Gravar y grabar: sepa en qué casos usar cada palabra

Dos palabras casi idénticas, pero con una letra de diferencia. Ellas son grabar y gravar, ambas correctas, pero completamente distintas en significados. Ante la duda, verifique si usted las está utilizando adecuadamente.

La palabra gravar aparece con dos acepciones en el Diccionario de la Lengua Española. La primera: cargar, pesar sobre alguien o algo (sinónimo: cargar, pesar, gravitar). La segunda, imponer un gravamen (sinónimo: cargar, imponer, hipotecar).

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En tanto, grabar, con b, tiene cuatro acepciones, aunque dos son las más utilizadas, entre ellas, la segunda: captar y almacenar imágenes, sonidos o datos en un soporte, de manera que se puedan reproducir, y la primera, abrir y labrar en hueco o relieve sobre una superficie un letrero, una figura o una representación de cualquier objeto.

Ante el uso mayoritario de grabar para referirse a grabar un video o un sonido, es posible encontrar casos en los que se confunda a esta palabra con la utilizada en lo jurídico y en lo tributario.

Algunos ejemplos habituales son: gravar impuestos y gravar o enajenar bienes, escritos correctamente en estos dos casos, pero a veces redactados de manera adecuada.

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Jurar y juramentar, palabras parecidas, pero de significados diferentes

En atención a la ceremonia de juramento de Donald Trump en su segundo periodo como presidente de los Estados Unidos, el uso de las palabras jurar y juramentar puede prestarse a la confusión por la similitud entre ambas. Repasemos sus significados.

Esta mañana será la ceremonia en la que Donald Trump asumirá como nuevo presidente de los Estados Unidos. En tal sentido, cabe el desglose de estas palabras:

Jurar: someterse solemnemente y con igual juramento a los preceptos constitucionales de un país, estatutos de las órdenes religiosas, graves deberes de determinados cargos

Juramentar: tomar juramento a alguien

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La Fundación Español Urgente (Fundéu) de la Real Academia Española recuerda que estas palabras no pueden emplearse de manera indistinta, ya que a cada una le corresponde un significado diferente.

“Jurar y juramentar se pueden considerar dos formas, en cierto modo opuestas, de interpretar un mismo acto, porque es posible decir que Trump jurará ante el presidente del Tribunal Supremo y también que este último juramentará a Trump”, explican desde Fundéu.

La sección RAE del diario HOY tiene como fin promover el buen uso del idioma español, con el sustento de lo que dicta la RAE, máxima autoridad de la lengua que, con el correr de los años, va cambiando algunas reglas y proponiendo adaptaciones, según la necesidad.

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El adverbio solo y otras palabras que ya no se tildan

Si bien en sus orígenes el adverbio “solo” se tildaba para diferenciarlo del adjetivo solo (de estar solo), la Real Academia Española suprimió el acento hace más de 10 años. Lo mismo hizo con otras palabras.

Si bien en la escuela nos enseñaron a tildar el adverbio “solo”, con toda la lógica de establecer una diferencia clara con el adjetivo “solo”, actualmente no se debe usar tilde en ninguno de los casos, según lo dispuso la Real Academia Española en la edición 2010 de la Ortografía de la Lengua Española.

Anteriormente se prescribía el uso de tilde diacrítica por la ambigüedad que podía existir. Ejemplo: Trabaja solo los domingos. La justificación de tildar radicaba en eliminar la confusión con la interpretación de que la persona trabaja sola.

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Lo mismo sucedía con los pronombres demostrativos este, aquellos, estos, estas, para los cuales, también se aplicó idéntica modificación. Ejemplo. La mujer fue detenida por golpear a sus hijos. Esta alegó su inocencia. En un caso así se hubiera tildado “esta”.

La explicación que da la RAE para suprimir tildes es que ninguno de los casos cumple el requisito fundamental que justifique el uso de la tilde diacrítica, cuya razón de ser es oponer palabras tónicas o acentuadas a palabras átonas o inacentuadas formalmente idénticas, ya que tanto solo como los demostrativos son siempre palabras tónicas en cualquiera de sus funciones.

En cuanto a las oraciones o situaciones en donde puede haber ambigüedad, todas pueden resolverse con el propio contexto comunicativo lingüístico o extralingüístico, es decir, el contexto será el que ayude a encontrar la correcta interpretación.

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Los alumnos y las alumnas: el argumento que refuta la doble mención

En un mundo donde los discursos de género e inclusión de pronto adquieren ribetes hostiles que rozan lo bélico, la Real Academia Española ratifica la vigencia del plural masculino para incluir al varón y la mujer. Vea los argumentos.

Si bien con el paso de los años, algunas reglas gramaticales cambiaron, además de que el diccionario admitió e incorporó muchas palabras, algo que nunca se modificó es la regla del poderoso y práctico plural masculino que simplifica la expresión e incluye a ambos géneros.

Ejemplo: Los ciudadanos de 18 años serán inscriptos al padrón de forma automática

¿De qué manera podría alguien pensar que esta oración se refiere únicamente a los hombres? Decir que para la comprensión correcta se necesitaría incluir a la par, las palabras “y las ciudadanas”, sería como negar la existencia del sentido común.

Desde el punto de vista lingüístico, los desdoblamientos como: “niños y niñas”, “ciudadanos y ciudadanas”, son totalmente artificiosos e innecesarios, pues, el plural masculino actúa en este caso en su condición de genérico.

Según la Real Academia Española, la actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas.

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Se olvida que en la lengua está prevista la posibilidad de referirse a colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, posibilidad en la que no debe verse intención discriminatoria alguna, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva, explica el diccionario panhispánico de dudas.

La recomendación de la máxima autoridad de la lengua española es evitar estas repeticiones que no hacen más que causar dificultades sintácticas y de concordancia, además de complicar la redacción y lectura de textos.

A esto se suma el singular masculino. En los sustantivos que designan seres animados, el masculino gramatical no solo se emplea para referirse a los individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase, esto es, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: El hombre es el único animal racional; El gato es un buen animal de compañía.

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