Acostumbrado a dar una mirada al pasado, con reminiscencias y reflexiones en su característico “el baúl de los recuerdos”, Ferreiro se pronunció ante “la fiebre” por el reciente concierto de “el conejo malo” en nuestro país, el cual logró llenar el estadio de “la olla azulgrana” días atrás.

El comunicador hizo énfasis en la “doble moral” de personas que se dicen conservadoras cuando años atrás y hasta en la actualidad, cuando cabe oportunidad, disfrutan de canciones que fueron un éxito pero con alto contenido sexual, machista, homofóbico y misógino, en distintos géneros y estilos.

“Mi generación esta incendiada por culpa de la visita de un tal Bad Bunny. Aquellos que vistieron flores en el pelo y desafiaron a sus padres profesando las consignas de la paz y amor libre, hoy descargan toda su furia conservadora en contra de un chico puertorriqueño que enloquece de diversión a sus hijos y nietos, con cancioncillas que hablan de sexo y otras insolencias”, empieza el texto compartido en su muro en Facebook.

“La memoria es muy frágil y ya nadie recuerda que los ofuscados padres de hoy, hace apenas algunos años bailaban frenéticamente “El gato volador”, “La bolita que se sube y se baja”, asegurando con entusiasmo que “una libra de cadera de cadera no es cadera” mientras repetía una extraña expresión que decía “Mud of cun cun”. Convengamos que aquello tampoco era Borges o Neruda”, prosigue.

El exintendente de la ciudad de Asunción destacó temas como “Que será lo que quiere el negro” y “Reinalda”, “aquella a la que le ordenábamos cantando que se quite la minifalda”. Ya en los 90 otros se divertían entonando la infausta canción “Marta sos la número 1, Marta cuando quieras te vacuno”, o se conmovían ante la historia de una chica algo casquivana a la que llamaban “Bombacha Veloz”.

“La gaita de las locas” de los Wawanco, “El orangután”, “Mamá, yo quiero una chupeta”, “Estoy saliendo con un chabón” de los Sultanes, “Masculino y Femenino” de Pepeu Gomes en los ’80. “Y nadie puede negar que nos divertíamos como locos danzando… para estupor y preocupación de nuestros mayores.

“Puede ser que aquellas canciones tenían un ritmo probablemente más ingenioso que el reggaetón, pero aún así no parece proporcional el nivel de intolerancia que nuestra generación ha desarrollado sobre el asunto, hasta el punto de ensayar teorías de conspiración que vinculan por ejemplo al Conejo Malo nada menos que con la trillada Agenda 2030”.

Mario también menciona al himno gay por excelencia, “YMCA”, de Village People, “La balada del Mariachi”, interpretada por el actor y cineasta español, Antonio Banderas, y a las canciones de la banda mexicana Bronco, “el gigante de América” que llenó el estadio Defensores del Chaco hace más de 20 años “contando historias de infidelidad o bigamia como ‘Dos mujeres un camino’”.

“Los mismos que hoy despotrican contra este muchacho tan querido y admirado por nuestros chicos, no tenían mucho empacho en corear a los gritos que “la cosecha de mujeres nunca se acaba”, un himno machista indefendible”, expresa para luego plantear. “No nos asustemos de la música sino de los hechos de tremenda injusticia que componen nuestra dolorosa realidad social. Nadie cambiará de condición por escuchar una canción”.

Recuerda también “Entregá el marrón”, de los Auténticos Decadentes: “no hay casamiento en donde no se coree” y “La cabra, la puta de la cabra” de la que enuncia “aquella marcha española que hablaba de la mala reputación, toda una oda misógina que las señoras hoy ofendidas bailaban despreocupadamente sobre los parlantes del Caracol o el Thunder”.

“Dejemos en paz a Benito Antonio Martínez, alias Conejo Malo, y a nuestros jóvenes. Nosotros también hicimos nuestras travesuras con la insulsa cachaca, el tecno machacante, el diabólico trash y las canciones picarescas, y sin embargo hemos sobrevivido. Ellos también lo harán; se reirán con ganas de nuestra indignación, hasta que un día todavía lejano, pondrán el grito en el cielo por esa “basura inmoral” que seguramente escucharán sus hijos”, finaliza.

A una semana de la condena de la jueza Mesalina Fernández, al periodista y presentador de radio y Tv, Sebastián Rodríguez, por difamación e injuria al futbolista Iván Torres, se dio a conocer la sentencia oficial.

Rodríguez debe donar alimentos imperecederos, frazadas, productos de limpieza, etc. por valor de 30 millones de guaraníes al Hogar de Adultos Mayores de Zeballos Cué, en el plazo de tres meses a contar una vez firme la presente sentencia.

Además debe pedir disculpas al jugador del Sportivo Luqueño, desde el programa del que forma parte, No Somos Ángeles, a la fecha en que esta sentencia quede firme, así como desde sus respectivos perfiles en redes sociales, en el plazo de 5 (cinco) días contados a partir del día siguiente hábil de haber quedado firme la presente sentencia.

Sebastián debe también comunicar al juzgado si cambia de lugar de residencia y si saldrá del país. También debe hacerse cargo de las costas del juicio.

