¿El punto G es un engaño?: expertos aseguran que es una zona erógena y no un lugar específico

El término que define a un sitio específico, que al ser estimulado provocaría orgasmos intensos, fue revisado por especialistas en salud sexual en un amplio estudio de investigación. Los detalles.

El “punto G” es uno de los términos más conocidos sobre el placer sexual y muchas personas dan por sentado que es una parte específica de la anatomía genital femenina. Sin embargo, genera controversias en la literatura médica y los estudios destinados a probar su existencia suelen estar potencialmente sesgados por el trasfondo sociocultural, aseguran los especialistas que cuestionan el concepto.

Un grupo amplio de expertos en salud sexual señalan que debería llamarse “zona G”. Entre ellos, los investigadores detrás de un estudio publicado este año en la revista Sexual Medicine Reviews sostienen que el término, utilizado para describir un área erógena de la vagina que supuestamente provoca orgasmos intensos cuando se estimula, es “engañoso”.

Durante años, se ha descrito popularmente que se ubica unos centímetros dentro de la vagina en las paredes superiores del órgano. Pero los expertos ahora dicen que no existe un solo punto y que cinco tejidos “erotogénicos” separados realizan las sensaciones de placer atribuidas al punto G. Estos son los pilares del clítoris, el bulbo del clítoris, las glándulas periuretrales, la uretra y la propia pared vaginal anterior.

El punto G lleva el nombre del ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg, quien describió el área productora de orgasmos en la década de 1950. El propio Gräfenberg no acuñó el término. Pero fue el primero en describir científicamente una “zona erótica” ubicada “en la pared anterior de la vagina a lo largo del curso de la uretra”.

El punto G fue nombrado en su honor por el doctor Frank Addiego y sus colegas, quienes escribieron sobre la eyaculación femenina en la década de 1980. Ahora, el doctor Irwin Goldstein, editor en jefe de Sexual Medicine Reviews, ha pedido un cambio de nombre. Escribiendo junto con otros dos ejecutivos en la publicación, afirmaron que el “término correcto” debería ser “zona Gräfenberg” o “zona G”.

Los científicos llegaron a esta conclusión después de volver a analizar la descripción original del área descrita por primera vez por el doctor Gräfenberg. “Basándonos en la descripción de Gräfenberg de que la pared vaginal anterior contiene una zona erógena distinta, creemos que el uso posterior del término ‘punto G’, acuñado 31 años después, es engañoso”, detallaron.

Los especialistas aseguraron que originalmente se atribuyó tres funciones a la “zona erótica”: “sensaciones placenteras”, “hinchazón” y “eyaculación fluida”. Dado que ningún “punto” único es responsable de todas las funciones, explicaron que es probable que estén involucrados cinco tejidos separados.

Los autores del artículo instaron a los expertos en salud sexual a considerar este cambio de nombre para futuras investigaciones. La ciencia detrás del punto G es controvertida, con varios estudios que afirman que no existe porque incluso los investigadores no pueden encontrarlo.

Recientemente, el año pasado, científicos portugueses no lograron identificar su ubicación, tamaño o naturaleza. Describieron el punto G como algo similar a la ciudad perdida de la Atlántida.

Otra hipótesis es que el punto G es simplemente una parte interna profunda del clítoris estimulada durante el sexo. Algunos expertos han afirmado que los estudios que dicen que el punto G no existe están descartando las experiencias de las mujeres que afirman tener uno.

“Nuestro mayor órgano de placer es el clítoris que está demostrado que tiene 8 mil terminaciones nerviosas. Por eso el 90% de las mujeres llegan al orgasmo con la estimulación directa de la parte externa de él y solo el 20% lo hace a través de la estimulación de la vagina o la penetración. En vez de disfrutar de una sexualidad placentera y de explorar el propio mapa erótico, el punto G hizo que fuera una gran preocupación que una persona no pudiera alcanzar el orgasmo a través de esta vía”, sostuvo en diálogo con Infobae, Florencia Salort, médica ginecóloga, sexóloga y coordinadora de la Extensión Universitaria del Servicio de Ginecología del Instituto Universitario del Hospital Italiano.

A nivel mundial no alcanzar el orgasmo es algo frecuente y afecta alrededor del 30% de mujeres. Puntualmente en Estados Unidos, Europa, América Central y del Sur, el número de mujeres que no alcanza el orgasmo varía entre 16% y 28% y en Asia los números alcanzan el 40%.

La anorgasmia es una de las disfunciones sexuales que impide el disfrute de un vínculo amoroso. Alrededor del 90% de los causas de la anorgasmia se deben a cuestiones psicológicas y no fisiológicas.

