Carlitos Vera: Ingeniero en risas gracias al empírico arte de vivir
“La alegría es el pan del pueblo”, fue una de las frases que lanzó el reconocido humorista paraguayo Carlitos Vera. Sus más de 50 años en los escenarios lo convirtieron en un profesional, siempre con los pies sobre la tierra gracias a su familia. Detrás de las tablas, de la pantalla y del micrófono, rememoró el sacrificio que lo convirtió en quien es hoy.
En Paraguay existe una generación de oro en el humor y Carlitos Vera, sin dudas, está en el grupo. Es imposible llamarlo Carlos porque todos lo conocen como Carlitos. Incluso, cuando trata de ser un ciudadano común no puede separarse del personaje que es.
Vera nos recibió en su nueva casa, una sencilla y coqueta vivienda en la ciudad de San Antonio donde sigue creando arte lejos del ruido y la suciedad capitalinos.
Sentado en su silla cable y acompañado de su esposa Clara Giménez, concedió una entrevista al diario HOY Digital en la que habló de su vida, de su carrera y de los momentos difíciles por los que atravesó.
En el barrio Jara de Asunción, donde pasó su niñez, Carlitos era el “chistoso dentro de la familia”. En ese entonces, según recordó, el talento que el chico tenía era un presagio de la profesión que iba a tener de grande: si cantaba, iba a ser cantante, si chutaba, iba a ser futbolista. “El entorno de mi familia no podía verificar ni tener una opinión de lo que yo hacía. Mezclaba el humor con las imitaciones. Imitaba al carpintero, al peluquero de la esquina al pa’i de la parroquia, personas conocidas en el ambiente del barrio donde yo vivía”, relató con su tono de voz característico que de por sí ya genera sonrisas.
Luego de haber sido un imitador de familia, tuvo incursiones en las radios Comuneros y Ñandutí, donde su sátira empezó a popularizarse. Su salto a la TV fue en el año 1968 y allí su carrera se disparó.
Si bien el paraguayo es de reír, no es un público fácil, pero para Carlitos solo es cuestión de dominar el oficio. “Uno domina su oficina, su lugar de trabajo. Sabe dónde están sus cosas. Yo fui adquiriendo (oficio) a través de los años, juntando anécdotas. Me fui de acuerdo a las actuaciones, ya sea en un festival o en un escenario… es diferente la forma de actuar en cada uno de estos lugares”, expresó.
Prefiere estar cerca del público porque utiliza la improvisación para hacer chistes sobre las cosas que ve. Si va a una sede donde hay un árbol, hace humor sobre el árbol y lo mismo cuando hay una pileta o hay un perro. Para distintas circunstancias tiene sketchs que los escribe en un anotador, siempre tratando de mecharlos con situaciones actuales y sin recurrir al chiste fácil que circula por las redes sociales.
Carlitos siempre tiene en cuenta que fue la vida la que le enseñó mucho. Proveniente de una familia humilde, sufrió poliomielitis a los siete años y desde hace poco menos de una década convive con el parkinson. Considerando que una gripe puede motivar el cambio de humor en una persona, Vera es la excepción.
“No podes demostrarle al público tu debilidad”, dijo Carlitos, quien dijo que vivir con dos impedimentos físicos hace que pueda dar “ejemplos de ser humano”. Otro escollo fue la pobreza y, al citarla, el humorista recordó que su casa era la única en el vecindario que no estaba hecha de material, una circunstancia que le hizo conocer lo que es la desigualdad social.
Su primera actuación en TV la tuvo cuando en su casa aún no tenía televisor. Igual, su familia se las ingenió para ir a la casa de un vecino y ver el desempeño del humorista que en ese momento empezaba a despegar en el ambiente artístico nacional.
El cariño y el respeto de la gente le valió para seguir adelante pero fue una persona la que marcó un punto y aparte en su vida: su esposa.
APRENDER A SER ESPOSO Y PAPÁ
“La parte más fuerte y mejor asentada en mi vida fue haber conocido a la que iba a ser mi esposa”, dijo Carlitos Vera. A un costado, Clara Giménez sonrió con la misma satisfacción que una persona siente cuando se reconoce su labor o su aporte en cualquier circunstancia.
Dijo que en su vida personal aprendió a ser esposo y papá, porque nunca tuvo una figura paterna de chico. Carlitos tuvo que empezar de cero porque, según reconoció, solo estaba preparado para ser novio. “Es importante tener una familia disciplinada donde se manejen los valores morales y espirituales para poder salir adelante. En el amor y en la parte emotiva radica mucho su pequeño y gran éxito”, reconoció el artista, quien agradeció que lo acepten como es.
