¿Es la variante Ómicron una amenaza?

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La variante nueva de coronavirus, denominada Ómicron, ha sido noticia en las últimas semanas, generando mucha preocupación en la comunidad científica, y también en la población en general. Sin embargo, es importante tener presente que, hasta la fecha, todavía existen muchas incógnitas que los expertos irán respondiendo solamente con el correr de los días, de acuerdo al avance de las investigaciones.

Por Fabiola Román Maldonado, PhD en Biología

La variante Ómicron ha sido detectada en Sudáfrica, sin embargo, eso no necesariamente significa que se originó allí. Los científicos de Sudáfrica, están a la vanguardia de la vigilancia genómica, razón por la que ya han detectado dos variantes de preocupación. Esto significa que realizan un gran número de secuenciaciones del genoma completo del virus, lo que permite seguirle los pasos al coronavirus.

Una de las características más llamativas de Ómicron es la gran cantidad de cambios (mutaciones) en su genoma. La variante Ómicron tiene muchas mutaciones que no se han visto antes, y muchas que sí. Un gran número de ellas se encuentran en la proteína espiga (o spike) del virus, base del diseño de la mayoría de las vacunas; y, por tanto, la principal preocupación es si las vacunas protegerán efectivamente ante un virus con una espiga un tanto diferente.

Pero, ¿cuándo sabremos si esta variante causa enfermedad más severa que las demás variantes del coronavirus? Lo que sabemos hasta ahora es apenas cuáles son los cambios que muestra su genoma con relación a las variantes anteriores. Es decir, se sabe dónde están esos cambios. Eso da a los científicos una idea de cómo el virus podría interactuar con nuestro sistema inmunológico. Actualmente, todo el análisis se encuentra en una fase observacional, en la que se analiza la población de Sudáfrica, considerando la distribución de edades (tienen en gran parte una población joven), y qué vacunas fueron administradas allí.

Hasta el momento, los datos de Sudáfrica se muestran esperanzadores, ya que se observa que las personas infectadas poseen síntomas leves. Entonces, si bien es preocupante el hecho de que parece transmitirse con mayor facilidad, es posible que no produzca enfermedad más grave que las variantes previas. Sin embargo, aún no podemos sacar conclusiones definitivas.

Existen también ciertos indicios de que la variante podría estar causando algunos síntomas ligeramente diferentes a los causados por Delta. Además, puede ser que no produzca pérdida del gusto o del olfato; sin embargo, es demasiado temprano para afirmar esto con certeza.

Los primeros datos que indican que la variante Ómicron puede evadir parte de nuestra inmunidad han sido informados por científicos de Sudáfrica. Los científicos han detectado un aumento en la cantidad de personas que contraen COVID-19 varias veces. Es un análisis rápido y no definitivo, pero refuerza las preocupaciones por las mutaciones de esta variante.

Los expertos demostraron que no hubo un aumento en el riesgo de reinfección durante las olas de Beta o Delta; a pesar de que los estudios de laboratorio sugerían que esas variantes tendrían potencial de evadir algo de la inmunidad. Pero el escenario puede ser distinto en esta ocasión. No han testado a cada paciente para demostrar que es Ómicron, pero dicen que el momento sugiere que la variante es la fuerza impulsora.

Es importante destacar que, incluso si Ómicron puede esquivar los anticuerpos neutralizantes, esto no significa que la respuesta inmunitaria, desencadenada por la vacunación o la infección previa, no ofrecerá protección contra la variante. Los estudios de inmunidad sugieren que niveles relativamente bajos de anticuerpos neutralizantes pueden proteger a las personas contra formas graves de COVID-19.

Además, otras partes del sistema inmunológico, pueden verse menos afectadas por las mutaciones de Ómicron. Investigadores en Sudáfrica planean medir la actividad de otro importante componente del sistema inmune, las células T, que pueden ser cruciales para la protección contra el COVID-19 severo.

Como podemos ver, hay mucha incertidumbre aún sobre lo que implica la aparición de esta variante. Debemos saber lidiar con la incertidumbre, con las incógnitas que tenemos actualmente y no entrar en pánico. Es importante saber informar a la población sobre lo que se ha comprobado científicamente y sobre lo que solamente son sospechas. Aunque las sospechas que surgen sobre esta nueva variante tienen base científica, se debe aguardar la demostración rigurosa, en la que los científicos están trabajando arduamente. Mientras tanto, todas las medidas de protección recomendadas son efectivas y debemos seguir aplicándolas.

