Se formó para ser policía, pero se convirtió en un violador serial

El patrón que tienen todos los delincuentes seriales es el mismo, primero se ganan la confianza de su entorno, se mimetizan en la comunidad para acechar a sus víctimas, para luego de cometer sus delitos pasar desapercibidos. Es la historia que se repitió con el suboficial Osmar Darío González, quien cometió una serie de abusos sexuales contra mujeres por doce años sin ser descubierto, pero un giro casual terminó con su trayectoria delictiva y hoy está preso purgando siete condenas.

Osmar Darío González tiene siete condenas por violación y actualmente se encuentra preso en la cárcel de Tacumbú, este fue su final, pero su inicio se remonta al año 2000 cuando el 9 de julio sobre la avenida Eusebio Ayala en horas de la noche una joven esperaba el colectivo para regresar a su casa, pero en eso un hombre a bordo de un vehículo se le acercó ya punta de pistola la obligó a entrar al rodado.

El hombre llevó a su víctima hasta un lugar poco transitado y oscuro donde abusó sexualmente de ella y luego en estado de shock la dejó abandonada a su suerte en la vía pública.

Era la primera violación que González cometió, el hecho le produjo una gran satisfacción, más allá del placer sexual. Para los violadores es trascendental infundir miedo a sus víctimas, el poder de sometimiento que tienen sobre ellas y eso les lleva a tener una sobredosis de adrenalina, que generalmente los impulsa a volver a repetir la experiencia criminal.

Fue exactamente lo que le ocurrió al suboficial de policía, que tras cometer su primer acto delictivo de tinte sexual iba a buscar volver a repetirla y así lo hizo a mediados del 2006 cuando una joven estaba en la zona del Shopping Multiplaza esperando colectivo y otra vez González se acercó con su rodado ya punta de arma de fuego obligó a la mujer a subir. Esta vez el hombre no se conformó con abusar sexualmente de su víctima, sino que le robó todo el dinero que también tenía.

Dos violaciones con el mismo modus operandi, pero con seis años de diferencia entre uno y otro, hizo que los investigadores nunca conectarán ambos casos, bajo la hipótesis de que se podría tratar del mismo depredador sexual.

El 7 de febrero de 2012, una menor de 17 años fue interceptada por un vehículo, en el cual iba un hombre que armado con una pistola y obligó a la muchacha a subir el coche. Abusó de ella, este hecho al parecer le dio más confianza a González, quien ya se sintió fuera del alcance de la ley.

En los primeros días del mes de abril de 2012 el policía ingresó al Hotel Boggiani, ubicado en Villa Morra, al parecer para violar a la empleada que atendía en el sitio, pero en la recepción la mujer que atendía no estaba sola, otros varones , lo que hizo que el policía cambie su plan sobre la marcha y entonces asaltó a los presentes y huyó.

Pero la sed sádica de Osmar González ya no tenía límites y el frustrado atraco al hotel lo dejó mal, por lo que una semana después en el barrio San Miguel de San Lorenzo con el mismo modus operandi redujo a mujer a punta de arma de fuego y la violó. A esta altura todas las alarmas de los investigadores ya estaban encendidas, todo apuntaba a que estábamos ante la presencia de un violador serial, que a punta de arma de fuego raptaba a sus víctimas en la vía pública y luego abusaba de ellas.

El enemigo estaba adentro

Dentro de las filas policiales se dieron a conocer detalles de los hechos atribuidos a este violador, sin saber que el autor de los hechos era un uniformado que utilizaba estos datos para ir evadiendo a sus perseguidores.

El accionar delincuencial del violador era muy limpio, no dejaba pistas, tampoco evidencia alguna que condujera a su persecución y captura. Tal vez ayudado por su formación policial y eso sumado a que estaba al tanto de las investigaciones del caso, Osmar González no corría riesgo alguno de ser detenido y sus crímenes sexuales aumentaban. Siempre iba un paso adelante de los que lo perseguían, sus propios camaradas.