Carlitos Vera tiene partido, religión y club de fútbol, pero en el escenario no corresponde a ningún sector. “No demuestro ningún fanatismo en el escenario. Eso hace que yo pueda estar bien con toda la gente”, relató.
“No puedo enojarme con nadie porque no puedo correr y no le puedo alcanzar”. Con esta jocosa frase dejó en claro que no siente antagonismo desde ningún sector, hasta hoy.
SU COMPADRE, LOS NUEVOS Y LA PUBLICIDAD
Carlitos Vera compartió escenario, pantalla y micrófono con grandes exponentes del humor pero, hasta ahora, el argentino Chacho Taboada es su “contrapunto”. “Él decía una cosa y yo sobre la marcha le respondía. Lo que yo hacía con él es como una payada. Eso hace que yo me sienta satisfecho de mi trabajo”, recordó.
Sin embargo, fue bastante crítico con la nueva comedia. “Con el respeto que se merecen estos nuevos personajes del humor que aparecen en la pantalla chica. Eso (la tele) hace que estén en el ruido y al desaparecer de la pantalla chica, desaparecen”, dijo Carlitos. También es consciente de que no van a recurrir a él para vender un celular pero sí podrían buscarlo para ofrecer otro tipo de producto, como una yerba.
Meses atrás, Carlitos Vera aportó su voz para un comercial de radio en el que se ofrecía un analgésico. En el spot, decía que no había cena y que “la patrona” ya había dormido porque estaba con su regla menstrual. Otra voz le respondía que su solución era darle el producto y que con eso iba a despertarse. La campaña generó una serie de críticas, tildando a la publicidad de sexista.
“Fue un guión que no fue escrito por mí. En el momento que yo hice no tuve en cuenta que pudo haber sido tomado como algo negativo para ciertas personas pero no pasó a mayores. Por lo general me sirvió mucho para que la gente se siga acordando de mí, explicó, saliendo airoso de lo que -normalmente- en una entrevista podría generar una salida polémica e incómoda.
Fueron 45 minutos de charla con Carlitos Vera. Un artista de extracción humilde que trata de reinventarse para no quedar desfasado. Su nombre sigue resonando en el ambiente y no hay persona que lo recuerde mal, más allá de no haberle gustado alguna que otra presentación.
Con la firme idea de que “la risa es el pan del pueblo”, culminó la entrevista y dejamos la casa del artista, quien permaneció en el mismo sillón de cable, meciéndose e ideando nuevos y originales chistes.
Si quiere comunicarse con Carlitos Vera puede hacerlo al teléfono 0981-422-798.
La carta del obispo de Caacupé: un mensaje de esperanza
En un mensaje profundo y lleno de esperanza, el obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela, dirigió una carta pastoral al pueblo paraguayo, enmarcada en la celebración del Año Jubilar, como un tiempo de gracia y reflexión para toda la nación. Con palabras que invitan a la introspección, monseñor aborda los desafíos que enfrenta el país, las esperanzas renovadas y los logros alcanzados, ofreciendo una visión crítica pero optimista sobre el futuro del país.
En su carta, el obispo resalta que este año es una oportunidad única para obtener la indulgencia plenaria, un acto espiritual que otorga el perdón total de los pecados a quienes se acerquen a Dios con fe y contrición. Este tiempo es visto como un “gran jubileo”, en el que la esperanza se convierte en el eje central de la vida cristiana.
“La esperanza no significa ignorar los problemas ni evadir las dificultades”, señala, sino enfrentarlos con el convencimiento de que las bendiciones prometidas están al alcance. Este llamado a la esperanza se traduce en un cambio positivo que impulsa la superación de los males que afectan al mundo, como la pobreza, la discriminación, las guerras, y la corrupción.
La esperanza como fuerza transformadora
En su mensaje, el obispo ilustra el poder de la esperanza con ejemplos inspiradores. Destaca el renacer de la selección paraguaya de fútbol, que, tras un periodo de derrotas, despertó en su equipo y en el pueblo la ilusión de una clasificación al próximo Mundial. Este ejemplo, según el prelado, demuestra que con liderazgo y fe, la esperanza puede brillar incluso en las circunstancias más adversas.
“Esperamos siempre algo mejor. Esperamos justicia, misericordia y paz. La esperanza es esa chispa que, aunque apagada, puede encenderse nuevamente y llevarnos a alcanzar metas impensadas”, subraya.
Los importantes logros como signos de esperanza
El líder religioso además celebra los recientes logros de paraguayos en diversos campos, y resalta cómo reflejan el talento y la perseverancia del pueblo:
- Educación y ciencia: Jóvenes ganadores de la Olimpiada de Matemáticas del Cono Sur y de campeonatos internacionales de robótica, ajedrez y ciencia, que posicionan a Paraguay en un lugar destacado a nivel mundial.
