Paraguay se luce y gana en feria internacional de turismo gastronómico
Por primera vez, Paraguay participa de la Feria Internacional de Turismo Gastronómico (FIBEGA), que se realizó los días 10, 11 y culmina este 12 de mayo en Miami (Estados Unidos). Asimismo, en el marco de este evento, el libro Poytáva - Origen y Evolución de la Gastronomía Paraguaya, de la investigadora Graciela Martínez, fue ganador en la categoría Best Promotional Artistic work in Gastronomy Tourism.
Con gran entusiasmo, los productores del libro anunciaron que Paraguay está presente en una de las ferias más importantes del mundo, la cual tiene una concurrencia de 25 000 personas por día.
La comitiva nacional está integrada por Graciela Martínez, Sofia Pfannl (Pakuri), Maika Rasmussen, Juan Carlos Guerrero, Cecilia Heisecke, Esteban Aguirre, Juan José Villamayor y Gloria Ferrés. Maikena es la encargada de desarrollar la experiencia dentro del stand paraguayo, en el que los visitantes son recibidos con la típica hospitalidad paraguaya, con tereré, comidas autóctonas, cocido, caña fría, mandi’o chyryry, mbeju, chipitas, vori vori, entre otros. Asimismo, la comitiva muestra a los presentes cómo cocinar estos platos y les enseña nuestros hábitos de consumo.
Así, son servidos más de mil platos por día, todos preparados por Martínez y Pfannl con materia prima de industria nacional, para así dar a conocer las delicias de nuestra tierra y encontrar mercados para productores locales.
“Dentro de las actividades tenemos previsto participar de una charla, en la que Graciela y Sofi cocinarán en vivo un vori vori, en su versión precolombina y moderna. Creemos que la gente necesita de una historia y un foco para enamorarse de lo nuestro, y en ese sentido queremos mostrar que la gastronomía paraguaya es versátil, porque es naturalmente apta para celiacos, puede ser carnívora, vegetariana y apta para intolerantes a la lactosa. El vori vori puede ser adaptado a todos los gustos y tiene un ingrediente que nos unifica como americanos: el maíz”,expresó Esteban Aguirre, productor general de la editorial Dos Maletas, editora del libro.
PREMIACIÓN
A un poco más de un año del lanzamiento del libro Poytáva – Origen y Evolución de la Gastronomía Paraguaya, publicación desprendida de más de 30 años de recolección de recetas y técnicas de cocción, muchas de ellas ya desaparecidas definitivamente, sigue en tránsito alrededor del mundo, ubicándose en el radar de gastrónomos y amantes de la cocina.
La labor investigativa de Graciela le condujo hasta lejanos asentamientos, donde entabló vínculos y conversaciones con pobladores, la autora fue rescatando viejas recetas paraguayas, las que luego plasmó en el libro, estudiando la geografía de nuestro país junto con las tradiciones culinarias, los relatos de los indígenas y el crisol cultural derivado de la influencia europea.
Esteban cuenta que la nominación comenzó en la en la capital española hace cuatro años, cuando asistió con el chef Rodolfo Angenscheidt a Madrid Fusión 2015, donde conoció al titular de la Real Academia de Gastronomía (RAG) y presidente honorario de FIBEGA Rafael Ansón, a quien le habló acerca del material, entonces en etapa de edición. Así, tras dos años de ese encuentro y cumpliendo con la promesa de que el día en que se terminara le harían llegar una copia, cayó en manos de Don Rafael.
Hoy, los resultados dieron frutos, ya que el trabajo recibió el galardón Best Promotional Artistic work in Gastronomy Tourism, cuya premiación en FIBEGA y se realizó la noche del sábado 11 de mayo.
“Hasta hoy no puedo creer lo que pasó con mi libro Poytáva”, exclama Graciela Martínez. “Un día, recibo la llamada de Panza –Esteban Aguirre– y me dice: ‘Graciela, acá estamos con Christian Kent –editor– festejando la nominación de tu libro; quedó entre los cinco mejores de la gastronomía en la feria mundial de FIBEGA Miami’. Yo quedé muda escuchándole, incrédula”, rememora.
UN EVENTO MUNDIAL
La primera edición de FIBEGA fue en noviembre del 2016, en Mérida (España). Al año siguiente, migró a Buenos Aires, donde fueron abordados temas similares de turismo, gastronomía, salud y sostenibilidad, contando con la presencia de chefs y sommeliers internacionales, como Josep Roca de El Celler de Can Roca, entre otros.
Renguear o renquear, ¿cuál es la palabra correcta?
Para referirse a una persona que camina con dificultad por un problema en la pierna, algunos dicen renguear y otros renquear. ¿Qué indica la Real Academia Española al respecto? Entérese.
El zaguero central salió rengueando del campo de juego. La atleta estaba caminando normalmente, pero de pronto comenzó a renquear.
