre.

Así pues, la risa contagiosa, la emoción que se traspasa de una a otra persona, leyendo un libro o viendo una película, y los bostezos “que se pegan” son otros casos de activación de estas neuronas.

¿Qué relación tienen las neuronas espejo con la educación?

Con este descubrimiento nos encontramos con la apasionante idea de que, hagamos lo que hagamos en la educación de nuestros hijos, tendrá una gran repercusión en ellos. El estudio y conocimiento del cerebro avalan una idea básica que siempre hemos tenido.

La relativa a que el aprendizaje se produce más por lo que se ve, que por lo que se dice.

Por lo tanto, los adultos tenemos la gran responsabilidad a la hora de guiar a los niños, porque somos modelos para ellos. De fortalezas, de debilidades, de nuestras respuestas ante sus demandas y preguntas, y de actitudes que favorecen o complican las enseñanzas que nos proponemos darles.

El ambiente que generamos en la familia, las voces templadas o los gritos, la tranquilidad y la armonía o la crispación, serán representaciones mentales en los cerebros de los pequeños, cuyas neuronas espejo ensayan silenciosamente durante 24 horas al día para poder actuar en el momento en el que se presente la ocasión.

Si observamos los comportamientos de padres y madres, es posible darse cuenta de que muchas veces corrigen lo mismo que, sin querer, ellos han enseñado.

Pretendemos que los niños no griten a sus compañeros cuando se enfadan, pero a menudo los adultos se enfadan y reaccionan gritando. De este modo pierden la capacidad de actuar y la oportunidad de enseñar la habilidad del autocontrol.

Por ello, es importante comprender que siempre se enseña o aprende algo, aunque en ocasiones sea negativo. Esto invita a la reflexión, no solo sobre la capacidad para guiar a nuestros hijos, sino también sobre la manera de hacerlo.

La clave está en sustituir los discursos magistrales por interacciones, resolución conjunta de problemas y trabajo cooperativo.

En ese contexto, el doctor Núñez indicó que los niños necesitan adultos responsables que los atiendan con afecto y comprensión, que dediquen tiempo para mirarlos, escucharlos, acompañarlos, guiarlos y compartir todas las experiencias de su vida. Que les permitan equivocarse y aprender tanto de sus errores como de sus aciertos.

“Los niños aprenden por neuronas espejo, cuando sos honesto, tu hijo aprende a ser honesto y a asumir sus responsabilidades”, aconsejó.



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