Pero el 18 de abril de 2012 iba a ser una jornada donde lo inesperado le iba a jugar una mala pasada al suboficial, ese día a las 10:30 Osmar Darío González estacionó su vehículo frente a una peluquería en las calles Santa Cruz de la Sierra casi Alfredo Seiferheld, de Asunción. Luego de tener controlado el lugar, el hombre bajó de su auto y entró al negocio donde estaban la peluquera y su ayudante. González primero fingió ser un cliente, para estudiar mejor el sitio desde adentro.

Mientras hablaban de un corte de pelo el suboficial aprovechó para cerrar la puerta, extrajo su arma de fuego y redujo a las dos mujeres a quienes condujo a la parte trasera del negocio y abuso de ambas. Las dos víctimas fueron brutalmente abusadas, recibieron golpes y contusiones de parte de su agresor, quien para finalizar su obra de horror robó a las dos mujeres, luego huyó.

Las víctimas pidieron ayuda y un grupo de vecinos fueron a socorrerlas. Las encontraron muy golpeadas y agredidas sexualmente, la indignación fue tal que los moradores no entendían cómo ocurrió el hecho siendo que en la esquina de la peluquería había una caseta policial y el agente que estaba ahí no vio nada. También la Comisaría 6ta. se encuentra cerca del lugar y prácticamente en las narices de los policías ocurridos un hecho tan violento.

Por esa razón decidieron ir hasta la dependencia policial a hacer una denuncia y pedir solución a este tipo de hechos. Así lo hicieron y acompañaron a los vecinos las dos mujeres víctimas. Cuando uno de los agentes les dijo que el oficial de guardia vendría a atenderlos en breve, jamás se imaginaron la sorpresa que se iban a encontrar.

Perfectamente uniformado y con una plancheta, un bolígrafo apareció en escena el suboficial Osmar Darío González, para tomar la denuncia. En ese momento una de las víctimas reconoció a su agresor. “Es él, es él…”, gritó la mujer.

González al notar que fue descubierto, corrió y trató de ir hasta el estacionamiento donde estaba su vehículo para huir del sitio, pero los ofuscados vecinos cerraron las salidas de la Comisaría. Prontamente los medios de comunicación también llegaron a la sede policial donde seguía el sospechoso atrincherado, hasta que al final fue detenido.

Fue el epílogo de un violento depredador sexual quien se aprovechó de su condición de policía para poder cometer sus delitos. Pero este último caso pintó de cuerpo completo cuál era el accionar de González y cómo se aprovechaba de su condición de agente del orden.

En la caseta policial que estaba a metros de la peluquería el agente que estaba de guardia era Osmar Darío, quien por días realizó la tarea de acecho de sus próximas víctimas. Desde ese puesto González monitorea todos los movimientos de las dos mujeres que atendían la peluquería y sabía los horarios en que había gente. Por eso fue a las 10:30 de la mañana de ese 18 de abril, ya que sabía que las únicas que iban a estar eran las dos mujeres.

Las siete condenas

Ya en el fuero judicial Osmar Darío González fue condenado por el primer hecho de abuso sexual ocurrido en el 2000 recibió una condena de 13 años de cárcel. Por el abuso de la menor de 17 años fue sentenciado a 22 años de cárcel y ocho años como medida de seguridad.

Por el asalto en el Hotel Boggiani, fue condenado a 9 años de prisión y fue el único hecho en el que no hubo abuso sexual. La cuarta condena por abuso a la mujer en el barrio San Miguel de San Lorenzo, González fue sentenciado a 22 años. El abuso sexual y robo de una mujer en la zona del Shopping Multiplaza fue condenado a 12 años y otros cinco años como medida de seguridad. Por otro hecho de tentativa de violación y robo agravado fue condenado a 22 años y medio de cárcel y ocho años como medida de seguridad y la séptima y última condena por un hecho de violación recibió 12 años de prisión.

