Japón ensaya motor de cohete alimentado con estiércol de vaca

Japón puede haber abierto un nuevo capítulo de su historia espacial con el ensayo exitoso de un motor de cohete alimentado únicamente por una energía producida localmente: estiércol de vaca.


Fuente: AFP

En la prueba realizada el jueves, el motor propulsó horizontalmente una llama azul y naranja de una decena de metros durante unos segundos a través de la puerta de un hangar en la isla septentrional de Hokkaido.

El biometano líquido necesario para la combustión se fabricó con “contribuciones” del ganado bovino de dos productores de leche locales, explica Takahiro Inagawa, jefe de la empresa japonesa Interstellar Technologies.

“Hacemos esto no solo porque es bueno para el medioambiente, sino también porque puede producirse localmente, porque es muy rentable y es un carburante de muy buen rendimiento y de gran pureza”, asegura Inagawa a la AFP.

“Somos la primera empresa privada en hacerlo”, añade. “No creo que sea exagerado pensar que esto se reproducirá en el mundo entero”.

Interstellar espera enviar satélites al espacio gracias a este carburante. Está asociada con la empresa Air Water, productora de gases industriales, que trabaja con agricultores locales que disponen de equipos para transformar el estiércol en biogás.

“Japón, pobre en recursos, debe garantizarse desde ya una fuente de energía neutra en carbono en su territorio”, estima Tomohiro Nishikawa, ingeniero del grupo Air Water.

“La materia primera surgida de las vacas de esta región tiene un potencial enorme. Si la situación internacional cambia, es importante que Japón disponga” de una fuente de energía como esta, dice.

El biometano de Air Water ya se emplea por una central lechera local y otras fábricas, para la calefacción de inmuebles y para propulsar camiones y barcos en el marco de programas pilotos.

– 40 toneladas de estiércol diarias –

La agencia espacial japonesa Jaxa lanzó con éxito en septiembre su misión lunar “Moon Sniper”, pero el sector aeroespacial nipón ha tenido que lidiar con numerosos problemas en los últimos años, entre ellos dos misiones fallidas.

Japón también encajó decepciones con sus lanzaderas tras el fracaso del cohete de nueva generación H3 o del lanzador de pequeñas dimensiones Epsilon-6 de Jaxa.

El biogás derivado del estiércol de vaca se usa como carburante en otras partes del mundo. Por ejemplo, en la ciudad india de Indore sirve para propulsar autobuses.

Su empleo ayuda a reducir la enorme huella medioambiental de la ganadería que, según la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es responsable del 12% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo vinculadas a la actividad humana.

Aunque la combustión del biogás libera también gases de efecto invernadero, lo mismo ocurre en los procesos de degradación natural ya que los derrames de las explotaciones ganaderas también contaminan el suelo y los cursos de agua.

Los 900 cabezas de ganado bovino de Eiji Mizushita, de 58 años, generan más de 40 toneladas diarias de estiércoles.

Este ganadero que participa en este proyecto puso en marcha un sistema que recoge automáticamente las deposiciones de sus animales, las hace fermentar y las transforma en biogás, fertilizante e incluso arena para el ganado.

“Estoy contento de pensar que los excrementos de nuestros animales sirven para hacer volar” un cohete, se alegra Mizushita.

“Tenemos que deshacernos del estiércol usándolo de forma adecuada. Pienso que el gobierno y la sociedad en general deberían tener otro punto de vista sobre la importancia de la energía renovable y fomentar su producción”, reclama.

Descubren fósiles de tortuga gigante de 57 millones de años en Colombia

Paleontólogos descubrieron fósiles de tortuga gigante de 57 millones de años de antigüedad en Colombia, informó este martes la universidad que lideró la exploración, cuyos resultados son clave para entender la geografía de Sudamérica en las épocas del Paleoceno y Eoceno.

Los fósiles de los reptiles Puentemys mushaisaensis, que se calcula medían cerca de 1,5 metros de largo, fueron hallados en el montañoso municipio de Socha (noreste), aseguró la Universidad del Rosario en un comunicado.

El descubrimiento es inédito en esta zona andina, pues los ejemplares de esta especie más cercanos están a cientos de kilómetros en El Cerrejón, una mina de carbón cercana al mar Caribe.

“Encontrarlas 500 kilómetros al sur (...) nos permite reconstruir y entender cómo eran los paisajes” del norte de Sudamérica, pues en lugar de las actuales montañas andinas de hasta más de 5.000 msnm allí había “lagos conectados y cordilleras de muy baja altitud”, explicó Edwin Cadena, el paleontólogo a cargo de la investigación.

El estudio “permite conocer mejor la conectividad de los ambientes acuáticos del norte de Sudamérica durante una parte del tiempo geológico conocido como el Paleoceno y Eoceno”, añade el comunicado.

Ambas épocas hacen parte del Paleógeno (66 a 23 millones de años atrás), el primer período geológico después de la extinción de los dinosaurios.

