La ciencia admite ya efectos irreversibles del cambio climático en el planeta

Foto ilustrativa / Archivo LN.

El cambio climático, causado "indudablemente" por la actividad humana, ha llevado al mundo a su periodo más cálido en 2.000 años, y tendrá efectos irreversibles durante milenios, advierte un nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC).

El documento del IPCC, que desde 1988 analiza para Naciones Unidas los efectos del cambio climático en el planeta, indica por ejemplo que los glaciares de montaña y en los polos van a seguir derritiéndose durante décadas o incluso siglos, incluso reduciendo emisiones.

“El informe es un baño de realidad. Ahora tenemos una visión mucho más clara del clima pasado, presente y futuro, algo esencial para entender adónde vamos, lo que podemos hacer, y cómo debemos prepararnos”, destacó al presentar el informe la copresidenta del grupo de expertos que lo ha elaborado, Valérie Mason-Delmotte.

El documento prevé asimismo cambios irreversibles a escala de miles de años en la temperatura, acidificación y desoxigenización de los océanos.

Predice por otro lado que el nivel del mar seguirá aumentando irremediablemente, entre 28 y 55 centímetros a finales de siglo con respecto a los niveles actuales incluso logrando emisiones netas cero.

“Durante décadas el IPCC nos ha advertido de los peligros del calentamiento global, el mundo escuchó pero no actuó con la suficiente contundencia, y como resultado el problema está aquí y nadie está a salvo”, subrayó la directora ejecutiva del Programa de la ONU para el Medio Ambiente, Inger Andersen.

EL MUNDO MÁS CALIENTE DE LOS ÚLTIMOS DOS MILENIOS

El informe asegura que el ser humano ha tenido un papel “innegable” en el calentamiento de la atmósfera, el océano y el suelo, llevando al mundo a una subida de temperaturas que no tiene parangón en los últimos 2.000 años.

El estudio, que aprovecha mejoras en la investigación paleoclimática, muestra que el aumento de temperaturas actual es comparable al que hasta ahora se considera el periodo más cálido de los últimos 100.000 años, ocurrido hace 6.500 (el llamado máximo climático del Holoceno).

“Es indiscutible que las actividades del hombre han causado el cambio climático y provocan que los fenómenos meteorológicos extremos sean más frecuentes y graves, afectando a todas las regiones del planeta”, destacó el presidente del IPCC, Hyesong Lee.

“Usando un símil deportivo, la atmósfera está ‘dopada’, y sufrimos ahora esos fenómenos con más frecuencia, como recientemente hemos visto con los incendios en Grecia y California, o las inundaciones en China y Europa”, añadió el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas.

Los actuales cambios en el clima “no tienen precedentes” en los últimos siglos e incluso milenios, aseguran los científicos autores del informe.

Por ejemplo, según los expertos del IPCC, la actual concentración en la atmósfera de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, supera las 410 partículas por millón, la mayor de los últimos dos millones de años.

Los expertos calculan en el informe que si se mantiene el actual ritmo de emisiones de gases de efecto invernadero, la temperatura global aumentará 2,7 grados a finales de siglo con respecto a la media de la era preindustrial (1850-1900).

Este aumento, que conllevaría también mayores eventos climáticos extremos tales como sequías, inundaciones y olas de calor, estaría lejos del objetivo de menos de 2 grados fijado por el Acuerdo de París, que incluso pedía limitar esa subida a 1,5 grados centígrados.

El nuevo informe de la principal institución que estudia el cambio climático, retrasado varios meses debido a la pandemia de covid-19, considera cinco escenarios, dependiendo del nivel de emisiones que se alcance.

Mantener la actual situación, en la que la temperatura global es como media 1,1 grados más alta que en el periodo preindustrial (1850-1900), no sería suficiente: los científicos prevén que con ello se alcanzaría un alza de 1,5 grados en 2040, de 2 grados en 2060 y de 2,7 en 2100.

CUATRO GRADOS MÁS, ESCENARIO CATASTRÓFICO

En el escenario más pesimista, donde las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero se doblaran a mediados de siglo, el aumento podía alcanzar niveles catastróficos de alrededor de 4 grados en 2100, alerta el informe.

Cada grado de aumento podría suponer un 7 % más de precipitaciones en el mundo, lo que conllevaría un aumento de tormentas, inundaciones y otros desastres naturales.

Las olas de calor extremo, que en época preindustrial ocurrían aproximadamente una vez por década y actualmente ocurren 2,3 veces, podrían multiplicarse hasta 9,4 veces (casi una por año) en un escenario con 4 grados más de temperatura.

Por el contrario, en la hipótesis más óptima considerada por el informe, aquella en la que se alcance neutralidad de carbono (emisiones netas cero) a mitad de siglo, el aumento de temperatura sería de 1,5 grados en 2040, 1,6 grados en 2060 e incluso bajaría a 1,4 grados a final de siglo.