Osmar Darío González está preso desde abril de 2012, la condena más elevada que tiene es de 22 años y seis meses, que la tendrá compurgada recién a mediados del año 2034, pero no podrá salir en libertad ya que tiene ocho años de medida de seguridad que cumplir y debido a sus antecedentes no correría un pedido de libertad condicional. Recién en el 2042 el violador serial sería un hombre libre.

Alerta sobre explosiva mezcla: un cóctel muy riesgoso para la salud

La mezcla de bebidas alcohólicas con energizantes, muy popular entre los jóvenes, puede ser muy peligrosa, ya que aumenta el riesgo de intoxicación, comportamientos arriesgados y efectos negativos en la salud.

La combinación de alcohol con energizantes se convirtió en una tendencia entre los jóvenes, debido en parte a la percepción de que los energizantes pueden contrarrestar los efectos sedantes del alcohol, lo que lleva a una sensación de estar más alerta y en control. Esto, reforzado por la publicidad y el marketing.

En la búsqueda de experiencias intensas y emocionantes, los jóvenes creen que este cóctel permite disfrutar de la fiesta por más tiempo sin experimentar la fatiga asociada al consumo de alcohol. Sin embargo, muchos desconocen los peligros que hay detrás de esta riesgosa práctica.

Los estimulantes de la cafeína en los energizantes pueden enmascarar los efectos sedantes del alcohol, lo que lleva a una falsa sensación de sobriedad. Esto puede resultar en un consumo excesivo de alcohol y un mayor riesgo de intoxicación. Además, la combinación de alcohol y cafeína puede aumentar el riesgo de comportamientos arriesgados o impulsivos.

La doctora Nilda Villalba, directora del Centro Nacional de Toxicología, reconoció que la combinación de bebidas alcohólicas con energizantes es una mezcla explosiva. Esto, a raíz de que las personas pierden la noción de los síntomas depresivos que el alcohol normalmente ocasiona en el organismo. Se trata de un “cóctel riesgoso para la salud”.

La experta resaltó que el alcohol es un depresor del sistema nervioso central y las bebidas energizantes, por el contrario, son estimulantes. Por ello es que, las bebidas energizantes enmascaran los síntomas depresores del alcohol y hacen que las personas consuman de una manera engañosa.

Dentro de los componentes que poseen los energizantes sobresalen la cafeína, vitaminas, guaraná y son varias sustancias que se van mezclando para brindar esa característica particular de dar energía al organismo, según detalló a la radio 650 AM.

“Debemos estar preparados para afrontar las complicaciones que pueden darse por esa mezcla. Se desaconseja el consumo de estos productos en personas que están con problemas cardíacos, que sufren de hipertensión, las embarazadas, los diabéticos y los menores de 16 años. Los adolescentes están en una etapa de reconocimiento de los límites que tienen, entonces esos límites fácilmente se van de un extremo a otro, es por eso que desaconsejamos el consumo de esta mezcla”, subrayó.

Por su parte, el médico pediatra Robert Núñez había mencionado que los energizantes son la segunda sustancia más consumida por la franja etaria de entre 13 y 17 años, después del alcohol. Mayormente, los adolescentes consumen por curiosidad, y tres de cada cuatro menores de edad hacen la peligrosa mezcla de ambas sustancias.

Si bien es importante resaltar que esta mezcla no está prohibida (consumo del alcohol solo en mayores de edad), se deben conocer cuáles son los efectos nocivos de la misma en el organismo, de modo a evitar alguna complicación y desgracia que lamentar.

Estrella Roja: el socialismo marciano de Bogdánov

Podemos decir que Aleksándr Bogdánov fue un adelantado a su tiempo. En 1908 publicó Estrella Roja, una entretenida novela de ciencia ficción de inspirada naturaleza marxista, con la que se adelantó casi una década a las traumáticas revoluciones de febrero y octubre de 1917; que desembocaron en la llegada del Partido Bolchevique al poder en Rusia, el fin de 300 años de gobierno de los Románov y el posterior nacimiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Por Gonzalo Cáceres-periodista

Alexander Alexandrovich Bogdánov (1873-1928) fue un revolucionario comunista bielorruso de múltiples talentos: escritor, médico, economista, científico y filósofo, también se formó en psiquiatría. Fundador del Partido Bolchevique, y de influencia significativa en el desarrollo de la teoría marxista en Rusia, ostentó una reconocida militancia política y el estrecho contacto que tuvo con Vladimir Lenin, al tiempo de evidenciar su relación con los más radicales movimientos obreros.

