Estudio sugiere que el Covid aumenta el riesgo de desarrollar Parkinson

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Un estudio de la Thomas Jefferson University (Estados Unidos) realizado en ratones ha sugerido que la COVID-19 podría aumentar el riesgo de degeneración cerebral que se observa en la enfermedad de Parkinson.

 

Niebla cerebral, dolores de cabeza e insomnio son algunos de los síntomas neurológicos que los médicos han observado en los pacientes con COVID-19. Las secuelas neurológicas tras una infección vírica no son nuevas; de hecho, tras la pandemia de gripe de 1918, los pacientes tardaron casi una década en presentar el síndrome neurológico denominado “parkinsonismo post-encefálico”.

“El Parkinson es una enfermedad rara que afecta al 2 por ciento de la población mayor de 55 años, por lo que el aumento del riesgo no es necesariamente una causa de pánico. Pero entender cómo el coronavirus impacta en el cerebro puede ayudarnos a prepararnos para las consecuencias a largo plazo de esta pandemia”, ha explicado Richard Smeyne, primer autor de la investigación.

La investigación, publicada en la revista científica ‘Movement Disorders’, se basa en pruebas anteriores del laboratorio de Smeyne que demuestran que los virus pueden hacer que las células cerebrales o las neuronas sean más susceptibles de sufrir daños o morir.

En ese estudio anterior, los investigadores encontraron que los ratones infectados con la cepa H1N1 de la gripe responsable de la pandemia de gripe de 2009, eran más susceptibles al MPTP, una toxina que se sabe que induce algunos de los rasgos característicos del Parkinson: principalmente la pérdida de neuronas que expresan la dopamina química y el aumento de la inflamación en los ganglios basales, una región del cerebro que es fundamental para el movimiento.

Los hallazgos en ratones fueron confirmados posteriormente en humanos por investigadores de Dinamarca, que demostraron que la gripe casi duplicaba el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson en los 10 años siguientes a la infección inicial.

En el estudio, los investigadores utilizaron ratones modificados genéticamente para expresar el receptor humano ACE-2, que el virus SARS-CoV-2 utiliza para acceder a las células de nuestras vías respiratorias. Estos ratones fueron infectados con el SARS-CoV-2 y se les permitió recuperarse.

Es importante destacar que la dosis elegida en este estudio corresponde a una infección moderada por la COVID-19 en humanos, y que alrededor del 80 por ciento de los ratones infectados sobrevivieron. Treinta y ocho días después de que los animales supervivientes se recuperaran, se inyectó a un grupo una dosis baja de MPTP que normalmente no causaría ninguna pérdida de neuronas. El grupo de control recibió solución salina. Dos semanas después, se sacrificaron los animales y se examinaron sus cerebros.

Los investigadores descubrieron que la infección con COVID-19 por sí sola no tenía ningún efecto sobre las neuronas dopaminérgicas de los ganglios basales. Sin embargo, los ratones a los que se les administró la dosis baja de MPTP después de recuperarse de la infección mostraron el patrón clásico de pérdida de neuronas que se observa en la enfermedad de Parkinson.

Este aumento de la sensibilidad después de la infección por COVID-19 fue similar a lo que se vio en el estudio de la gripe; esto sugiere que ambos virus podrían inducir un aumento equivalente del riesgo de desarrollar Parkinson.

“Pensamos en una hipótesis de ‘multigolpe’ para el Parkinson: el virus en sí no mata las neuronas, pero las hace más susceptibles a un ‘segundo golpe’, como una toxina o una bacteria o incluso una mutación genética subyacente”, explica el doctor Smeyne.

Se ha descubierto que tanto la gripe como el SARS-CoV2 provocan una “tormenta de citoquinas” o una sobreproducción de sustancias químicas proinflamatorias. Estas sustancias químicas pueden atravesar la barrera hematoencefálica y activar las células inmunitarias del cerebro: la microglía.

De hecho, los investigadores encontraron un mayor número de microglías activadas en los ganglios basales de los ratones que se recuperaron del SARS-CoV2 y recibieron MPTP. Aunque el mecanismo no se conoce del todo, los investigadores creen que el aumento de la microglía inflama los ganglios basales y provoca estrés celular. Esto reduce el umbral de las neuronas para soportar el estrés posterior.

Los investigadores están planeando ahora intentar determinar si las vacunas pueden mitigar el aumento experimental de la patología de Parkinson vinculada a la infección previa de SARS-CoV-2. También están probando otras variantes del virus, así como dosis que corresponden a casos más leves en humanos.