- Deporte: El triunfo de la selección Sub-15 en el Campeonato Sudamericano y los éxitos individuales como el del piloto Joshua Duerksen, quien obtuvo una participación brillante en Fórmula 2.
- Cultura: Jóvenes artistas paraguayos como Aye Alfonso y Fiorella Noemí, quienes brillan en competencias internacionales.
- Grado de Inversión: también destacó el logro del gobierno nacional de alcanzar el Grado de Inversión, que posiciona a nuestro país entre otros del selecto grupo de países confiables para las inversiones. “Esto es muy bueno, siempre y cuando esas inversiones tengan impacto en el campo social con mejores oportunidades de ingreso, mayor bienestar, mejores servicios públicos de salud y educación para nuestra gente y para nuestros niños y adolescentes”, resaltó.
A pesar de estos logros, plantea un interrogante: ¿Cómo es posible que, con tanto talento y recursos disponibles, aún persistan problemas estructurales como un sistema de transporte deficiente o cortes de energía eléctrica? Este contraste, señala, evidencia la falta de políticas públicas efectivas y liderazgo para aprovechar al máximo el potencial del país.
Justicia social: una deuda pendiente
El mensaje hace un fuerte llamado a la justicia social, al recordar que el Paraguay sigue siendo un país donde la pobreza, la desigualdad y la corrupción afectan profundamente la calidad de vida de sus ciudadanos. Cita al Papa Francisco, quien pide a los gobiernos del mundo iniciativas que devuelvan la esperanza a los más vulnerables, incluyendo a los presos y a los pobres.
“El Papa propone formas de amnistía o condonación de penas para los presos, como un gesto que ayude a recuperar la confianza en la sociedad. Sería un acto ejemplar que los tres poderes del Estado paraguayo se alineen con esta propuesta”, reflexiona el obispo.
Asimismo, el mensaje resalta la difícil situación de los jubilados, quienes, tras décadas de trabajo, enfrentan constantes amenazas a sus derechos y pensiones. “Es idolatrar un sistema económico permitir que se recorten los beneficios de quienes trabajaron con honestidad durante toda su vida”, advierte. Aboga además por garantizar los fondos jubilatorios y no meter manos a este recurso.
Los enfermos, ancianos y pobres: prioridades del Jubileo
El obispo dedica un espacio especial a los enfermos, pidiendo una atención digna y cercana que alivie su sufrimiento, y a los ancianos, quienes muchas veces son relegados a la soledad y el abandono. “Ellos son portadores de la fe y la sabiduría que deben transmitirse a las nuevas generaciones”, señala.
Asimismo, enfatiza que la pobreza no puede seguir siendo aceptada como algo normal. “La pobreza es un escándalo constante frente a tanta riqueza. No podemos acostumbrarnos ni resignarnos a estas situaciones dramáticas”, alerta.
La paz y la seguridad: desafíos urgentes
El mensaje aborda las “guerras” que afectan la paz en Paraguay, como el narcotráfico, los secuestros y la violencia en las calles. Estos males, según el obispo, minan la tranquilidad y la convivencia pacífica, agravando la inseguridad ciudadana y las injusticias sociales.
“No puede haber paz mientras existan secuestros impunes, asesinatos y ajustes de cuentas. La justicia y la seguridad son pilares fundamentales para construir un país donde reine la esperanza”, manifiesta, al momento de recordar a los secuestrados que siguen desaparecidos en el norte.
La juventud: protagonista del futuro
El obispo dedica un apartado especial a los jóvenes, destacando su rol clave en la construcción de un Paraguay mejor. Les insta a no rendirse ante las dificultades, como el acceso desigual a oportunidades, la precariedad laboral y la corrupción.
“El país necesita líderes jóvenes, comprometidos, íntegros y con visión de futuro. Este Jubileo es una oportunidad para que los jóvenes redescubran su propósito y se conviertan en agentes de cambio”, anima.
Compromiso colectivo
El obispo concluye su carta con un llamado a todos los paraguayos a participar activamente en la construcción de una sociedad más justa y solidaria. Recuerda que las obras de misericordia, como asistir a los enfermos, apoyar a los necesitados y promover la paz, son también actos de esperanza que transforman vidas.
“Este Año Jubilar es un momento de conversión y de compromiso. Es tiempo de despertar la chispa de la esperanza en nuestros corazones y trabajar juntos por un Paraguay donde reine la justicia, la paz y la solidaridad”, finaliza.
