La paraguaya que ayuda a mujeres inmigrantes a encontrar trabajo en EEUU

Cristina Oviedo es una de las tantas paraguayas que salieron del país buscando mejores oportunidades tiempo atrás. Luego de pasar duros años en los Estados Unidos, hoy maneja una agencia laboral que se dedica exclusivamente a trabajar con mujeres migrantes que llegan a dicho país en busca del “sueño americano”.

La comunicación con Cristina la hacemos vía whatsapp. Primero se sorprende. Después, cuando le explicamos cuál es la intención de la nota, acepta sin ningún problema conversar. La intención nuestra es saber un poco sobre su vida, su trabajo, y principalmente, conocer sus sensaciones con respecto a esto que está desarrollando en los Estados Unidos, donde trabaja con un sector que desde siempre ha sido un fenómeno de discusión en dicho país, pero que desde la llegada de Donald Trump al poder, fue foco de atención de manera permanente: Los inmigrantes latinos.

En mayo de 2019, y luego de unos meses difíciles para ella, Cristina pudo abrir su propia agencia de trabajo, se instaló en la ciudad de Ossining, New York. “Es una agencia que se llama “Manos ayuda de Cristina” en donde me dedico a buscar trabajo a mujeres inmigrantes para diferentes sectores, pero siempre referente a cuestiones del hogar. Capacitamos a niñeras, limpiadores, choferes, tenemos por lo menos mujeres de 12 nacionalidades diferentes actualmente. Por supuesto, todas hispanohablantes. Muchas también son paraguayas que buscan un lugar de trabajo en los Estados Unidos” dice Cristina.

El sistema de la Agencia que maneja Cristina funciona de la siguiente manera: Las personas que necesitan alguna niñera, limpiadora o alguien que pueda ayudarles en la casa, contactan con ella para poder obtener el servicio. Ella deriva a la mujer que puede hacer ese trabajo, el pago queda a cargo de la gente que contrata y ella se queda con un porcentaje por la intermediación. Pero a la vez, la agencia de Cristina ofrece varios cursos de capacitación para las mujeres que buscan superarse.

Los cursos van desde los Primeros Auxilios – que es una exigencia en Norteamérica para por ejemplo, trabajar de empleada doméstica, niñera o en cuidados de ancianos – además de maquillaje y principalmente, la forma de prepararse a la hora de presentarse en las entrevistas laborales.

“Uno de los grandes problemas que tienen las mujeres que llegan, principalmente por primera vez a Estados Unidos, tiene que ver con la entrevista laboral. Entonces ahora apuntamos a eso, a capacitarles en qué tienen que decir, que no tienen que comentar. Cómo responder, en fin, cosas que parecen básicas pero realmente definen después la contratación de esa persona” expone Cristina.

El miedo de las mujeres

A pesar de todo lo que se publica y los datos que dan desde que llegó Trump al poder en los Estados Unidos con su política antimigratoria, el ingreso de inmigrantes no para en el gran país del Norte. Y entre la cantidad de ingresantes, por supuesto las mujeres representan un porcentaje muy amplio. Y dentro de estos guarismos, resaltan siempre las latinoamericanas. “Las mujeres están con mucho miedo” dice Cristina.

Cada día tienen alguna denuncia o conocen de casos en donde mujeres fueron detenidas en sus lugares de trabajo por con contar con la documentación legal para poder trabajar. “Hace poco, una de las chicas nuestras tuvo que salir por la puerta de atrás de una fábrica porque le cayó Migraciones” cuenta Cristina. Sin embargo, asegura que justamente, uno de los elementos que anexó a su Agencia es la de contar con ayuda jurídica laboral. De igual manera, nada resulta fácil.

“Con todo esto que pasa, creamos una gran comunidad y a través del whatsapp estamos conectados constantemente entre 130 a 140 personas en un grupo en donde nos ayudamos entre todos, tenemos una gran solidaridad ahí” cuenta la mujer.

Cristina dice que es difícil trabajar con estas mujeres ya que muchas coinciden en el problema de la violencia, pero que ella se siente con las fuerzas suficiente como para guiar a las mismas. Varias llegan luego de superar situaciones extremas. “Entonces es como que hacemos un trabajo sicológico también, porque tratamos de contenernos. Yo las escucho, trato de ayudarles. Ellas saben que nuestra intención siempre es que ellas puedan salir adelante, porque acá no es fácil” dice Cristina.

A su Agencia actualmente le va bien, según cuenta. Asegura que ya ha logrado establecer una especie de red de contactos que cada tanto le van pidiendo trabajadoras para diferentes eventos. Ya sea para cuestiones de limpieza de hogares o de servicio de catering, que también están ofreciendo. “Ya me conocen porque es como que los americanos, cuando te toman confianza, pasan tu contacto como de boca en boca entonces me contactan a mi número o a mi página web y ahí ya empezamos a hacer las confirmaciones para el trabajo de las chicas” explica Cristina.

