Cuando «literalmente» ya no es literal

Se nos gastó literalmente de tanto usarlo. Desde hace tiempo, no es raro encontrárselo en contextos en los que no hay nada de literal en lo que se dice.


Fuente: Fundéu, Elena Álvarez Mellado

 

 

Habitualmente, la palabra literalmente se ha usado para indicar que lo que se está diciendo no es una exageración o una forma de hablar: si algo ocurre de forma literal, quiere decir que ocurre tal y como lo estamos verbalizando, en un sentido no metafórico. Resulta que buena parte de lo que expresamos cuando hablamos no describe al pie de la letra la acción que ocurre, sino que lo hace de forma figurada. Subirse por las paredes, ponerse las botas, tirar la toalla, estar hecho polvo, partirse de risa, tomar el pelo. El habla cotidiana está cuajada de giros, exageraciones y frases hechas cuyo significado no es igual a la suma de los significados de las palabras que los componen. Los chistes (y también no pocos disgustos de los estudiantes de castellano) se nutren en buena medida de estos dobles significados no evidentes.

La palabra literalmente funciona pues como una especie de desactivador de frases figuradas. Cuando decimos que algo ha ocurrido literalmente, estamos avisando a nuestro interlocutor de que, en este caso, lo que estamos diciendo describe al pie de la letra lo que pasó. Cuando me calzo antes de salir de casa, me pongo literalmente las botas. Spiderman está que se sube por las paredes, literalmente. Este ha sido el uso tradicional de literalmente.

Pero se nos gastó literalmente de tanto usarlo. Desde hace tiempo, no es raro encontrárselo en contextos en los que no hay nada de literal en lo que se dice

Personaje, un sustantivo masculino, aunque se trate de una mujer

Decir “la personaje” para hacer alusión a la protagonista de una obra no es correcto. Lejos de una cuestión de machismo o feminismo, esta regla tiene su explicación lingüística. Conózcala.

Los sustantivos epicenos son aquellos que, teniendo como género gramatical el masculino o bien el femenino, pueden, sin embargo, designar indistintamente a seres animados de uno y otro sexo.

Este es el caso de personaje, un sustantivo epiceno masculino, lo cual implica que, aunque se haga referencia a una mujer, la forma apropiada será siempre “el personaje”, según explica la Real Academia Española.

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Entonces, si se quiere especificar el sexo, se deben añadir los especificativos masculino o femenino. Por ejemplo: “Ese novelista se destaca en la creación de personajes femeninos”.

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La sección RAE del diario HOY tiene como fin promover el buen uso del idioma español, con el sustento de lo que dicta la RAE, máxima autoridad de la lengua que, con el correr de los años, va cambiando algunas reglas y proponiendo adaptaciones, según la necesidad.

¿Se dice «concienciación» o «concientización»?

A la hora de hablar de generar conciencia sobre un tema determinado, para muchos salta la duda sobre el término adecuado: concienciación o concientización. La RAE responde al respecto.

Al introducir las palabras concienciación o concientización en el diccionario panhispánico de dudas de la Real Academia Española (versión digital), los resultados derivan directamente al término conciencia.

Allí, la tercera acepción explica que, el verbo correspondiente a la palabra conciencia, cuando se refiere a hacer que alguien sea consciente de algo, es “concienciar”, no concienzar.

«Se conciencia a los padres del estado de su hijo». Además, la acentuación es la equivalente a anunciar.

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No obstante, esta misma explicación agrega que, en América se usa también la forma “concientizar”. Ejemplo: «¡Aquí necesitamos gente como ustedes para concientizar al pueblo!»

Al aparecer como segunda y última opción, se da a entender que la más apropiada es la primera, es decir, “concienciar”.

Sin embargo, en su espacio habitual denominado consultas de la semana, la propia RAE contesta que ambos términos son válidos, aclarando que la diferencia está en la geografía, o sea, en los lugares en los que cada vocablo es de uso más frecuente.

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La fórmula “y/o” cae en desuso en el español, recomiendan no emplearla

Cuando dentro de una oración se pretende indicar que dos cosas son posibles o solamente una de ellas, se recurre a la fórmula “y/o”. Sin embargo, la RAE la considera innecesaria. Sepa las alternativas.

El desayuno incluye peras y/o manzanas. Lo que se intenta comunicar con esta frase es que hay tres opciones:

  1. Solo peras
  2. Solo manzanas
  3. Tanto peras como manzanas

Esta opción utilizada mayormente en el lenguaje escrito, aunque a veces también en la oralidad. Sin embargo, la Fundación Español Urgente de la Real Academia Española aconseja dejarla de lado, pues, en español, la conjunción «o» no implica que se tenga que elegir por fuerza una única opción.

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“La fórmula «y/o» suele ser innecesaria e, incluso, puede resultar imprecisa”, según el análisis hecho en el programa radial Fundéu RAE.

Hay otras formas de expresar lo mismo de una forma más natural y, posiblemente más claro, como: peras, manzanas o ambas.

El «y/o» tiene su origen en el inglés en el siglo XIX, en los contratos marítimos, donde lo utilizaban para evitar posibles malentendidos.

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