Homilía en Caacupé: el contundente mensaje a los políticos
Monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, instó este 8 de diciembre a los líderes políticos a vivir el servicio como un acto de amor al prójimo.
Durante su homilía en la Fiesta de Caacupé 2024, Monseñor Ricardo Valenzuela dirigió un mensaje especial a gobernantes, parlamentarios y políticos, instándolos a reflexionar sobre su papel en la sociedad desde una perspectiva cristiana. Citando el mandamiento del Señor, “Amar al prójimo como a sí mismo”, el obispo llamó a los líderes a convertir su compromiso político en un verdadero servicio al bien común.
“Este llamado no puede limitarse a declaraciones de buenas intenciones, sino que debe traducirse en un compromiso diligente y cotidiano, sustentado en una vida moral íntegra y una gestión desinteresada y transparente del poder”, afirmó.
Monseñor Valenzuela enfatizó que el próximo Jubileo 2025 representa una oportunidad para que los líderes políticos analicen cómo aplicar este mandamiento en su labor diaria. “El servicio político debe ser una vocación que refleje amor al prójimo, buscando siempre el bienestar de los ciudadanos con competencia y dedicación”, agregó.
El obispo concluyó su exhortación destacando que los desafíos actuales demandan líderes con principios sólidos y disposición para construir una sociedad más justa y fraterna, en consonancia con los valores del Evangelio.
Homilía en Caacupé llama a renovar la fe y esperanza
Caacupé vivió este 8 de diciembre su tradicional fiesta en honor a la Virgen María, con la masiva presencia de fieles que acudieron al santuario para rendir homenaje a su patrona. La homilía del enfatizó el papel de la Virgen como guía espiritual y destaca la importancia del Jubileo 2025 como un momento de reconciliación y renovación.
Durante la solemne misa central, Monseñor Ricardo Valenzuela ofreció una homilía profundamente reflexiva bajo el lema “Testigos de la esperanza con la Virgen María”, en la que resaltó la figura de la Virgen como símbolo de fe en tiempos difíciles.
El obispo destacó que la Virgen María, como madre de esperanza, guía a los creyentes a mirar más allá de las dificultades terrenales. “No hay mayor necesidad que la de aquellos que limitan sus esperanzas a lo material. La verdadera esperanza se encuentra en la promesa de Dios y en la eternidad”, afirmó, citando a la Virgen como “gran señal” de aliento y fortaleza para superar las adversidades.
El Jubileo 2025: Una oportunidad de reconciliación
En su mensaje, Monseñor Valenzuela abordó el Jubileo del Año 2025, anunciado por el Papa Francisco bajo el lema “Peregrinos de la esperanza”, como una invitación a la renovación espiritual. Este acontecimiento incluirá la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro y en otras sedes señaladas, permitiendo a los peregrinos lucrar indulgencias plenarias. “Es un momento de gracia para reencontrarnos con nuestra identidad cristiana y fortalecer nuestra misión evangelizadora”, aseguró el obispo.
Un diagnóstico de los retos actuales
El obispo no evitó reflexionar sobre los desafíos que enfrenta la Iglesia y la sociedad: la pérdida de valores, la descristianización de las familias y el desánimo en la labor evangelizadora. Señaló que muchas familias ya no transmiten la fe a las nuevas generaciones debido al alejamiento de los padres de la vida cristiana. Asimismo, reconoció que los sacerdotes y agentes pastorales enfrentan un sentimiento de frustración por los limitados frutos de su labor.
“Vivimos tiempos de crisis en los que parece difícil encontrar resultados, pero no podemos dejar que las dificultades nos paralicen. Es hora de buscar nuevas formas de evangelizar y llegar a los corazones”, afirmó.
Ejemplos de fe que inspiran
Pese a las adversidades, Monseñor Valenzuela destacó los ejemplos de perseverancia de matrimonios, padres, jóvenes y religiosos que mantienen viva la fe y la esperanza. También recordó a las personas enfermas que enfrentan sus dolencias con entereza, convirtiéndose en testimonio vivo de confianza en Dios.
El llamado al perdón y la reconciliación
En el contexto del Jubileo 2025, el obispo enfatizó la importancia del perdón como camino hacia la conversión. “Reconozcamos nuestras culpas y pidamos perdón, no solo a Dios, sino también a quienes hemos herido. La reconciliación es esencial para renovar nuestra fe y vivir en comunión”, subrayó.
En su mensaje final, Monseñor Valenzuela exhortó a los fieles a mirar al futuro con optimismo, apoyándose en la Virgen María. “Ella nos dice al corazón: Levántate. Mira adelante. Mira el horizonte. Su esperanza siempre nos mantendrá firmes”, concluyó.