De hecho, Cristina comenta y agradece a la gente de Paraguay que le han ayudado a desarrollar la web para su Agencia y a otras personas que desde nuestro país siempre le estuvieron dando una mano. Entre estas personas nombró a Walter Ayala y Cristina Ayala, además a Jesus Eduardo Villalba y Christian Benitez. Son personas que siempre le apoyan desde Paraguay, inclusive, en la creación de su empresa o agencia.

La mujer cuenta que cuando llegó a los Estados Unidos, en el 2000, estuvo sola y tuvo que ingeniarse para conseguir trabajo, para conseguir una mano que pueda ayudarla. Cuenta que durante 18 años trabajó como niñera, limpiadora y hasta paseando perros. “Sé lo que cuesta en este país pagar el famoso derecho de piso. Y a mí me costó mucho porque no tenía quien me dirija, pero eso quiero hacer yo, dirigir a esta gente. Cuando llegué trabajé en una fábrica y ahí empecé a aprender, a los golpes, como se dice” señala Cristina.

“Le tuve que dejar a mi hijo cuando tenía 3 años. Aprender un nuevo idioma, llegar a un país con nuevas costumbres, que eran muy diferentes a las mías. Yo creo que el famoso “sueño americano” existe pero demanda demasiada disciplina y mucho empeño, es un trabajo de todos los días” expone Cristina. Ahora, sin embargo, ella disfruta de la compañía de su hijo, Nicolás Oviedo, de su esposa, Estefania Ayala y del nieto que ambos le dieron, Thiago, quienes ya viven con ella en Nueva York.

“Estoy muy satisfecha con todo lo que he logrado. Con todo lo que hicimos hasta ahora, porque peleé mucho para llegar hasta donde estoy y me siento muy bien en lograr que muchas otras mujeres puedan tener un espacio en donde se sientan fuertes y protegidas” finaliza Cristina.

Los Inmigrantes y Estados Unidos

Según la Oficina de Censo de los Estados Unidos, cerca de 60 millones de hispanos viven en Estados Unidos. El problema es que un porcentaje importante de estas personas son inmigrantes que no tienen la documentación necesaria, como doble nacionalidad o los permisos correspondientes, para vivir y trabajar. Según un informe del periódico El Nuevo Herald publicado en diciembre pasado, el sistema migratorio de Estados Unidos sufrió múltiples cambios desde el 2019, haciendo que hasta los migrantes con las documentaciones tengan que hacer nuevas actualizaciones de sus papeles, pero por sobre todo, creando nuevas tarifas para hacer los trámites migratorios y elevando muchas de los cánones establecidos para el pago de documentaciones como permiso de trabajo, cancelar las condiciones de residencia, entre otros. De esta forma, los trámites son más caros y burocráticos.

Si bien desde la llegada de Donald Trump las políticas migratorias de Estados Unidos se han endurecido, desde hace bastante tiempo que este país viene deportando a ciudadanos de diferentes partes del mundo por el hecho de no tener la documentación para trabajar. Según el Frente Amplio Pro Defensa del Migrante, una organización que empezó a trabajar desde 1994 en la frontera entre EEUU y México, el promedio de deportación de los últimos meses por las ciudades fronterizas de Baja California llega a unas 2.500 personas por día.

Desde hace un par de años, desde centroamérica surgió lo que se dio a conocer como la “caravana de inmigrantes”; miles de hondureños, mexicanos, salvadoreños y de otros países de la región emprendieron un larguísimo viaje hasta la frontera mexicana – estadounidense con la intención de ingresar de manera irregular a los Estados Unidos.

Muchísimas de estas personas huyen de la violencia que se vive en esos países, buscando nuevas oportunidades laborales y de mejorar sus condiciones de vida.

Impiden que paraguayos sean llevados para trabajos de esclavitud en Brasil

En un procedimiento de rutina en la cabecera brasileña del Puente de la Amistad, la Policía Federal del vecino país impidió que un grupo de 12 paraguayos, incluyendo a tres menores sean llevados en forma irregular a la ciudad de Sao Paulo, para trabajos de esclavitud. Todos estaban en un colectivo de sacoleiros que estuvo en Ciudad del Este.

Este es el tercer caso en un mes que un grupo de compatriotas son impedidos de ir a Sao Paulo, Brasil, para ser sometidos a condiciones de trabajo de esclavitud. Lo que sorprende - según informaron - es que estos pasan por los controles paraguayos y luego son detenidos por el control de la Policía Federal.

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Como en todos los casos los paraguayos, quienes son impedidos de ser llevados para trabajos esclavos, son entregados al consulado paraguayo en Foz.

La Policía Federal no dio ningún nombre de los impedidos de ingresar al Brasil por no estar en reglas sus documentaciones, y de los responsables del bus quienes fueron detenidos. Asimismo, el colectivo fue requisado.