Pese a sus grandes aportes filosóficos, científicos y a las letras, Bogdánov no tuvo la misma repercusión en Occidente que la que sí vieron los monstruos de la literatura rusa como León Tolstói y/o Fiódor Dostoyevski, a razón -principalmente- de las escasas traducciones de sus novelas y otros escritos.

Pero hablemos de Estrella Roja, su principal y más conocido trabajo.

MARCIANOS COMUNISTAS

Estrella Roja aborda una serie de cuestiones políticas que reflejan los debates de la convulsa época en que fue escrita. El libro abraza al socialismo como ideal utópico, la lucha de clases y la revolución como temas de fondo, y una crítica al capitalismo y al papel del individuo en la sociedad socialista.

Precursora de la ciencia-ficción soviética, Estrella Roja se erige como una suerte de ventana por dónde observar el idealismo de la entonces incipiente era de las revoluciones industriales en la lúgubre Rusia de los zares que, tras la eclosión de las revueltas incitadas por los soviets, dio lugar a la redefinición de las clases sociales, lo que concibió una nueva relación con los medios de producción, la ciencia, la tecnología y la literatura.

El libro conjuga dos rasgos fundamentales y necesarios para la literatura de su época y de nuestros días: la imaginación y la utopía, porque además de fungir de testimonio político de su autor, también es considerada por los críticos como una de las primeras novelas sobre exploración espacial.

Bogdánov plasmó su visión de un futuro basado en la concepción de la igualdad social.

La trama se desarrolla en un futuro distante donde la humanidad pegó el salto tecnológico y emprendió la colonización de Marte. La historia sigue el viaje del ingeniero Leonid, quien llega al ‘planeta rojo’ y se sumerge en la sociedad marciana, que difiere significativamente de la que continúa en la Tierra.

La civilización humana en Marte alcanzó un estadio sin división de clases, donde todos sus miembros contribuyen según su capacidad, y reciben según necesiten; un sistema de características propias como ser, la economía planificada, el unipartidismo y la férrea dirección de las relaciones interplanetarias, lo que en la actualidad podemos interpretar como socialismo en la más exorbitante fase.

De forma intrínseca, Bogdánov reflexiona sobre la naturaleza de los humanos y el progreso social, y expone la forma -idealista- en que el socialismo puede transformar las relaciones y crear un mundo sin abusos de las clases dominantes, a priori más justo y equitativo, sin la odiosa brecha económica.

A través de Leonid, el lector atestigua una civilización humana harta de innovaciones con repercusión en el transporte, la generación y suministro de energía (ya trata, por ejemplo, la idea de sustituir los combustibles fósiles por fuentes renovables) y las comunicaciones, y con una medicina tan avanzada que las enfermedades graves son de extrema rareza y la longevidad moneda corriente, con novedosos procedimientos quirúrgicos y de diagnóstico.

Estrella Roja gozó de popularidad luego de plasmarse la Revolución Rusa y con la llegada de las generaciones soviéticas que vivieron los insistentes intentos de la URSS por desarrollarse como potencia mundial (la afamada carrera armamentista y espacial).

A Bogdánov se le reconoce explotar ideas hasta exageradas para su contexto, de ahí su importancia para la literatura universal. Estrella Roja permeó en menor o mayor medida en grandes novelas posteriores como Marte Rojo (1992) de Kim Stanley Robinson, Los Desposeídos (1974) de Ursula K. Le Guin, el Hombre de Marte (1946) de Stanislaw Lem y hasta hay quien asegura que el mismísimo Isaac Asimov se vio influenciado para la serie de la Fundación (1961-1993).

