Aparece el EPP con brigada indígena: matan a empleado y queman maquinarias

Unos 20 hombres (entre ellos varios nativos) vestidos con ropa camuflada ingresaron a una estancia de Pedro Juan Caballero, donde asesinaron al administrador del establecimiento, quemaron la vivienda y varias maquinarias. El peligroso epepista Osvaldo Villalba, quien fue reconocido por los testigos, estaría liderando este grupo autodenominado "Brigada Indígena contra matones de estancia".

El hecho sucedió alrededor de las 22:00 de este lunes en la localidad Ara Roke, Pedro Juan Caballero Amambay, en la estancia Ñandu`i, propiedad de una pareja de brasileños.

Unos 20 hombres, entre ellos varios con rasgos indígenas, comandados supuestamente por Osvaldo Villalba, líder del EPP, asesinaron a Avelino Camargo, administrador del establecimiento ganadero.

Además quemaron un galpón, la casa de los patrones, la casa de los peones, un tractocamión, tres tractores y dos camionetas doble cabina.

Al llegar los sujetos afirmaron que venían con el objetivo de “ajusticiar” al administrador. Antes de marcharse de apropiaron de víveres y varios objetos y dejaron panfletos en donde atribuían el ataque a la Brigada Indígena contra Matones de Estancia.

El caso fue comunicado al Ministerio Público y al Departamento de Criminalística de la Policía Nacional.

La carta del obispo de Caacupé: un mensaje de esperanza

En un mensaje profundo y lleno de esperanza, el obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela, dirigió una carta pastoral al pueblo paraguayo, enmarcada en la celebración del Año Jubilar, como un tiempo de gracia y reflexión para toda la nación. Con palabras que invitan a la introspección, monseñor aborda los desafíos que enfrenta el país, las esperanzas renovadas y los logros alcanzados, ofreciendo una visión crítica pero optimista sobre el futuro del país.

En su carta, el obispo resalta que este año es una oportunidad única para obtener la indulgencia plenaria, un acto espiritual que otorga el perdón total de los pecados a quienes se acerquen a Dios con fe y contrición. Este tiempo es visto como un “gran jubileo”, en el que la esperanza se convierte en el eje central de la vida cristiana.

“La esperanza no significa ignorar los problemas ni evadir las dificultades”, señala, sino enfrentarlos con el convencimiento de que las bendiciones prometidas están al alcance. Este llamado a la esperanza se traduce en un cambio positivo que impulsa la superación de los males que afectan al mundo, como la pobreza, la discriminación, las guerras, y la corrupción.

La esperanza como fuerza transformadora

En su mensaje, el obispo ilustra el poder de la esperanza con ejemplos inspiradores. Destaca el renacer de la selección paraguaya de fútbol, que, tras un periodo de derrotas, despertó en su equipo y en el pueblo la ilusión de una clasificación al próximo Mundial. Este ejemplo, según el prelado, demuestra que con liderazgo y fe, la esperanza puede brillar incluso en las circunstancias más adversas.

“Esperamos siempre algo mejor. Esperamos justicia, misericordia y paz. La esperanza es esa chispa que, aunque apagada, puede encenderse nuevamente y llevarnos a alcanzar metas impensadas”, subraya.

Los importantes logros como signos de esperanza

El líder religioso además celebra los recientes logros de paraguayos en diversos campos, y resalta cómo reflejan el talento y la perseverancia del pueblo:

  • Educación y ciencia: Jóvenes ganadores de la Olimpiada de Matemáticas del Cono Sur y de campeonatos internacionales de robótica, ajedrez y ciencia, que posicionan a Paraguay en un lugar destacado a nivel mundial.
  • Deporte: El triunfo de la selección Sub-15 en el Campeonato Sudamericano y los éxitos individuales como el del piloto Joshua Duerksen, quien obtuvo una participación brillante en Fórmula 2.
  • Cultura: Jóvenes artistas paraguayos como Aye Alfonso y Fiorella Noemí, quienes brillan en competencias internacionales.
  • Grado de Inversión: también destacó el logro del gobierno nacional de alcanzar el Grado de Inversión, que posiciona a nuestro país entre otros del selecto grupo de países confiables para las inversiones. “Esto es muy bueno, siempre y cuando esas inversiones tengan impacto en el campo social con mejores oportunidades de ingreso, mayor bienestar, mejores servicios públicos de salud y educación para nuestra gente y para nuestros niños y adolescentes”, resaltó.