Impresionante ‘melena de caballo’ es captada con detalles sin precedentes por el James Webb

Se trata de la nebulosa Cabeza de Caballo, que se originó a partir del colapso de una nube interestelar de gas y polvo.

La NASA informó este lunes que la cámara de infrarrojo cercano (NIRCam) y el instrumento de infrarrojo medio (MIRI), a bordo del telescopio espacial James Webb, lograron captar por primera vez las estructuras a pequeña escala del borde iluminado de la nebulosa Cabeza de Caballo, ubicada a 1.300 años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Orión.

Este objeto astronómico, también conocido como Barnard 33, forma parte del complejo de nubes moleculares de Orión. De acuerdo con el portal Space.com, esta nebulosa, que se originó a partir del colapso de una nube interestelar de gas y polvo, es iluminada por una estrella caliente situada en su borde superior izquierdo.

Asimismo, se menciona que la distintiva estructura de la nebulosa, que se asemeja a la figura de un caballo, se formó por la erosión del gas que la rodea, más ligero. Esto hace que sobresalga una espesa columna hecha de gas y polvo denso, que es más difícil de erosionar. No obstante, los científicos estiman que la nebulosa Cabeza de Caballo podría desintegrarse dentro de cinco millones de años, incluida su espesa columna.

Analizando las nuevas imágenes

En la nueva imagen tomada por la NIRCam, se aprecia una sección de la ‘melena del caballo’ que mide aproximadamente 0,8 años luz de ancho. También se pueden observar las nubes compuestas de hidrógeno molecular frío, ubicadas en la parte inferior de la imagen, así como el gas hidrógeno atómico, que se extiende por encima de la nebulosa.

En la fotografía captada por el MIRI también se observa una parte de la melena del caballo. Allí, la luz infrarroja media del MIRI permite ver los silicatos polvorientos y moléculas parecidas al hollín, denominadas hidrocarburos aromáticos policíclicos.

Según la NASA, el área de la melena del caballo es una región de fotodisociación (PDR, por sus siglas en inglés), puesto que la luz ultravioleta de las estrellas jóvenes y masivas calienta el gas y el polvo completamente ionizado que rodea a las estrellas masivas y a las nubes recién formadas.

La radiación que emiten las estrellas jóvenes impacta en la química del gas y el polvo, además de que actúa como una importante fuente de calor. Por otro lado, el estudio de la luz de los PDR permite a los científicos analizar cómo evoluciona el material interestelar (gas y polvo), así como los procesos químicos involucrados.

Estudio relaciona el vapeo frecuente con el deterioro cognitivo en adolescentes

Un estudio sugiere que el vapeo frecuente expone a quienes lo practican a niveles altos de cadmio, plomo y uranio.

Los adolescentes que vapean con frecuencia presentan más uranio y plomo en la orina que los fumadores ocasionales, según un estudio basado en los datos de una encuesta realizada con adolescentes de entre 13 y 17 años que incluye a 200 que solo fuman cigarrillos electrónicos.

El estudio recuerda que, tal y como han demostrado investigaciones previas, la exposición a ciertos metales de los aerosoles y los líquidos de los cigarrillos electrónicos es especialmente perjudicial durante el desarrollo. Está probado que la exposición a estas sustancias está relacionada con el deterioro cognitivo, los trastornos de comportamiento, las complicaciones respiratorias, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Aunque se trata de un estudio observacional -por lo que no pueden extraerse conclusiones definitivas sobre los niveles de metales tóxicos-, los investigadores aseguran que los resultados prueban que urge aplicar normativas y medidas de prevención específicas para adolescentes.

En este estudio, publicado este martes en la revista Tobacco Control, los investigadores querían averiguar si los niveles de metales potencialmente tóxicos podían estar asociados a la frecuencia de vapeo y si el sabor influye.

Para eso, se basaron en las respuestas del Estudio de la Juventud PATH, uno de los estudios de salud a nivel nacional más importantes de EEUU- realizado entre diciembre de 2018 y noviembre de 2019- que contó con 1607 adolescentes de entre 13 y 17 años, doscientos de ellos fumadores exclusivos de cigarrillos electrónicos.

Se analizaron muestras de orina para detectar la presencia de cadmio, plomo y uranio, y la frecuencia de consumo se clasificó en ocasional (1-5 días al mes), intermitente (6-19 días) y frecuente (más de 20 días). Los sabores se agruparon en cuatro categorías mutuamente excluyentes: mentol o menta; fruta; dulce, como chocolate o postres; y otros, como tabaco, clavo o especias, y bebidas alcohólicas o no alcohólicas.

De los 200 consumidores exclusivos (63 % mujeres), 65 declararon un consumo ocasional, 45 intermitente y 81 frecuente; faltaba información sobre la frecuencia de consumo de 9 de ellos.

