Clima y tiempo no significan lo mismo: vea las diferencias

¿Cómo estará el tiempo? Se anuncia un clima caluroso, responderíamos muchos, utilizando ambas palabras como sinónimos. Conozca la explicación dada por la Dirección de Meteorología, que coincide con el diccionario de la Real Academia Española.

El diccionario de sinónimos y antónimos es uno de los libros recomendados para enriquecer el vocabulario. Sin embargo, las palabras que allí encontramos son aplicadas a un contexto. El hecho de que aparezcan ahí no implica que sean correctas en cualquier oración.

Un ejemplo es lo que sucede con clima y tiempo. Al recurrir al diccionario de la lengua española leemos estas definiciones:

Clima: m. Conjunto de condiciones atmosféricas que caracterizan una región.

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Tiempo: m. Estado atmosférico (acepción número 12, la que corresponde a este caso)

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Estas descripciones van de la mano con lo expuesto con más tecnicismo por Eduardo Mingo, director de Meteorología.

“El tiempo es lo que vivimos ahora, va a llover o no, dónde llovió, esas son condiciones de estado del tiempo. Eso podemos tener a cinco, siete o 15 días”, explicó Mingo, en una entrevista con la 730 AM.

En cambio, clima se refiere a un periodo largo, generalmente de 30 años, a partir de lo cual se saca un promedio de las características de las condiciones diarias y se elaboran estadísticas. Ejemplo, los datos sobre la cantidad de lluvia que debe caer en febrero provienen del promedio extraído de las últimas tres décadas.

La sección RAE del diario HOY tiene como fin promover el buen uso del idioma español, con el sustento de lo que dicta la RAE, máxima autoridad de la lengua que, con el correr de los años, va cambiando algunas reglas y proponiendo adaptaciones, según la necesidad.

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RAE valida el uso de Jose sin tilde

Muchos de los que llevan el nombre José, cariñosamente son llamados Jose, sin tilde, es decir, cargando la voz en la primera sílaba. Esta opción es admitida por la Real Academia Española.

Al ver escrita la palabra Jose sin tilde, es probable que el corrector de Word o de Google Doc automáticamente subraye un error: la falta de tilde en la e.

Y es que si recurrimos al diccionario de la lengua española, no encontraremos ningún vocablo escrito de esa manera. Sin embargo, en una reciente actualización emitida días atrás, la Real Academia Española compartió una novedad al respecto.

La máxima instancia de la lengua castellana reconoce, por un lado, que el nombre José va con tilde por tratarse de una palabra aguda terminada en vocal.

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En cambio, por otro lado, confirma que también existe la forma «Jose», que representa la pronunciación [jóse], propia del hipocorístico acentual usado familiarmente.

Un hipocorístico es la forma abreviada o diminutiva de los nombres propios, es decir, lo que comúnmente conocemos como apodo. Ejemplos: Gabi, de Gabriela; Dani, de Daniel, Leti, de Leticia, entre otros.

El diccionario de la lengua española se actualizó en diciembre del 2024 y su nueva edición incluyó 609 palabras y 4.074 modificaciones. Estas incorporaciones son el reflejo de la adaptación de la RAE a la actualidad de los hispanohablantes.

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La curiosa incidencia del guaraní en una palabra del español

Una palabra utilizada con frecuencia para referirse a los pequeños trozos de algo, sea vidrio o cualquier material. La RAE no solamente la incluye en su diccionario, sino que también confirma que el origen está en el idioma guaraní. Veamos los detalles.

El diccionario de la lengua española da una explicación muy importante de la palabra curuvica antes de contar su definición:

Del guar. (guaraní) curuví ‘fragmento, trozo’ y el suf. dim. Esp. (sufijo diminutivo español) -ica.

Posteriormente, el significado dice:

f. Arg. y Par. Fragmento diminuto que resulta de la trituración de una piedra, y, por extensión, de cualquier otro material sólido. U. t. en sent. Fig. (usado también en sentido figurado).

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En tanto, si vamos a nuestro ñe’ẽryru, recordamos que la palabra de origen a la que hace alusión la RAE es kuruvi (con k, no con c). La traducción dice: cascajo, migaja. Es decir, la utilizamos no solamente para aludir materiales sólidos, pues las migajas pueden ser también de panes, galletitas y otros.

En conclusión, la Real Academia Española reconoce la existencia de la palabra curuvica como originaria del guaraní, pero sostiene que su uso se da mayormente en Argentina y Paraguay (aparecen así, estrictamente por motivos de orden alfabético), no así en otros países hispanohablantes.

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El partido se juega, ¿a las veintiuna o a las veintiún horas?

A pedido de nuestros lectores, hoy desarrollamos un tópico relacionado a la duda que surge en torno a los números, según el sustantivo al que describan.

El ejemplo de la hora es tomado por tratarse de la duda planteada por un lector de la sección RAE del diario Hoy, sin embargo, la regla gramatical es aplicable a todos los sustantivos.

La Real Academia Española explica que, el numeral «uno» y los numerales compuestos que lo contienen (21, 31, 41, etc.) adquieren formas diferentes según cuantifiquen a un sustantivo masculino o femenino.

Con base a esta indicación, lo correcto es decir: veintiuna horas para referirse al horario.

Otros ejemplos:

Veintiún libros

Veintiuna hojas

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Treinta y un días

Treinta y una horas (cantidad de horas)

La razón de esta regla responde a que, los numerales compuestos que contienen el numeral simple “uno”, “una” concuerdan en género con el sustantivo al que determinan cuando lo preceden inmediatamente.

EXCEPCIONES

En otros casos, esta regla pasa a ser opcional. Esto se da cuando entre el numeral y un sustantivo femenino se interpone la palabra mil.

Puede decirse tanto veintiún mil personas, treinta y un mil toneladas como veintiuna mil personas, treinta y una mil toneladas.

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