TRÁGICO FINAL

Después de la revolución, Bogdánov se centró en el trabajo en biología y medicina. En 1926 encabezó el primer instituto en el mundo de transfusión de sangre, lo que terminó en su trágico y evitable final.

Bogdánov falleció el 7 de abril de 1928 a raíz de una infección que contrajo tras un fallido experimento médico con transfusiones de sangre (dicen que recibió volúmenes de diferentes jóvenes en un intento de dar pie a su teoría del ‘colectivismo fisiológico’), lo que generó interés y debate a lo largo del tiempo (terminó como ejemplo en las grandes universidades).

Aunque su obra literaria y científica sigue siendo relevante, aquel experimento final y su resultado fatal marcaron su legado.

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Bolardos en San Lorenzo: protección para ciclistas, dolor de cabeza para automovilistas

San Lorenzo fue escenario de llamativos percances automovilísticos semanas atrás, específicamente en la avenida Victorio Curiel, donde los protagonistas no fueron precisamente los conductores, sino unos bloques de cemento conocidos como “bolardos”, colocados para dividir la bicisenda, pero ¿para qué realmente sirven?

Imprudencia, falta de atención y alta velocidad, los factores que, sobre esta avenida situada en Capilla del Monte causaron los reiterados accidentes donde los bolardos provocaron graves daños materiales.

Los bolardos se encuadran dentro del mobiliario urbano, y son los elementos que sirven para realizar delimitaciones de espacios, ya sean fijos o temporales. Muy útiles para limitar el acceso de vehículos y que los conductores sepan cuando se están aproximando a algo con lo cual, si colisionan, podrían generar accidentes.

Accidente con bolardos en Vittorio Curiel.Accidente con bolardos en Vittorio Curiel.

La Arq. Evelyn Madelaire de la Municipalidad de San Lorenzo explicó que estos delineadores tubulares, bolardos, fueron instalados en esa avenida para lograr una mayor seguridad vial, a fin de que los conductores puedan captar los obstáculos que tienen para circular, en este caso, una bicisenda.

“Los bolardos por definición son elementos que cumplen dos objetivos, en primer lugar, segregar, es decir, dividir lo que es el tránsito vehicular de la bicisenda. Y en segunda instancia, proteger, dar seguridad a los usuarios en mayor situación de vulnerabilidad, en este caso, el ciclista”, expresó durante una entrevista en el canal GEN/Nación Media.

Bolardos de cemento. Foto: Nación MediaBolardos de cemento. Foto: Nación Media

Vittorio Curiel es una avenida urbana que pasa por una zona residencial y una mixta, no es una autopista. La arquitecta indicó que, en ese trayecto, los vehículos circulaban a 80 km/h e incluso más, cuando deberían ir a 40km/h. Ante esto, se colocaron los bolardos.

Sin embargo, la alta velocidad todavía juega una mala pasada a los conductores que circulan por esa zona.

Apenas días después de que se colocaran estas barreras de cemento, dos automóviles atropellaron y destruyeron, no solo sus vehículos, sino también los bolardos hechos de hormigón. Uno circulaba a alta velocidad, el otro intentó adelantarse.

Cabe recordar que, la avenida Vittorio Curiel no es precisamente un trayecto en el que se pueda circular en doble fila, por lo que, insisten en respetar los límites de velocidad permitidos.

Sobre Vittorio Curiel no se puede circular en doble fila. Foto: Nación MediaSobre Vittorio Curiel no se puede circular en doble fila. Foto: Nación Media

¿Cumple o no cumple su función?, estamos viendo que sí cumple su función. Lamentablemente, para ciertos automovilistas, con perjuicio material. Cumple la función de proteger, nosotros no inventamos, no son precisamente necesarios para hacer funcionar una bicisenda, pero se usa”, finalizó Madelaire.

La Municipalidad de San Lorenzo está trabajando en un plan de educación y seguridad vial para que la ciudadanía pueda entender la funcionalidad de los bolardos. Así se buscará evitar que más conductores tengan que lamentar el perjuicio inmenso a sus rodados.