El número medio de caladas recientes al día aumentó con la frecuencia de consumo: ocasional (0,9 caladas), intermitente (7,9 caladas), frecuente (27). En los 30 días anteriores, 1 de cada 3 consumidores (33%) declaró haber consumido sabores mentolados; la mitad (50%), sabores afrutados; algo más del 15%, sabores dulces; y el 2%, otros sabores.

Más plomo y uranio en vapeadores frecuentes

El análisis de las muestras de orina mostró que los niveles de plomo eran un 40 % más altos entre los fumadores intermitentes y un 30 % más altos entre los fumadores frecuentes que entre los ocasionales.

Los niveles de uranio en la orina también eran el doble entre los fumadores frecuentes que entre los ocasionales.

Al comparar entre sabores, el estudio mostró niveles de uranio un 90% más elevados entre los vapeadores que preferían sabores dulces a los que optaban por mentol/menta.

No se encontraron diferencias estadísticamente significativas en los niveles urinarios de cadmio entre la frecuencia de vapeo o los tipos de sabor.

Al ser un estudio observacional, no pudieron extraer conclusiones definitivas sobre los niveles de metales tóxicos y la frecuencia o los sabores del vapeo. Además, los niveles de metales tóxicos en los vapeadores variarán según la marca y el tipo de vaporizador utilizado, puntualiza el estudio.

Pero el estudio avisa sobre un dato especialmente preocupante: el aumento de los niveles de uranio en la categoría de sabores dulces.

“El sabor dulce de los cigarrillos electrónicos puede suprimir los efectos nocivos de la nicotina y potenciar sus efectos reforzadores, lo que da lugar a una mayor reactividad cerebral”, advierten.

AstraZeneca admite que su vacuna COVID puede tener efecto secundario raro y potencialmente letal

Se trata de una dolencia que hace que las personas tengan coágulos en los vasos sanguíneos de diferentes partes del cuerpo y presenten un recuento bajo de plaquetas.

La farmacéutica AstraZeneca admitió que su vacuna contra el coronavirus puede provocar un inusual efecto secundario relacionado con una irregularidad en la coagulación de la sangre, informó este domingo The Telegraph, citando un documento judicial.

Se trata del síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS, por sus siglas en ingles), que ocasiona que las personas presenten coágulos en los vasos sanguíneos del cerebro u otras partes del cuerpo, junto con un recuento bajo de plaquetas. Esta mortal afección también es conocida como ‘trombocitopenia trombótica inmunitaria inducida por vacunas’ (VITT, por sus siglas en inglés).

El TTS se observó en algunas personas que recibieron la vacuna de AstraZeneca, desarrollada en colaboración con la Universidad de Oxford para hacer frente al covid-19. En el Reino Unido, la Unión Europea y los países escandinavos se reportaron extraños casos de trombosis del seno venoso cerebral, así como trombocitopenia, en pacientes a los que se les administró esa vacuna.

Reconociendo el extraño efecto secundario

En un documento judicial, que fue presentado el pasado mes de febrero ante el Tribunal Superior de Justicia de Londres, AstraZeneca reconoció que su vacuna “puede, en casos muy raros, causar TTS”. Sin embargo, dijo que desconocía el mecanismo biológico que causa el síndrome.

De acuerdo con The Telegraph, el reconocimiento del efecto secundario se produce cuando la compañía británica enfrenta una serie de demandas por lesiones y muertes vinculadas con la aplicación de su vacuna. Hasta el momento se han presentado 51 libelos contra AstraZeneca, en los que las víctimas o sus familiares piden indemnizaciones de hasta 126 millones de dólares.

Jamie Scott, uno de los demandantes, argumentó que sufrió una lesión cerebral permanente como resultado de un coágulo en la sangre, luego de recibir la vacuna en abril de 2021. En mayo del año pasado, los abogados de Scott recibieron una carta de AstraZeneca en la que el laboratorio negaba que “el TTS sea causado por la vacuna a nivel genérico”. A su vez, la parte acusadora aseveró que la vacuna de la farmacéutica británica es “defectuosa” y que su eficacia ha sido “muy exagerada”.

Apoyo a las víctimas de la vacuna

AstraZeneca afirmó en un comunicado, citado por New York Post, que apoya a cualquier persona que haya resultado afectada por su vacuna, aunque defendió su eficacia. También alegó que las complicaciones secundarias causadas por la aplicación de la vacuna son inusuales. Actualmente, el medicamento en cuestión ya no se aplica en Reino Unido ni en Australia.

Se estima que las probabilidades de que una persona desarrolle TTS después de recibir la vacuna de AstraZeneca es de una entre 50.000. Por otro lado, la Universidad de Oxford argumentó que la vacuna salvó a cerca de seis millones de personas durante la pandemia.