Trump dio positivo por covid poco antes de debate con Biden en 2020, revela un libro

El expresidente de Estados Unidos Donald Trump dio positivo por covid-19 y luego negativo, tres días antes del debate con el demócrata Joe Biden el 29 de septiembre de 2020, según un extracto del libro de su exjefe de gabinete, obtenido por el diario The Guardian y que el magnate republicano desmiente.

Mark Meadows sostiene en el libro “The Chief’s Chief” (El Jefe del Jefe) que se publicará la próxima semana que “nada iba a impedir que Trump” debatiera contra su oponente demócrata en las elecciones presidenciales de 2020, que ganó Biden en unos comicios muy cuestionados por su rival.

El último jefe de gabinete del expresidente asegura que Trump presentaba al momento de la prueba positiva, realizada el 26 de septiembre de 2020, signos de cansancio y síntomas de un “leve resfriado”.

Mark Meadows afirma haber advertido a Trump de que la prueba dio positivo cuando este último estaba a bordo del Air Force One, de camino a un mitin de campaña, según relata The Guardian.

Sostiene que luego de la primera prueba, realizada con un “modelo antiguo”, se realizó una segunda con un sistema más reciente y considerado “mucho más preciso”, el “Binax”. Esta vez el resultado fue negativo. Esto Trump lo consideró como un “permiso total” para continuar con su agenda.

Una semana después del evento, Trump estaba en el hospital. El 2 de octubre anunció en su cuenta de Twitter que él y su esposa Melania habían dado positivo por covid 19.

Este miércoles, sin embargo, el multimillonario republicano sostuvo que las afirmaciones de Meadows son falsas. “La historia de que tenía el covid antes, o durante, el primer debate, son ‘fake news’. De hecho, una prueba demostró que no tenía covid antes del debate”, subrayó.

Mark Meadows, un excongresista republicano, respaldaba de lleno a Trump en sus duras críticas a los resultados electorales, tras las cuales se produjo la violenta invasión del Congreso de EEUU -el Capitolio- el pasado 6 de enero.

Tras oponer resistencia durante semanas, este martes Meadows aceptó testificar ante el comité de la Cámara de Representantes que investiga esa asonada.

El comité quiere saber si Trump y las personas de su entorno, entre ellas Meadows, estaban coordinados con la multitud de partidarios del republicano que invadieron el Capitolio y bloquearon temporalmente a los congresistas para que no validaran la victoria de Biden.

Meadows permaneció en un segundo plano durante su tiempo en la Casa Blanca, pero la investigación y su libro lo han colocado en el centro de atención.

Brasil evacúa a su personal diplomático en Siria

Brasil evacuó el lunes a su embajador en Siria y otros funcionarios hacia Líbano ante el aumento de tensiones en el país tras el derrocamiento del presidente Bashar al Asad, dijo una fuente del gobierno.

El embajador André Luiz Azevedo dos Santos y “un pequeño grupo” de funcionarios administrativos brasileños “están en este momento en el Líbano”, señaló la fuente, bajo anonimato.

El gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva tomó la decisión de sacarlos de Siria ante los numerosos informes de invasiones y vandalismo contra edificios públicos y algunas embajadas, según la fuente.

Las instalaciones de la embajada de Brasil no habían sido objeto de ataques.

Tras la toma de Damasco el domingo por los rebeldes sirios, la residencia del embajador italiano fue asaltada por un “grupo armado” que robó tres coches, según el ministro de Exteriores italiano.

En la embajada siria en Brasilia, en tanto, el lunes no ondeaba ni la bandera oficial ni la de tres estrellas rojas, símbolo de la oposición siria y que se ha visto en las múltiples celebraciones de la salida de Asad dentro y fuera del país, constató la AFP.

Fuente: AFP

Biden dice que el derrocado presidente sirio Asad “debería rendir cuentas”

El presidente estadounidense, Joe Biden, dijo el domingo que el derrocado líder sirio Bashar al Asad debería “rendir cuentas” y calificó la situación del país como una “oportunidad histórica” para reconstruir Siria.

En la primera reacción estadounidense al derrocamiento de Asad por una coalición de grupos rebeldes liderada por islamistas, Biden también advirtió que Washington “seguirá vigilante” contra el surgimiento de grupos terroristas y anunció que fuerzas estadounidenses realizaron ataques contra el grupo Estado Islámico (EI).

“La caída del régimen es un acto fundamental de justicia”, dijo Biden desde la Casa Blanca. “Es un momento de oportunidad histórica para el sufrido pueblo de Siria”, agregó.

Biden, que el 20 de enero dará paso al regreso al poder del republicano Donald Trump, aseguró que Washington ayudará a los sirios en la reconstrucción y que “Asad debería rendir cuentas”.

“Nos comprometeremos con todos los grupos sirios (...) para establecer una transición desde el régimen de Asad hacia una” Siria “independiente y soberana con una nueva Constitución”, dijo.

Sin embargo, Biden advirtió que los grupos islamistas que componen la alianza rebelde en Siria estarán bajo escrutinio.

“Algunos de los grupos rebeldes que derrocaron a Asad tienen su propio historial sombrío de terrorismo y abusos contra los derechos humanos”, apuntó Biden.

Agregó que Washington “tiene claro” que ese grupo extremista “intentará aprovechar cualquier vacío para restablecerse” en Siria.

“No permitiremos que eso suceda”, zanjó, al tiempo que añadió que fuerzas estadounidenses realizaron ataques contra EI dentro de Siria.