La palabra renquear, con “q”, sí existe y aparece en el diccionario de la lengua española con la siguiente definición: andar o moverse como renco, oscilando a un lado y a otro a trompicones. También tiene otras dos acepciones que guardan relación con la dificultad, pero no para lo físico, sino para un negocio, un quehacer, una materia o una decisión.
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En tanto, el término renguear, de rengo, con g, aparece definido como “renquear” y con el sinónimo de cojear.
También está la palabra rengo y dice: cojo por lesión de las caderas o de un pie, así como renco, con c, que tiene el mismo significado.
En conclusión, tanto renguear como renquear y tanto rengo como renco son todas opciones correctas y aceptadas por la Real Academia Española (RAE).
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La sección RAE del diario HOY tiene como fin promover el buen uso del idioma español, con el sustento de lo que dicta la RAE, máxima autoridad de la lengua que, con el correr de los años, va cambiando algunas reglas y proponiendo adaptaciones, según la necesidad.
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Hecho y echo: sus significados, diferencias, cuándo con h y sin h
Tanto hecho (de hacer) como echo (de echar) son palabras correctas, pero, a veces confundidas a la hora de escribir. Qué significados pueden tener, cómo evitar la duda sobre el uso de la letra h, y otras interrogantes se informan en esta nota.
Aunque se pronuncian igual, no deben confundirse en la escritura las formas echo, echas, echa, del verbo echar, que se escriben sin h, y las formas hecho, hecha, hechas, del participio del verbo hacer, que se escriben con h, al igual que el sustantivo masculino hecho (‘cosa que se hace o que sucede’), tanto cuando se utiliza como tal como cuando forma parte de la locución de hecho (‘efectivamente, en realidad’), explica la Real Academia Española en su espacio Español al día.
Algunos ejemplos de la palabra echar que significa, a grandes rasgos, ‘tirar’, ‘poner o depositar’ y ‘expulsar’ son:
Siempre echo los papeles a la papelera.
Si echas más sal al guiso, lo estropeas.
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Otro significado de echar es añorar, aunque su uso no es habitual en Paraguay:
Te echo de menos
¿Me echaron de menos en todo este tiempo?
Un contexto también posible es el de estropear:
Echaste a perder mis luces
Siempre echás todo a perder
Además, “echar+infinitivo” es el comienzo de una acción expresada por el infinitivo:
Siempre se echa a reír en el momento más inoportuno.
Se echó a llorar por la broma de mal gusto que le hicieron
Por otro lado, hecho, del verbo hacer, tiene también varios usos, pero similares entre sí:
¿Has hecho lo que te dije?
Aunque iba con prisa, dejó hecha la cama.
Ya están hechas las tortillas.
El hecho es que hemos solucionado el problema.
Quería olvidarla. De hecho, intenté no volver a verla
La sección RAE del diario HOY tiene como fin promover el buen uso del idioma español, con el sustento de lo que dicta la RAE, máxima autoridad de la lengua que, con el correr de los años, va cambiando algunas reglas y proponiendo adaptaciones, según la necesidad.
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¿Arriero tolãi, tolái o tolay?: lo que dice la RAE sobre esta palabra
Utilizada mayormente en el lenguaje coloquial, la palabra empleada para referirse a una persona tonta o de escasas aptitudes, genera discusiones en torno a su existencia, aceptación y escritura. Veamos qué dice la Real Academia.
El diccionario de la lengua española (el oficial de la RAE) no incluye en su contenido la palabra tolay en ninguna de las formas que aparecen en el título de esta nota, es decir, para el diccionario, no existe.
Sin embargo, la Real Academia Española se pronunció sobre este adjetivo y lo describió como una palabra de uso coloquial que, si bien no se ha incorporado a los repertorios académicos, debe escribirse con y final: tolay.
Esta escritura responde a las normas ortográficas, teniendo en cuenta que, el uso de la “y” dentro de una palabra, se limita a los casos en que la “i” final es antecedida por una vocal, como en este caso y en ejemplos como: Paraguay, Uruguay, Amambay.
Por este mismo motivo es incorrecto el uso de la “y” en los hipocorísticos (apodos) como Gabi, Mari, Andi, entre otros, ya que, en estos vocablos, la “i” final aparece antecedida por una consonante.
Volviendo a la palabra que nos convocó a este debate, algunos diccionarios no oficiales, como el Diccionario del Español Actual de la Fundación BBVA, definen a tolay como una voz coloquial que significa tonto. Otros agregan la descripción de: persona con escasas capacidades y aptitudes, tonto, bobo.
La pronunciación correcta es “tolái” y la escritura tolay. Sin embargo, a menudo en nuestro país se escucha una pronunciación nasal sobre la vocal a. Por cierto, este término coloquial no se limita al Paraguay, sino también a países europeos.
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