¿Ayuno intermitente para la depuración del cuerpo?

Los expertos en nutrición y lactancia indican que el ayuno intermitente no es malo, pero que el problema recae en la forma en que se realiza.

El nutricionista Fernando Di Paola, quien es experto en dietas con el componente del ayuno intermitente, aclara a Hoy Digital que realizar el ayuno no es malo, sino más bien lo es la forma en que se lleva adelante. Al hacer un parate de comidas, se entra a una especie de mantenimiento del cuerpo, de acuerdo con el experto.

Cuando se realiza de manera correcta, según resalta, es una herramienta terapéutica muy buena porque ayuda a regenerar el cuerpo al elevar las defensas. Explica que esto es posible al bajar los niveles de la insulina, la cual genera los desequilibrios que aumenta la grasa en el cuerpo, interfiere en la Vitamina D3, causa hipotiroidismo, hormonas masculinas en mujeres más de lo habitual, etc.

Di Paola detalla que existen varios tipos de ayunos, siendo el más recomendado el 16/8, el cual consiste en tener dos momentos de ayuno al día, el primero de 16 horas y luego 8 horas. Esto significa que si tu última comida de hoy es a las 22:00, tu primera comida del día siguiente va a ser 16 horas después, o sea a las 14:00. La siguiente comida va a ser 8 horas después, es decir a las 22:00 de vuelta. Esto se hace por dos días consecutivos. El ayuno máximo recomendado es hasta 72 hs, aunque esto está dirigido a pacientes con enfermedades crónicas, tales como enfermos oncológicos, según resalta. “Este último se aconseja una vez al mes, no es para cualquier persona”.

El nutricionista aclara que durante ese lapso de ayuno se puede beber agua, té, mate, café con ka’e he’e, jugo de frutos rojos o limonada.

Un dato importante que brinda Di Paola es que necesariamente la persona que desea hacer un ayuno intermitente debe estar supervisada por un experto y no hacerlo por su cuenta. “Es muy importante que el paciente tenga conocimiento de los niveles de insulina, saber que al orinar elimina minerales, puede estar fatigado, desganado, tener dolor de cabeza… Para evitar todo eso debe estar guiado por un experto y debe suplementarse con minerales fundamentales que no deben faltar. No es que yo un fin de semana comí de todo y luego hago 16 horas de ayuno, no voy a aguantar por la ansiedad y porque no llevo un plan libre de harina, gluten o azúcares”, subrayó.

Respecto al caso de la exmodelo Fio Migliore, el nutricionista lamentó que se observa a simple vista la falta de nutrientes. “Me asustó lo que vi porque el ayuno no tiene que ver con dejar de comer nada más, es más que eso”, aclaró.

“Se puede ser vegano, ya sea por una filosofía de vida por amor a los animales o por una cuestión religiosa. Para ello se requiere suplementar porque el cuerpo necesita de muchos nutrientes que no está recibiendo con esa dieta”, dijo.

Di Paola es categórico al no recomendar seguir el veganismo por moda, a no ser que haya una cuestión religiosa de por medio, porque es una dieta muy demandante.

Siguiendo con el ayuno intermitente, el experto también aclara que no existe contraindicaciones de hacerlo en una mujer lactante, siempre y cuando se incorporen los nutrientes necesarios. “En el caso de Fio Migliore a ella le puede afectar los nutrientes, pero no al bebé. El cuerpo humano es maravilloso porque todos los nutrientes irán al bebé. Sí puede afectarle a ella”, puntualiza.

En cambio, María de los Ángeles Acosta Faranda, jefa del Programa Nacional de Lactancia Materna del Ministerio de Salud, mencionó que si bien existen reportes de beneficios del ayuno intermitente, no se recomienda en mujeres lactantes o embarazadas, ya que las mismas deben realizar todas las comidas.

La especialista aclaró que en una alimentación deficiente de una madre, será ella quien se verá afectada y no el bebé, porque de igual manera la leche materna buscará encontrar los nutrientes necesarios para que el niño esté bien alimentado.

“Es increíble que la leche siempre se va a adaptar a la necesidad del niño, independientemente a la alimentación de la madre. Solo en casos extremos, cuando la mujer está raquítica, esquelética e internada, sí se podrían cambiar algunos componentes de la leche, como afectar la calidad de la grasa pero no los aminoácidos; la afectación alimentaria es mínima”.

Acosta puso como ejemplo el caso de las madres indígenas que no están bien alimentadas, pero sus hijos sí lo están al ser amamantados, como al igual ocurre en gran parte de África.

Mientras es casi imposible que la leche materna se “degenere” o deteriore, sí es posible mejorarla, consumiendo frutos secos y aguacate, de acuerdo con la experta en lactancia.