Se efectuaron ataques contra “más de 75 objetivos utilizando múltiples activos de la Fuerza Aérea, incluidos aviones B-52, F-15 y A-10″, precisó el Comando Central estadounidense en redes sociales.

Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken se hizo eco del optimismo de Biden al afirmar que “tras 14 años de conflicto, el pueblo sirio al fin tiene motivos para la esperanza”.

“Apoyaremos los esfuerzos internacionales dirigidos a hacer responsables al régimen de Asad y sus socios por las atrocidades y la violencia contra el pueblo sirio, en especial por el uso de armas químicas y la detención injusta de civiles”, agregó en un comunicado.

Fuente: AFP

Sirios celebran la caída de Bashar al Asad que se refugió en Rusia

Multitudes de sirios celebraron el domingo la caída del presidente, Bashar al Asad, derrocado por una fulgurante ofensiva de grupos rebeldes liderados por islamistas que puso fin a más de medio siglo de gobierno de la dinastía fundada por Hafez al Asad.

por Maher AL MOUNES con Laure AL KHOURY en Beirut

Al Asad, quien dirigió Siria con puño de hierro desde su llegada al poder hace 24 años, dimitió y abandonó el país, afirmó Rusia, su principal aliado, que le concedió asilo, reportaron las agencias TASS y Ria Novosti.

Decenas de personas irrumpieron en su lujosa residencia en Damasco, la capital. La casa del mandatario alauita, quien sucedió a su padre Hafez al Asad que gobernó el país de 1971 a 2000, también fue saqueada.

“Vine por venganza, nos oprimieron de una forma inconcebible”, relató Abu Omar, un sirio de 44 años. “Hoy ya no tengo miedo”.

Una sala de recepción del palacio presidencial, situado en otro barrio, fue incendiada, al igual que edificios de entes de seguridad, según periodistas de AFP y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una oenegé con sede en Reino Unido que monitorea el conflicto.

La alianza rebelde liderada por los islamistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS) decretó “toque de queda en Damasco desde las 16H00 (13H00 GMT) hasta las 05H00 (02H00 GMT) del lunes”.

El anuncio se produjo horas después de su entrada en la capital siria, tras una fulgurante ofensiva lanzada desde la provincia de Idlib, en el noroeste del país, el 27 de noviembre.

Al menos 910 personas, entre ellas 138 civiles, murieron desde el inicio de la ofensiva, indicó el OSDH.

La violencia también desplazó a 370.000 personas, según la ONU, en un país que sufrió una sangrienta guerra civil provocada por la represión de masivas manifestaciones prodemocracia en 2011.

- “¡Siria es nuestra!” -

El líder islamista de la coalición rebelde, Abu Mohamed al Jolani, llegó el domingo a Damasco y se dirigió a la célebre mezquita de los Omeyas donde pronunció un discurso.

Videos que circulan en los medios muestran que fue recibido por una multitud entre gritos de “Allah Akbar” (Dios es grande).

Decenas de personas salieron a las calles, según imágenes de AFPTV, para celebrar la caída del gobierno. Imágenes mostraron personas pisoteando estatuas de Hafez al Asad.

“¡Siria es nuestra, no es de la familia Asad!”, gritaron combatientes en las calles de Damasco. En la plaza de los Omeyas, se podía escuchar disparos como señal de alegría.

Habitantes relataron cómo algunos soldados del ejército sirio se deshicieron de sus uniformes al abandonar el cuartel general situado en la plaza.

“Después de 50 años de opresión bajo el gobernante partido Baaz, y 13 años de crímenes, tiranía y desplazamiento [desde el comienzo del levantamiento en 2011] anunciamos hoy el fin de esta era oscura y el comienzo de una nueva era para Siria”, afirmaron los rebeldes.

En la televisión pública, la coalición, que tachó a Al Asad de “tirano”, dijo que liberó a todos los prisioneros “detenidos injustamente”.

La caída del gobierno abre un periodo de incertidumbre en Siria, fragmentada por una guerra civil que mató a casi medio millón de personas desde 2011. El conflicto dividió al país en zonas de influencia, con fuerzas beligerantes apoyadas por potencias extranjeras.

- Asad “debería rendir cuentas” -

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, celebró el fin del “régimen dictatorial” de Siria.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó la caída de Al Asad como una “oportunidad histórica” y afirmó que el dirigente “debería rendir cuentas”.

Washington tiene cerca de 900 soldados en el país como parte de la coalición internacional que se creó en 2014 para ayudar a combatir al grupo yihadista Estado Islámico.

Francia y Alemania celebraron la caída de Bashar al Asad, pero instaron también a rechazar “toda forma de extremismo”.

Hay que evitar que Siria “caiga en el caos”, advirtió Catar. Arabia Saudita, a su vez, pidió proteger al país del “caos y la división”.

Turquía, muy influyente en Siria donde respalda algunos grupos rebeldes, pidió una “transición” pacífica en el país y afirmó estar en contacto con los rebeldes para garantizar la seguridad.

La jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Kaja Kallas, afirmó que la caída del gobierno es “positiva” y muestra “la debilidad” de algunos de sus apoyos, Rusia e Irán.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó el derrocamiento de Al Asad como un “día histórico” y describió al mandatario como un “eslabón central” del “eje del mal” dirigido por Teherán.

El dirigente ordenó a su ejército “tomar” una zona de distensión desmilitarizada en los Altos del Golán, un territorio sirio ocupado y anexado por Israel. El Estado hebreo no permitirá que “ninguna fuerza hostil” se establezca en la frontera, dijo.

© Agence France-Presse