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La NASA lanza una misión al asteroide ‘Dios del Caos’, que se aproxima a la Tierra

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El Apophis pasará excepcionalmente cerca en el 2029.

La sonda espacial OSIRIS-REx de la NASA pasó por la Tierra a finales de septiembreentregó unas muestras de rocas y polvo recogidas del asteroide Bennu. De inmediato, y sin apagar sus motores, se embarcó en una misión adicional: estudiar el Apophis, un asteroide que se espera pase muy cerca de nuestro planeta en el 2029.

En este contexto, la NASA anunció el pasado viernes que la sonda ha sido rebautizada oficialmente como ‘OSIRIS-APEX’, acrónimo en inglés de Orígenes, Interpretación Espectral, Identificación de Recursos y Seguridad – Explorador Apophis. Además, Dani Mendoza DellaGiustina, quien fuera investigadora principal adjunta de la OSIRIS-REx, también estará al mando de esta nueva misión extendida.

El asteroide 99942 o Apophis, que debe su nombre al dios egipcio considerado la encarnación del caos, no chocará contra la Tierra, pero sí estará excepcionalmente cerca, a unos 32.000 kilómetros, el 13 de abril de 2029.

Esta distancia lo pone más cerca a nuestro planeta que algunos satélites y se prevé que eso no solo provoque cambios en su órbita, sino terremotos y deslizamientos en su superficie. “OSIRIS-APEX estudiará Apophis inmediatamente después de tal paso, permitiéndonos ver cómo cambia su superficie al interactuar con la gravedad de la Tierra”, dijo Amy Simon, científica del proyecto.

Asimismo, está dentro de los planes que, para el 2 de abril de 2029, las cámaras de la sonda comiencen a tomar imágenes del asteroide a medida que se acerque. Luego del encuentro cercano con la Tierra, operará en sus proximidades durante los 18 meses siguientes. En ese lapso llevará a cabo muchas de las mismas investigaciones que OSIRIS-REx realizó en Bennu, con el uso de instrumentos generadores de imágenes, espectrómetros, y un altímetro láser para mapear su superficie y analizar la composición química.

Si bien la entonces OSIRIS-REx recolectó agua y altas cantidades de carbono de Bennu, se estima que las muestras recogidas de Apophis sean bastante diferentes, ricas en silicato y níquel-hierro, materiales de los que están principalmente compuestos estos asteroides rocosos, denominados ‘tipo S’.

De acuerdo con la NASA, da la casualidad de que la mayoría de los asteroides potencialmente peligrosos conocidos también son de ese tipo. “Lo que el equipo aprenda sobre Apophis puede ofrecer información a la investigación de defensa planetaria, una de las principales prioridades de la NASA”, asegura la agencia.

Por otro lado, según explica Mendoza DellaGiustina, Apophis ayudará a los científicos a aprender más sobre cómo se forman los sistemas solares y los planetas. “Sabemos que las fuerzas de marea y la acumulación de escombros son procesos fundamentales que podrían desempeñar un papel en la formación de planetas. Podrían informar cómo pasamos de los escombros del sistema solar primitivo a planetas en toda regla”, explicó.

Se estima que asteroides del tamaño de este ‘Dios del Caos’, de unos 340 metros de diámetro, solo se acercan tanto a la Tierra una vez cada 7.500 años. “Aprendimos mucho en Bennu, pero ahora tenemos aún más preguntas para nuestro próximo objetivo”, dijo Simon.

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Fotos| Revelan terrible descubrimiento de una momia que murió en el parto

Momia egipcia de una adolescente que murió durante el parto.

Los restos de la fallecida pertenecen al período tardío de Egipto.

Los autores de un estudio revisaron a una momia egipcia, de una adolescente que murió durante el parto, después de más de un siglo, y le realizaron una tomografía computarizada del cuerpo, que reveló la presencia de un segundo feto en la cavidad torácica de la mujer, lo que indicaba que estaba embarazada de gemelos, según un artículo publicado en International Journal of Osteoarchaeology.

La cabeza del primer bebé quedó atrapada en el canal del parto, lo que provocó la muerte tanto de los bebés como de la madre, informó IFL Science.

El estudio descubrió que, al morir, la joven fue momificada junto con el niño, cuyos restos fueron colocados entre las piernas de la madre, a excepción de la cabeza, cuyos huesos quedaron dentro de la pelvis. Es decir, el niño fue decapitado durante el parto. 

