Los medios de comunicación y agencias de todo el mundo vienen hablando desde hace unas semanas de Jamal Khashoggi, un periodista de origen saudita y columnista de The Washington Post que se encuentra con paradero desconocido.

Según publica el portal BBC Mundo, el martes 2 de octubre Khashoggi había ido al consulado de Arabia Saudita en Estambul para obtener un documento de divorcio de su exesposa a fin de poder casarse con su nueva prometida, Hatice Cengiz.

La mujer se quedó esperando durante aproximadamente 11 horas a que el mismo saliera de la legación diplomática a la que había ingresado, cosa que finalmente no sucedió.

A partir de allí, la incertidumbre con respecto a la desaparición del periodista fue en aumento al punto de generar una crisis diplomática entre Arabia Saudita y otros países del mundo, incluyendo a Estados Unidos, su principal aliado en Occidente, y Turquía, con quien de por sí ya mantenía una “relación tensionada”.

El hecho trascendió con más notoriedad cuando se empezó a rumorear sobre la posible muerte de Khashoggi. Según la BBC, un funcionario turco aseguró que las primeras investigaciones apuntan a que el hombre de 59 años fue asesinado en el propio consulado, hipótesis que fue cobrando fuerza con el paso de los días.

Una fuente anónima había indicado a The Washington Post que en unas grabaciones supuestamente se podía escuchar cómo Khashoggi “fue interrogado, torturado y luego asesinado”. Inclusive, se cree que su cuerpo llegó a ser desmembrado en varias partes.

El jefe de la Asociación de Medios Turcoárabes, Turan Kislakci, comentó al New York Times que oficiales de policía turcos encargados de la seguridad del lugar habían revisado las cámaras de seguridad y no vieron al periodista salir a pie, aunque también dijo que salieron y entraron varios vehículos diplomáticos.

Las sospechas apuntan directamente contra el propio príncipe de la corona saudita, Mohammed bin Salman, blanco frecuente de las publicaciones del periodista que había decidido autoexiliarse en Estados Unidos a raíz de su posición crítica contra el gobierno de su país y las constantes amenazas que recibía por ello.

Los supuestos autores materiales del crimen serían unos 15 ciudadanos sauditas que había volado expresamente a Estambul para matar al periodista, información que coincide con la llamativa presencia de personas cercanas al entorno del príncipe.

El diario El Comercio menciona que después de gozar de una exitosa carrera como asesor y vocero no oficial de la familia real de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman había prohibido a Khashoggi escribir en el reino, incluso en Twitter. Inclusive, su columna en un periódico propiedad de sauditas fue cancelada.

Pese a las acusaciones y rumores en su contra, el príncipe saudita había dicho que las autoridades turcas eran “bienvenidas” para buscar en el interior del edificio del consulado en Estambul porque “no había nada que esconder”. Días después, finalmente se obtuvo la autorización para registrar e inspeccionar el lugar a fin de buscar indicios del desaparecido.

La policía turca que investiga el presunto asesinato de Jamal Khashoggi estudia la posibilidad de que el cuerpo haya sido disuelto con un “ácido químico de acción rápida” para eliminar las pruebas del crimen, según informó este jueves Sky News en base a fuentes ligadas al equipo de forenses.

De momento, se mantiene la incógnita en torno a este llamativo caso mientras prosiguen las investigaciones para determinar qué fue del periodista saudita.

Om Fahad, con decenas de miles de seguidores en TikTok e Instagram, se hizo famosa por sus videos en los que aparece con atuendos ajustados, moviéndose al ritmo de músicas iraquíes, en un país mayoritariamente conservador y patriarcal.

La joven fue asesinada a tiros por un atacante en motocicleta, mientras estaba en su vehículo frente a su domicilio en el centro de Bagdad, indicaron dos funcionarios de seguridad bajo condición de anonimato a la AFP.

En febrero de 2023, un tribunal condenó en primera instancia a Om Fahad a seis meses de cárcel por “la publicación de varios videos con intenciones indecentes y que atentan contra el pudor y las costumbres públicas”.

El gobierno iraquí lanzó el año pasado una campaña para identificar y perseguir en las redes sociales los “contenidos decadentes” que iban “en contra de la moral y las tradiciones” de la sociedad.