UNA PATOLOGÍA ANTES QUE UNA DIETA

Por su parte, la nutricionista Maryte Cabrera manifestó su desacuerdo con la actitud de Migliore al hacer el ayuno mientras está en etapa de lactancia. “El problema no está en el ayuno intermitente, no es que la modalidad sea mala o buena, es la forma. Es criminal lo que hace y ya es una patología porque lo que hace es psiquiátrico al ir variando de temática (por sus dietas extremas)”, indicó.

“En una embarazada o en una lactante, la alimentación debe ser exclusiva. La lactancia es importante y es lo principal y la única alimentación que recibe el niño. Al dar de mamar, se encarga de que el niño reciba los nutrientes, a expensas de la madre. Si no se alimenta, llegará un punto en que el cuerpo diga basta y esto desencadena en un niño desnutrido y con problemas en el crecimiento neuronal”, advirtió la especialista.

Una infancia sin celulares, el objetivo que se proponen algunas familias

Es la pregunta que muchos adultos temen que les hagan sus hijos: ¿cuándo podré tener un celular? En Reino Unido, madres preocupadas por los efectos del uso de móviles en los niños decidieron pasar a la acción.

Fuente: AFP

Para Daisy Greenwell, madre de tres hijos, todo comenzó después de una conversación casual en la puerta del colegio, cuando otra madre le dijo que su hijo, de 11 años, ya tenía un teléfono inteligente, así como un tercio de sus compañeros.

“Esa conversación me aterró. No quiero darle a mi hijo algo que sé que afectará su salud mental y le hará dependiente”, escribió la mujer en Instagram tras la charla.

“Pero también sé que la presión para dárselo, si el resto de su clase tiene uno, será enorme”, añadió esta periodista.

Su publicación en febrero desencadenó una oleada de reacciones de padres igualmente preocupados por la idea de dar a sus hijos un dispositivo que podría exponerlos al acoso en línea, a la presión social, a los contenidos nocivos y hasta a depredadores.

Junto a su amiga Clare Reynolds, esta madre de familia lanzó una campaña bautizada Parents United for a Smartphone Free Childhood (Padres unidos por una infancia libre de celulares).

Greenwell cuenta a la AFP que su preocupación se disparó un día, tras leer un estudio, según el cual cuanto más pronto se le daba a un niño un móvil, peor sería su salud mental más adelante.

Cada vez son más los estudios que, combinados con las experiencias de los padres, han generado temores sobre los efectos del uso de smartphones en los más pequeños, sobre todo en su salud mental.

- “Rito de iniciación” -

El ministro británico de Educación, Damian Hinds, declaró recientemente ante una comisión parlamentaria que casi todos los alumnos tienen ahora un teléfono móvil hacia los 11 o 12 años.

“Parece que se trata de un rito de iniciación”, dijo a los diputados, añadiendo que algunos niños tienen uno “mucho antes”.

Después de que lanzará el debate en las redes sociales, Daisy Greenwell creó un grupo de WhatsApp, al que se sumaron padres con ideas afines, aliviados de que otros pensaran lo mismo.

A partir de ahí, hubo como un efecto “bola de nieva”, explica.

Ahora existe un grupo en cada región del país y grupos de trabajo de personas con experiencia en el tema.

Entre los participantes hay un director de una empresa tecnológica y un empleado de la oficina del primer ministro Rishi Sunak.

- Generación ansiosa -

Estas preocupaciones están plasmadas en el libro del psicólogo estadounidense Jonathan Haidt, que publicó hace poco en Reino Unido “The Anxious Generation” (La generación ansiosa).

En él, Haidt sostiene que hubo una “completa transformación de la infancia” entre 2010 y 2015, con el despegue de los teléfonos inteligentes, lo que provocó una “gran remodelación de la infancia”.

Haidt relaciona el auge de las enfermedades mentales entre los jóvenes con la omnipresencia de los celulares, la supervisión continua por parte de los adultos y la pérdida de cierta libertad en el juego.

“Las cosas iban cada vez mejor en materia de salud mental y luego todo empeoró en 2013. (...) Tenemos que eliminar los smartphones de la vida de los niños”, afirma el psicólogo.

Él preconiza que se prohíba el uso de móviles antes de los 14 años y de las redes sociales antes de los 16. Y lo más importante, dice, es que los padres deben actuar juntos para evitar ceder cuando un niño nos dice que es el único de sus compañeros sin móvil.

“Estas cosas son difíciles de hacer solos. Pero si lo hacemos todos juntos, entonces será mucho más fácil para nuestros hijos”, estimó

El ayuno intermitente podría dañar el corazón, según reveló un nuevo estudio

Una investigación con datos de 20 mil adultos que consumían alimentos en una ventana de 8 horas y ayunaban 16, detectó posibles riesgos para la salud cardiovascular. Por qué sorprendió a los científicos

El ayuno intermitente—cuando las personas sólo comen a determinadas horas del día— ha ganado popularidad en los últimos años. Pero ahora, un nuevo estudio sorprendente sugiere que podría haber motivos para ser cautelosos: encontró que algunas personas que ayunaban intermitentemente tenían más probabilidades de morir de enfermedades cardíacas.

