“De un jugador”, mejor que “single-player”, según la RAE

Madrid. Las construcciones “de un (solo) jugador” o “para un (solo) jugador” son alternativas válidas al anglicismo “single-player”, según recuerda la Fundación Español Urgente de la RAE y Efe.


Fuente: Efe

Es habitual encontrar en los medios, especialmente en la información sobre videojuegos, oraciones como estas: “Tras críticas, EA afirma que los juegos single-player son muy importantes”, “Respawn Entertainment estaría trabajando en un juego single-player ambientado en el universo de Apex Legends” o “CD Projekt anuncia una nueva experiencia ‘single player’ de Gwent”.

La expresión “single-player” o “single player”, del inglés “single” (‘solo, único’) y “player” (‘jugador’), se utiliza para referirse a aquellos juegos o modos de juego que están diseñados para una sola persona, sin posibilidad de añadir más participantes. Esta misma idea se indica adecuadamente en español con construcciones asentadas como “para un (solo) jugador” o “de un (solo) jugador”.

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Por otro lado, el término “multiplayer”, que se refiere a los juegos o modalidades en los que pueden jugar varias personas juntas o competir entre ellas, puede sustituirse por “multijugador” o por las fórmulas “para múltiples/varios jugadores”.

Así pues, en los ejemplos iniciales habría sido preferible escribir “Tras críticas, EA afirma que los juegos de un jugador son muy importantes”, “Respawn Entertainment estaría trabajando en un juego para un solo jugador ambientado en el universo de Apex Legends” y “CD Projekt anuncia una nueva experiencia de un solo jugador de Gwent”.

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La FundéuRAE (www.fundeu.es), promovida por la Agencia EFE y la Real Academia Española (RAE), tiene como principal objetivo el buen uso del español en los medios de comunicación.

El adverbio solo y otras palabras que ya no se tildan

Si bien en sus orígenes el adverbio “solo” se tildaba para diferenciarlo del adjetivo solo (de estar solo), la Real Academia Española suprimió el acento hace más de 10 años. Lo mismo hizo con otras palabras.

Si bien en la escuela nos enseñaron a tildar el adverbio “solo”, con toda la lógica de establecer una diferencia clara con el adjetivo “solo”, actualmente no se debe usar tilde en ninguno de los casos, según lo dispuso la Real Academia Española en la edición 2010 de la Ortografía de la Lengua Española.

Anteriormente se prescribía el uso de tilde diacrítica por la ambigüedad que podía existir. Ejemplo: Trabaja solo los domingos. La justificación de tildar radicaba en eliminar la confusión con la interpretación de que la persona trabaja sola.

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Lo mismo sucedía con los pronombres demostrativos este, aquellos, estos, estas, para los cuales, también se aplicó idéntica modificación. Ejemplo. La mujer fue detenida por golpear a sus hijos. Esta alegó su inocencia. En un caso así se hubiera tildado “esta”.

La explicación que da la RAE para suprimir tildes es que ninguno de los casos cumple el requisito fundamental que justifique el uso de la tilde diacrítica, cuya razón de ser es oponer palabras tónicas o acentuadas a palabras átonas o inacentuadas formalmente idénticas, ya que tanto solo como los demostrativos son siempre palabras tónicas en cualquiera de sus funciones.

En cuanto a las oraciones o situaciones en donde puede haber ambigüedad, todas pueden resolverse con el propio contexto comunicativo lingüístico o extralingüístico, es decir, el contexto será el que ayude a encontrar la correcta interpretación.

La sección RAE del diario HOY tiene como fin promover el buen uso del idioma español, con el sustento de lo que dicta la RAE, máxima autoridad de la lengua que, con el correr de los años, va cambiando algunas reglas y proponiendo adaptaciones, según la necesidad.

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Los alumnos y las alumnas: el argumento que refuta la doble mención

En un mundo donde los discursos de género e inclusión de pronto adquieren ribetes hostiles que rozan lo bélico, la Real Academia Española ratifica la vigencia del plural masculino para incluir al varón y la mujer. Vea los argumentos.

Si bien con el paso de los años, algunas reglas gramaticales cambiaron, además de que el diccionario admitió e incorporó muchas palabras, algo que nunca se modificó es la regla del poderoso y práctico plural masculino que simplifica la expresión e incluye a ambos géneros.

Ejemplo: Los ciudadanos de 18 años serán inscriptos al padrón de forma automática

¿De qué manera podría alguien pensar que esta oración se refiere únicamente a los hombres? Decir que para la comprensión correcta se necesitaría incluir a la par, las palabras “y las ciudadanas”, sería como negar la existencia del sentido común.