De acuerdo a los datos de la propia Policía Federal los paraguayos, en algunos casos familias enteras, son llevados para trabajar en fábricas especialmente de textil, cuyos propietarios muchas veces son de origen libanes, y el reclutamiento se hace en Ciudad del Este.


Guardia nocturno en la Recoleta: “Se escuchan llantos de bebés, voces, pisadas”

De las profesiones menos “apetecibles”, la de guardia nocturno de cementerio fácilmente podría encabezar el ranking. Hasta ateos convencidos concuerdan en que un paseo de noche por un camposanto, podría generarle “cosas”, que la mayoría llama miedo.


Ariel Molas es desde hace 15 años guardia en horario nocturno de la Recoleta, el camposando màs antiguo de la capital. El mismo señala que, aún con el blindaje que da la costumbre, nunca deja de estar atemorizado a la hora en que le toca la ronda entre los pasillos y callejones del cementerio.

“Yo soy guardia nocturno hace 15 años, estoy desde las 18:00 hasta las 6:00. Tenemos una caseta sobre Mariscal López, ahí nos reunimos, somos 5 guardias, de ahí salimos a hacer nuestra ronda. A veces uno tiene miedo, se sienten cosas, siempre está el miedo de ver cosas que no querès ver. Las rondas hacemos de a 2. Una vez escuché llanto de bebé, se escuchan ruidos de lejos, pisadas. Hay una zona hacía el portón 9, hacía el Club Recoleta y luego la zona antigua, detrás de la iglesia. Son las zonas con más movimiento”, relata Ariel en comunicación con radio Ñanduti AM.

El mismo puntualiza que los recorridos nocturnos, son para evitar la incursión de ladrones de cadáveres (que venden generalmente a estudiantes de Medicina, o que son utilizados para actos satánicos) y de placas metálicas de panteones.

Ariel Molas refiere que estos días santos, no tienen para ellos -los guardias- el aliciente de jornada libre. Les toca trabajar de manera normal, a la espera de un día de la semana para tomarse descanso.

Y apunta otro detalle de lo que habitualmente ve en el escenario de trabajo en horas en que todos duermen: los actos y ceremonias que realizan personas en el cementerio.

“Todos los días vemos payé (ofrendas para ‘perjudicar’ a alguien) y otras ceremonias que algunas personas eligen hacerlas en el cementerio”, acota.

Los cementerios con su rutina propia, tienen el elemento de miedo, que es inherente a la naturaleza de sus funciones, esto es, ‘reposo’ eterno de los cuerpos, sumado a la incertidumbre de lo inasible, de los espíritus ligados ‘al más allá’.

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Pediatra brinda consejos para un viaje seguro con niños en Semana Santa

Muchas familias alistan sus vehículos para viajar en Semana Santa e iniciar su travesía por las ciudades del interior del país. Para aprovechar de la mejor manera en familia, un pediatra brindó varios consejos para un viaje seguro.

Al respecto, el Dr. Robert Núñez, pediatra, brindó varios consejos a los padres para un viaje seguro con sus hijos:

1. Es aconsejable que antes de iniciar el viaje, se realice revisiones frecuentes de los principales puntos del vehículo para comprobar que se encuentre en perfecto estado para circular.

Para ello es necesario revisar con especial cuidado las siguientes partes del automóvil: sistema de frenado, neumáticos, tubo de escape, amortiguadores, iluminación, limpiaparabrisas, baterías, niveles: aceite, refrigerante.

2. No olvidar llevar un botiquín que incorpore medicamentos y productos básicos que puedan sacar de apuros en caso de imprevistos.

Con la llegada del buen tiempo, llegan también las alergias, los primeros resfriados, el dengue que persiste y por sobre todo protector solar, ya que es conveniente estar preparados antes posibles contratiempos.

3. Planificar las paradas cada dos horas antes de salir de casa. Buscar áreas de descanso para que el bebé desentumezca los músculos, meriende, juegue o simplemente descanse del viaje.

4. Antes de salir, comprobar que la sillita del bebé va perfectamente ajustada al anclaje. Los arneses y el cinturón no pueden quedar retorcidos, holgado o doblados.

6. Aire acondicionado. Usarlo con moderación para evitar que el bebé se enferme.

7. Si el niño es de los que se pone ansioso en los largos viajes en automóvil, preparar algunos juegos que además de entretenerlo, le permitan estimular su memoria.

8. Durante el viaje, no olvidar llevar música y cuentos infantiles que distraigan al niño. Y por sobre todo snacks saludables.

9. Llevar a mano pañales, algo de abrigo por si cambie el clima, un biberón con agua y todo lo necesario para preparar su comida.

10. Una vez llegados al destino, no olvidar llevar siempre al pequeño bien sujeto en su sillita, también en los desplazamientos cortos.