La muerte del bebé y su madre probablemente ocurrieron debido al llamado parto de nalgas, donde el bebé sale con los pies primero, lo que hace el proceso mucho más complicado y peligroso.

Los investigadores suponen que con el tiempo el cuerpo de la fallecida se descompuso y el feto se desplazó desde el útero hasta la cavidad torácica.

La momia examinada pertenecía a una mujer de entre 14 y 17 años. Sus restos fueron encontrados en 1908 durante las excavaciones de la necrópolis de El Bagawat.

La joven pesaba entre 45 y 55 kilogramos. Los científicos estiman que la mujer tenía entre 34 y 40 semanas de embarazo cuando comenzó el parto.

Los restos de la fallecida pertenecen al período tardío de Egipto (desde el 664 a.C., hasta 332 a.C.), reza la anotación del estudio.

“Este examen de la madre y sus hijos al nacer reconfirma cuán peligrosos eran el embarazo, el parto y el alumbramiento, especialmente durante este período”, indicó el estudio. “El parto en el antiguo Egipto se consideraba un evento religioso, no médico”, explicaron los científicos.

“La mayor parte de la documentación descubierta describe hechizos y encantamientos recitados para proteger a la madre y al bebé durante y después del nacimiento“, sostuvieron los investigadores, al indicar que un hechizo alude a que el nacimiento de gemelos se veía de forma negativa.

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Descubren nueva evidencia de que una luna de Saturno podría albergar vida

Foto: NASA.

"Nuestro trabajo aporta más evidencia de que Encélado alberga algunas de las moléculas más importantes tanto para crear los componentes básicos de la vida como para mantener esa vida mediante reacciones metabólicas", señalan los científicos.

El Laboratorio de Propulsión a Chorro (JLP, por sus siglas en inglés) de la NASA informó este jueves que un grupo de investigadores había confirmado la presencia de nuevas moléculas orgánicas en una columna gigante de hielo y vapor que brota de la superficie de Encélado, una de las 146 lunas de Saturno, lo que indica que este cuerpo celeste podría albergar vida.

Las imágenes obtenidas en la década de 1980 por la sonda espacial Voyager demostraron que Encélado, que tiene alrededor de 500 kilómetros de ancho, cuenta con una superficie blanca y brillante, por lo que se le considera el cuerpo celeste más reflectante del sistema solar. De acuerdo con la NASA, debido a que este pequeño satélite natural refleja mucha luz solar, la temperatura de su superficie es extremadamente fría, alcanzando los -201 °C.

En 2005, el orbitador Cassini identificó partículas de agua helada y gas que brotaban desde la superficie de la luna a una velocidad de 400 metros por segundo. Los científicos explicaron que las continuas erupciones de agua terminaron por generar un enorme halo de fino polvo de hielo alrededor de Encélado, donde una parte de este material formó uno de los anillos de Saturno.

Asimismo, detallaron que estos estallidos provenían de grietas en la corteza de la luna, que son relativamente cálidas. A partir de los datos obtenidos del Cassini, se pudo conocer que debajo de la superficie helada de Encélado hay un océano líquido que alimenta los brotes de agua.

Detectando fuentes químicas adicionales

En 2017 se identificaron moléculas orgánicas en una de las columnas de hielo y vapor. Al respecto, los especialistas sugirieron que la combinación de dióxido de carbono, metano, amoníaco, hidrógeno y agua podrían conducir a la metanogénesis, un proceso metabólico que conlleva la producción de metano y que fue fundamental para la formación de vida en la Tierra.

En un nuevo estudio recientemente publicado en la revista Nature Astronomy, se reportó la existencia de “fuentes químicas de energía adicionales, mucho más potentes y diversas que la producción de metano”.

Los especialistas indicaron que los nuevos compuestos orgánicos detectados son cianuro de hidrógeno, acetileno, propileno y etano. Con su presencia se demuestra que “existen muchas vías químicas para sustentar potencialmente vida en el océano subterráneo de Encélado”, describieron en la publicación.

“Nuestro trabajo aporta más evidencia de que Encélado alberga algunas de las moléculas más importantes tanto para crear los componentes básicos de la vida como para mantener esa vida mediante reacciones metabólicas”, sostuvo el científico de la universidad de Harvard que trabajó en el proyecto Jonah Peter.

Encélado no solo parece cumplir los requisitos básicos para ser habitable, sino que ahora también tenemos una idea de cómo podrían formarse allí las biomoléculas complejas y qué reacciones químicas podrían estar involucradas”, concluyó.

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