Desde el punto de vista lingüístico, los desdoblamientos como: “niños y niñas”, “ciudadanos y ciudadanas”, son totalmente artificiosos e innecesarios, pues, el plural masculino actúa en este caso en su condición de genérico.

Según la Real Academia Española, la actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas.

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Se olvida que en la lengua está prevista la posibilidad de referirse a colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, posibilidad en la que no debe verse intención discriminatoria alguna, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva, explica el diccionario panhispánico de dudas.

La recomendación de la máxima autoridad de la lengua española es evitar estas repeticiones que no hacen más que causar dificultades sintácticas y de concordancia, además de complicar la redacción y lectura de textos.

A esto se suma el singular masculino. En los sustantivos que designan seres animados, el masculino gramatical no solo se emplea para referirse a los individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase, esto es, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: El hombre es el único animal racional; El gato es un buen animal de compañía.

La sección RAE del diario HOY tiene como fin promover el buen uso del idioma español, con el sustento de lo que dicta la RAE, máxima autoridad de la lengua que, con el correr de los años, va cambiando algunas reglas y proponiendo adaptaciones, según la necesidad.

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Me fui “en” lo de mi mamá y otros errores locales muy frecuentes

El uso correcto de preposiciones como: a, en, para, entre otras, es algo que se enseña en la escuela, pese a lo cual, genera confusión en muchos hablantes. El típico ejemplo de “me fui en lo de mi mamá”, en lugar de “a”, fue lo que motivó a una lectora a solicitar que abordemos esta dificultad. Decidimos cumplir su pedido con esta nota.

Al igual que ayer, hoy nos tomamos el tiempo de seguir las sugerencias de los seguidores de nuestra sección RAE. Esta vez fue el turno de Pilar Decoud, quien en nuestra publicación titulada “‘Se compró para su auto”, un error común con influencia del guaraní', pidió desarrollar la explicación de este ejemplo.

El pedido de nuestra lectora.El pedido de nuestra lectora.

Frases como: me fui en lo de mi mamá, vamos en el parque, me voy en la peluquería, se fue en su trabajo, son casos en los que se utiliza incorrectamente la preposición en.

Lo correcto en todos esos ejemplos es el uso de la preposición a: me fui a lo de mi mamá, vamos al parte, me voy a la peluquería, se fue a su trabajo.

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Como todo tiene un porqué (se escribe en una sola palabra al actuar de sustantivo), veamos las razones que justifican la a y excluyen a en de esas situaciones:

El diccionario de la lengua española explica que:

En: es una preposición que denota en qué lugar, tiempo o modo se realiza lo expresado por el verbo a que se refiere. Ejemplo: estoy almorzando en mi casa.

A: indica la dirección que lleva o el término a que se encamina alguien o algo. Voy al súper, vamos a casa.

Ambas preposiciones son amplísimas y tienen muchos otros usos, sin embargo, los que atañen al ejemplo abordado son estos.

En esa misma línea y aprovechando el oportuno pedido de nuestra querida lectora, mostramos otros ejemplos similares, pues, no solamente se dan casos de usos inapropiados de una preposición, sino la omisión de ellas, lo cual, también conduce a errores.

¿Dónde vas?: aquí se omitió la preposición a y lo correcto es: ¿a dónde vas?

¿Qué hora tenemos que irnos?: otra omisión de la a, donde lo que corresponde es: ¿a qué hora tenemos que irnos?

Las omisiones no se limitan a las preposiciones, sino también a los verbos. Ejemplo:

Visto que te fuiste de vacaciones. Aquí, el participio visto omite el verbo haber.

Lo correcto es: he visto que te fuiste de vacaciones

Un caso en el que visto es válido sin el verbo haber es el de los documentos jurídicos en los que se utiliza mucho el “visto y considerando que”. Otro ejemplo válido es el visto de Whatsapp y el típico reclamo de “me dejó en visto”.

Esperamos que este artículo llegue a nuestra seguidora Pilar Decoud y que sea de utilidad de todos nuestros lectores, cuyas sugerencias seguiremos tomando en cuenta.

La sección RAE del diario HOY tiene como fin promover el buen uso del idioma español, con el sustento de lo que dicta la RAE, máxima autoridad de la lengua que, con el correr de los años, va cambiando algunas reglas y proponiendo adaptaciones, según la necesidad.

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