El mundo recuerda el Día de la lucha contra el cáncer de mamas
La discriminación es uno de los factores principales de una mortalidad más elevada por cáncer de mama, ya que demora la búsqueda de ayuda terapéutica o causa que el paciente reciba una atención de menor calidad, o bien que abandone el tratamiento, dijo hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Fuente: Efe
El factor estructural que más se ha relacionado hasta ahora con un desenlace fatal es la pobreza, pero los expertos han establecido que también hay una relación con la discriminación que sufren las mujeres, sea por razones de género, raciales o étnicas.
En el caso de la pobreza, se ha documentado que el 70 % mujeres de escasos recursos deben vender lo poco que poseen para costearse un tratamiento, dijo hoy la OMS al anunciar una iniciativa global contra el cáncer de mama, el más común en el mundo.
Es así que la discriminación sumada a la pobreza explican que la tasa de supervivencia a un cáncer de mama sea el 50 % o menos en los países de ingresos bajos y medios, y hasta el 90 % si se compara con las personas que reciben los mejores tratamientos en los países más ricos.
La OMS no duda en que este problema de salud pública empeorará y proyecta que en 2040 habrá más de tres millones de casos anuales -frente a 2,3 millones actualmente- y un millón de decesos, con el 75 % en los países pobres.
Para evitarlo, la Organización presentó hoy una hoja de ruta basada en programas de diagnóstico temprano centrados en identificar a personas con señales o síntomas que puedan sugerir una enfermedad maligna.
Otro elemento central es lograr que el diagnóstico sea rápido tras la primera cita del paciente puesto que se ha comprobado que cuanto más demora hay es mayor el riesgo de que la enfermedad se encuentre en una fase avanzada.
Por esa razón, se recomienda que la distinción entre un caso de cáncer de mama y otra enfermedad en la misma parte del cuerpo se haga dentro de los dos primeros meses, que el tratamiento empiece dentro de los tres meses y que no sean abandonados en el camino
“Cuando el tratamiento se demora demasiado o no se da completo las personas sufren efectos secundarios pero no consiguen beneficiarse de todo su potencial para la cura de un cáncer”, explica la hoja de ruta de la Organización
Diseñadora promueve la autoestima con ropas de tallas grandes
En su taller en la ciudad de Cantón, en el sur de China, la influencer Amanda Yao desafía los estándares de belleza de su país -delgadez extrema, piel clara y rasgos infantiles-, y trabaja para promover la autoestima a través de su marca de ropa de tallas grandes.
En las redes sociales un dicho popular afirma que “ninguna mujer es hermosa si pesa más de 50 kilos”. En videos virales algunas inclusive se jactan de usar ropa infantil o de apilar monedas sobre sus clavículas como símbolo de delgadez.
Contraria a esta tendencia, Amanda lanzó una marca de ropa de tallas grandes con diseños modernos, coloridos y elegantes, alejándose de los cortes imprecisos y los tonos oscuros “adelgazantes” que suelen asociarse con las tallas grandes.
“Quiero que mis clientas lleven prendas que reflejen su personalidad, no piezas sin alma diseñadas para disimular su cuerpo”, afirma la creadora.
Amanda forma parte de un grupo creciente de mujeres chinas decididas a romper con los cánones de belleza tradicionales.
Para promocionar su tienda publica fotos de sus atuendos en la red social “Pequeño Libro Rojo” (Xiaohongshu, una especie de Instagram chino), donde suele lucir leggings y blusas entalladas durante caminatas en las colinas que rodean Cantón.
“¿Cuál es el problema si llevo una camiseta de tirantes y tengo brazos grandes?”, escribe en una publicación dirigida a sus 15.000 seguidores, en la que declara sin pudor pesar 100 kilos.
Amanda fundó su marca de ropa de tallas grandes hace cuatro años, luego de varios años de estancia en Reino Unido. “Me di cuenta de que aquí era especialmente difícil comprar ropa”, comenta.
Vestida con una falda verde y un cárdigan, muestra orgullosa una chaqueta de seda rosa de su marca Yue Design. La estilista busca inspirar a sus clientas a adoptar colores más vivos. “Nunca publico fotos mías con ropa negra”, asegura.