Los hallazgos fueron presentados este lunes en una reunión de la Asociación Estadounidense del Corazón en Chicago y se centraron en una versión popular del ayuno intermitente que implica realizar todas las comidas en solo ocho horas o menos, lo que resulta en un ayuno diario de al menos 16 horas, comúnmente conocido como “comer con tiempo limitado”.

El estudio analizó datos sobre los hábitos dietéticos de 20.000 adultos en los Estados Unidos que fueron seguidos entre 2003 y 2018. Descubrieron que las personas que seguían el plan de alimentación de ocho horas tenían un riesgo 91 por ciento mayor de morir por enfermedad cardíaca en comparación con las personas. que siguieron un patrón dietético más tradicional de comer sus alimentos durante 12 a 16 horas cada día.

Los científicos descubrieron que este mayor riesgo también se aplicaba a las personas que ya padecían una enfermedad crónica o cáncer. Las personas con enfermedades cardiovasculares existentes que seguían un patrón de alimentación restringido en el tiempo tenían un riesgo 66 por ciento mayor de morir por una enfermedad cardíaca o un derrame cerebral. Mientras tanto, aquellos que tenían cáncer tenían más probabilidades de morir a causa de la enfermedad si seguían una dieta de tiempo restringido en comparación con las personas con cáncer que seguían una duración de alimentación de al menos 16 horas al día.

Los resultados del estudio sugieren que las personas que practican el ayuno intermitente durante largos períodos de tiempo, particularmente aquellos con enfermedades cardíacas o cáncer, deben ser “extremadamente cautelosos”, dijo Victor Wenze Zhong, autor principal y presidente del departamento de epidemiología y bioestadística. en la Facultad de Medicina de la Universidad Jiao Tong de Shanghai en China.

“Según la evidencia hasta ahora, centrarse en lo que come la gente parece ser más importante que centrarse en el momento en que comen”, añadió. Zhong dijo que él y sus colegas realizaron el nuevo estudio porque querían ver cómo comer en un período estrecho cada día afectaría los “criterios de valoración difíciles”, como las enfermedades cardíacas y la mortalidad. Dijo que estaban sorprendidos por sus hallazgos.

“Esperábamos que la adopción a largo plazo de una restricción de alimentación de ocho horas se asociaría con un menor riesgo de muerte cardiovascular e incluso de muerte por todas las causas”, dijo.

Perder masa muscular magra

Los datos no explicaban por qué comer con restricciones de tiempo aumentaba los riesgos para la salud de una persona. Pero los investigadores encontraron que las personas que seguían un patrón de alimentación con restricción de tiempo 16:8, en el que comían durante un período de ocho horas y ayunaban durante 16, tenían menos masa muscular magra en comparación con las personas que comían durante períodos más largos del día.

Esto concuerda con un ensayo clínico anterior publicado en JAMA Internal Medicine, que encontró que las personas asignadas a seguir una dieta de tiempo restringido durante tres meses perdieron más músculo que un grupo de control al que no se le asignó el ayuno intermitente.

Es importante conservar los músculos a medida que envejecemos. Le protege contra caídas y discapacidades y puede mejorar su salud metabólica. Los estudios han encontrado que tener poca masa muscular está relacionado con tasas de mortalidad más altas, incluido un mayor riesgo de morir por enfermedades cardíacas, dijo Zhong.

Destacó que los hallazgos no eran definitivos. El estudio descubrió una correlación entre comer con restricción de tiempo y una mayor mortalidad, pero no pudo mostrar causa y efecto. Es posible, por ejemplo, que las personas que restringieron su ingesta de alimentos a un período diario de ocho horas tuvieran otros hábitos o factores de riesgo que podrían explicar su mayor probabilidad de morir por enfermedad cardíaca.

Los científicos también señalaron que el estudio se basó en información dietética autoinformada. Es posible que los participantes no siempre informaran con precisión la duración de sus comidas.

Una forma moderna de hacer dieta y controlar el peso.

El ayuno intermitente ha sido ampliamente promocionado por celebridades y expertos en salud, quienes dicen que produce pérdida de peso y una variedad de beneficios para la salud. Otra forma de ayuno intermitente consiste en alternar días de ayuno con días de alimentación normal. Algunas personas siguen la dieta 5:2, en la que comen normalmente cinco días a la semana y luego ayunan durante dos días.