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La NASA lanza una misión al asteroide ‘Dios del Caos’, que se aproxima a la Tierra

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El Apophis pasará excepcionalmente cerca en el 2029.

La sonda espacial OSIRIS-REx de la NASA pasó por la Tierra a finales de septiembreentregó unas muestras de rocas y polvo recogidas del asteroide Bennu. De inmediato, y sin apagar sus motores, se embarcó en una misión adicional: estudiar el Apophis, un asteroide que se espera pase muy cerca de nuestro planeta en el 2029.

En este contexto, la NASA anunció el pasado viernes que la sonda ha sido rebautizada oficialmente como ‘OSIRIS-APEX’, acrónimo en inglés de Orígenes, Interpretación Espectral, Identificación de Recursos y Seguridad – Explorador Apophis. Además, Dani Mendoza DellaGiustina, quien fuera investigadora principal adjunta de la OSIRIS-REx, también estará al mando de esta nueva misión extendida.

El asteroide 99942 o Apophis, que debe su nombre al dios egipcio considerado la encarnación del caos, no chocará contra la Tierra, pero sí estará excepcionalmente cerca, a unos 32.000 kilómetros, el 13 de abril de 2029.

Esta distancia lo pone más cerca a nuestro planeta que algunos satélites y se prevé que eso no solo provoque cambios en su órbita, sino terremotos y deslizamientos en su superficie. “OSIRIS-APEX estudiará Apophis inmediatamente después de tal paso, permitiéndonos ver cómo cambia su superficie al interactuar con la gravedad de la Tierra”, dijo Amy Simon, científica del proyecto.

Asimismo, está dentro de los planes que, para el 2 de abril de 2029, las cámaras de la sonda comiencen a tomar imágenes del asteroide a medida que se acerque. Luego del encuentro cercano con la Tierra, operará en sus proximidades durante los 18 meses siguientes. En ese lapso llevará a cabo muchas de las mismas investigaciones que OSIRIS-REx realizó en Bennu, con el uso de instrumentos generadores de imágenes, espectrómetros, y un altímetro láser para mapear su superficie y analizar la composición química.

Si bien la entonces OSIRIS-REx recolectó agua y altas cantidades de carbono de Bennu, se estima que las muestras recogidas de Apophis sean bastante diferentes, ricas en silicato y níquel-hierro, materiales de los que están principalmente compuestos estos asteroides rocosos, denominados ‘tipo S’.

De acuerdo con la NASA, da la casualidad de que la mayoría de los asteroides potencialmente peligrosos conocidos también son de ese tipo. “Lo que el equipo aprenda sobre Apophis puede ofrecer información a la investigación de defensa planetaria, una de las principales prioridades de la NASA”, asegura la agencia.

Por otro lado, según explica Mendoza DellaGiustina, Apophis ayudará a los científicos a aprender más sobre cómo se forman los sistemas solares y los planetas. “Sabemos que las fuerzas de marea y la acumulación de escombros son procesos fundamentales que podrían desempeñar un papel en la formación de planetas. Podrían informar cómo pasamos de los escombros del sistema solar primitivo a planetas en toda regla”, explicó.

Se estima que asteroides del tamaño de este ‘Dios del Caos’, de unos 340 metros de diámetro, solo se acercan tanto a la Tierra una vez cada 7.500 años. “Aprendimos mucho en Bennu, pero ahora tenemos aún más preguntas para nuestro próximo objetivo”, dijo Simon.

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Fotos| Revelan terrible descubrimiento de una momia que murió en el parto

Momia egipcia de una adolescente que murió durante el parto.

Los restos de la fallecida pertenecen al período tardío de Egipto.

Los autores de un estudio revisaron a una momia egipcia, de una adolescente que murió durante el parto, después de más de un siglo, y le realizaron una tomografía computarizada del cuerpo, que reveló la presencia de un segundo feto en la cavidad torácica de la mujer, lo que indicaba que estaba embarazada de gemelos, según un artículo publicado en International Journal of Osteoarchaeology.

La cabeza del primer bebé quedó atrapada en el canal del parto, lo que provocó la muerte tanto de los bebés como de la madre, informó IFL Science.

El estudio descubrió que, al morir, la joven fue momificada junto con el niño, cuyos restos fueron colocados entre las piernas de la madre, a excepción de la cabeza, cuyos huesos quedaron dentro de la pelvis. Es decir, el niño fue decapitado durante el parto. 