- Productos más inclusivos -
En los últimos años algunas marcas chinas empezaron a diseñar productos más inclusivos.
La empresa de lencería Neiwai y la de pijamas An Action A Day lanzaron campañas publicitarias con modelos de tallas más grandes. Pero la mayoría de sus productos siguen sin estar diseñados para mujeres que pesen más de 70 kilos.
En las redes sociales la conciencia sobre el tema crece poco a poco. En Xiaohongshu el eslogan “Rechaza la ansiedad corporal” aparece en casi 200.000 publicaciones.
Al igual que Amanda otras influencers comparten fotos de sus atuendos o sus comidas, ignorando las presiones para seguir dietas restrictivas.
No obstante, las publicaciones de Yao y otras figuras similares contrastan radicalmente con la mayoría de los contenidos. Una de las últimas tendencias en las redes consiste en publicar una foto propia pidiendo consejos para un cambio de imagen.
Los comentarios, a menudo crueles, promueven una representación idealizada de ciertos rasgos físicos, como la preferencia por un mentón puntiagudo en lugar de uno cuadrado.
La exposición constante a cuerpos considerados “perfectos” pone en riesgo a los internautas de “confundir su valor personal con su apariencia”, señala Stephanie Ng, directora de Body Banter, una asociación de salud mental con sede en Hong Kong.
Este fenómeno puede tener consecuencias graves, como trastornos alimenticios o anorexia, advierte.
En China hay pocos datos oficiales sobre los trastornos alimenticios. Sin embargo el Centro de Salud Mental de Shanghái registró un aumento drástico en los pacientes tratados por estos problemas, pasando de ocho en 2002 a 3.000 en 2021, según medios oficiales.
Amanda asegura que las críticas solo fortalecen su determinación. “Quiero ayudar a las mujeres que se odian a sí mismas a cambiar la forma en que se ven”, destaca.
Fuente: AFP
Talento de exportación: la chef paraguaya que triunfa en Francia
La chef paraguaya Marcela Acquarone es la cofundadora de la pastelería Minnà, que se sitúa en la ciudad Lyon, Francia. En el centro de esta popular ciudad, se elaboran los más ricos dulces de la cocina tradicional francesa de la mano de nuestra compatriota y como toque guaraní, también se venden chipitas. Todos los detalles en esta nota.
Por Paz Godoy, paz.godoy@nacionmedia.com
La historia de Marcela Acquarone en Francia inicia en el año 2015, cuando ella viajó a este país a realizar estudios de pastelería y panadería en el Instituto Paul Bocuse en Ecully. “Luego realicé una pasantía de 4 meses en la pastelería Lenôtre, trabajé con chefs `Meilleur Ouvrier de France`, que es el mejor título que se puede conseguir en la profesión”, contó la profesional a HOY/Nación Media.
Luego la compatriota trabajó en Ritz Paris durante un año con el chef François Perret. Tras estas experiencias, ella consiguió trabajo en el Bourgogne como chef pastelera. “Luego volví a Lyon por un puesto de trabajo y fue durante el COVID que me surgió la oportunidad de emprender acá en Lyon”, mencionó la chef paraguaya.
Pastelería de la abuela
La pastelería de la compatriota lleva el nombre de Minnà porque así llaman a las abuelas en Córcega (isla, en el mar Mediterráneo). Esto, porque la tienda de postres tiene como objetivo recrear los dulces hechos por las abuelas.
“Todo lo que hago es con productos locales, de estación, lo que hace que sea supervariada la vitrina siempre, siempre cambia, porque según van pasando las estaciones las frutas y verduras varían, que es lo que hace que a la gente le encanta, porque siempre se encuentran con nuevos postres. Es 100% sin aditivos, ni colorantes, todo lo hacemos nosotros”, especificó Marcela Acquarone.
El secreto del éxito
Para Marcela Acquarone lo más importante en sus postres es emplear materia prima de calidad. “Lo que hace el éxito de Minnà, son los sabores supersimples, pero con pequeños toques diferentes en algunas cosas, utilizo muchas hierbas, especias, té”, reveló la chef pastelera.