En caso de que Rodríguez apele la presente resolución, tiene un plazo de 10 días hábiles y en ese caso, la donación quedará en suspenso hasta tanto quede firme la sentencia.

El chimentero aseguró que el juicio fue injusto y resaltó supuestas incoherencias por parte de la jueza, por lo que anunció su decisión de apelar el fallo judicial.

El programa televisivo “Noche de show”, de Latele, del que formaba parte Vivi Figueredo, fue levantado, sin embargo sus excompañeros Junior Rodríguez y Víctor Gavilán, iniciaron otro programa en el mismo canal, “Karu Show”.

Al duo de conductores ya no acompaña Vivi, pero sí Larissa Riquelme. Como era de esperarse, los comentarios no se hicieron esperar y apuntaron a la figura de Figueredo, quien actualmente luce más corpulenta.

“No hay ningún contrato donde dice que a uno se le puede desvincular por su figura”, dice la exmodelo en conversación con HOY, indicando no saber de motivos específicos sobre la no renovación de contrato con Canal 11.

Figueredo, quien recientemente contó en algunos programas que “se dejó estar” en lo que respecta a la actividad física, dijo ser consciente de que su herramienta de trabajo es su imagen.

“Claro que mi imagen vale mil veces más que cualquier cosa. Yo vendo imagen y debería estar siempre esbelta, tengo que estar buena onda, con buena sonrisa, siempre espectacular, porque eso es lo que vende”, asegura la conductora.

“A las empresas no les importa una chica que tenga problemas o que esté gordita, a las empresas le importa la gente que esté bien y nosotras (mujeres delante de cámaras) somos imagen de marcas y tenemos que estar espléndidas siempre”, finaliza.

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AFP

Las acusaciones de agresiones sexuales a mujeres han sacudido la industria del cine en Francia y esta primera condena a Depardieu coincide con el inicio de la principal cita del sector: el Festival de Cine de Cannes.

El tribunal correccional de París siguió la solicitud de la fiscalía y condenó al actor de 76 años a 18 meses de prisión en suspenso y a dos años de inhabilitación a ser electo a cargos públicos, y ordenó inscribir su nombre en el registro de delincuentes sexuales.

El intérprete de más de 200 películas y series siempre ha defendido su inocencia y, aunque su abogado Jérémie Assous anunció la víspera que estaría presente en la lectura del veredicto, finalmente se ausentó. Rueda en Portugal un film de su amiga Fanny Ardant.

El actor francés, Gerard Depardieu. Foto: AFP

Los hechos juzgados remontan al rodaje en 2021 de la película “Les Volets Verts” del director Jean Becker. Amélie, una decoradora de 54 años, y Sarah (pseudónimo), una ayudante de dirección de 34 años, lo acusaban de agresión, acoso y ultrajes sexistas.

A lo largo del juicio, el primero en su contra por este tipo de hechos, Depardieu defendió su inocencia: “No veo por qué perdería el tiempo manoseando a una mujer, su trasero, sus pechos. No soy un sobón de metro”, aseguró.

Simplemente reconoció haber agarrado a Amélie por las caderas “para no resbalar” de su taburete durante una discusión sobre el decorado de la película. La versión de la denunciante es otra.

“Cierra las piernas y me agarra las caderas”, describió la mujer, recordando la “fuerza” del actor, “su gran cara”, “sus ojos rojos, muy excitados” y sus palabras: “Ven y toca mi gran sombrilla. ¡Te la voy a meter en la concha!”.

Sarah denunció por su parte que el reputado intérprete le tocó las nalgas y los pechos en varias ocasiones, pese a que la mujer le dijo claramente “no” las dos últimas veces. El acusado negó los hechos.

VIOLENCIAS “SISTÉMICAS”

El abogado defensor pidió la absolución de su cliente, al que considera víctima de “acoso”, y calificó a Amélie y Sarah de cuentistas al servicio de una “organización” de “feministas rabiosas”.

El lunes, la legendaria actriz francesa Brigitte Bardot, de 90 años, salió en defensa de Depardieu, al asegurar que los hombres acusados de poner “sus manos sobre el trasero de una chica” deberían poder continuar “con sus vidas”.

Para el ministerio público, las denunciantes eran en cambio “mujeres en situación de inferioridad social” ante un actor que “goza de notoriedad, de un aura y de un estatus monumental en el cine francés”.

Más allá del juicio, una veintena de mujeres acusan a esta estrella internacional por comportamientos similares, pero la mayoría de denuncias se archivaron porque los hechos prescribieron.

La actriz francesa Charlotte Arnould fue la primera en presentar una denuncia. En agosto, la fiscalía de París solicitó que el actor fuera juzgado por violaciones y agresiones sexuales.

El movimiento #MeToo para denunciar sexismo, violencia y misoginia en el mundo del espectáculo surgió en Estados Unidos, pero el reguero de pólvora llegó rápidamente a Francia, donde regularmente brotan nuevos escándalos.

Una comisión parlamentaria en Francia propuso en abril casi 90 medidas para atajar las “violencias morales, sexistas y sexuales en el mundo de la cultura”, que consideró “sistémicas, endémicas y persistentes”.

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