La muerte del bebé y su madre probablemente ocurrieron debido al llamado parto de nalgas, donde el bebé sale con los pies primero, lo que hace el proceso mucho más complicado y peligroso.

Los investigadores suponen que con el tiempo el cuerpo de la fallecida se descompuso y el feto se desplazó desde el útero hasta la cavidad torácica.

La momia examinada pertenecía a una mujer de entre 14 y 17 años. Sus restos fueron encontrados en 1908 durante las excavaciones de la necrópolis de El Bagawat.

La joven pesaba entre 45 y 55 kilogramos. Los científicos estiman que la mujer tenía entre 34 y 40 semanas de embarazo cuando comenzó el parto.

Los restos de la fallecida pertenecen al período tardío de Egipto (desde el 664 a.C., hasta 332 a.C.), reza la anotación del estudio.

“Este examen de la madre y sus hijos al nacer reconfirma cuán peligrosos eran el embarazo, el parto y el alumbramiento, especialmente durante este período”, indicó el estudio. “El parto en el antiguo Egipto se consideraba un evento religioso, no médico”, explicaron los científicos.

“La mayor parte de la documentación descubierta describe hechizos y encantamientos recitados para proteger a la madre y al bebé durante y después del nacimiento“, sostuvieron los investigadores, al indicar que un hechizo alude a que el nacimiento de gemelos se veía de forma negativa.

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Descubren nueva evidencia de que una luna de Saturno podría albergar vida

Foto: NASA.

"Nuestro trabajo aporta más evidencia de que Encélado alberga algunas de las moléculas más importantes tanto para crear los componentes básicos de la vida como para mantener esa vida mediante reacciones metabólicas", señalan los científicos.

El Laboratorio de Propulsión a Chorro (JLP, por sus siglas en inglés) de la NASA informó este jueves que un grupo de investigadores había confirmado la presencia de nuevas moléculas orgánicas en una columna gigante de hielo y vapor que brota de la superficie de Encélado, una de las 146 lunas de Saturno, lo que indica que este cuerpo celeste podría albergar vida.

Las imágenes obtenidas en la década de 1980 por la sonda espacial Voyager demostraron que Encélado, que tiene alrededor de 500 kilómetros de ancho, cuenta con una superficie blanca y brillante, por lo que se le considera el cuerpo celeste más reflectante del sistema solar. De acuerdo con la NASA, debido a que este pequeño satélite natural refleja mucha luz solar, la temperatura de su superficie es extremadamente fría, alcanzando los -201 °C.

En 2005, el orbitador Cassini identificó partículas de agua helada y gas que brotaban desde la superficie de la luna a una velocidad de 400 metros por segundo. Los científicos explicaron que las continuas erupciones de agua terminaron por generar un enorme halo de fino polvo de hielo alrededor de Encélado, donde una parte de este material formó uno de los anillos de Saturno.

Asimismo, detallaron que estos estallidos provenían de grietas en la corteza de la luna, que son relativamente cálidas. A partir de los datos obtenidos del Cassini, se pudo conocer que debajo de la superficie helada de Encélado hay un océano líquido que alimenta los brotes de agua.

Detectando fuentes químicas adicionales

En 2017 se identificaron moléculas orgánicas en una de las columnas de hielo y vapor. Al respecto, los especialistas sugirieron que la combinación de dióxido de carbono, metano, amoníaco, hidrógeno y agua podrían conducir a la metanogénesis, un proceso metabólico que conlleva la producción de metano y que fue fundamental para la formación de vida en la Tierra.

En un nuevo estudio recientemente publicado en la revista Nature Astronomy, se reportó la existencia de “fuentes químicas de energía adicionales, mucho más potentes y diversas que la producción de metano”.

Los especialistas indicaron que los nuevos compuestos orgánicos detectados son cianuro de hidrógeno, acetileno, propileno y etano. Con su presencia se demuestra que “existen muchas vías químicas para sustentar potencialmente vida en el océano subterráneo de Encélado”, describieron en la publicación.

“Nuestro trabajo aporta más evidencia de que Encélado alberga algunas de las moléculas más importantes tanto para crear los componentes básicos de la vida como para mantener esa vida mediante reacciones metabólicas”, sostuvo el científico de la universidad de Harvard que trabajó en el proyecto Jonah Peter.

Encélado no solo parece cumplir los requisitos básicos para ser habitable, sino que ahora también tenemos una idea de cómo podrían formarse allí las biomoléculas complejas y qué reacciones químicas podrían estar involucradas”, concluyó.

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