Fuente: AFP

Verse a uno mismo durante videollamadas causa cansancio mental, según estudio

La sensación de agotamiento afecta tanto a hombres como a mujeres de manera similar, lo que contradice los resultados de investigaciones previas.

Verse a uno mismo en la pantalla durante videollamadas en plataformas como Zoom o Teams causa cansancio mental, según en un estudio publicado recientemente en la revista científica Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking.

Los investigadores de la Universidad de Galway (Irlanda) evaluaron la actividad cerebral de 32 personas (16 hombres y 16 mujeres) mediante electroencefalogramas mientras estaban en una videollamada en Zoom, y en distintos momentos de la comunicación se mostraban o se ocultaban en su propia pantalla.

Los resultados revelaron que los niveles de cansancio fueron mayores cuando los participantes podían verse a sí mismos, y esto afectaba tanto a hombres como a mujeres de manera similar. Esta conclusión contradice las deducciones de investigaciones previas que afirman que las mujeres experimentan más cansancio que los hombres dado que tendrían “la mayor conciencia de sí mismas generada al verse en una pantalla”, señala el estudio.

“Nuestro estudio demuestra que la sensación de cansancio que surge durante las videollamadas es real y el hecho de ver nuestro propio reflejo lo hace aún más agotador”, indicó Eoin Whelan, quien dirigió la investigación. “Desactivar la imagen en espejo puede ayudar a compensar la sensación de cansancio en las reuniones virtuales”, agregó.

Demasiada comida chatarra podría causar daños duraderos al cerebro

Investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y otras funciones.

Neurocientíficos de la Universidad del Sur de California (USC) en EE.UU. descubrieron que la ingesta abundante de una dieta occidental, alta en grasas y azúcar, desde la temprana edad, puede provocar problemas duraderos de memoria en animales de laboratorio.

“Lo que vemos […] es que, si estas ratas crecieron con esta dieta de comida chatarra, entonces tienen problemas de memoria que no desaparecen”, explica Scott Kanoski, profesor de la USC. “Si simplemente los sometes a una dieta saludable, estos efectos lamentablemente duran hasta la edad adulta”, agregó.

La concepción de la investigación

Al desarrollar el estudio, Kanoski y su estudiante de postdoctorado, Anna Hayes, tuvieron en cuenta el antecedente de que las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer tienden a tener niveles más bajos de acetilcolina en el cerebro. Los investigadores consideran que esto puede deberse a que las dietas occidentales alteran la acetilcolina, un neurotransmisor cerebral clave implicado en la retentiva y funciones como el aprendizaje, la atención, la excitación y el movimiento muscular involuntario.

Los científicos se cuestionaron sobre el impacto que podrían tener estas dietas occidentales para las personas más jóvenes que pueden seguir una dieta similar, particularmente durante la adolescencia, cuando su cerebro está experimentando un desarrollo significativo.

Los experimentos

Los investigadores rastrearon los niveles de acetilcolina de un grupo de ratas con una dieta grasosa y azucarada y en un grupo de control de ratas analizando sus respuestas cerebrales a ciertas tareas diseñadas para probar su memoria.

La prueba implicó dejar que las ratas exploraran nuevos objetos en diferentes lugares. Días después, los investigadores reintrodujeron a las ratas en la escena, que era casi idéntica, excepto por la adición de un objeto nuevo. Las ratas que siguieron la dieta de comida chatarra mostraron signos de que no podían recordar qué objeto habían visto anteriormente ni dónde, mientras que las del grupo de control mostraron familiaridad.

Conclusiones

Según los científicos, su estudio refuerza el importante vínculo entre el intestino y el cerebro. “La señalización de acetilcolina es un mecanismo para ayudarles a codificar y recordar esos eventos, análogo a la ‘memoria episódica’ en los humanos, que nos permite recordar eventos de nuestro pasado”, subrayó Hayes. “Esa señal parece no ocurrir en los animales que crecieron con una dieta grasosa y azucarada”, añadió. La investigación se publicó recientemente en la revista científica revisada por pares Brain, Behavior, and Immunity.

Kanoski enfatizó que la adolescencia es un período muy sensible para el cerebro cuando se están produciendo cambios importantes en el desarrollo. “No sé cómo decir esto sin sonar como Casandra y pesimismo”, apuntó, “pero desafortunadamente, algunas cosas que pueden ser más fácilmente reversibles durante la edad adulta son menos reversibles cuando ocurren durante la niñez”, agregó.

Finalmente, los investigadores lograron revertir la capacidad de memoria en las ratas experimentales con medicamentos que inducen la liberación de acetilcolina, inyectada directamente en el hipocampo cerebral. Sin embargo, Kanoski señala que se necesita una investigación más amplia para saber cómo se pueden revertir los problemas de memoria, causados por una dieta de comida chatarra durante la adolescencia, sin necesidad de una intervención médica tan especial.