Viernes de la vigesimosexta semana del tiempo durante el año

401 – “El que los escucha a ustedes me escucha a mí”. Lc 10, 16
Con estas palabras, Jesús da autoridad a las enseñanzas de aquellos a quienes él envía.
Escuchar a un enviado del Señor es como escucharlo a él mismo. Por eso, cuando el
papa, los obispos y los sacerdotes nos hablan en nombre de Cristo, nosotros debemos,
con docilidad, escuchar su voz y obedecer con empeño, pues ellos son los mediadores
escogidos por el propio Cristo para hablar en su nombre. Aunque el Señor nos puede
hablar directamente en nuestros corazones, él quiso tener hombres que hablen en su
nombre y nosotros no podemos hacernos oídos sordos a su mensaje. Paz y bien.

Jueves de la sexta semana de Pascua

“Ustedes estarán tristes, pero esta tristeza se convertirá en alegría”. Jn 16, 20


Nuestra vida en este mundo está siempre llena de momentos difíciles, exigentes y a veces tristes. Se llegó a decir que esta tierra es un “valle de lágrimas”. Sin embargo, el consuelo nos viene de las palabras del Señor, que nos garantiza que la tristeza de los cristianos es pasajera y se transformará en alegría y gozo. La esperanza de la felicidad nos sostiene aun cuando estamos apenados y nos da la fuerza para continuar en la lucha. Señor, mira nuestros dolores, frustraciones, duelos, vicios, privaciones, decepciones; visítanos y transforma nuestras tristezas en alegrías. Adelanta en nuestra vida el tiempo de la felicidad. Paz y bien.

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Miércoles de la sexta semana de Pascua

“Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, los guiará hasta la verdad plena”. Jn 16, 13


El Espíritu Santo es el motor de la Iglesia. Es él quien obra secretamente a lo largo de los tiempos y va conduciendo a la esposa de Cristo para que, renovándose siempre, igual se mantenga fiel a su divino esposo. Por su acción, la Iglesia va profundizando la verdad revelada y va llegando a nuevas conclusiones o va dándose cuenta de implicaciones evangélicas que antes eran impensables. Este Espíritu aún no terminó su misión, sino que continuamente está trabajando y guiándonos, pues la verdad plena la tendremos solo al final de los tiempos. Paz y bien.

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Martes de la sexta semana de Pascua

“El Príncipe de este mundo ya ha sido condenado”. Jn 16, 11


Con el sacrificio de Cristo en la cruz, el enemigo fue mortalmente herido. La entrega total de Jesús, Dios-hombre, por puro amor, fue un golpe fatal en aquel que promueve el egoísmo, la intriga y la división. De hecho, el Espíritu Santo nos lleva a confiar plenamente en Dios, pues nos hace conocer que el diablo está vencido. Como decía San Agustín, él es como un perro muy malo y rabioso, pero que está atado, solo daña a quien se acerca para jugar con él. Él es malo; pero todopoderoso, solo Dios. Si estamos revestidos de Cristo, el condenado ya no nos podrá dañar. Paz y bien.

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