“Estabilizar el clima requerirá reducciones fuertes, rápidas y sostenidas en las emisiones de gases de efecto invernadero, para llegar a unas emisiones netas cero”, comentó otro copresidente del grupo de expertos, Panmao Zhai.

El estudio, elaborado por 234 autores de 66 países, reconoce que la reducción de emisiones no tendría efectos discernibles en la temperatura global hasta pasadas unas dos décadas, aunque los beneficios en la contaminación atmosférica se notarían antes, en cuestión de pocos años.

Este documento, centrado en la base científica del cambio climático, será complementado en 2022 por otros dos realizados por otros grupos de trabajo del IPCC (uno centrado en la adaptación de las sociedades y otro en las medidas de mitigación).

Los tres servirán para sintetizar el sexto informe general del IPCC, previsto para septiembre de 2022, para continuar el trabajo iniciado en los de 1990, 1995, 2001, 2007 y 2014.

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La NASA lanza una misión al asteroide ‘Dios del Caos’, que se aproxima a la Tierra

Imagen ilustrativa.

El Apophis pasará excepcionalmente cerca en el 2029.

La sonda espacial OSIRIS-REx de la NASA pasó por la Tierra a finales de septiembreentregó unas muestras de rocas y polvo recogidas del asteroide Bennu. De inmediato, y sin apagar sus motores, se embarcó en una misión adicional: estudiar el Apophis, un asteroide que se espera pase muy cerca de nuestro planeta en el 2029.

En este contexto, la NASA anunció el pasado viernes que la sonda ha sido rebautizada oficialmente como ‘OSIRIS-APEX’, acrónimo en inglés de Orígenes, Interpretación Espectral, Identificación de Recursos y Seguridad – Explorador Apophis. Además, Dani Mendoza DellaGiustina, quien fuera investigadora principal adjunta de la OSIRIS-REx, también estará al mando de esta nueva misión extendida.

El asteroide 99942 o Apophis, que debe su nombre al dios egipcio considerado la encarnación del caos, no chocará contra la Tierra, pero sí estará excepcionalmente cerca, a unos 32.000 kilómetros, el 13 de abril de 2029.

Esta distancia lo pone más cerca a nuestro planeta que algunos satélites y se prevé que eso no solo provoque cambios en su órbita, sino terremotos y deslizamientos en su superficie. “OSIRIS-APEX estudiará Apophis inmediatamente después de tal paso, permitiéndonos ver cómo cambia su superficie al interactuar con la gravedad de la Tierra”, dijo Amy Simon, científica del proyecto.

Asimismo, está dentro de los planes que, para el 2 de abril de 2029, las cámaras de la sonda comiencen a tomar imágenes del asteroide a medida que se acerque. Luego del encuentro cercano con la Tierra, operará en sus proximidades durante los 18 meses siguientes. En ese lapso llevará a cabo muchas de las mismas investigaciones que OSIRIS-REx realizó en Bennu, con el uso de instrumentos generadores de imágenes, espectrómetros, y un altímetro láser para mapear su superficie y analizar la composición química.

Si bien la entonces OSIRIS-REx recolectó agua y altas cantidades de carbono de Bennu, se estima que las muestras recogidas de Apophis sean bastante diferentes, ricas en silicato y níquel-hierro, materiales de los que están principalmente compuestos estos asteroides rocosos, denominados ‘tipo S’.

De acuerdo con la NASA, da la casualidad de que la mayoría de los asteroides potencialmente peligrosos conocidos también son de ese tipo. “Lo que el equipo aprenda sobre Apophis puede ofrecer información a la investigación de defensa planetaria, una de las principales prioridades de la NASA”, asegura la agencia.

Por otro lado, según explica Mendoza DellaGiustina, Apophis ayudará a los científicos a aprender más sobre cómo se forman los sistemas solares y los planetas. “Sabemos que las fuerzas de marea y la acumulación de escombros son procesos fundamentales que podrían desempeñar un papel en la formación de planetas. Podrían informar cómo pasamos de los escombros del sistema solar primitivo a planetas en toda regla”, explicó.

Se estima que asteroides del tamaño de este ‘Dios del Caos’, de unos 340 metros de diámetro, solo se acercan tanto a la Tierra una vez cada 7.500 años. “Aprendimos mucho en Bennu, pero ahora tenemos aún más preguntas para nuestro próximo objetivo”, dijo Simon.

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Fotos| Revelan terrible descubrimiento de una momia que murió en el parto

Momia egipcia de una adolescente que murió durante el parto.

Los restos de la fallecida pertenecen al período tardío de Egipto.

Los autores de un estudio revisaron a una momia egipcia, de una adolescente que murió durante el parto, después de más de un siglo, y le realizaron una tomografía computarizada del cuerpo, que reveló la presencia de un segundo feto en la cavidad torácica de la mujer, lo que indicaba que estaba embarazada de gemelos, según un artículo publicado en International Journal of Osteoarchaeology.