Pero la alimentación con restricción de tiempo generalmente se considera la forma más fácil de seguir para las personas porque no requiere ayunos de todo el día. Por lo general, tampoco implica una restricción excesiva de alimentos. Los adherentes a menudo comen o beben lo que quieran durante el período de alimentación de ocho horas; la única regla es que no comen en otros momentos del día.

Algunos de los primeros estudios sobre la alimentación con restricción de tiempo encontraron que ayudaba a prevenir que los ratones desarrollaran obesidad y síndrome metabólico. A estos les siguieron ensayos clínicos, en su mayoría pequeños, en humanos, algunos de los cuales demostraron que comer con restricciones de tiempo ayudaba a las personas a perder peso y mejorar su presión arterial, niveles de azúcar en sangre y colesterol. Estos estudios fueron en gran medida a corto plazo, normalmente duraron de uno a tres meses y, en algunos casos, no mostraron ningún beneficio.

Uno de los estudios más rigurosos sobre alimentación con restricción de tiempo se publicó en el New England Journal of Medicine en 2022. Encontró que las personas con obesidad a las que se les asignó seguir una dieta baja en calorías y se les indicó que comieran solo entre las 8 a.m. y 4 p.m. diariamente no perdieron más peso que las personas que comieron la misma cantidad de calorías durante todo el día sin restricciones sobre cuándo podían comer. Las dos dietas tuvieron efectos similares sobre la presión arterial, el azúcar en sangre, el colesterol y otros marcadores metabólicos.

Los hallazgos sugieren que cualquier beneficio de comer con restricción de tiempo probablemente resulte de comer menos calorías.

Más preguntas sobre el ayuno intermitente

Christopher Gardner, director de estudios de nutrición del Centro de Investigación de Prevención de Stanford, dijo que alentó a la gente a abordar el nuevo estudio con un “escepticismo saludable”. Dijo que si bien los hallazgos fueron interesantes, quiere ver todos los datos, incluidas las posibles diferencias demográficas en los sujetos del estudio.

“¿Tenían todos el mismo nivel de ingresos disponibles y el mismo nivel de estrés?”, preguntó. “¿O es que las personas que comían menos de ocho horas al día tenían tres trabajos, tenían mucho estrés y no tenían tiempo para comer?”.

Gardner dijo que estudiar el ayuno intermitente puede ser un desafío porque hay muchas variaciones y determinar su impacto en la longevidad requiere seguir de cerca a las personas durante largos períodos de tiempo.

Pero dijo que hasta ahora, la evidencia que respalda el ayuno intermitente para perder peso y otros resultados es, en el mejor de los casos, mixta: algunos estudios muestran beneficios a corto plazo y otros no muestran ningún beneficio. “No creo que los datos sean muy sólidos sobre el ayuno intermitente”, añadió. “Uno de los desafíos en nutrición es que sólo porque algo funcione muy bien para unas pocas personas no significa que funcionará para todos”.

Dijo que su mayor queja sobre el ayuno intermitente es que no aborda la calidad de la dieta. “No dice nada sobre elegir mal a la hora de comer”, dijo. “¿Qué pasa si tengo un período de ocho horas para comer pero estoy comiendo Pop Tarts y Cheetos y bebiendo Coca-Cola en ese período? No soy partidario de ese largo plazo. Creo que eso es potencialmente problemático”.

Con información de The Washington Post

¿Cuál es la mejor hora para tener sexo, según la ciencia?

Cuando se trata del sexo, la ciencia es unánime sobre sus efectos positivos para el organismo. No obstante, ¿existe un momento más adecuado para practicarlo? La ciencia tiene la respuesta.

Por medio de un estudio que se realizó en Reino Unido, difundido por el Daily Mail y replicado por la prensa internacional, donde participaron quinientos hombres y mujeres (18 a 65 años), se determinó que la mañana es el momento ideal para tener relaciones sexuales.

Fue así que se concluyó que el mejor horario para la intimidad es, puntualmente, las 7:30. De acuerdo con el análisis, el sexo matutino puede ser catalogado como el más satisfactorio. Además, se trata de una excelente forma de arrancar la jornada debido a las endorfinas que se pueden liberar durante el acto.

No obstante, cuando de habla de sexo, no siempre se trata de planear ni de establecer horarios específicos. Cada quien es diferente, pero la ciencia también recomienda un factor a considerar: la edad.

Las parejas pueden y deberían de ajustar sus relojes sexuales. Por ejemplo, quienes están sus 30, podrían aprovechar la mañana para tener relaciones sexuales con su pareja. En este horario, la luz solar eleva los niveles de testosterona tanto en hombres como en mujeres, que tiene como resultado una experiencia más placentera.

Lo contrario sucede en la franja etaria de los 40 y 50 años. En este caso, practicar la intimidad en el horario nocturno estimula la liberación de oxitocina y serotonina, facilitando el sueño y promoviendo un mejor descanso.

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