A pesar de estos logros, plantea un interrogante: ¿Cómo es posible que, con tanto talento y recursos disponibles, aún persistan problemas estructurales como un sistema de transporte deficiente o cortes de energía eléctrica? Este contraste, señala, evidencia la falta de políticas públicas efectivas y liderazgo para aprovechar al máximo el potencial del país.

Justicia social: una deuda pendiente

El mensaje hace un fuerte llamado a la justicia social, al recordar que el Paraguay sigue siendo un país donde la pobreza, la desigualdad y la corrupción afectan profundamente la calidad de vida de sus ciudadanos. Cita al Papa Francisco, quien pide a los gobiernos del mundo iniciativas que devuelvan la esperanza a los más vulnerables, incluyendo a los presos y a los pobres.

“El Papa propone formas de amnistía o condonación de penas para los presos, como un gesto que ayude a recuperar la confianza en la sociedad. Sería un acto ejemplar que los tres poderes del Estado paraguayo se alineen con esta propuesta”, reflexiona el obispo.

Asimismo, el mensaje resalta la difícil situación de los jubilados, quienes, tras décadas de trabajo, enfrentan constantes amenazas a sus derechos y pensiones. “Es idolatrar un sistema económico permitir que se recorten los beneficios de quienes trabajaron con honestidad durante toda su vida”, advierte. Aboga además por garantizar los fondos jubilatorios y no meter manos a este recurso.

Los enfermos, ancianos y pobres: prioridades del Jubileo

El obispo dedica un espacio especial a los enfermos, pidiendo una atención digna y cercana que alivie su sufrimiento, y a los ancianos, quienes muchas veces son relegados a la soledad y el abandono. “Ellos son portadores de la fe y la sabiduría que deben transmitirse a las nuevas generaciones”, señala.

Asimismo, enfatiza que la pobreza no puede seguir siendo aceptada como algo normal. “La pobreza es un escándalo constante frente a tanta riqueza. No podemos acostumbrarnos ni resignarnos a estas situaciones dramáticas”, alerta.

La paz y la seguridad: desafíos urgentes

El mensaje aborda las “guerras” que afectan la paz en Paraguay, como el narcotráfico, los secuestros y la violencia en las calles. Estos males, según el obispo, minan la tranquilidad y la convivencia pacífica, agravando la inseguridad ciudadana y las injusticias sociales.

“No puede haber paz mientras existan secuestros impunes, asesinatos y ajustes de cuentas. La justicia y la seguridad son pilares fundamentales para construir un país donde reine la esperanza”, manifiesta, al momento de recordar a los secuestrados que siguen desaparecidos en el norte.

La juventud: protagonista del futuro

El obispo dedica un apartado especial a los jóvenes, destacando su rol clave en la construcción de un Paraguay mejor. Les insta a no rendirse ante las dificultades, como el acceso desigual a oportunidades, la precariedad laboral y la corrupción.

“El país necesita líderes jóvenes, comprometidos, íntegros y con visión de futuro. Este Jubileo es una oportunidad para que los jóvenes redescubran su propósito y se conviertan en agentes de cambio”, anima.

Compromiso colectivo

El obispo concluye su carta con un llamado a todos los paraguayos a participar activamente en la construcción de una sociedad más justa y solidaria. Recuerda que las obras de misericordia, como asistir a los enfermos, apoyar a los necesitados y promover la paz, son también actos de esperanza que transforman vidas.

“Este Año Jubilar es un momento de conversión y de compromiso. Es tiempo de despertar la chispa de la esperanza en nuestros corazones y trabajar juntos por un Paraguay donde reine la justicia, la paz y la solidaridad”, finaliza.

Homilía en Caacupé: el contundente mensaje a los políticos

Monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, instó este 8 de diciembre a los líderes políticos a vivir el servicio como un acto de amor al prójimo.

Durante su homilía en la Fiesta de Caacupé 2024, Monseñor Ricardo Valenzuela dirigió un mensaje especial a gobernantes, parlamentarios y políticos, instándolos a reflexionar sobre su papel en la sociedad desde una perspectiva cristiana. Citando el mandamiento del Señor, “Amar al prójimo como a sí mismo”, el obispo llamó a los líderes a convertir su compromiso político en un verdadero servicio al bien común.