La cabeza del primer bebé quedó atrapada en el canal del parto, lo que provocó la muerte tanto de los bebés como de la madre, informó IFL Science.

El estudio descubrió que, al morir, la joven fue momificada junto con el niño, cuyos restos fueron colocados entre las piernas de la madre, a excepción de la cabeza, cuyos huesos quedaron dentro de la pelvis. Es decir, el niño fue decapitado durante el parto. 

La muerte del bebé y su madre probablemente ocurrieron debido al llamado parto de nalgas, donde el bebé sale con los pies primero, lo que hace el proceso mucho más complicado y peligroso.

Los investigadores suponen que con el tiempo el cuerpo de la fallecida se descompuso y el feto se desplazó desde el útero hasta la cavidad torácica.

La momia examinada pertenecía a una mujer de entre 14 y 17 años. Sus restos fueron encontrados en 1908 durante las excavaciones de la necrópolis de El Bagawat.

La joven pesaba entre 45 y 55 kilogramos. Los científicos estiman que la mujer tenía entre 34 y 40 semanas de embarazo cuando comenzó el parto.

Los restos de la fallecida pertenecen al período tardío de Egipto (desde el 664 a.C., hasta 332 a.C.), reza la anotación del estudio.

“Este examen de la madre y sus hijos al nacer reconfirma cuán peligrosos eran el embarazo, el parto y el alumbramiento, especialmente durante este período”, indicó el estudio. “El parto en el antiguo Egipto se consideraba un evento religioso, no médico”, explicaron los científicos.

“La mayor parte de la documentación descubierta describe hechizos y encantamientos recitados para proteger a la madre y al bebé durante y después del nacimiento“, sostuvieron los investigadores, al indicar que un hechizo alude a que el nacimiento de gemelos se veía de forma negativa.

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Descubren nueva evidencia de que una luna de Saturno podría albergar vida

Foto: NASA.

"Nuestro trabajo aporta más evidencia de que Encélado alberga algunas de las moléculas más importantes tanto para crear los componentes básicos de la vida como para mantener esa vida mediante reacciones metabólicas", señalan los científicos.

El Laboratorio de Propulsión a Chorro (JLP, por sus siglas en inglés) de la NASA informó este jueves que un grupo de investigadores había confirmado la presencia de nuevas moléculas orgánicas en una columna gigante de hielo y vapor que brota de la superficie de Encélado, una de las 146 lunas de Saturno, lo que indica que este cuerpo celeste podría albergar vida.

Las imágenes obtenidas en la década de 1980 por la sonda espacial Voyager demostraron que Encélado, que tiene alrededor de 500 kilómetros de ancho, cuenta con una superficie blanca y brillante, por lo que se le considera el cuerpo celeste más reflectante del sistema solar. De acuerdo con la NASA, debido a que este pequeño satélite natural refleja mucha luz solar, la temperatura de su superficie es extremadamente fría, alcanzando los -201 °C.

En 2005, el orbitador Cassini identificó partículas de agua helada y gas que brotaban desde la superficie de la luna a una velocidad de 400 metros por segundo. Los científicos explicaron que las continuas erupciones de agua terminaron por generar un enorme halo de fino polvo de hielo alrededor de Encélado, donde una parte de este material formó uno de los anillos de Saturno.

Asimismo, detallaron que estos estallidos provenían de grietas en la corteza de la luna, que son relativamente cálidas. A partir de los datos obtenidos del Cassini, se pudo conocer que debajo de la superficie helada de Encélado hay un océano líquido que alimenta los brotes de agua.

Detectando fuentes químicas adicionales

En 2017 se identificaron moléculas orgánicas en una de las columnas de hielo y vapor. Al respecto, los especialistas sugirieron que la combinación de dióxido de carbono, metano, amoníaco, hidrógeno y agua podrían conducir a la metanogénesis, un proceso metabólico que conlleva la producción de metano y que fue fundamental para la formación de vida en la Tierra.

En un nuevo estudio recientemente publicado en la revista Nature Astronomy, se reportó la existencia de “fuentes químicas de energía adicionales, mucho más potentes y diversas que la producción de metano”.

Los especialistas indicaron que los nuevos compuestos orgánicos detectados son cianuro de hidrógeno, acetileno, propileno y etano. Con su presencia se demuestra que “existen muchas vías químicas para sustentar potencialmente vida en el océano subterráneo de Encélado”, describieron en la publicación.

“Nuestro trabajo aporta más evidencia de que Encélado alberga algunas de las moléculas más importantes tanto para crear los componentes básicos de la vida como para mantener esa vida mediante reacciones metabólicas”, sostuvo el científico de la universidad de Harvard que trabajó en el proyecto Jonah Peter.

Encélado no solo parece cumplir los requisitos básicos para ser habitable, sino que ahora también tenemos una idea de cómo podrían formarse allí las biomoléculas complejas y qué reacciones químicas podrían estar involucradas”, concluyó.

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