Red inalámbrica y su correcto uso en español: ¿Wi-Fi o wifi?

La denominación wifi, sin mayúsculas ni resalte, es la aceptada para referirse a la red inalámbrica. Otra opción es quedarse con su versión en español.

Wireless Fidelity (Fidelidad Inalámbrica) por su nombre en inglés, donde también se lo conoce como Wi-Fi es el origen de la palabra que utilizamos cotidianamente para referirnos al servicio de internet con sistema inalámbrico.

El diccionario de la lengua española reconoce a este término como un sustantivo más y recomienda escribirlo así: wifi, es decir, sin guion (guion es una palabra que ya no se tilda), en minúsculas y sin cursiva ni comillas, por tratarse de una palabra hispanizada.

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En cuanto a los artículos, podemos hablar del masculino el, en alusión al sistema wifi, o del femenino la, exclusivamente si nos referimos a la zona, aunque en esos casos, el sustantivo zona nunca está tácito.

Wifi no es el único caso en el que el español adoptó la palabra como un sustantivo común. La Fundación Español Urgente de la RAE recuerda otros casos como vaselina, de la marca Vaseline o celofán de Cellophane.

También aparecen otros ejemplos muy recordados como aspirina, de la marca Aspirin o la españolización clínex de Kleenex.

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La sección RAE del diario HOY tiene como fin promover el buen uso del idioma español, con el sustento de lo que dicta la RAE, máxima autoridad de la lengua que, con el correr de los años, va cambiando algunas reglas y proponiendo adaptaciones, según la necesidad.

“Bajear” una calle, una palabra que no existe para este contexto

Te vas por la Avda. España y “bajeás” Washington. Esta descripción la daría una persona que trata explicar cómo llegar a un lugar. Sin embargo, la palabra bajear, en este contexto, no existe y, por ende, es incorrecto utilizarla.

El Diccionario de la Lengua Española (DLE) de la RAE incluye en su contenido el término bajear, sin embargo, con un significado que nada tiene que ver con el utilizado en nuestro país para dar direcciones geográficas.

La definición dice en su única acepción: verbo transitivo coloquial de Cuba que significa acosar a alguien sutilmente con el fin de alcanzar algún beneficio.

Como este único contexto admitido no es el utilizado en Sudamérica, sería casi lo mismo decir que la palabra bajear no existe.

Por tanto, a la hora de dar una dirección, en lugar de decir bajear por tal o cual calle, lo apropiado es el término bajar. Ejemplo: bajar por la Avda. Perú, y no, bajear la Avda. Perú.

Por su parte, el diccionario de americanismos, que recoge las formas de hablar de todos los países de América, contiene también la palabra bajear con un total de nueve acepciones posibles en distintos puntos del continente.

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En el cuarto lugar aparece el contexto paraguayo y dice: Descender alguien por un terreno o un lugar en pendiente.

Si bien el diccionario de americanismos forma parte de la Asociación de Academias de la Lengua Española, esto no implica que las palabras que en él aparecen, sean las admitidas por la RAE. Antes bien, su fin es ilustrar sobre el significado de términos y regionalismos que, precisamente por no estar en el diccionario de la RAE (puede que a veces sí estén), tienen un espacio en este lugar, a fin de contesta lo que la RAE no responde.

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“Se compró para su auto”, un error común con influencia del guaraní

La preposición para tiene muchos usos incorrectos. Uno de ellos es el que se le da a la hora de responder a un qué, como, por ejemplo: ¿qué se compró? La respuesta puede ser directa: un auto. Sin embargo, es habitual que muchos opten por decir “para su auto”. Sepa por qué este es un error y cuál podría ser su origen.

Aunque parezca una palabra muy simple, la preposición para tiene un sinnúmero de usos apropiados, entre ellos, el más característico, el de finalidad o propósito. Por ejemplo: Salí para despejarme. (¿Para qué salió? Con el fin o propósito de despejarse).

Además, el de utilidad y servicio. Para el viaje, preparé un tereré. Para distraerme, llevo unos libros.

Otro muy común es el de destinatario de una acción o de un objeto material. Lo compré para mi hija. (¿para quién?). Traje este foco para la sala (¿para dónde).

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Estos tres son los más utilizados que aparecen en la Nueva Gramática de la lengua española, si bien hay muchos más, en ninguno de ellos figura el “para” que mencionamos y que tanto se utiliza en Paraguay.

Ejemplo: Me compré para mi celular. Aquí, el para no tiene cabida, pues, si intentáramos formular una pregunta para esta respuesta, sería: ¿qué te compraste?, no ¿para qué te compraste? A menos que estemos efectivamente averiguando la finalidad de la compra o el destinatario, ¿para quién se compró ese celular?

En tal sentido, en nuestro idioma guaraní, como es sabido, para es hag̃uã, que, a su vez, tiene sus variantes según la oración a la que acompañe. Ahata ajogua che Kamisarã (traducido de forma literal: me voy ir a comprar para mi camisa).

Esta costumbre podría ser una influencia en el español, donde, le agregamos el para a este tipo de expresiones. (Ya tengo para mi tele).

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Los comodines también existen en las palabras: vea cuáles son

Hablar de un comodín puede transportar a diferentes ámbitos: además de las cartas, a una situación en la que se utilice a una persona o cosa para fines diversos. Sin embargo, los comodines también existen en el idioma. Entérese de cuáles son.

Una palabra comodín es aquella con un significado muy general y que puede utilizarse en distintos contextos. Lleva ese nombre porque, al igual que el comodín de los naipes, también puede tomar distintos valores, en este caso, semánticos.

Esta definición aparece en el libro Las 100 dudas más frecuentes del español, del Instituto Cervantes, donde, además, comparten algunos ejemplos de este tipo de vocablos:

Asunto, problema, cosa, tema, bueno, grande, pequeño, positivo, impresionante, poner, hacer, tener, realizar. También son conocidas como palabras baúl, por la amplitud de significado, y la capacidad de cabida.

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En vez de: Me pusieron la fibra óptica ayer

Algo más preciso sería: Me instalaron la fibra óptica ayer

En lugar de: Ya no quiero saber del asunto de las oenegés

Intentar con: Ya no quiero saber del proyecto de las oenegés

En vez de: Es difícil hablar del tema de la sexualidad con los hijos

Probar con: Es difícil hablar de sexualidad con los hijos

Antes que: Se realizará un homenaje a las víctimas del ataque

Optar por: Se rendirá homenaje a las víctimas del ataque

Estas son apenas algunas sugerencias para reemplazar las palabras comodín. No siempre se las identifica de inmediato, pero es posible rastrearlas con una simple leída. El cambio permitirá mejorar la calidad de expresión y disminuir la pobreza léxica.

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