“Este llamado no puede limitarse a declaraciones de buenas intenciones, sino que debe traducirse en un compromiso diligente y cotidiano, sustentado en una vida moral íntegra y una gestión desinteresada y transparente del poder”, afirmó.

Monseñor Valenzuela enfatizó que el próximo Jubileo 2025 representa una oportunidad para que los líderes políticos analicen cómo aplicar este mandamiento en su labor diaria. “El servicio político debe ser una vocación que refleje amor al prójimo, buscando siempre el bienestar de los ciudadanos con competencia y dedicación”, agregó.

El obispo concluyó su exhortación destacando que los desafíos actuales demandan líderes con principios sólidos y disposición para construir una sociedad más justa y fraterna, en consonancia con los valores del Evangelio.

Homilía en Caacupé llama a renovar la fe y esperanza

Caacupé vivió este 8 de diciembre su tradicional fiesta en honor a la Virgen María, con la masiva presencia de fieles que acudieron al santuario para rendir homenaje a su patrona. La homilía del enfatizó el papel de la Virgen como guía espiritual y destaca la importancia del Jubileo 2025 como un momento de reconciliación y renovación.

Durante la solemne misa central, Monseñor Ricardo Valenzuela ofreció una homilía profundamente reflexiva bajo el lema “Testigos de la esperanza con la Virgen María”, en la que resaltó la figura de la Virgen como símbolo de fe en tiempos difíciles.

El obispo destacó que la Virgen María, como madre de esperanza, guía a los creyentes a mirar más allá de las dificultades terrenales. “No hay mayor necesidad que la de aquellos que limitan sus esperanzas a lo material. La verdadera esperanza se encuentra en la promesa de Dios y en la eternidad”, afirmó, citando a la Virgen como “gran señal” de aliento y fortaleza para superar las adversidades.

El Jubileo 2025: Una oportunidad de reconciliación

En su mensaje, Monseñor Valenzuela abordó el Jubileo del Año 2025, anunciado por el Papa Francisco bajo el lema “Peregrinos de la esperanza”, como una invitación a la renovación espiritual. Este acontecimiento incluirá la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro y en otras sedes señaladas, permitiendo a los peregrinos lucrar indulgencias plenarias. “Es un momento de gracia para reencontrarnos con nuestra identidad cristiana y fortalecer nuestra misión evangelizadora”, aseguró el obispo.

Un diagnóstico de los retos actuales

El obispo no evitó reflexionar sobre los desafíos que enfrenta la Iglesia y la sociedad: la pérdida de valores, la descristianización de las familias y el desánimo en la labor evangelizadora. Señaló que muchas familias ya no transmiten la fe a las nuevas generaciones debido al alejamiento de los padres de la vida cristiana. Asimismo, reconoció que los sacerdotes y agentes pastorales enfrentan un sentimiento de frustración por los limitados frutos de su labor.

“Vivimos tiempos de crisis en los que parece difícil encontrar resultados, pero no podemos dejar que las dificultades nos paralicen. Es hora de buscar nuevas formas de evangelizar y llegar a los corazones”, afirmó.

Ejemplos de fe que inspiran

Pese a las adversidades, Monseñor Valenzuela destacó los ejemplos de perseverancia de matrimonios, padres, jóvenes y religiosos que mantienen viva la fe y la esperanza. También recordó a las personas enfermas que enfrentan sus dolencias con entereza, convirtiéndose en testimonio vivo de confianza en Dios.

El llamado al perdón y la reconciliación

En el contexto del Jubileo 2025, el obispo enfatizó la importancia del perdón como camino hacia la conversión. “Reconozcamos nuestras culpas y pidamos perdón, no solo a Dios, sino también a quienes hemos herido. La reconciliación es esencial para renovar nuestra fe y vivir en comunión”, subrayó.

En su mensaje final, Monseñor Valenzuela exhortó a los fieles a mirar al futuro con optimismo, apoyándose en la Virgen María. “Ella nos dice al corazón: Levántate. Mira adelante. Mira el horizonte. Su esperanza siempre nos mantendrá firmes”, concluyó.