Continuar con la frente en alto y tomados de la mano de Jesús

“Los judíos habrían querido llevarlo preso, pero nadie les puso las manos encima porque todavía no había llegado su hora” Jn. 7,30

 Al leer este versículo de la escritura podemos aprender algo muy importante y práctico para nuestro día a día. Vemos que, ante la falta de apertura a Jesús, a su mensaje, los oyentes se enojan y hasta quieren encarcelarlo, pero él se abre paso y continúa la misión. Este gesto nos invita a la confianza plena… a darnos cuenta de que no siempre seremos acogidos o bienvenidos cuando vivimos coherentemente con aquello que creemos. Nos hace también notar que nada ocurre al azar y que, si no es el momento, o sea, no hace parte del proyecto de salvación pensado por Dios, nada va a ocurrir porque “no es el momento”. 

Ante las adversidades cotidianas, busquemos también nosotros abrirnos paso. Continuar con la frente en alto y tomados de la mano de Jesús. ¡Él está contigo! Paz y bien.

 

Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael: 29 de septiembre

513 – “Les aseguro que verán a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del
Hombre”. Jn 1, 51
Los ángeles, como la propia palabra indica, son mensajeros de Dios que nos comunican
algo, nos cuidan o interceden por nosotros. La Iglesia, desde antiguo, quiso celebrar la
fiesta de tres ángeles muy especiales en la historia de la salvación: Gabriel, Miguel y
Rafael. Por su importancia, ellos son llamados arcángeles, ubicándose por encima de los
simples ángeles. Gabriel, el que anuncia la Encarnación; Miguel, el que lucha y vence a
Satanás y Rafael, el que acompaña y enseña a Tobías. Pongámonos bajo la protección
de ellos y pidamos que nos acompañen en todos los momentos de nuestra vida. Paz y
bien.

Jueves de la vigesimoquinta semana del tiempo durante el año

391 – “¿Quién es este de quien oigo tales cosas? Y Herodes deseaba ver a Jesús”. Lc 9, 9

 

Muchos desearon ver a Jesús. Algunos, por mera curiosidad como Herodes; otros, por interés en conseguir algo: comida, milagros, escuchar lindas palabras o tranquilizar su conciencia. También hubo algunos que querían verlo porque estaban buscando a Dios. En nuestros días, también sucede lo mismo. Descontando los curiosos y los interesados en algún beneficio, no son muchos los que buscan al Señor queriendo encontrar el verdadero sentido de la vida y estando dispuestos a entrar en un auténtico proceso de conversión. No nos olvidemos, Jesús no es un actor famoso ni un supermercado, sino una propuesta de vida. Paz y bien.

 

Miércoles de la vigesimoquinta semana del tiempo durante el año

 

390 – “Jesús envió a los doce a proclamar el reino y sanar a los enfermos”. Lc 9, 2

 

Los enviados de Cristo tienen muchas misiones, pero hay dos que son básicas y por eso aparecen tantas veces en los evangelios: anunciar el reino y sanar a los enfermos. El anuncio del Reino comprende toda la buena noticia, especialmente de amor y de la cercanía de Dios, quien quiere salvar a todos y que tiene una propuesta especial para cada persona. Sanar a los enfermos es poner a las personas en las condiciones de un verdadero seguimiento de Cristo, es decir, superar las parálisis, cegueras, sorderas, traumas, vicios, que tantas veces nos impiden ser auténticos discípulos del Señor. Paz y bien.