Otro secreto de su éxito, es el excelente trato que reciben sus clientes. “Logramos crear un flujo de clientes habituales, y la idea es que se sientan como en casa en la pastelería”, apuntó. La especialidad de la casa es la tarta flan, que es un postre típico de Francia. Este dulce sería el favorito de su clientela y por ello la pastelería ganó popularidad en la ciudad de Lyon.
Toque guaraní
La gastronomía paraguaya también se hace presente en las vitrinas de la pastelería Minnà. “Vendo chipitas y unas masas de hojaldre (chausson se llaman) de manzana y guayaba”, contó Acquarone a HOY/NM. El dulce de guayaba la compatriota lo lleva de suelo guaraní.
La comida guaraní, no solo llega Francia por medio de chipas y dulces, sino también por la yerba mate. “Hago infusiones de mate, en versión iced tea (té helado) en el menú de bebidas. En la parte salada hago empanadas cada tanto, la gente ama”, mencionó la chef.
Acquarone comparte la administración de la pastelería junto a sus socios Julia Canu (francesa) y su marido Tiago Barbosa (brasilero). Para la chef paraguaya el éxito llegó a su vida apunta de trabajo y estudios.
“Siempre tratando de aprender de los mejores y la red de contactos que me dejó el instituto Paul Bocuse fue superbuena, lo cual ayuda mucho a poder abrirse camino después de los estudios”, concluyó.
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Mamografías a partir de los 40 años, nueva recomendación
Las mujeres deben comenzar a hacerse mamografías cada 24 meses a partir de los 40 años para reducir el riesgo de morir de esta enfermedad, recomendó este martes el Grupo Especial de Servicios Preventivos de Estados Unidos.
Hasta ahora este grupo independiente de expertos que recibe financiación federal era partidario de que a partir de los 40 años las mujeres decidieran ellas mismas, en función de su historial de salud, cuándo empezaban a hacerse mamografías y reservaba la recomendación obligatoria para aquellas de más de 50 años.
Su nueva directriz se basa en una revisión de las pruebas y en un estudio publicado en la revista Journal of the American Medical Association.
“Cada vez son más las mujeres de 40 años que padecen cáncer de mama, y las tasas aumentan aproximadamente un 2% cada año, por lo que esta recomendación supondrá una gran diferencia para las personas de todo el país”, declaró en un comunicado la presidenta del grupo de trabajo, Wanda Nicholson. “Empezando a examinar a todas las mujeres a los 40 años, podemos salvar casi un 20% más de vidas”, añade.
El cáncer de mama es el segundo más frecuente y la segunda causa de muerte por esta enfermedad entre las mujeres de Estados Unidos, con más de 43.000 fallecimientos en 2023.
Las mujeres negras tienen un 40% más de probabilidades de morir de esta enfermedad que las blancas, por lo que asegurarse de que empiezan a someterse a pruebas de detección a los 40 años “tiene un beneficio potencial aún mayor” para ellas, afirmó Nicholson.
La nueva recomendación se aplica a casi todas las mujeres, tanto a las que presentan un riesgo medio de cáncer de mama como a las que tienen antecedentes familiares o mamas densas.
Casi la mitad de las mujeres tienen lo que se conoce como tejido mamario denso, que generalmente sólo descubren durante su primera mamografía.
El tejido mamario denso aumenta el riesgo de cáncer de mama y significa que las mamografías pueden no funcionar tan bien para ellas.
“Desgraciadamente, aún no hay pruebas suficientes para que el grupo de trabajo recomiende a favor o en contra de un cribado adicional con ecografía mamaria o resonancia magnética”, afirma el organismo, que pide investigar más.
No se aplica, sin embargo, a quienes tienen antecedentes de la enfermedad, presentan un riesgo muy elevado debido a determinados marcadores genéticos o poseen una lesión detectada en biopsias anteriores.
Según el grupo de trabajo, la nueva recomendación se aplica hasta los 74 años, edad a partir de la cual la relación beneficio-riesgo es incierta.
Aunque el cribado es una herramienta poderosa en la lucha contra el cáncer también tiene sus límites, según el grupo de trabajo, que explica por qué no recomienda mamografías anuales.
El exceso de pruebas aumenta el número de daños, como los falsos positivos o recibir un tratamiento que no era necesario.
Fuente: AFP.