Para ello se creó una plataforma que permitía a los internautas denunciar publicaciones inadecuadas. Varias estrellas de las redes sociales fueron condenadas a cárcel o forzadas a pedir disculpas por sus contenidos, que a veces no eran más que videos humorísticos o de tono satírico.

En 2018, la modelo e “influencer” Tara Fares fue asesinada en Bagdad por varios disparos en su Porsche blanco descapotable.

En un Irak golpeado por décadas de conflictos, la circulación de armas está bastante extendida, aunque las fuerzas de seguridad han lanzado una campaña para recuperar este arsenal.

© Agence France-Presse

Un presunto estafador engañó a una mujer surcoreana haciéndose pasar por Elon Musk, después de lo cual la convenció para que invirtiera en uno de sus proyectos unos 51.000 dólares (70 millones de won).

Los dos se comunicaban por medio de videollamadas, mensajes e intercambio de imágenes en una de las aplicaciones de mensajería instantánea, según reportan medios locales, que califican este tipo de situaciones de “estafa romántica”.

La mujer vivió el pasado 17 de julio “algo así como un sueño”, cuando vio que ‘Musk’ la había agregado como amiga en una de sus redes. En ese momento era una gran admiradora del fundador de Tesla y SpaceX, pero admite que tuvo dudas al principio cuando el impostor se puso en contacto con ella.

Sin embargo, las dudas no tardaron en desaparecer, porque aquel ‘Musk’ le envió su documento de identidad y una foto tomada por él en el trabajo. El ‘hombre’ con el rostro del magnate, que, supuestamente, no era más que un ‘deepfake’, le habló de sus hijos y de cómo vuela en helicóptero hacia su oficina entre las instalaciones de sus empresas. Además, le explicó que suele ponerse en contacto con sus ‘fans’ al azar y pudo citar brevemente el supuesto contenido de su conversación (real) con el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol.

Para colmo, el estafador espetó a su víctima en una videollamada: “Te amo, ¿lo sabías?”. También la sugestionó diciéndole que se alegraba cuando sus admiradores “se hacen ricos” gracias a él.

Finalmente, el ‘deepfake’ consiguió la transferencia del monto acordado a una cuenta que “estaba en manos de uno de sus empleados coreanos”. Ese interlocutor digital prometió invertir el dinero en nombre de su víctima.

Según medios surcoreanos, se trata de una típica estafa romántica que involucra la inteligencia artificial.

Hace exactamente un año, el presidente Yoon Suk-yeol pidió al fundador real de Tesla y SpaceX que hiciera una inversión en Corea del Sur.

Una pareja británica ha encontrado un pozo secreto de 200 años de antigüedad con más de ocho metros de profundidad debajo de su casa, informó este viernes Daily Mail.

Después de comenzar trabajos de remodelación en su propiedad, que compraron durante la pandemia en el condado de North Yorkshire, Victoria Ellington, de 36 años, y su esposo Andrew, de 40, descubrieron el pozo que todavía contenía agua cristalina.

Well, would you look at that! Couple stunned to find secret 200-year-old well that goes 27ft underground after they started renovating their cottage https://t.co/Fk6Dn29o6l pic.twitter.com/ISeu5x5Z4m

— Daily Mail Online (@MailOnline) April 26, 2024

En lugar de rellenar el hoyo, los dueños decidieron aprovechar la estructura, la cubrieron con un cristal y la convirtieron en un ‘pozo de los deseos’. Para ello, hicieron una ranura en el vidrio e instalaron luces en las paredes del agujero.

“Planeábamos ampliar la casa y construir una vivienda familiar, pero los cimientos empezaron a hundirse y supimos que algo pasaba”, contó Victoria.

“[Andrew] simplemente me envió una foto y dijo: ‘Dios mío, ¿has visto esto?’”, continuó la mujer, añadiendo que “se puede ver hasta el fondo” y tras varios intentos de medirlo, calculan que el agujero tiene unos ocho metros de profundidad.

Al terminar las reformas de la vivienda este mes, Victoria asegura que “el pozo la hace un poco diferente”. “Cuando lo vi quedé totalmente impresionada y cada vez que lo veo me encanta”, añadió.